Capitulo 1

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Abrió los ojos con lentitud. Los parpados le pesaban, sentía su cuerpo pesado y la garganta completamente seca. Se incorporo en la cama, sintiendo y escuchando como su espalda tronaba ante el movimiento. Inspiro hondo y acaricio su nuca. En cuanto sus pies tocaron el frío piso de su cuarto, se estremeció ligeramente y poniéndose su bata sobre el camisón, salió de su cuarto.

Las paredes de su casa lucían aún más tétricas desde la caída de Lord Voldemort. Esquivo un charco de sangre que uno de los elfos aún no terminaba de limpiar y siguió de largo hasta llegar a la habitación del extremo contrario a la suya. Toco dos veces, contó hasta cinco y entró.

—Levántate, el tren sale en una hora.—ordenó Lilith.

—Por mi que se vaya.—masculló Theodore sin levantarse de la cama.

—Bien, discútelo en la corte cuando notifiques que no acataste la orden de tu sentencia.—dijo y cerró la puerta.

Retomó el camino a su habitación, tomo su ropa y se metió a la ducha. El agua estaba helada y aunque su piel se estremecía, Lilith tenía la cabeza en otra parte. Parecía que había sido ayer cuando se llevo a cabo la batalla de Hogwarts y mientras que todos sus compañeros Slytherin apoyaron a los mortífagos, ella se dedico a proteger alumnos y miembros de la orden del fénix, salvándole la vida a más de uno.

Pero no por ser una buena persona. No, claro que no. Lilith era todo menos buena.

Ella solo era muy astuta.

¿Un mestizo con aires de grandeza que proclama la supremacía de la sangre? Estúpido. Simplemente estúpido. Tendría que matarse a él mismo en ese caso.

Lilith a diferencia de su estúpido hermano, no se involucro con los mortífagos, ni con los magos de la luz. Ella sabía que alguno caería y estaba segura que sería Voldemort, por lo que ella estaría ahí, lista para salir invicta de la guerra.

Gracias a su participación fue que su hermano, pese a ser uno de los mortífagos más jovenes, se le perdonaron la mayoría de los cargos, teniendo como castigo el cumplir su último año en Hogwarts y una vez culminado sus estudios debería ir a firmar cada fin de semana al ministerio y no tendría permiso de salir del país.

En realidad no era una gran condena, principalmente también porque Theodore no había cometido más crimen que el portar la marca y torturar uno que otro alumno. Por otra parte, su padre no tuvo la misma suerte y fue condenado al beso del Dementor.

Una vez estuvo lista, tomó su baúl y no espero a ver que sucedía con su hermano, simplemente se apareció en la estación 9 3/4. Muchos alumnos se despedían alegremente de sus familiares, felices de iniciar un nuevo año en Hogwarts, el verdadero Hogwarts.

Se cubrió con su capa lo más posible para pasar desapercibida y entró al primer vagón vacío que encontró, cerrándolo con magia. Bajo la cortina y acomodó su baúl, sacando en el proceso uno de sus libros favoritos para volver a leerlo durante el viaje.

—¡Draco!—escucho la voz de Astoria.

Inmediatamente puso los ojos en blanco y con un movimiento de varita hizo que no pudiera escuchar ningún ruido. No quería escuchar como su ex novio se coqueteaba con la chica con la cual la engaño.

Había sido novia de Draco Malfoy desde que tenía nueve años. Se conocieron a los seis años cuando sus padres hicieron una reunión y a partir de ahí se vieron al menos cinco veces al año durante una semana en la Mansión Malfoy. A pesar de ser unos niños, sus padres, en especial Lucius Malfoy, estaban verdaderamente complacidos con su noviazgo infantil e inocente.

Despues de todo, Draco era un Malfoy, multimillonario sangre pura, y aunque Lilith no tenía mucho dinero, era una Nott. Ella pertenecía a una familia tan pura como los Malfoy.

Ella en verdad amaba mucho a Draco, cuando ambos entraron a Hogwarts, Draco fue su más grande apoyo ya que no era buena haciendo amigos, en realidad, en sus ahora siete años en Hogwarts, no tenía una sola persona a la cual llamar amigo. Hizo una mueca al recordar cuando encontró a Draco follandose a Astoria en el cuarto del chico, ella había entrado para darle un regalo por su octavo aniversario.

Draco termino con ella para estar con Astoria.

