Capítulo 2

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¡Holiwis! Bueno, jeje, aquí estoy, sin avisar. Tuve algo de tiempo libre y pude terminar de editar este capítulo para hoy. Espero les guste.

Jimin se había quedado dormido sin darse cuenta, al sonar su alarma, pudo verificar que había un mensaje nuevo: Todo está bien, gracias.

Al salir a correr vio a Jungkook salir de su casa, en traje, nuevamente. Pensó acercarse a saludarlo, pero este solo hizo una reverencia, subió a su auto y se fue.

«¿Ya ves, Park? Eso te pasa por entrometido, se ha enojado contigo», pensó mientras veía el vehículo alejarse.

La persona objetivo de los pensamientos del médico estuvo en casa casi todo el tiempo después de eso, mas parecía evitarlo, lo que hizo que se sintiera más cohibido y no supiera cómo cortar distancia nuevamente. Decidió enfrascarse en su trabajo. Era una etapa crucial en la que estaban probando una nueva técnica quirúrgica robótica para operar por mínimo acceso en páncreas. No podía permitirse estar distraído; revolucionaría los tratamientos del hospital.

Jungkook siempre observaba desde su ventana cómo Jimin corría de un lado a otro, lleno de papeles; estaba llegando bastante tarde y no sentía ruidos que aparentaran que estaba cocinando. Dos semanas después, lo vio salir más temprano de lo normal, con un envase en su boca que parecía ser una bebida vitamínica o algo así, estaba pálido y más delgado. ¿Qué estaba pasando? No parecía que esa situación estuviera relacionada con él, aun así, le preocupaba bastante. Había prometido alejarse, pero no podía abandonar a su vecino si se encontraba en una situación difícil, así que pensó en mostrarle una nueva faceta y cocinar algo para él.

Al regresar, Jimin recibió una gran sorpresa. Al estacionar su auto en el garaje, Jungkook se levantó del sillón donde estaba sentado y se dirigió hacia él. Era extraño, ese día había trabajado hasta tarde, no solía verlo fuera a esa hora. Era como un ermitaño, siempre solitario y relacionándose poco con los demás.

—Park, ¿cómo estás? —cuestionó como si todos esos días de ley del hielo no hubieran sucedido, enojando un poco al mayor, que al estar con falta de sueño no estaba del mejor humor.

—¡¿Cómo estás?! ¡¿Después de ignorarme todos estos días eso es lo mejor que tienes para decirme?! —contestó enojado—. ¡Sé que tal vez fue inoportuno y quizás innecesario que te mensajeara ese día, pero no comprendo qué tan malo pudo ser para provocar esa actitud!

Después de un corto, pero incómodo silencio, Jungkook respondió:

—Lo siento... Tuve algunos problemas en el trabajo, estaba estresado, cuando eso pasa suelo irritarme fácilmente, no quería desquitarme contigo, es todo —mintió—. Debes entender a qué me refiero, ahora mismo estás sumamente alterado, tú también has estado sobrecargado —concluyó lo más ecuánime posible.

Al Jimin analizar las circunstancias, comprendió a qué se refería, avergonzándose un poco, recobrando entonces la compostura.

—Si lo hubieras explicado no estaríamos teniendo esta clase de conversación. Por dios, Jeon, pensé que estábamos empezando a entendernos, por qué justo cuando creí que te abrirías conmigo vuelves a retroceder. ¿Es tan difícil que me digas si algo te preocupa?

—Lo mismo va para ti —le dijo, dibujando una sonrisa pícara—. No te ves bien, también estás ocultándome algo. —Jimin se sonrojó, ampliándose más la sonrisa de su vecino—. ¿Ves? Ya estamos a mano. Para cerrar este asunto, ¿qué te parece cenar conmigo?

—¿Aún no comes, a esta hora? —cuestionó perplejo.

—Te estaba esperando, vamos. —Lo tomó de la mano y lo llevó a su casa, haciendo sonrojar ligeramente las mejillas del mayor.

