Capítulo 10

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Las dos semanas siguientes fueron de preparación, a pesar de que el asesinato de Kang puso en guardia a Jiyeon y Byungseok, el tiempo transcurrido sirvió para que se relajaran nuevamente, lo que eventualmente traería un descuido que podría ser aprovechado. Jungkook, de vez en cuando, se quedaba con la mirada perdida durante la planificación y se distraía observando la pantalla de su teléfono cada cierto tiempo. Taehyung solo podía verlo y suspirar, se enteró de lo sucedido y pensó que las cosas iban a estar peor; pero su amigo se veía bastante calmado y "centrado" dentro de lo posible, intentando tener un buen desempeño.

Ese tiempo no había propiciado solamente los preparativos de Bangtan, sino también los de Jin y BangPD, que lograron conseguir el apoyo necesario para el financiamiento del proyecto que Jungkook les había pedido, por lo que Seokjin se dirigiría el día siguiente al hospital a hablar con el director, con la esperanza de poder conocer a ese Park Jimin que había sensibilizado a su pequeño hermano.

En el Hospital Central de Seúl, luego de recibir la visita del empresario de castaña y clara cabellera con hermosa apariencia, el director marcaba el número de la consulta del Dr. Park, con manos temblorosas, intentando controlar su felicidad desbordada, para comunicarle el interés del nuevo inversionista por conocerlo. Jimin, al escuchar la noticia, se dirigió a la oficina de su director con una gran sonrisa.

Al concluir las presentaciones y posteriormente la conversación sobre los posibles modos de actuación en el futuro, el magnate se dispuso a retirarse y Jimin lo acompañó a la salida, pues su jefe recibió una llamada urgente. Antes de marcharse, intercambiaron información de contacto y Seokjin lo invitó a cenar para hablar un poco más sobre el proyecto.

El médico aceptó gustoso, luego de lo ocurrido con Jungkook, había quedado un agujero enorme en su vida, ni siquiera recordaba haber sonreído con sinceridad en las últimas semanas. Se sentía solo, era como si todo hubiese dejado de tener sentido. Lo único novedoso que le había sucedido eran las repetidas e inoportunas llamadas y visitas de Eunju, su ex. Esa nueva oportunidad había caído del cielo para salir de su asfixiante rutina, y podría hacerlo de la mejor manera posible: conversando sobre medicina, ese tema apasionante que siempre le animaba.

El día del compromiso llegó y ambos estaban sentados a la mesa del restaurante, conversando amenamente. Una vez que concluyeron los temas relacionados con medicina, Jin pensó indagar un poco acerca de quién era Park Jimin. Confiaba plenamente en que sería una persona maravillosa, Jungkook no dejaría entrar a cualquiera en su vida, pero quería comprobarlo por sí mismo.

—Y bien, Dr. Park...

—Solo Jimin, por favor. Es usted mayor que yo, no es necesario que use honoríficos conmigo.

—Gracias, Jimin. ¿Qué edad tienes? Te ves bastante joven, a mi parecer.

—Tengo 32, creo que es usted la primera persona que me ha visto joven; esta profesión le ha arrebatado varios años de juventud a mi apariencia —bromeó un poco—. Si alguien se ve bien, es usted, para nada aparenta 40 años.

—Jajaja, no digas eso. Te ves bien para tu edad; debes ser muy inteligente y talentoso cuando eres el cirujano principal en un proyecto tan grande, más aun trabajando en el hospital más importante de la capital.

—No bromee, solo soy alguien que cuando se mete de lleno en algo no sabe cuándo detenerse. Si tuviera que explicar cómo llegué a esto, ni siquiera sabría hacerlo. —Rascó su nuca y sonrió inocente.

Jin mostró una sutil sonrisa. Jimin era exactamente el tipo de persona que había imaginado: honesta y sin ápice de maldad, alguien a quien la pasión le daba fuerzas para esforzarse, alguien que daba lo mejor de sí en cada momento. Era momento de pasar a la siguiente etapa.

—Seguramente eres muy popular entre las enfermeras y el resto del personal, pareces ser muy amable y sociable. Tu pareja ha de ser muy afortunada.

La expresión de Jimin se ensombreció por un instante.

—No tengo... pareja. —De inmediato sonrió, no debía mezclar esos sentimientos de soledad de su vida personal en ese momento—. No soy para nada popular, jajaja —disimuló.

Seokjin, de inmediato, supo lo que significaba ese tono.

—No te preocupes, seguramente encontrarás la felicidad... —Sonrió—. ¿Sabes? Si alguien pasa muchas dificultades para encontrar el amor, quiere decir que cuando encuentre alguien con quien se sienta bien, esa será definitivamente la persona indicada, con la que logrará acoplar su forma de ser que hasta ahora no había sido valorada o entendida por los demás.