Despego la vista de su libro en cuanto vio que llegaron a Hogsmeade. Tomó sus cosas y salió del tren, ingresando al primer carruaje disponible. En cuanto estuvo en el Gran Comedor, se sentó en una esquina alejada y continuo leyendo.

Lilith amaba leer, era maravilloso, te permitía ignorar a las personas y al mundo mientras te introducías en un mundo nuevo y maravilloso donde nada podía afectarte. Ella podía envolverse tanto en su lectura que era capaz de ignorar toda la ceremonia de selección, la cena y las miradas curiosas y juzgadoras de sus compañeros, justo como ahora.

—Buenas noches a todos.—saludó Minerva McGonagall, la actual directora, una vez que acabaron de cenar.— Iniciando un nuevo año en Hogwarts, en nuestro bello y reconstruido Hogwarts, es momento de dar ciertos reconocimientos que no se dieron durante el verano por falta de tiempo. Estoy hablando de los premios anuales, que, al igual que siempre, serán dos.—Hizo una pausa y dijo:—¡Hermione Granger!

Las mesas de Gryffindor, Ravenclaw y Hufflepuff rompieron en sonoros aplausos mientras la joven castaña se acercaba a la profesora McGonagall quedando sonriente frente a todos.

—¡Lilith Nott!

Esta vez los aplausos fueron muchos menos, pero no un silencio rotundo, despues de todo, muchos de los alumnos de ahí le debían la vida a la chica. A pesar de esto, ningún Slytherin aplaudió.

Lilith se colocó junto a Hermione y despues de que la profesora McGonagall terminará de dar el discurso, las llevó hasta su sala común en lo alto de una torre, era custodiada por el retrato de una bella hada del bosque, que en cuanto llegaron, dijo con voz melodiosa:

—Contraseña.

—Plumas de algodón.—dijo la Directora y miro a ambas chicas.—Bueno, entren. Espero sepan tomar la responsabilidad que ahora llevan en sus hombros, pero se que ambas son más que capaces. Buenas noches, señorita Granger, buenas noches, señorita Nott.

Ambas chicas ingresaron a la sala común, la cual estaba decorada en tonos dorados y plateados. Había una hermosa sala con una chimenea, una barra de bebidas, un comedor y una escalera que guiaba a los dormitorios. Subieron las escaleras y vieron que sus cosas ya estaban en sus respectivos dormitorios.

—Creo que sería bueno estipular algunas reglas.—dijo Hermione rompiendo el silencio.

—De acuerdo.—dijo Lilith.

Bajaron de nuevo y se sentaron en la mesa del comedor, Hermione invoco un pergamino y una pluma, poniendo como titulo en letras mayúsculas: Reglamento Premios Anuales.

—Muy bien, yo diré una y tu otra hasta que estemos satisfechas y debatiremos aquellas en las que no estemos de acuerdo, ¿si?—Lilith asintió.—Bien, empiezo yo: No bajar puntos innecesariamente solo por ser de la casa rival.

—De acuerdo. No traer hombres a la sala común.

—Me encanta la idea. No debatir los castigos o baja de puntos que cada una imponga.

— ¿Por que no mejor te encargas tu de Slytherin y yo de Gryffindor? Así será imparcial y con las otras dos casas no hay discusiones.—opino Lilith.

—Me agrada la idea, pero si te sobrepasas con mi casa, lo discutiremos.—dijo Hermione

—Hecho.

—Bueno, ¿tienes alguna otra cosa en mente?—pregunto Hermione y Lilith negó.—bien, entonces creo que es todo. Lo mejor será ir a descansar, mañana es el primer día.

—Buenas noches, Granger.

—Buenas noches, Lilith.

A la mañana siguiente, Hermione Granger y Lilith Nott se dirigieron juntas al Gran Comedor, frente a las puertas del Gran Comedor había un tumulto de muchos alumnos y una alumna de Hufflepuff salió corriendo, llorando. Ambas premios anuales se miraron con una ceja alzada y se acercaron.

—¡Hermione!—exclamo Ginny Weasley corriendo hacia ella.—Han hecho algo horrible.

—¿Qué ha pasado, Ginny?—pregunto Hermione confundida.

—Mierda.—susurro Lilith.

Hermione siguió la mirada de Lilith y jadeo de indignación. Arriba de las puertas del Gran Comedor estaban pegadas unas bragas rosadas y recitaba un mensaje por encima de ellas con tinta roja:

"Todas las zorras serán colocadas aquí, una por una, cada día y por cada casa hasta llegar a la perfecta y la callada. Se inicia con Hannah Abott"

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro