⛓️Chapter sixty eight!

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Jimin mantuvo la calma, y con el aumento de su aroma ejerció un dominio silencioso sobre Taehyung para que el menor también lo hiciera.

El silencio que estuvo llenando cada rincón del salón se vio interrumpido por la voz llena de diversión del líder de los rebeldes.

—Admito que es divertido conocernos así, Park Jimin —habló Kaisa, mirando con especial interés al omega pelinegro—. Eres igual a tu difunta madre.

—No ensucies su recuerdo con tu boca —dijo Jimin, mostrando una calma engañosa que advirtió a los demás—. Eres un perro que ladra, y ella fue una reina.

—Una reina a la que le arranqué la corona —atacó el alfa, con el único propósito de provocar.

—Una corona que nadie más que ella pudo usar, ni siquiera tú —contraatacó Jimin, soltando una sonrisa pequeña al ver como los ojos del hombre ardían en ira.

Los ojos de Kaisa se movieron hasta la persona que estaba sosteniendo al menor de los Kim. Soltó un gruñido de inmediato, aquellos ojos dorados lo habían perseguido hasta en lo más profundo de sus pesadillas, y si en ese momento tenía una marcada desventaja en soldados se debía únicamente a la existencia de su maldito hermano.

—Hermano menor —soltó con una mueca de desprecio que fue correspondida con creces—. Tanto tiempo sin verte que no he tenido la oportunidad de felicitarte —siguió hablando—. Lograste lo que no pude —admitió—, pudiste enredar a un Park y engendrar un bastardo.

—Y también seguí siendo el verdadero líder de los legendarios —agregó Yoongi, provocando un gruñido en el otro alfa—. Incluso Jungkook me prefirió a mí, ¿qué se siente ser despreciado por todo aquello que amas?

El cuerpo entero de Kaisa se tensó. Las palabras de Yoongi fueron las correctas, las mismas que alimentaron su odio, que avivaron sus recuerdos, llevándole al momento exacto donde Park YoonWoo quien era el omega que amaba, lo cambió para casarse con una mujer que no valía nada.

—Tienes razón —murmuró, mientras continuaba perdido en sus recuerdos—. Todos los que he amado me han traicionado. Mi hijo... y el hijo de puta de Park YoonWoo —gruñó, exponiendo sus emociones y sosteniendo con mayor fuerza el arma con la que apuntaba al comandante Kim—. Por eso es mejor no sentir amor, porque al final te traicionan de la peor manera, ¿o no, Yoongi?

—Estás desquiciado, Kaisa —habló SeokJin, ganándose la atención de todos—. Haces todo esto por un odio sin fundamento.

—¡Cállate! —bramó el mencionado—. Tú, tú fuiste el mejor amigo de ese maldito, ¡tú sabías lo que teníamos!

—Una relación de amo y esclavo —dijo SeokJin sin dudar—. YoonWoo jamás te amó, siempre fue sincero contigo, y, aunque tú eras un verdadero dolor de cabeza, él siempre te trató bien... incluso llegó a sentir aprecio por ti.

—Yo no quería aprecio —escupió el alfa mayor con rabia y desborde—. ¡Lo quería a él!

—¡Querías la manada! —atacó SeokJin, desafiando a su captor con la mirada—. Querías riqueza y poder, por eso fue que traicionaste —siguió acusando—. ¡Por eso mataste a Park Saran y a Park YoonWoo!

Un ruido seco provocó que la atención cayera sobre Jimin. El omega tenía la piel hirviendo, los colmillos sobresalían de sus labios entreabiertos y los ojos de color rojizo estaban fijos en Kaisa, lo miraba con tanto odio, que, por primera vez, el alfa en su interior se encogió como respuesta automática.

—Voy a matarte —prometió el último de los Park, mirando a su enemigo—. Te juro que voy a matarte.

La amenaza directa hizo que un sudor frío recorriera la frente del líder de los rebeldes. Analizó el dominio de aquel omega a través de lo que la pantalla podía mostrarle; sin embargo, fue suficiente para reconocer el brillo hambriento de sangre que se reflejó en la mirada de Jimin, ese instinto letal que no pudo ver en nadie más que en sí mismo.

Entonces lo supo. Se dio cuenta que Park Jimin no era como Saran, aunque fuesen idénticos físicamente, el hijo tenía el alma manchada en maldad. Tampoco lucía como la esencia de YoonWoo. No, el menor y actual líder resultaba ser algo mucho más cruel, que no le importaría cometer atrocidades para tenerlo bajo sus garras.