—¡¿En serio?! —interrogó con mirada brillante, que de inmediato se volvió a ensombrecer al recordar a Jungkook—. No creo que... así sea con todo el mundo, a veces las cosas no funcionan.

—Nunca dije que no habría percances. Quienes atraviesan y superan las dificultades y diferencias son los que triunfan, no solo en el amor, sino también en la vida.

Aquellas palabras trajeron una indescriptible paz interior al castaño. Se disponía a proseguir con la conversación cuando escuchó una voz acercarse a ellos.

—Pero, qué tenemos aquí. He estado todo este tiempo pensando el motivo por el cual no quieres nada conmigo y, ¿esta es la realidad del asunto? ¿Qué te estás viendo con un viejo? —Woo Eunju acababa de llegar y habló con tono despectivo.

—¡Retira tus palabras, Eunju! —Jimin se levantó de su asiento, indignado—. ¡No sabes nada, no somos nada! ¡Deja de seguir metiéndote en mi vida de una vez!

—¿Qué? ¿Tanto te ha dolido la verdad? —se burló.

—Serás... —Estaba dispuesto a golpearlo.

Jin se levantó y puso su brazo delante.

—Buenas tardes, el nombre de este viejo es Kim Seokjin —expresó con ecuanimidad mirando a Woo—. No sé cuál es el motivo de tu enojo y tampoco me interesa. Deberías aprender a controlar tu temperamento en público... Me has llamado viejo, pero, si eres un adulto, deberías dejar de comportarte como un mocoso malcriado.

—Estimado cliente, ¿sucede algo? —preguntó al mayor un mesero que se acercó al percatarse del alboroto.

—No es nada, no se preocupe, el... —observó al rubio de arriba abajo con mirada decepcionada— "caballero" ya se va. ¿Sería tan amable de acompañarlo a la puerta? —preguntó con su mejor sonrisa.

El mozo llevó a Eunju del brazo hacia la entrada contra su voluntad y bajo amenaza de llamar a las autoridades. Mientras, Jimin y Jin volvían a sentarse y el menor se sonrojaba a más no poder, no sabía por dónde comenzar a disculparse o explicar luego de tan bochornosa escena.

—Lamento mucho que... haya sido testigo de esto... y, más aún, que haya tenido que interceder por mí.

—No te angusties, no ha supuesto problema para mí.

—Pero..., por mi culpa, todos aquí deben estar pensando que usted también es... —No pudo continuar, estaba demasiado apenado.

—¿Gay? —Jimin abrió sus ojos hasta el límite y se intensificó su rubor—. Haaaaa —suspiró el mayor—. ¿Conoces a alguna de estas personas? ¿Son tan importantes como para qué a alguno de los dos nos deba importar lo que piensen? —Su acompañante negó con la cabeza—. Yo no le estoy dando importancia, no me afecta en nada lo que simples desconocidos crean. El valor de una persona no lo decide su orientación sexual.

Los ojos del médico se cristalizaron.

—Muchas gracias. —Su teléfono sonó—. Disculpe un segundo. —Se levantó, se alejó unos pasos y contestó.

Por lo que Seokjin pudo escuchar, había surgido un compromiso urgente, lo cual corroboró de inmediato.

—Lo siento mucho, voy a tener que retirarme, debo cubrir un turno de guardia en el hospital a partir de las 4:00pm. Tengo que regresar a casa para luego incorporarme al trabajo nuevamente.

—Comprendo, entonces es el fin de nuestra salida. —Sonrió comprensivo.

—Muchas gracias... A pesar de todos los percances e imprevistos —desvió la mirada un instante, pero lo volvió a ver a los ojos de inmediato—, fue muy agradable disfrutar de su compañía. —Extendió su mano para despedirse.

—Esas deberían ser mis palabras, el placer fue todo mío. —Estrechó su mano—. Espero que podamos salir nuevamente alguna vez, siento que seremos buenos amigos.

Jimin quedó conmovido, esa simple frase había significado mucho para él.

Cuando llegó a casa, su sorpresa fue grande; se encontró a Eunju sentado en su portal.

—¿Y ahora qué quieres? —dijo, ya harto de todo.

—Lo lamento, antes me comporté como un idiota, estaba celoso y... —se justificó arrepentido.

—¿Celoso? ¿Con qué derecho? Me humillaste delante del nuevo inversionista del hospital. ¿Eso es lo mejor que puedes decir? —Woo quedó sorprendido ante la respuesta y se sintió peor por lo que acababa de hacer.

—Jimin, en serio te amo, quiero arreglar todo; pero, cuando te veo pierdo mi autocontrol y... —trató desesperadamente de explicarse antes de que el castaño se alejara. Mientras le hablaba, el médico había abierto la puerta y se disponía a entrar.

