Capitulo 10

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La mañana de Navidad, Lilith se levantó al ser sacudida bruscamente por Ginny, quien extasiada, le rogaba que por favor bajaran a ver los regalos, por lo que colocándose un suéter encima de su pijama de satín, bajaron junto a Hermione a ver los obsequios. 

—¡Mis niñas! ¡Feliz navidad!—exclamo la señora Weasley, abrazándolas.

—Feliz navidad.—sonrió Lilith.

—Feliz navidad, Lilith.—dijeron la mayoría de los Weasley y Harry en desorden pero con una sonrisa.

—Feliz navidad, hermosa Lils.—dijo Fred en un sofá con sus regalos.—acá junto a mi estan los tuyos.—señalo un montón de regalos.

Confundida, Lilith miro el montón de regalos con el ceño fruncido. No esperaba tener muchos obsequios. Se sentó junto a Fred, quien le sonrió y todos continuaron desenvolviendo sus regalos.

El matrimonio Weasley le había obsequiado un jersey Weasley en color verde esmeralda y unos bocadillos de fresa que le encantaron. Ginny le obsequio una preciosa pulsera de cuero, Hermione unos libros de historia de la magia (la materia favorita de Lilith). Fred, por su parte, le regalo una preciosa cajita musical de porcelana con detalles en oro.

—Es preciosa, gracias.—dijo Lilith con una sonrisa y las mejillas ligeramente sonrojadas.

—De nada, hermosa Lils.—le guiño un ojo.

—¿De quien son los demás regalos, Lilith?—pregunto Ginny con curiosidad.

—Aún no reviso.—comentó acercando el regalo.

El primero era de su hermano, no le sorprendió. Theodore cuando quería le regalaba cosas y cuando quería la ignoraba, no se enojaba, ella era igual. Le había obsequiado un libro de artes oscuras. Despues estaba el de Blaise, quien como cada año le regalo una fotografía de el y una botella de amortentia. Por último estaba el de Madame Zabini, una mujer que prácticamente había sido una madre para Lilith. Ella, coherentemente, no abrió el obsequio.

—¿Por qué no lo abres?—pregunto Ron confundido.

—Siempre me da cosas...intimas.—respondió Lilith.

Y con intimas se refería a una cara colección de ropa interior.

—Lilith, aquí hay otro regalo para ti.—comentó George desde el otro lado de la sala.—dice que es de...Narcisa Malfoy.

—¿Seguro?—Lilith frunció el ceño y estiro la mano. 

George le estiro la mano y Lilith recibió una gran caja blanca con un moño rosa. Al abrir la caja, Ginny y Hermione jadearon de asombro y Lilith contemplo un costoso vestido de seda color esmeralda. Con la misma rapidez, lo volvió a cerrar.

—Que raro...me pregunto si pensara que ire esta noche a su baile.—

—¿Baile?—Hermione y Harry la miraron confundidos.

—Los Malfoy siempre han realizado el baile de navidad. Un evento bastante reservado y bueno, claramente todos los años he ido y Cissy o Draco siempre me envían un vestido, pero no esperaba que este año lo hiciera, no cuando...bueno, ya no es mi pareja.

—Quizá fue un error.—opinó Bill.

—Lo dudo...—murmuró Lilith.—¿Alguien puede prestarme una lechuza?

—Puedes tomar a Hermes.—ofreció Percy.

—¿No es algo mal educado que les regreses el obsequio?—pregunto Hermione al ver que Lilith sellaba la caja igual que como llego y le daba el paquete a Hermes.

—Créeme, cuando tratas con familias como los Malfoy, es mejor no deberles nada.—dijo Lilith y envió el paquete.

—Bueno, bueno.—dijo Molly aplaudiendo y llamando la atención de todos.—¿Qué tal si todos nos arreglamos, desayunamos y vamos a pasar la tarde al Callejón Diagon?

—¡SÍ!—gritaron todos excepto Lilith, quien solo sonrió y asintió.

Despues de una corta pero agradable ducha caliente y de un fabuloso desayuno, Lilith y los demás se aparecieron en El Callejón Diagon. Se dividieron en grupos y Lilith terminó con Harry, Ginny y los Gemelos.

Primero pasaron por un helado y despues vagaron por los escaparates. Ginny pasó a comprar el kit de mantenimiento para su escoba al igual que Harry y despues pasaron a la botica por unas cosas que los gemelos necesitaban. 

—Lils, ¿si tomó esto puedo hacer una poción para dormir?—pregunto Fred mostrando un bote con gotas de moco de gusarajo.

—¿Me preguntas o me afirmas?—cuestiono Lilith enarcando una ceja en alto.

—¿Te afirmo?—dijo lentamente.

—Weasley.—llamó de manera amenazante, Fred sonrió inocente y George soltó una carcajada.—entonces, ¿de que han servido las tutorías? te voy a...

—¡Sí! ¡Sí es para eso! ¡Me lo llevo!—exclamo Fred corriendo al mostrador.

—¿De que tutorías hablan?—pregunto Harry.

—Lilith le ha estado dando tutorías a Fred desde hace un tiempo.—explicó George.

—Pero, ¿cuando? siempre estamos en Hogwarts.—dijo Ginny confundida.