Y fue en ese instante donde entendió todas las veces que le dijeron que no lo subestimara, y vaya que lo había hecho.

Resultó peor cuando Kim SeokJin se abalanzó sobre él. El omega había aprovechado esos segundos de distracción para forcejear con Kaisa, dando inicio a una pelea que no tenía asegurado a un vencedor.

Una bala se escapó del arma y golpeó directamente en la pantalla interrumpiendo la señal.

—Iremos al centro de control —decidió Jimin, saliendo de la habitación con rapidez.

Taehyung comenzó a ladrar órdenes. El omega Kim estaba lleno de rabia, y el lobo en su interior permanecía alerta debido a las amenazas constantes a su sangre.

—Yoongi, prepara a los legendarios y avisa al ejército del norte que iremos al centro de control —pidió Kim, siendo obedecido en segundos.

Hubo una explosión en el exterior del campamento, el grito de guerra que estremeció la construcción dio el aviso que un nuevo ataque había dado comienzo.

—Malditos bastardos —gruñó Jimin, mientras ponía a funcionar la seguridad de emergencia de las instalaciones.

Taehyung salió al exterior donde un nuevo caos se estaba formando. Sus ojos audaces recorrieron la extensión de terreno, no tardando en encontrar una escena que sacudió cada porción de su cuerpo de manera peligrosa.

Se trataba de Jungkook, el alfa peleaba en su forma humana con Yugyeom, sin armas de por medio, al menos por el menor de los Min.

<<¿Por qué no se transforma?>> se preguntó el peliazul, sintiendo la necesidad de correr y deshacerse de la amenaza que rodeaba al alfa que amaba.

Entonces, recordó lo frágil que Jungkook se comportaba cuando Yugyeom estaba cerca, lo pequeño que se volvía y como gritaba ayuda silenciosa con sus ojos expresivos. Así que, Taehyung supo que en ese instante el alfa Min estaba teniendo una lucha en su interior que su enemigo utilizaría a su conveniencia para derribarlo de forma definitiva.

Y él no iba a permitirlo.

Revisó a su alrededor con rapidez. Los almacenes de armas estaban vacíos, y no tenía tiempo suficiente para ir en busca de una. Miró la pared cercana, y de ahí tomó una cadena gruesa que decidió llevar consigo para darle un mejor uso.

Estaba furioso, y la única forma de tranquilizar a su omega era dándole lo que tanto exigía: la sangre de su enemigo.

Por ello corrió, corrió con velocidad y sin dudarlo golpeó con fuerza la espalda de Yugyeom hasta derribarlo al suelo. Taehyung no se quedó quieto, se le lanzó encima y con ayuda de la cadena atrapó el cuello contrario, ejerciendo una presión mortal que poco a poco dejó al alfa rebelde sin aire.

—Mírame, maldito, ¡mírame! —gruñó Taehyung, notando como los ojos del alfa se abrían más de la cuenta, con los vasos sanguíneos dilatados y amenazando con sangrar, como el rostro se ponía morado por la falta de aire y como los labios se agrietaban.

El alfa rebelde pateó con fuerza logrando zafarse del agarre impuesto por el omega. Yugyeom tomó grandes bocanadas de aire, en un intento desesperado que sus pulmones dejaran de doler; sin embargo, nuevamente fue derribado al suelo, esta vez por Jungkook.

—Kook —pronunció, mirándole con súplica—. Por favor...

—Mataste a Nam hyung, a Noona y quien sabe cuántos más —gruñó el menor, mientras se encargaba de sostenerlo—. Mereces morir.

Jungkook y Taehyung lanzaron el cuerpo del alfa rebelde boca abajo y ejercieron presión para que no se moviera. El omega Kim se sentó a horcajadas en la espalda agitada de Yugyeom, tomó la cadena y volvió a enrollarla en el cuello maltratado, deleitándose con los gritos desesperados y con los sollozos ahogados.

—¡Suéltenme! —gritó aterrado—. ¡Suéltenme malditos hijos de puta!

—Espero que estés listo para morir —murmuró Taehyung.

El omega tiró de la cadena hacia atrás con todas sus fuerzas. Lo hizo como un domador haría con una bestia, imponiéndose sobre el alfa rebelde que manoteó en busca de aire, en un intento desesperado por sobrevivir.

Jungkook le propinó una serie de puñetazos que desfiguraron el rostro de Yugyeom, mientras tanto, Taehyung continuó ejerciendo presión, dejando que el tiempo transcurrido le arrebatara la vida al cobarde de forma lenta y dolorosa.

