Capítulo 29

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Las palabras de Jimin descolocaron por completo a Taehyung. Un mal presentimiento lo estuvo asolando desde que vio el estado de Jungkook en ese edificio abandonado. Su estrés se encontraba aumentando considerablemente solo de imaginar la respuesta que vendría después de haber escuchado ese “malas noticias”.

—¿A qué te refieres con malas noticias? ¿Es demasiado grave? Y, lo más importante, ¿puedes encargarte de tratarlo tú mismo, o requiere una atención especializada?

El tono preocupado y agitado de Tae hizo que una pregunta se formulara en la mente del médico. Temía hacer dicha interrogante, pero era necesario salir de dudas. Él también había tenido un mal presentimiento desde que escuchó la petición que le fue hecha por teléfono minutos atrás.

Peligroso es, no puedo negarlo… Yo también tengo una pregunta. ¿Jungkook... está bien? —No hubo respuesta—. ¡Taehyung!

Lo lamento.

—¡No te disculpes y responde a mi pregunta! —La respuesta era más que obvia, pero aún conservaba una pequeña esperanza de estar equivocado.

Kook actuó por su cuenta. Cuando llegamos, ya...

—¡Vengan rápido para acá! ¿Qué tiempo demoran en llegar?

—No estoy seguro, probablemente poco más de una hora. ¿Hay algo que debamos hacer?

—Yo iré a buscar unos medicamentos al hospital —anunció, para luego concluir con profunda preocupación—: mientras, eviten que se lastime... por favor.

V tragó grueso. Ese tono de voz seguramente significaba que Jimin tenía una idea general de lo que estaba sucediendo y, a su vez, cuán grave podían llegar a ser los síntomas.

—¿Podemos usar algún tipo de sedante? Tengo algunos aquí conmigo —intervino Hoseok buscando una manera de ayudar, apoyándose en sus conocimientos médicos.

No debe haber problema, sería lo ideal. Qué bueno que esté ahí, Hobi-hyung... Cuento con usted también.

—Tiene todo mi apoyo, doctor. Me encargaré de que el paciente llegue a sus manos sano y salvo.

—Muchas gracias. Mejor nos apresuramos, el tiempo es oro.

—Déjalo en nuestras manos. Nos vemos en un rato... Gracias a ti —concluyó Tae, y colgó.

El hacker sintió el peso de la culpa. No era como si hubiese jurado proteger a Jeon. Las cosas habían terminado así por impulsividad de su amigo; aunque comprendía un poco su actitud, seguramente era difícil quedarse de brazos cruzados luego de tanto tiempo inactivo. El sentido de la responsabilidad de su líder siempre había sido muy grande, no poder contribuir con el equipo y solo quedarse sentado mientras los demás hacían el trabajo no debió ser fácil todo ese tiempo. Sin embargo, debía prepararse psicológicamente para ver a Jungkook derrumbarse, hecho que, en cierto modo, le robaba el aliento; tanto sufrimiento lo tenía harto.

No pudo siquiera detenerse a pensar si era correcto llevar a Nochu a la casa de Jimin. No traía su ordenador consigo, no podría encargarse de borrar los rastros de sus movimientos como hacía siempre; tampoco era una opción regresar a la clínica de Ryujin, ya una vez habían huido de allí por haber sido descubiertos, nada le garantizaba que ahora fuese un lugar seguro.

La búsqueda mental de la existencia de un segundo lugar donde refugiar a Jungkook no pudo continuar, un movimiento brusco e inesperado comenzó a sacudir el asiento trasero del auto, acompañado una vez más de los gritos de su mejor amigo. Hobi intentaba sostenerlo con todas sus fuerzas, pero el azabache le había asestado un golpe en su mandíbula que lo aturdió un poco, impidiéndole controlar sus erráticos movimientos.

Aparcó su auto en una esquina de la carretera para poder ayudar a controlarlo. Era desgarrador. Jungkook golpeaba su cuerpo contra las puertas y el techo del vehículo, arañaba y golpeaba con fuerza su propio cuello, cual si tratara de liberarse desesperadamente de una atadura asfixiante, totalmente inexistente. Lo tomó de los brazos, encontrándose con una acérrima resistencia, acompañada de una mirada llena de temor, odio y repulsión. Le aterraba el solo hecho de imaginar cómo era su figura reflejada en las pupilas de Jeon. ¿Qué tipo de alucinación atroz podría provocar esa expresión en una persona y hacerlo lastimarse a sí mismo y a los demás en sus intentos de escapar?

Lo abrazó con fuerza, con un gran sentimiento de frustración e impotencia. Intentó transmitirle confortabilidad y seguridad; pero no le fue posible, terminó recibiendo fuertes golpes en su parrilla costal y empujones para separarlo. ¿Por qué la vida tenía que ser tan cruel con Jungkook? ¿Por qué el destino no le permitía ser feliz?

