❥ my one and only

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Mis manos hacen contacto con el frío metal rojo frente a mí. La brisa revolotea mi cabello y en un segundo mis mejillas se empapan de aquella agua salada.

Suelto un suspiro pesado. Mis labios se mantienen ligeramente abiertos ante la pequeña sensación de tranquilidad que aseguraba no duraría por mucho tiempo.

Mi mirada se posa en la luz de las pocas estrellas que alcanzan a verse. Aunque es de noche, parece que ni siquiera las estrellas tienen ánimo de salir y alumbrar el cielo.

Me encamino hacia el pequeño escalón que se encuentra a unos simples metros a mi izquierda, debajo de esta, reposa una pequeña hoja de papel, apenas visible. Pero yo la conocía ya perfectamente.

Tomo la hoja entre mis manos, viendo la fina caligrafía escrita sobre esta. En tinta negra y con las palabras "siempre serás mi único amor" escritas sobre él.

El aire se vuelve a hacer presente, haciendo que el pequeño papel se deslice de mis dedos, llevándose mi alma junto con él. Mis esfuerzos por tomarlo en el aire son vanos, y solamente le puedo ver desaparecer frente a mis ojos.

Las lágrimas no tardan en aparecer. El viento se ha llevado el único recuerdo, su única esencia. Lo último que me quedaba.

Mi última esperanza para sobrevivir.

Me abrazo a mí mismo ante la soledad que me queda. Mis mejillas se empapan aún más y parte de mi camisa se humedece también.

—¿Tae? —aquella voz tan reconocida hace que deje de respirar por unos segundos, mis ojos se agrandan y me permito apartar los mechones húmedos de mi rostro.

Mis ojos chocan con aquellos ojos café que tanto anhelaba ver cada mañana. Me permito observarle por varios segundos. Luce exactamente igual a él. Sus finos y rosados labios, sus ojos grandes y con aquella tranquilidad que sólo él sabía transmitir. Su voz tranquilizante y amena. 

—¿Jungkook? —el pelinegro entonces me regala una sonrisa.

Y quiero llorar otra vez.

—hey, cariño, no llores. —mis sollozos se hacen más fuertes y sólo puedo cubrir mi rostro con ambas manos— tengo la nota, tranquilo.

Vuelvo a mirarle, él me dedica una sonrisa y muestra la mano derecha, con un pequeño papel abrazando sus dedos.

—pero acabo de-

—la alcancé a tiempo. —me interrumpe, sonriendo esta vez más amplio.

Me acerco a él, y entonces no hay necesidad de decir o hacer nada, porque sus brazos envuelven mi cuerpo en un cálido abrazo que hacía tanto necesitaba. Acaricia mi espalda suavemente, haciéndome perder noción de lo ocurrido en un simple segundo.

Jungkook se separa de mí, y mirándome tiernamente, finalmente deposita un beso en mis labios. Nuestras respiraciones se unen y nuestros labios se mueven lentamente, casi como si fuera la primera vez.

Se separa de mí unos segundos después, sonriéndome nuevamente.

—¿qué haces aquí, príncipe?

—venía por la nota. Nuestra nota.

El pelinegro me sonríe nuevamente, sus ojos son capaces de transmitirme calidez y paz, además de un profundo amor que hace mucho tiempo no era capaz de observar. 

Suelto un suspiro más relajado, nuestras miradas se unen y sus sonrisa no se apaga, sus ojos muestran aquel brillo que me hace falta. Jungkook acaricia mi rostro lentamente y me transmite felicidad, que desearía no se desvaneciera nunca.

Me separo de él, mientras me dirijo al mismo escalón de donde había tomado la nota. Mi pie siente la superficie fría y áspera, y en un simple segundo la brisa se hace más pesada.

—¿amor? —regreso mi mirada hacia él ante sus palabras. Mi corazón late a mil por segundo, el aire choca más fuerte sobre mi cuerpo, sin embargo, a pesar del frío y soledad que siento, me permito dedicarle una sonrisa.

