Veintidós

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

La familia de Jimin y Jungkook habían ido a cenar afuera para así dejar a los novios un último ensayo. En los últimos días con tantas decoraciónes aquí y allá, Jimin no había dejado que nadie diera un vistazo a dónde sería la boda. Aquel especie de vivero estaba decorado hermosamente con unos últimos detalles que faltaban.

—Llegaron a tiempo —decía Jungkook con una sonrisa más relajada.

Taehyung iba a encontrarse con Jimin que estaba retocando unos últimos detalles mientras estaban a la espera del padre.

—Te ves más relajado —soltaba Seokjin al pelinegro.

—Llamaron de la tienda de novios y novias, podrá arreglar mi pantalón —decía sonriendo dulcemente con sus dientitos similares a los de un conejo.

—Genial, mañana temprano iré por él —afirmaba Seokjin.

Un sonrisa débil se dibujaba en su rostro a ver a Taehyung a la distancia.

—¿Cómo va todo con tu esposo? —soltaba Jungkook.

La piel de Seokjin se erizaba.

—Kook

—Bueno, te conocí casado. No me acostumbraba a llamarte divorciado y ahora ustedes están...Intentándolo de nuevo —rascaba su nuca—. Como si las cosas volvieran a ser como antes.

Seokjin suspiraba.

—Créeme que nada es como antes

—¿Eso es bueno o malo? —preguntaba Jungkook.

—Taehyung está dando pasos de bebé conmigo y yo... —otra exhalación frustrante—. Tengo que ir más despacio.

Una palma grande presionaba su hombro.

—Si llegaron hasta aquí encontrarán su equilibrio —decía el pelinegro.

Seokjin asentía sin siquiera estar seguro de si eso pasaría o no.

Por su lado Taehyung observaba a Jimin hacer su trabajo meticulosamente con algunas flores.

—Eso está perfecto ¿Qué se supone que estás haciendo? —preguntaba ladeando su cabeza.

Jimin resoplaba—. Aquel lado está bien, este estaba chueco —decía acomodando una flor en otra "posición".

—Lo que tu digas, Wedding Planner.

—¿La leíste? —preguntaba Jimin de la nada.

—¿Eh?

—La carta de Baekhyun ¿La leíste? —repetía.

Taehyung se acercaba más para ver de cerca a Jimin y luego suspiraba.

—Si lo hice —respondía—. Pero no lo sé. La volveré a leer

—¿Y eso por qué? —cuestionaba.

Taehyung se encogía de hombros—. Lo haré cuando salga de aquí, leeré entre líneas, yo que sé. Tengo miedo ¿Sabes? —soltaba y de repente Jimin dejaba de hacer lo que estaba haciendo para poner toda su atención en el azabache.

—¿Por qué, tigresito? —preguntaba con dulzura—. ¿Aún lo amas o no? —Taehyung asentía.

—Y es jodidamente abrumador —respondía—. Quiero ir lento, quiero analizar cada escenario —suspiraba—. Si me precipito quizás y lo arruino.

Jimin lo miraba con ceño fruncido—. Tienes que dejar que creer que van a explotar en cualquier momento

—Lo sé... —suspiraba y el gran timbre de la casona llegaba hasta sus oídos.

Ambos novios iban a paso acelerado para recibir al padre nuevamente.

Seokjin se movía junto a Taehyung, tenía ganas de acariciarlo y besarlo, pero luego de haberlo visto casi huir de él, Seokjin no sabía cómo manejarse.

—Puedes besarme si sientes de hacerlo —decía Taehyung al verlo algo así como cohibido.

Una risa debil tiraba de los labios del castaño.

—No quiero volver a asfixiarte —respondía.

Taehyung se mordía el labio, se acercaba y acariciaba a Seokjin en la mejilla, este cerraba los ojos haciendo presión hacía el dulce tacto. Taehyung podía notar como el castaño se derretía, con su pulgar tocaba el labio inferior carnoso de SeokJin y él deseaba besarlo, también sentía la tensión de saber si dar o no el jodido primer paso.

Se abalanzaba de forma lenta para besarlo, pero Jimin aclaraba su garganta, ambos veían a los novios con el padre en medio de ellos. El hombre los miraba con el ceño fruncido y sus ojos algo entrecerrados.

—El padre está listo para el ensayo —soltaba Jimin.

—Genial, si —decía Seokjin, Taehyung asentía y se colocaban en su lugar.

Jungkook se acercaba sacando de su bolsillo dos cajitas de cristal y extendía una a cada uno.

—Tú —decía a Seokjin—. Llevarás el anillo de Jimin por mi y, tú... —se referia a Taehyung—, llevarás el mío por Minnie

—Puedo lidiar con Seokjin a cargo de los ani-....

—Sshh —le chistaba el pelinegro—. Ya está decidido, no me des dolores de cabeza.

Seokjin reía y Taehyung ponía sus ojos en blanco tomando la cajita de cristal.
El pelinegro se acomodaba en su lugar mientras Jimin tomaba su teléfono y se posicionaba en su lugar para desde ahí, dar play a la música.

El padre pasaba por en medio de los ex esposos y con dulzura se aseguraba de preguntar—. ¿Pelearán otra vez? —cuestionaba mirando a ambos.