Miró de reojo a J-Hope, quien había comenzado a preparar la inyección con el sedante desde que había acudido a apoyarlo. Cuando vio la jeringuilla con el medicamento cargado en su interior, le propició un puñetazo a Nochu en el estómago, lo suficiente fuerte como para sacarle el aire y dejarlo fuera de combate por unos segundos. Al sujetarlo, esta vez recibiendo menos resistencia, pudo percatarse de que la fiebre no cedía y el sudor corría sin cesar, perlando la piel de aquel rostro con expresiones adoloridas. La falta de aire continuaba y su mirada seguía perdida en ninguna parte.

La entrada del medicamento en las venas de Jeon hizo que de manera casi instantánea comenzara a calmarse y a respirar más tranquilo. Con ello, Taehyung también se tranquilizó. Trató de hablar un poco con él, pensó que necesitaría saber que todo estaba bajo control.

—Kook, no tienes de que preocuparte. Nos encargamos de todo. Ahora nos dirigimos donde Jimin, él se encargará de sacar la droga de tu organismo.

Jungkook salió de su ensimismamiento al escuchar el nombre de Jimin, pudiendo enfocar su mirada una vez más. Observó a Taehyung con expresión suplicante y, a modo de ruego, unas palabras fueron pronunciadas con dificultad:

—Jimin... No. No dejes que Jimin me vea... en este estado —dijo, agarrando débilmente la manga de la camisa de su compañero—. No quiero... hacerle daño. Por favor, Tae.

El hacker sintió aflojarse el agarre en su prenda y vio a Jungkook quedar inconsciente, con el ceño fruncido y un par de lágrimas recorriendo su sien tras su último ruego desesperado en sus cortos segundos de lucidez.

—¡Maldición! —exclamó consternado.

Ya no sabía cuáles eran las palabras o acciones que no preocuparían a Nochu, pero no podía cumplir su petición.

El anochecer, como si supiese que la oscuridad que traía consigo era ideal para ocultar el estado en que llegaría el líder de Bangtan y, de una vez, alejar las miradas de curiosos, cubrió los últimos rayos del sol. Se apresuraron a entrar y ubicarlo en una habitación de invitados, al fondo del primer piso. La ventaja era que al ser esa una zona residencial, había un espacio prudencial entre una casa y otra, lo que permitía hasta cierto punto disimular los ruidos, pero de igual forma debían ser precavidos.

—Ya he vuelto. —La voz de Jimin se escuchó desde la entrada y sus pasos se acercaron con premura.

—Qué bien que estés de vuelta —le contestó Taehyung, acercándose a él con expresión angustiada.

—¿Cómo está? —Fue lo único que pudo decir tras ver la expresión con la que había sido recibido.

—No sabría qué decir. Desde que lo sedamos está más tranquilo, pero... a pesar de estar sedado, creo que está algo inquieto. No deja de sudar y la fiebre, aunque hemos conseguido bajarla un poco, no cede del todo —explicaba a la vez que lo guiaba al interior con velocidad—. Gracias a Dios, Hobi-hyung sabe algo de estas cosas. Si hubiese estado solo, yo... —Calló. El solo pensar en ello le robó las palabras.

En la habitación, Jimin pudo ver a Jungkook acostado en la cama con el torso descubierto. Los hematomas y contusiones se distribuían por toda su piel, un vendaje cubría su cabeza y había señas evidentes de agitación, ansiedad y otras manifestaciones neurológicas. Era doloroso verlo así, pensar que él mismo se había provocado dichas heridas, daba espacio para imaginar qué clase de visiones había experimentado o, quizás, habían sido incluso peor de lo que pudiese estar imaginando.

Hoseok le explicó más detalladamente la situación. El castaño examinó a Jeon y rápidamente le canalizó una vena, preparó un grupo de medicamentos en un sistema de venoclisis y otros en jeringuillas independientes para inyectarlos por vía intramuscular; los administró y comenzó a evaluar la situación más detenidamente, a la vez que echaba un ojo a su teléfono para revisar los documentos enviados por Taehyung, como si comparara la teoría con la práctica. Quince minutos después, los dos sicarios en la habitación observaron al médico expulsar un suspiro de alivio y sentarse cerca de la cama.

—¿Todo está bien ahora? —preguntó V, expectante.

—Se podría decir que sí. Está tan bien cómo podría estar. Por lo que me explicó Jongin, esta droga es sumamente peligrosa. Por suerte no recibió una dosis demasiado elevada, si no...

—Peligrosa sí que es. No sé de medicina, pero la manera en que Jungkook reaccionaba era horrible de ver, parecía estar asustado de todo; ni siquiera estoy seguro de qué habrá sido realidad y qué una alucinación para él.

—En realidad, eso no es lo que hace realmente peligrosa a esta droga.

—¿Quiere decir que hay algo más peligroso detrás de todas esas manifestaciones? —preguntó Hoseok, comenzando a preocuparse nuevamente, pues se había calmado un poco al ver la mejoría tras la administración de los medicamentos—. ¿Qué otros síntomas pueden aparecer?