En el comedor y con la mesa servida, los ojos del visitante se abrieron de la sorpresa y su mirada expectante brillaba, no podía creer que tantos platillos deliciosos estuvieran frente a sus ojos. Durante la cena, conversaron sobre el proyecto en el que estaba inmerso el departamento de cirugía del hospital. Jungkook se ofreció a seguir cocinándole mientras estuviera así de ocupado. Al principio, Jimin se negó, no quería abusar de la confianza, pero cedió luego de un par de miradas persuasivas porque, a quién engañaba, le encantaba pasar tiempo con él.

Luego de dos largos meses, el proyecto estaba completo. Jimin tenía sentimientos encontrados. Si bien era un éxito en su carrera, significaba el final del pretexto perfecto para estar con Jungkook. Esa noche, durante la cena, el mayor comunicó el final exitoso de sus esfuerzos, brindando con una sonrisa que ocultaba la ligera sombra de tristeza y decepción.

—Para mañana prepararé una comida especial por la culminación fructífera de tu trabajo. —Le sonrió nuevamente.

—Lo siento, mañana hice planes con Taemin... ¿Lo recuerdas?

—Sí. Tu amigo, el de Ortopedia, ¿no?

—Vamos a cenar en mi casa mañana

—¿Lo invitaste? —El otro asentó—. ¿Cómo vas a invitar a cenar a alguien si hasta quemas el agua? —Jimin hizo un puchero.

—Pediremos comida a domicilio —respondió con seguridad.

—¿Para festejar? Por favor, no me molesta cocinar para uno más, no hay problema.

—Es que... no quiero molestar.

—Te digo que no hay problema.

—Pero, él debe venir con su pareja y...

—Park, te dije que no pasa nada, puedo recibirlos a todos. si quieres vamos a tu casa y lo hacemos allá.

—Déjame llamarlo un momento.

Mientras hablaba con el joven de cabello rosa, salió al portal. No podía decir a cualquiera que su amigo iría a su casa con su "novio". Pensó que este se negaría, era algo reservado para esas cosas, pero la respuesta no fue la que esperaba:

—Claro, no hay problema. Me has hablado muy bien de él, no parece ser una persona prejuiciosa... Además, quiero conocer al tan alabado: Jeon Jungkook. Ve esto como una oportunidad para ti también, así podrás saber cómo ve a las personas con nuestra orientación sexual. No le digas nada sobre ello hasta mañana, así verás su reacción sincera".

El momento de la esperada cena llegó. Jungkook había tomado prestada la cocina de Jimin y había preparado deliciosos manjares. Las circunstancias en las que creció lo hicieron volverse diestro en la culinaria, y nunca agradeció tanto a las dificultades de su niñez y adolescencia como en esas últimas semanas en que, gracias al pretexto de prepararle sus alimentos, pudo estar más cerca del castaño, quien, por su parte, no podía apartar su vista de la figura con delantal frente a él, por su mente pasaban muchas cosas.

En unos minutos, el timbre sonó. Jimin había subido a la habitación un momento, así que Jungkook se dirigió hacia la entrada.

—Buenas noches —saludó—. Tú debes de ser Lee. Park me ha hablado mucho de ti. Soy Jeon Jungkook, su vecino. —Le extendió la mano.

—Un gusto, Jeon. Yo también he escuchado de usted. —Contestó el saludo y vio como la mirada de su anfitrión momentáneo se dirigió a la persona que lo acompañaba—. Lo siento, en seguida los presento: él es Choi Minho, mi pareja.

—Un placer conocerte también, Choi —contestó cordialmente con una sonrisa—. No nos quedemos aquí de pie. Pasen, por favor. No es mi casa, pero no puedo dejarlos aquí hasta que el propietario baje, al parecer se ha ido por el tragante de la ducha.

Todos sonrieron y entraron. Al bajar, Jimin los vio conversar amigablemente en el salón, tanto Taemin como Minho tenían expresiones relajadas, al parecer todo había ido bien. Luego de saludarse, pasaron a cenar sin más dilación y brindaron por la conclusión exitosa del proyecto. Tuvieron una velada animada y bastante divertida. Al terminar, conversaron un rato y pensaron beber un poco, pero algo había sido pasado por alto.