Woo no supo qué hacer. Definitivamente, no iba a ser escuchado, actuó por instinto, lo tomó del brazo y lo besó. Jimin forcejeaba para apartar sus labios y liberarse del agarre, y pudo lograrlo con gran rapidez gracias a que alguien había apartado a su ex, pero la voz que escuchó lo paralizó por completo:

—¿Qué está pasando aquí?

Jungkook había llegado a casa a recoger unas cosas que necesitaba, pero la escena de la que fue testigo hizo que antes de darse cuenta estuviera en el portal de su vecino, sosteniendo por la muñeca a un rubio que no conocía para separarlo de su... ahora ex novio.

—¡Suéltame, imbécil! ¡¿Se puede saber qué haces?!

Woo no lograba liberarse del fuerte agarre de aquel recién llegado, que lo miró inexpresivo y con un aura oscura y agresiva que lo paralizó, pero de inmediato intentó golpearlo para que lo soltara.

Jungkook esquivó el puñetazo, le apretó la muñeca, lo volteó, le torció el brazo y se lo puso en la espalda, y le apoyó su mano libre en el hombro.

—¿Qué estabas intentando hacer? —le preguntó enojado al rubio.

Jimin se asustó al ver lo que pasaba, pensó que Jungkook haría una locura. Decidió intervenir; nervioso y algo asustado gritó:

—¡Ya basta, Jungkook! —Sin pensar, lo había llamado por su nombre otra vez; estaba tan preocupado por lo que podría pasar que no se dio cuenta de que lo venció la costumbre.

Jeon, al escuchar su nombre salir de los labios de Jimin una vez más, se sintió sumamente feliz; empero, ver el temor en el rostro del cirujano, hizo que la pequeña felicidad que había sentido se esfumara. ¿Qué era esa mirada? ¿Miedo? ¿Jimin le temía? ¿Acaso pensaba que era un vándalo que mataba a todos a sangre fría?

Soltó al rubio y el mayor se colocó entre ellos, mientras Woo sostenía su muñeca adolorido.

—Ya Eunju se iba. Tranquilo, no pasa nada, todo está bajo control —dijo con voz temblorosa, tocó al rubio con su codo y le hizo una seña para que se retirara, este solo miró desafiante a Jungkook y se fue a regañadientes.

Cuando estuvieron solos, el castaño respiró aliviado.

—Jimin... —El nombrado se estremeció—. No tienes porqué... temerme, no voy a hacerte daño, ni a ti ni a nadie, de eso puedes estar seguro. —La mirada de sufrimiento y el tono de voz sincero y a la vez apagado de Jungkook hicieron al castaño percatarse de cuánto daño le había hecho su reacción.

—Lo lamento, Jeon, yo... —No sabía qué decir, esos extremadamente expresivos ojos tristes estaban arrebatándole toda serenidad para pensar qué responder.

—Tranquilo, eso suele pasar. —Forzó una sonrisa. Tenía tantas dudas e interrogantes: ¿Quién era ese hombre? ¿Por qué lo estaba besando? No podía montar una escena de celos, ¿con qué derecho? Lo había vuelto a llamar por su apellido, sintió el distanciamiento una vez más—. ¿Ibas llegando del trabajo? —Trató de cambiar de tema.

—No. Tengo que entrar a hacer guardia ahora, vine a recoger unas cosas. —Intentó escucharse lo más normal posible—. ¿Y tú? Hace varias semanas no te veía. ¿Ya vas a regresar a tu casa de nuevo? —Se sentía incómodo.

—Yo también estoy de paso, vine a buscar algo que necesito para mi trabajo —respondió sin pensarlo demasiado.

—Tu... trabajo —balbuceó. Bajó la mirada y apretó los puños.

Jeon se percató de esa reacción, sintió como su corazón dolía.

—Lo lamento, yo... —Jimin lo miró—. Tengo que irme. —La melancolía era inocultable en cada movimiento del sicario.

Se dio la vuelta para dirigirse a su propia casa, con pasos lentos y pesados, como si cargara con el mundo encima. El mayor solo pudo verlo alejarse con un nudo en su garganta, sufriendo de sobremanera por ver esa escena. Le dolía más de lo que podía aceptar; más de lo que era capaz de admitir. ¿Por qué era tan difícil dejarlo ir?

¿Alguien más odia al ex de Jimin? Yo misma creé el personaje y debo admitir que no me agrada; aunque he ideado otros prospectos mucho más detestables que irán apareciendo.

Pobre JK, su situación es muy triste... Pero, teniendo esta circunstancia, ¿Jimin simplemente lo dejará ir, o su corazón controlará sus acciones? No se lo pierdan, XD.

Lamentablemente, tendrán que esperar un poco para ver cómo continúa...

La publicación de mis historias va a detenerse por algunas semanas, tal vez 3 o 4, debido a que tengo unos exámenes importantes y abarcadores próximamente. En cuanto salga de mis evaluaciones, volveré a publicar normalmente.

Chao chan 😘

Hasta la próxima actualización.

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