Mis brazos se extienden hacia mis costados, dejo que mi cabeza caiga hacia atrás y abro levemente los labios, respirando pesado por unos momentos, casi disfrutando el frío aire que se instala en mis fosas nasales.

Y todos los recuerdos vuelven a mí en los segundos que me detengo a observar el cielo.

—disculpa, ¿tienes una moneda? —mi mirada se dirige al sujeto detrás de mí, que parece incluso temblar.

Una de mis manos entra en mi bolsillo, sacando unas cuantas moneditas que había metido hace varias horas. Extiendo la mano para entregárselas.

—si la próxima semana te encuentro aquí, prometo devolver tus monedas.

Siempre me resultó irreal pensar que nuestra historia había comenzado con algo tan tonto como encontrarnos en la lavandería y que él me pidiera unas monedas.

Pero en realidad no sabía lo que ese chico causaría en mí. Porque la siguiente semana regresó al mismo lugar, y se dirigió a mí casi como la primera vez.

—hey. —mis ojos recaen sobre los del mismo chico de aquel día, esta vez me dedica una sonrisa que parece hipnotizarme al segundo— toma. —una de sus manos se extiende, mostrando unas monedas.

—no hace falta.

—entonces, ¿qué te parece si te invito tteokboki en un restaurante no muy lejos de aquí? —entrecierro los ojos, dudando el aceptar su oferta.

—en unos minutos termina la secadora. —me dedica una pequeña sonrisa.

Y en cuanto la secadora termina su curso, me permito caminar a su lado.

Mis ojos se humedecen y me detengo a pensar por un segundo lo que está a punto de suceder.

—todo mejorará, príncipe. Por favor baja de ahí. —nuestras miradas se conectan, sus ojos demuestran preocupación, sin embargo, vuelvo a sonreírle, como si todo a mi alrededor estuviera bien.

Como si él no me hiciera falta.

—te quiero, Taehyung.

—y yo a ti, Jungkook. —un suspiro proviene de sus labios, agacha la cabeza, entonces le veo apretar los labios, como si estuviera intentando no llorar— ¿pasó algo? ¿hice algo mal?

—no. —responde enseguida, sus sollozos comienzan a hacerse presente mientras le cuesta articular las palabras— es que, yo te quiero de una manera diferente, Tae.

El silencio se hace presente entre ambos, le miro llorar sin alguna idea de qué hacer o decir.

—me gustas, Tae. Mucho. —mis ojos se agrandan ante su repentina declaración. Hay unos segundos relativamente preocupantes, y sólo puedo observarle cubriendo su rostro.

—pensé que era el único con sentimientos. —su mirada se levanta enseguida, mientras me observa detenidamente, esperando mis siguientes palabras— también me gustas, Jungkook.

Su sonrisa se une con la mía, mientras que nuestros rostros se acercan, para en un segundo, sellar aquella confesión con un suave y lento beso.

—amor, por favor...

—Jungkook. —le interrumpo suavemente, su mirada me inspira tranquilidad, sin embargo, niego con la cabeza después de observarlo por varios segundos— es una noche vacía, ¿no crees? —miro con delicadeza las pocas estrellas que adornan el oscuro cielo.

—las estrellas saldrán pronto, sólo debes esperar para verlas. —le sonrío nuevamente.

—podría observarlas de otra manera. —el pelinegro camina hacia mí, y aunque sé que es inútil que pueda ayudarme, me permito detenerlo antes que su piel toque la mía— es muy tarde ya, Jungkook.

—nunca es muy tarde, príncipe.

—mi vida perdió sentido cuando tú dejaste de estar en ella. —hago una breve pausa— sólo quiero paz.

—la paz que anhelas llegará algún día, Tae. He visto cómo te mira ese chico, ¿cómo se llama? —se toma unos cuantos segundos para pensar— el chico bajito, el amigo de Jimin.