—No deben aparecer síntomas peores que estos. La mayor parte de su comportamiento se deriva de las propias ilusiones y alucinaciones. Al estar deformada su realidad y al ver cosas que realmente no están en su campo visual, todo a su alrededor le parece una amenaza. Lastimarse a sí mismo y a los demás es solo una manera de defenderse de las "cosas" que están frente a él y que no identifica como a nosotros.

—Pero, si todos los síntomas se relacionan con las alucinaciones y ya pusiste tratamiento, según vi. ¿Dónde está la fuente del peligro?

—En el mecanismo de acción. Esta droga funciona igual que unos medicamentos llamados neurolépticos de depósito, también se les llama antipsicóticos. El principal problema es que son, precisamente, de depósito. Esto provoca que, en lugar de aliviarse los síntomas luego de algunas horas, los componentes de la droga se unan a estructuras en el torrente sanguíneo y permanezcan en el organismo por semanas, incluso meses; pero... solo si el paciente resiste tanto tiempo.

—¡¿“Resiste”?! ¡Ahora sí no sé qué decir! ¿No habías dicho que estaba bien? ¿Entonces para qué es ese tratamiento? —Taehyung señaló hacia la vena canalizada de su mejor amigo.

—V, cálmate. Jimin está intentando explicarnos por partes para que entendamos. Esta información es vital. Si él no se encontrase aquí en algún momento y yo tuviera que encargarme de cualquier crisis de Jungkook, necesito conocer estos datos —añadió J-Hope, llamando al hacker a tranquilizarse.

—Lo lamento, Jimin. Estoy un poco alterado.

—No te preocupes, comprendo. El tratamiento que le administré es simplemente el mismo que se emplea en las desintoxicaciones, en conjunto con algunas vitaminas y ansiolíticos. En los documentos no se hablaba de ningún medicamento específico. Tratándose de una droga totalmente nueva, si el antídoto no estaba junto a las muestras es porque no estaba en manos de quien la traía, o simplemente no lo tiene. Sin embargo, que actúe con un mecanismo similar al de otros medicamentos, nos permite asumir que un tratamiento similar es útil.

—Si tomamos en cuenta la considerable mejoría después de tratarlo, creo que podemos asumir que la teoría fue un éxito. Su amigo Kim Jongin es un médico increíble —argumentó Hoseok.

—Es brillante. No dudé ni un segundo de su explicación cuando me dio la alternativa para el tratamiento.

—Escuchando lo que han dicho, yo también estoy más tranquilo ahora, pero hay algo que me inquieta: teniendo en cuenta los síntomas y la forma de actuar de esta droga, ¿acaso planeaban un ataque terrorista o algo así? —expresó su duda V.

—La posibilidad no puede ser descartada, aunque estos síntomas fueron producidos por una sobredosis. El efecto original de esta droga es afrodisíaco, aumenta la líbido y permite a quien la consume desinhibirse, decir y hacer cosas que normalmente le resultarían imposibles; es como una explosión de adrenalina y hormonas —explicó Jimin.

—Así que también se podría pensar en que tiene un doble propósito —inquirió Hoseok, tocándose la barbilla—. Pero, ahora que Jiyeon está muerto y la policía tiene la custodia total de la droga, podemos estar más tranquilos. Sin embargo, gracias al propio Kim, la mafia conoce la existencia de esa droga, si hacen contacto con el mismo colaborador extranjero, podrían complicarse las cosas.

—¡Ahhhh! —El grito sorprendido de V sacó al especialista en infiltración de sus teorías.

—¿Qué pasa, Taehyung?

—¡Maldición! Olvidé por completo borrar nuestro rastro al venir aquí.

—Tranquilo, Jiyeon no está. Todo ha terminado, no tienes que preocuparte por eso ya —agregó Hobi, quien siempre había visto como un poco excesivo el control de información establecido por V alrededor de Nochu.

—¡Tengo que preocuparme, J-Hope! Si Jahangir encuentra a Kook en este estado, estamos acabados —habló sin pensar.

—¿Jahangir? —preguntó Hoseok, sintiendo que acababa de sostener parte de ese cabo suelto que le preocupaba.

«La he jodido. No solo olvidé encubrirnos, sino que también he revelado la existencia de Jahangir. Bien hecho, V, bien hecho», se recriminó en sus pensamientos, tratando de discernir cómo salir de ese embrollo. La idea era mantener a Bangtan fuera de la venganza y comenzar a actuar en conjunto con Asura cuando todo terminara. Ahora no sabía qué hacer.

Por si lo habían olvidado, Jin, Tae y BangPD habían decidido mantener la existencia de Jahangir en secreto. Ahora vamos a ver qué pasa.

Traté de explicar el tema de la droga lo mejor posible, espero se haya entendido.
OJO: la droga es ficticia, pero los detalles sobre su composición, mecanismo de acción, forma de almacenamiento en el organismo, los síntomas y el tratamiento, son de esa manera. Es decir, si una droga así existiera, la sintomatología y el tratamiento serían verdaderamente esos, o unos muy similares.

🛑IMPORTANTE🛑
A partir de mañana habrá actualización diaria de esta historia hasta el capítulo final. ¿Listos para lo que viene? 😈

Chao chan 😘

Hasta mañana.

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