—¡AHHHH! ¡Acabo de recordar que no compré ninguna bebida además del vino que consumimos en la cena! —exclamó nervioso el cirujano.

—Nunca pensé que esto podría pasarle a alguien, pero siempre superas las expectativas, Jimin —dijo Lee, ecuánime.

—¡Cállate, Taemin! ¿Por qué siempre tienes que ponerte a actuar como un idiota en estas circunstancias? —le contestó con un par de venas saltadas.

—No creo que estés en posición de llamar tonto a alguien más, Park, sería como si un burro le dijera a un caballo que tiene las orejas grandes —agregó Jungkook comenzando a reír.

—¡Tú te callas, Jeon Jungkook! Es más, ¿no deberías estar de mi lado? Eres un traidor. ¡Maldigo la hora en la que tropecé delante de ti!

—¿Cuál de todas? —cuestionó divertido.

—Jajajaja. —Choi no pudo contener más su risa

—¿Tú también, Minho? —El castaño a punto del llanto.

—Tranquilo, Park. Iré a mi alacena a buscar algo de vodka. ¿Les parece? —concluyó mirando a todos, que asintieron.

Jungkook se dirigía a su portal con una sonrisa, se estaba acostumbrando a estar acompañado. Esa noche se estaba divirtiendo mucho, hacía ya mucho tiempo que no experimentaba todas estas sensaciones "humanas", por llamarlas de alguna manera, que pensó había perdido. Jimin lo hacía sentir vivo, confortable; era una sensación acogedora.

Estaba a punto de abrir su puerta cuando sintió una presencia acercándose, pero al voltearse se llevó una sorpresa.

—Cuanto tiempo, Kook —saludaba acercándose con una sonrisa cuadrada un hombre de cabellos grises.

—Tae, qué sorpresa. ¿Qué te trae por aquí?

—No lo sé, tal vez que te has encargado de ignorar mis llamadas estos últimos meses... y todo por pasar tiempo con tu vecino.

Jungkook se puso a la defensiva.

—¿A dónde quieres llegar?

—Tranquilo, a ninguna parte. Te conozco desde hace demasiados años, me doy cuenta de que es tu tipo, así que termina de jugar con él de una vez y vuelve al trabajo. Hay muchos interesados en contratar a Bangtan —le dijo, dándole una palmada en el hombro, sonriendo.

—No es una broma, Tae, en serio estoy interesado en él —contestó decidido, mirándolo a los ojos.

No era la primera vez que Kim Taehyung veía esa mirada, era la que ponía su compañero de armas cuando hablaba de las personas importantes para él.

—¿Cómo?... Kook, pertenecemos a un mundo distinto al suyo, lo debes saber mejor que yo.

—¿Lo investigaste?

—¡Claro que lo hice! No puedo pasar por alto a quienes se acerquen a nosotros, sin importar el motivo.

—Quiero intentarlo con él. —La sinceridad en su mirada era innegable.

—Hasta ahora, siempre ha sido: sexo, alcohol, aventuras. ¿Alguna vez te has atado a alguien? ¿Crees que puedas amar a alguien? Siempre trabajamos bajo máscara, pero... sabes perfectamente que quienes se involucran con nosotros, no suelen terminar bien.

Intentaba hacerlo entrar en razón. Se conocían desde su niñez, sabía que Jungkook era una persona que aparentaba ser fuerte, pero siempre cargaba con todo solo, autodestruyéndose con su propio dolor ante una pérdida. No quería verlo así..., no de nuevo.

—Si lo conocieras, me comprenderías... Me siento humano a su lado, ¿sabes a qué me refiero? —Taehyung miró asombrado. Los ojos negros de su amigo reflejaban un brillo que nunca pensó ver otra vez—. Me están esperando, tengo que buscar algo de beber. Nos vemos. —Fue lo último que dijo antes de entrar.

Al salir, traía un par de botellas. Su sorpresa fue grande al ver a su compañero recargado de la entrada.

—Dices que para comprender, tengo que conocer. Vamos, entonces.