—¿No sabían?—George miro a su hermana confundido.—Fred ha estado yendo a Hogwarts todas las tardes de 5 a 8 en un salón privado que les brindo McGonagall.

—¡Lilith!—chilló Ginny.

—¿Mmm?—Lilith miraba unos frascos de ramitas de valeriana.

—¿Te has estado viendo con mi hermano?—pregunto Ginny sorprendida.

—Puros motivos escolares.—respondió Lilith.—McGonagall quiere que tome las tutorías porque quiere presentar sus EXTASIS.

—¿Eh?—Harry miro confundido a Fred.—pensé que no querías presentar esos examenes, por eso tu y George se fueron de Hogwarts, dijeron que no valían la pena.

—Mm...bueno...—Fred sonrió nervioso ante la mirada curiosa de todo, excepto de George, quien sonreía burlón.

La campana del local sonó, pero ninguno de ellos le hizo caso, pues esperaban impacientes la explicación de Fred sobre el porque iba a presentar dichos exámenes si en realidad a el no le importaban.

—¿Lilith?—llamó una voz a sus espaldas.

Lilith se giro de inmediato, reconociendo la voz. Narcisa Malfoy la miraba sorprendida. Se encontraba vestida exquisitamente con una costosa túnica negra e iba acompañada de dos aurores, probablemente debido a lo de su arresto domiciliario.

—Señor Potter.—saludó Narcisa.

—Señora Malfoy, buenas tardes.—saludó Harry.

—Buenas tardes. Weasleys.—asintió a los pelirrojos, quienes asintieron de nuevo. El ambiente era tenso, pero menor a lo que sería si hubiera sido Lucius o Draco Malfoy. Narcisa miro a Lilith, quien le sonrió levemente.—Querida, Draco me dijo que te habías quedado en Hogwarts porque querías estudiar para tus EXTASIS, ¿porqué me regresaste el vestido que te obsequie? 

—¿Draco...le dijo...?—Lilith la miró confundida y Narcisa asintió.

—Pensaba hablar con la directora para que te permitiera salir solo hoy para el baile, Draco se compro un traje a juego con el vestido que te envié, ¿qué haces aquí?—pregunto Narcisa.

—¿Ese idiota espera que vayas con el a ese baile?—intervino Ginny molesta.

—¿Disculpa?—Narcisa la miro indignada y levanto la barbilla.—Lilith y Draco estan por cumplir una década de noviazgo, no veo porque Lilith no bailaría con el.—dijo con frialdad.

En ese momento todos la miraron con sorpresa, comprendiendo un poco lo que sucedía. Ginny y Lilith compartieron una mirada y esta última regreso la vista a Narcisa, quien aunque no lo demostraba, empezaba a intuir que desconocía algo.

—Señora Malfoy...

—¿Desde cuando me llamas así, Lilith? Eres casi mi hija, llámame Cissy, por Merlín.—la riño con el ceño fruncido.

—Cissy.—se corrigió Lilith y con nerviosismo, suspiro.—Draco y yo terminamos en nuestro octavo aniversario...ya no estamos juntos.

—¿Cómo dices?—Narcisa empalideció.—Seguramente fue un problema menor, Lilith. Aún pueden arreglarlo, seguro que...

—¡Su hijo la engaño con esa tonta! ¡Ella no va a volver con el!—grito Ginny molesta.

—¡Ginevra!—Lilith la miro ceñuda.

—¿Con quien te engaño?—pregunto Narcisa con frialdad.

—Astoria Greengrass..—murmuro Lilith.

—Entiendo...—Narcisa levanto la barbilla de nuevo y los miro con frialdad, deteniéndose en Lilith.—Siempre eres bienvenida en nuestra casa, Lilith. Espero tener noticias de ti y te enviare de nuevo el vestido, es un obsequio de mi parte, por favor recíbelo.

—De acuerdo, gracias Cissy.—dijo Lilith.

La señora Malfoy asintió y salió rapidamente del local siendo vigilada por los aurores. En cuanto ella se fue, Lilith suspiro y se toco el pecho con preocupación.

—¿Por qué no me dejaste decirle la verdad sobre su hija?—Ginny la miro molesta.—Ese maldito hurón botador...

—No lo entiendes, Ginny.—negó Lilith.—comprendo de cierta manera que no les dijera, sus padres nunca han sido fanáticos de los Greengrass...merlín, Lucius va a querer matar a Draco.—susurró preocupada.

—Esa no es tú culpa.—dijo Fred pasando un brazo por encima de sus hombros.

—El fue un imbécil, no debes preocuparte por el.—dijo George.

—Es verdad, ignóralo Lilith. Estábamos muy bien antes de este encuentro, sigamos así.—dijo Harry.

—Sí...tienen razón.—asintió Lilith.

Le preocupaba pensar en el castigo que Draco podía llegar a tener, pero al mismo tiempo considero que no había de que preocuparse. Ella no había hecho nada malo y todo lo que sucediera a partir de ahora, no era más que el karma de Draco Malfoy.

—Anda, hermosa Lils.—dijo Fred sacándola de la botica.—te regalare una bonita bufanda Gryffindor para que pienses en mí.








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