—¿Yoongi? —Jungkook asiente con la cabeza— ¿cómo sabes de él? ¿y de Jimin? Nunca los conociste.

—nunca me has visto pero he estado todos los días a tu lado, príncipe. Prometí nunca irme, ¿no es así? —sus palabras aguadan mi corazón, causándome lágrimas incontrolables que no tardan en aparecer.

—nunca te he visto.

—todo mejorará, cariño. Por favor. Toma mi mano y hallaremos una solución. —extiende su mano hacia mí, sin embargo, niego con la cabeza.

Una nota en el espejo es lo único que logro encontrar en la habitación, la observo detenidamente leyendo las palabras que mi novio ha escrito.

| "Te espero en el restaurante" |

Una mirada confundida se instala en mi rostro, tardo un poco en arreglarme y antes de salir de la habitación de hotel, tomo mi chaqueta café. Una vez las puertas del elevador se abren, los pétalos de rosa en el suelo captan mi atención, me abro camino ante el pasillo, observando unas cuantas fotos en las paredes.

Sin fin de fotos que capturaban los momentos de felicidad que Jungkook y yo habíamos pasado.

Las puertas del restaurante se encuentran cerradas y un suspiro escapa de mis labios. Toco unas cuantas veces y después de varios segundos, las puertas se abren, dejando ver el lugar completamente adornado con fotos mías y de Jungkook, flores y al centro, una gran mesa con un marco en forma de corazón.

Me acerco a ella, observando cada detalle de lo que se encuentra a mi alrededor.

—desde la primera vez que te vi, mi corazón tuvo un flechazo. —me doy la vuelta, topándome con Jungkook en un hermoso traje negro— y ahora no me queda ninguna duda de que eres tú con quien deseo pasar el resto de mi vida. —mi novio, que mantenía las manos detrás de su espalda, se arrodilla— ¿quieres casarte conmigo?

Unas pequeñas lágrimas salen de mis ojos, y la sonrisa en mi rostro seguro se nota a kilómetros.

—sí quiero, amor. —mi ahora prometido se levanta, sonriendo. Nuestros rostros se juntan y nuestros labios responden al amor que se ha sellado.

Pero entonces, una vez le vuelvo a sonreír a Jungkook, dejo caer mi cuerpo. Le observo correr hacia mí, como si tratase de detenerme, sin embargo, cualquier cosa es inútil.

La gravedad me ayuda a seguir cayendo en el abismo de mi soledad.

Mi teléfono suena en el bolsillo, por lo que me apresuro a sacarlo de su lugar. Un número desconocido se muestra en la pantalla y lo respondo incluso confundido.

—¿sí?

—¿es usted familiar de Jeon Jungkook? —mi respiración se detiene al instante.

—habla su esposo.

—acaba de sufrir un accidente, un autobús le atropelló y está gravemente herido. —todo a mi alrededor se detiene, como si se tratase de una película— está siendo trasladado al hospital principal  justo ahora, cualquier informe se dará justo allí.

Apenas cuelgo la llamada, me apresuro a tomar un taxi y llegar lo más rápido posible a mi principal destino, y entonces una vez las puertas del hospital se abren, me acerco a la recepción.

—¿puedo saber dónde está Jeon Jungkook? —la chica me mira sin amabilidad— soy su esposo, me informaron que tuvo un accidente. —la castaña me mira extraño, sin embargo se extiende a su computadora, buscando el nombre de mi esposo, o al menos eso espero.

Sin embargo, unos segundos le toma hacer un gesto extraño, me mira preocupada, y entonces se inclina al teléfono a su lado. Espero a que me dé indicaciones.

—el doctor ya viene. —le dedico una reverencia, y me dirijo a unas pequeñas bancas blancas a unos cuantos pasos.

Mis piernas tiemblan y mi respiración es agitada.