Finalmente, el omega Kim tiró con más fuerza de la cadena haciendo que el cuello del alfa rebelde se rompiera de forma inmediata. El crujido resonó en sus oídos, la piel se desgarró, dejando bullir la sangre que su lobo omega tanto quería.

Yugyeom murió bajo el poder de sus propias manos, y a Taehyung le complació saber que Jungkook lo había ayudado.

Llegaron al centro de control más rápido de lo que en un principio creyeron.

Jimin desplegó los ejércitos, a su lado Taehyung caminaba con un objetivo claro en mente, mientras los soldados leales al clan se encargaban de rodear el lugar.

El omega líder no quería admitirlo en voz alta, pero en esos momentos le resultaba de gran ayuda la presencia de Hoseok. El beta estuvo sumergido en el campamento ayudando a los heridos, pero cuando se enteró de la situación delicada decidió abandonar lo que hacía para ofrecer su ayuda.

Fue de esa manera como Jimin pudo obtener nuevamente el mando del centro de control. Hoseok hackeó el sistema interno de la operación, permitiendo el mando al líder Park y dejando a Kaisa en un callejón sin salida.

—No sabemos si el comandante Kim está vivo —murmuró Hoseok, mientras tecleaba con rapidez—. El centro de control tiene muchos atajos, no podremos revisarlos al mismo tiempo.

—No, pero podemos bloquearlos —propuso Yoongi—. De esa manera Kaisa no podrá escapar.

—Ya cerré la salida de emergencia —informó Jimin—. Las cámaras no me han mostrado la presencia de ese bastardo, pero ya lo estoy rastreando.

Taehyung mordió su labio inferior antes de tomar una decisión. Se acercó hasta donde Hoseok continuaba haciendo un rastreo completo del terreno, y sin ningún ápice de duda le hizo una petición.

—Encuentra a mi padre. —Taehyung estaba determinado a no perder más tiempo. No le importaba en lo absoluto el peligro, mucho menos lo que podría ocurrir en caso de cometer un error. Lo único que brillaba con letras grandes en su mente era que su padre, el hombre que le dio todo, estaba en peligro, y que él sería imparable al momento de recuperarlo.

El beta abrió y cerró la boca, al final terminó asintiendo. Tecleó algunos códigos necesarios y en cuestión de segundos tuvo a su disposición todas las cámaras del área.

Taehyung sintió como el aire le faltaba cuando en una de las imágenes reconoció a su padre. El comandante estaba tirado en el suelo, parecía desmayado, y realmente el menor de los Kim quería pensar que era de ese modo.

—Está en la habitación B19 —informó Hoseok.

—¿Cómo llego hasta ahí? —preguntó el peliazul.

Jung se encargó de darle las indicaciones correctas, pues sabía que nada ni nadie detendría al omega. Después, Taehyung se reunió con Jimin para hacerle saber su decisión, y el líder Park no dudó en acompañarlo.

—No tienes que hacerlo, Jim —comentó el menor, al ver las intenciones de su amigo.

—¿Qué estupideces dices? SeokJin es el mejor amigo de mi padre, uno de los pocos leales y con honor, me entrenó desde que era un niño y me salvó la vida —enumeró con convicción—. Le debo mucho, y quiero salvarlo.

Taehyung se limitó a darle una sonrisa agradecida. A la misión se unieron Yoongi, Jungkook, Hoseok, RueSo, Taeyang, G-Dragon y Moonbyul. HyunJin y RiuSang quedaron a cargo de la vigilancia exterior, mientras el grupo ingresaba al centro de control para dar inicio con la verdadera cacería.

Yoongi y Taeyang iban al frente. Ambos generales armados con ametralladoras, luego de ellos iban Moonbyul y Jungkook, ellos acompañaban los pasos de Jimin y Taehyung, cubriéndoles las espaldas. Hoseok y G-Dragon llevaban fusiles, mientras que RueSo era la encargada de vigilar en la pequeña pantalla que sostenía el movimiento interno de la estructura.

Un grupo de soldados aparecieron en el pasillo próximo. Yoongi y Taeyang los eliminaron sin problemas, dejando que los demás avanzaran hacia un mismo objetivo.

—Nos encontraremos con unas escaleras, a unos cinco metros a la derecha —informó RueSo—. Debemos subirlas para llegar al lugar donde se encuentra el comandante.

Las palabras de la alfa se volvieron realidad momentos después. El grupo subió las escaleras, con armas en alto y los instintos a tope.

Las paredes estaban ensangrentadas, habían múltiples cadáveres en el pasillo y la puerta de la única habitación estaba abierta. Taehyung se apresuró a entrar al lugar, seguido de cerca por Jungkook y Jimin.

Encontraron a SeokJin en el lugar indicado. El omega estaba boca abajo en un charco de su propia sangre. Jimin se apresuró a revisarlo, soltando un mínimo suspiro cuando encontró signos vitales en el comandante.

—Está vivo —anunció al resto del equipo.

—Voy a sacarlo de aquí —informó Taehyung con decisión.

El grupo se dividió. Hoseok, Jungkook y RueSo se quedaron apoyando a Taehyung; el beta activó el sistema de emergencia en el campamento, avisando que llevaban consigo un herido que debía ser atendido con rapidez.

Mientras tanto, Taeyang, Moonbyul y G-Dragon decidieron respaldar a Jimin y Yoongi en el momento decisivo de toda aquella guerra que había dejado miles de muertos.

Sabían que el final llegaría con la cacería del cabecilla, y todos estaban listos para reclamar la vida de Kaisa.

—Está en la zona subterránea —avisó Jimin y fue más que suficiente para que iniciaran a preparar una emboscada.

Taeyang y G-Dragon dieron órdenes específicas a sus ejércitos a través de los auriculares. En ese mismo instante, un muro gigante de soldados rodeó toda la salida de la central, impidiendo que el alfa escapara.

—Está atrapado —anunció Taeyang con una sonrisa perversa.

Jimin tomó la mano de su esposo y juntos comenzaron a seguir el rastro evidente que Kaisa iba dejando impreso en el camino. Todos los demás tenían la responsabilidad moral de atrapar al responsable, más por una cuestión de honor y juramentos sagrados; sin embargo, el caso del matrimonio Min&Park era diferente. Ellos fueron víctimas directas de la maldad del líder rebelde, así que estaban ansiosos por vengarse y devolver la paz a sus tierras.

Llegaron al último piso de la construcción, todos con armas en alto y alertas. Rodearon el lugar, revisando cada punto visible y atajos posibles que Kaisa pudo usar para escapar.

—Aquí hay algo —informó Moonbyul.

Yoongi tomó el frente, siguiendo el rastro de sangre que su compañera había encontrado. Dejó escapar un gruñido furioso cuando la esencia total de su hermano mayor le golpeó directamente en la nariz, avisando con ello que el alfa rebelde estaba más cerca de lo que imaginaban.

Se encontraron con una puerta de cristal oscuro. G-Dragon tomó un cilindro de metal y golpeó con fuerza hasta que la puerta quedó hecha pedazos. Uno a uno fueron ingresando al nuevo espacio, dejando fluir sus aromas con el amargo acompañante de la amenaza que tenía como función acorralar al enemigo.

Encontraron a Kaisa en un rincón. El alfa estaba desarmado, pues en su afán de huir no tuvo oportunidad de prepararse.

Todos los generales le apuntaron directamente y sin dudar. Kaisa tembló ligeramente, sintiéndose peor cuando se encontró cara a cara con Jimin y con Yoongi.

—Hermano mayor —habló el líder de los legendarios, regalándole una sonrisa ladina.

—No lograrán nada con esto —aseguró Kaisa con los dientes apretados—. Así que, mátenme de una maldita vez.

Escuchó una risa, y cuando sus ojos buscaron el origen se encontró con unos ojos oscuros bañados en odio, maldad e intenciones dolorosas que le estremecieron de forma involuntaria.

—¿Qué te hizo creer que sería tan fácil para ti? —cuestionó Jimin con la cabeza ladeada—. Tu muerte será muy lenta y dolorosa.

El líder de los rebeldes fue testigo directo de la mirada cómplice que Jimin compartió con Yoongi; también pudo notar el odio que los demás presentes le lanzaban cada vez que lo miraban, entonces concluyó que no había necesidad de negar su destino.

Hizo todo un caos ¿y para qué? Para terminar en las manos de las dos personas en el mundo que tanto se esforzó por destruir.

No funcionó, y ya no veía salida probable que pudiera garantizarle la vida. Estaba condenado.

Y por primera vez, Kaisa sintió terror real.




























































El próximo capítulo es la muerte de Kaisa. 😈

¿Cómo lo torturamos? 😋

Perdón por cualquier falta ortográfica, espero que el capítulo les haya gustado. 🥰

Infinitas gracias por leer.

⛓️Yoon~

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