A pesar de los intentos de Jungkook por detenerlo, fue inútil. Al regresar, le dijo a Jimin que su amigo había venido a visitarlo desde lejos, los presentó y le preguntó si podía acompañarlos. El médico aceptó gustoso y lo invitó a entrar. La sorpresa de Taehyung fue grande al ver a un joven de cabellos rosa sosteniendo un control de videojuegos y en pantalla estaba su juego favorito.

De inmediato hicieron confianza. Jimin había conseguido librarse de su interminable racha de derrotas por un instante, dejando entrar a Taehyung, mas muy pronto apareció un tercer control y se vio obligado a entrar otra vez. Los tres reían en el piso con los controles en las manos. Tras un rato, el castaño mayor tomó un descanso de las palizas que estaba recibiendo y fue a la cocina a preparar algo para picar. Mientras, Jungkook y Minho compartían trago en el sofá, conversando un poco.

—¿No estás celoso? —preguntó Jeon.

—Debo admitir que es un poco frustrante —decía dando vueltas a la bebida en su mano—. Pero, me agrada que pueda compartir su hobby con alguien más, yo como gamer tengo dos manos izquierdas. Si él está feliz, entonces yo también —dijo con sonrisa sincera.

—Lee tiene suerte. Pareces quererlo mucho... ¿Hace cuánto están juntos?

—Casi tres años.

—Ohhh, ¿cómo se conocieron? Mientras conversamos, salió el tema de que eras bailarín profesional y me preguntaba cómo se habían cruzado sus caminos.

—Fue en la consulta de traumatología. Me lesioné en una presentación y él fue el médico que me hizo el seguimiento. Desde la primera vez que lo vi, no pude sacarlo de mi cabeza, a partir de ahí seguimos en contacto y, eventualmente, comenzamos a salir.

—Un cruce de mundos bastante destinado, debo decir. —Sonrió sin despegar la mirada de Jimin mientras contestaba.

Choi, al ver su mirada perdida en el mejor amigo de su novio, susurró:

—No es Taemin el único con suerte.

—¿Dijiste algo?

—No, nada, pensaba en voz alta.

Luego de compartir y beber un rato más, todos se despidieron para volver a casa. Taehyung fue el primero en salir, se había divertido como no lo hacía en mucho tiempo, dedicó una sonrisa y un gesto de aprobación a Jungkook y se retiró.

Taemin abrazó a Jimin.

—Creo que deberías dar el siguiente paso —susurró en su oído y se retiró con Minho.

Jungkook se quedó para ayudar a recoger y limpiar un poco. Estando frente al fregadero, la voz de Jimin lo sacó de sus pensamientos.

—Muchas gracias, Jeon.

—¿Por qué me agradeces?

—Por todo: la cena, la bebida, traer a tu amigo. Fue sumamente divertido.

—No hay de qué, yo también la pasé muy bien.

—Pero, más que nada... gracias por comportarte tan bien con Taemin y Minho. No hubiera sabido qué hacer si...

Jungkook, al percatarse de a qué se refería, contestó:

—¿Te parezco alguien prejuicioso? —No hubo respuesta—. No creo que el amor se trate de ser o no heterosexual, te enamoras y ya. Ser gay no es el fin del mundo. —Cerró su frase con una sonrisa, mirándolo.

«Es ahora o nunca, Park, debes decirle», pensó, para armarse de valor y comenzar a hablar nuevamente:

—Jeon..., y si te dijera que... yo también soy gay.


¿Qué tal mi regreso inesperado? Pensé que como era la primera semana, podía tratar de publicar un segundo capítulo, para que fueran conociendo un poco a los personajes y anotando algunas de las "pistas" que voy dejando, jeje.

No tienen que preocuparse, haber publicado antes no afecta en nada el orden de pulicación, tendrán su zukulento capítulo el martes, tal y como prometí XD.

¿En que parará esta declaración del Jimeno? ¿Cómo reaccionará el Kukencio? No se lo pierdan, jeje.

Chao chan 😘

Hasta el próximo martes.

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