—¿familiar de Jeon Jungkook? —me levanto de mi asiento, dirigiéndome al señor con la bata llena de sangre— hicimos lo que pudimos, pero lamentablemente perdió mucha sangre y muchos de sus huesos se fracturaron, falleció hace unos minutos.

Mis ojos se agrandan y mi respiración comienza a fallar, cubro mis labios con ambas manos y me permito llorar desconsoladamente. Me tumbo al piso mientras las lágrimas salen descontroladamente. Sólo pienso en la posibilidad que esto sea una pesadilla, porque realmente deseo que lo sea.

—lo llevaré a él, por favor sígame. —contengo un sollozo, levantándome del áspero suelo, y entonces, con las pocas fuerzas que tengo, comienzo a seguir su paso.

Pero entonces veo su cuerpo en una de las camillas.

Mi mundo se desmorona y me acerco corriendo hacia él. Mis brazos rodean su cuerpo, deseando que en cualquier momento se despierte y me diga que todo estará bien, sin embargo, mis lágrimas no parecen causar ningún efecto, puesto que mi esposo sigue con los ojos cerrados.

—amor, mi príncipe, despierta, por favor. —lo abrazo con más fuerza, sin importarme que esté cubierto de sangre— Jungkook, te lo suplico. —sin embargo, ninguna respuesta me es dada.

Más lágrimas salen de mis ojos, mi rostro se hunde en su pecho que no recibe señal alguna de latidos que me indiquen que él sigue conmigo. Mis sollozos aumentan en segundos y me importa muy poco si la gente a mi alrededor me escucha.

Ninguna otra imagen se aparece delante mía, y tampoco hay seña de dolor sobre mí.

Porque todo ya ha desaparecido en el momento que mi cuerpo cayó desde aquel puente.

En mi siguiente vida, prometo buscarte y encontrarte.

Porque mi único amor, eres tú, Jeon Jungkook.

Y sin ti, no tengo alguna razón para seguir viviendo.

Bueeeeno, ¿qué tal están? antes que nada quiero agradecer infinitamente a @YesenM por tremenda portada y banner, les recomiendo pasarse por su perfil, podrán encontrar más del arte que hace.

Y bueno, quería explicar un poco el título de esta historia, porque siento que leyéndolo simplemente así, podría no dar mucho sentido.

All You Left Behind, significa "todo lo que dejaste atrás", y en esta historia podemos ver ambos lados de este significado.

En primera, tras la muerte de Jungkook, puesto que aunque claramente él no quiso morir, dejó atrás a su esposo, al amor de su vida, y prácticamente todo. Esto dejó un dolor profundo en el corazón de Taehyung y podemos ver cómo nunca pudo recomponerse de esto. ¿Era culpa de Jungkook? no, ¿él quiso que así pasara? tampoco.

Y en segunda, tras la muerte de Taehyung, que aunque realmente no podemos ver lo que pasa después, hay una parte en la que Jungkook habla de Yoongi y Jimin, siendo ellos sus únicos amigos y de cierta manera su manera de olvidar un poco lo que siente, sin embargo, Taehyung no se detiene a pensar en esto, está tan sumido en su dolor y ni siquiera se da cuenta que Yoongi le quiere, y que Jimin también le aprecia. ¿fue culpa de Taehyung? en lo absoluto.

Pero con esto, sólo quiero que sepan que hay alguien que se preocupa por ustedes, y si piensan que no, yo soy una de esas personas. Ustedes son importantes, y si están pasando por un mal momento, quiero que se detengan a pensar sólo un segundo en todo lo que dejan detrás.

Ustedes son increíbles, y si algún día necesitan hablar con alguien, desahogarse, lo que sea, que sepan que mi chat está siempre abierto, soy una completa extraña, y lo sé, pero son importantes, y yo me preocupo por ustedes.

Y bueno, finalmente agradezco mucho que estén aquí, leyendo, me hace muy feliz, de verdad. Bonita día, les quiero <3

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