Taehyung se ponía rojo y negaba de inmediato. Seokjin quería morderle las mejillas—detalle que solía hacer cuando estaban casados—pero debía contenerse.

—Lo lamentamos, no sucederá de nuevo —decía Seokjin.

—Es bueno ver qué admitieron sus sentimientos, los cuales eran muy obvios —decía el cura—. Y yo solo los ví una vez.

El anciano se posicionaba como si nada y Taehyung tenía un brillo adorable en sus ojos al mirar a Seokjin, este le sonreía de forma dulce.

La música comenzaba a sonar, cada uno miraba a Jimin quien caminaba con una sonrisa muy adorable y Jungkook lo esperaba con otra igual. Luego de diferentes intercambio de palabras y solo un poco de sus votos, el padre indicaba cuando debía ser el momento de los anillos. Los padrinos debían de abrir la pequeña caja de cristal para que los novios solo tomarán el objeto pequeño circular.

Todo había salido perfecto, aunque obviamente sabían que sería diferente una vez que el momento real se presentará. Taehyung había mirado el anillo que pertenecia a Jungkook y le parecía hermoso. Ambos eran dorados con detalles en oro blanco.

Debían de guardalo y para más seguridad cada uno lo había dejado en su traje. Esa noche cuando la familia había vuelto estaban revolucionados, todos los estaban. La boda sería a las tres. Jimin tenía todo organizado para que la familia estuviera ordenada, también llegarían aquellos que habían confirmado asistencia para el momento, no eran muchos, pero también eran cercanos.

Cuando la casa finalmente estaba sumida en silencio, Taehyung se encontraba en su habitación solo, observando el traje que debía de usar y terminando de guardar sus cosas.
Había arreglado todo para el lunes comenzar en su trabajo, había pactado con cada proveedor para verlos y más tardar el miércoles ya tener abierto el restaurante buffet.

Suspiraba luego de haber terminado todo, mañana ya sería el último día y la gran boda, luego vendría el después. Un después que le llevaba al límite y a comenzar a re plantearse muchas cosas.

¿Estaba haciendo lo correcto? Para ser honestos aún se sentía incómodo alrededor de Seokjin, una cosa era el sexo casual que habían tenido, solo un par de pocos encuentros. Pero ahora se venía el resto y eso lo aterrorizaba.

Hurgando bajo su almohada tomaba la carta de Baekhyun y la abría suspirando—otra vez—se ponía de pie y leía cada párrafo. Sacudía la cabeza no entendiendo el tipo de hombre que era Baekhyun, un hombre increíble, no le cabía duda.

¿Pero que tal si también estaba equivocado? Él no tendría que haberse ido así, quizás si no lo hubiese hecho Seokjin ni siquiera lo hubiera considerado. Dios, tenía la cabeza jodida y estaba cagado de miedo.

Casi de forma literal, estaba muriéndose.

Guardaba la carta para luego devolversela a su dueño, Seokjin. Se acercaba a su traje gris plata, muy hermoso y revisaba la cajita de cristal, la tomaba en sus manos y sacaba el anillo que pertenecia a Jungkook.

Él podría... quizás, solo...¿probarlo?.

Inconscientemente, desde su divorcio, Taehyung había puesto rápidamente diferentes anillos en su dedo anular porque le molestaba la sensación de vacío. No porque extrañará a Seokjin, solo que su mano se sentía vacía. Los anillos que usaba siempre eran de plata u oro blanco. Nunca de oro.

—Solo lo probaré... —murmuraba para si mismo.

Retiraba su anillo de plata y, así lo hacía. Ponía el anillo de oro con detalles en oro blanco, se le veía jodidamente bien en su dedo anular.

Sonreía como imbécil al usar una argolla de matrimonio ajena, suspiraba apartando pensamientos suicidas y se quitaba el anillo.

O al menos eso intentaba, porque el anillo parecía no pasar el hueso medio de su pequeña y larga extremidad.

—Mierda, mierda, mierda —decía tirando con fuerza—. ¿Este conejo tiene los dedos más delgados que yo? —resoplaba lleno de nervios—. Joder, sal de una mald--...Ita vez —tiraba y dolía—. ¡Mierda!.

Estaba jodido, debía de correr al baño cuanto antes para intentar sacar la argolla de su jodido dedo o Jimin y Jungkook lo matarían, con justificada razón.

El tiempo pasaba, tironeaba y enjuagaba con jabón, pero nada. Estaba comenzando a hiperventilarse de los nervios, necesitaba ayuda o él se desvaneceria en cualquier momento.

Sus ojos tenían lágrimas por el dolor de haber tironeado el objeto y querer retirarlo con desesperación. Se aproximaba a la puerta respiraba profundamente y pensaba en sus opciones.

Jimin, lo mataría, no era una opción. Jungkook, era igual de imbécil que él y por miedo al pequeño Minnie, terminaría cortando su dedo y él no quería perderlo. Minjae...si, Minjae podría, pero no. El chico aún sabiendo que algo estaba naciendo entre Seokjin y él, no dejaba de comérselo con los ojos. Minjae, no era un jodida buena opción.

Abría la puerta y con un puchero en sus labios, daba unos cuantos pasos y golpeaba la puerta de la habitación de Seokjin.

Pobresito jajajaja ya se termina la burbuja de la casona 👀👀👀

Les gustó?

Con amor Niñita Nany 💜

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro