Algunas personas checaban vestuario, otros los reflectores, luces y sonidos, algunos más estaban encargándose de la escenografía. Todo era un caos, alumnos de aquí para allá, por doquier, ninguno descansaba ni un segundo.

Sin embargo, Taemin nos había sugerido a Min y a mi, que saliéramos al patio de la escuela para poder despejar nuestra mente un momento y así terminar de complementarnos con nuestro personaje, algo que yo sentía realmente innecesario, puesto que, me parecía una vil ridiculez. Pero...¿Qué se podía hacer? Era una orden del director de la obra y debía cumplir si quería que todo saliera bien, pues una cosa es que yo no me tomara tan enserio el actuar, pero otra muy diferente era echar a perder todo el trabajo que con mucho esfuerzo mis compañeros habían logrado.

Así que, ahí me encontraba yo. Sentado bajo uno de los árboles del jardín, disfrutando de la brisa fresca que revolvía mis cabellos, una sensación de frescura y bienestar adueñándose de mi cuerpo mientras la sombra de las hojas me cubrían el rostro. Hace unos minutos habíamos terminado de ensayar las últimas escenas y decidimos que lo mejor era darnos unos diez minutos de descanso, algo que no me venía para nada mal.
Quería dejar a un lado todo el caos sembrado en mi cabeza estas últimas semanas por todo lo ocurrido, pero esa paz se vio interrumpida drásticamente por el castaño al lado mío.

—¿Puedo preguntarte algo Jungkook?—comento tranquilo.

No lo miré. No me inmuté. Ni siquiera abrí los ojos.

—Dime—fue lo único que me limite a contestar.

—Tú y Jimin—dijo primeramente captando mi completa atención—¿Están saliendo?

Me incorporé con rapidez sintiéndome inquieto.

—¿Q-qué?—solté tropezándome con la palabra, es que era algo que jamás me había puesto a pensar.

¿Qué éramos?
¿Era alguna clase de complicidad entre los dos que no se limitaba con llamarla amistad? ¿Era alguna clase de complejidad entre nosotros, tan difícil de definir? ¿O simplemente era algo pasajero y sin importancia?

—Bueno, es algo complicado—respondí, pues ni yo mismo sabía la respuesta.

—A mi—comentó mirando hacia al frente—Me gusta Jimin.

Una sensación alucinante recorrió todo mi cuerpo haciéndome estremecer. Había imaginado todo menos que esto diera este giro.

—Fue una una de las razones por las que acepté unirme al elenco de la obra—continuó actuando tranquilo, y yo no sabía cómo es que podía seguir actuando de esa manera tan natural, aún después de confesarme algo así.

—Wow—exclamé atreviéndome a mirarle—Yo, no sé qué decirte, siendo sincero, no me esperaba en lo absoluto esta confesión.

—Yo, no sé mucho de ti—dijo—Pero si se que, evitas a toda costa el romance.

¿Cómo es que lo sabía?
No es como si se lo hubiese gritado a todo el mundo.

—Escucha—mencionó acomodándose mejor al frente mío—Sabes que te gusta alguien cuando quieres estar todo el tiempo con esa persona, sabes que estás completamente chiflado cuando te mueres por besarlo, cuando sabes que has caído en su juego. Y ya está, perdiste—espetó y yo no sabía a qué venía todo eso hasta que—Ahora te pregunto yo...¿Te gusta Park Jimin? ¿Qué es lo que sientes por el Jeon? ¿Algo formal, algo pasajero, una simple atracción...o solo significa una amistad más?

Mi cabeza se sintió aturdida por tantas preguntas que para mi eran imposibles de responder en ese momento.
¿Qué era?
¿Qué sentía exactamente por ese rubio?
¿Realmente me gustaba?
¿Quería estar todo el tiempo con el?
¿Me moría por besarle?
¿Había caído en este devastador juego de ajedrez?
¿Un juego donde me habían derrotado sin piedad alguna?
¿O seguía siendo un peón que solo jugaba con sus sentimientos?

¿Qué?
¿Qué era?

¿Qué significaba todo este sentir inquietante que yacía en mi pecho?

¡Maldita sea!
Una punzada en mi cabeza se hizo presente al momento en que tantas preguntas sin respuesta aparecían.

—Y-yo, yo...

—Está bien, estará bien cualquiera que sea tu respuesta—me dijo tratando de calmarme.

Y yo lo hubiera hecho también, sabía que posiblemente no había una buena expresión dibujada en mi rostro.

—Trate de usarte para darle celos a él, y debo confesarlo, lo siento por eso—admitió avergonzado—Pero supongo que al final lo único que logre con ello, fue aclarar la mente de Jimin, a él le gustas mucho.

—Mierda—susurre sintiendo aún más inquietud.

No era justo lo que acababa de hacerle.
Solo estaba mareándolo. Haciéndole creer una cosa un día y al día siguiente la contraria, pero mi historia nunca se concretaba en amor. Sabía que yo no estaría dispuesto a dar el primer paso, me conocía, mientras el esperaba y esperaba, y eso es lo peor, se queda esperando algo que no llegará.
No lo era, no era justo.

—Y-yo no—susurre mordiendo mi labio inferior—No creo poder corresponderle como merece—solté sintiéndome un verdadero cobarde, un pusilánime que no estaba dispuesto a dejarse llevar—No me siento capaz, él es hermoso, y es increíble, tiene un bello corazón, y maravillosos sentimientos y...y, y-yo, no me creo capaz de...

—Entonces solo no lo ilusiones—me interrumpió sereno—Es una etapa Jeon, en días te olvidaras de él.

—Supongo—conteste inaudible, mi voz comenzaba a esconderse, apagarse.

—Y si no lo haces, entonces tú y yo, conoceremos la respuesta—continuo con una ligera sonrisa—Sólo debes aclarar tu mente y sentimientos, ¡Realmente estás confundido!

¡Joder!
Realmente me sentía confundido.

—Dame un motivo Jeon, una razón para poder olvidarme de él.—pidió dándole fin a la conversación.

Y yo pedí un motivo para aclarar mi sentir de una vez.