Capítulo 2

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[...]

-¡¿Y a ti qué te pico, gordo descerebrado?! ¡Sácame de aquí!- eran los reclamos indigentes de un erizo color cobalto quien ahora mismo se encontraba encerrado en una especie de tubo cilíndrico revestido de vidrio blindado color verdoso.

Difícilmente podría romperlo, no, para él era imposible.

-Pequeño roedor con deficiencia visual, nos volvemos a ver- musitó con una sonrisa el doctor mientras paseaba por su laboratorio con mucha tranquilidad, casi como si ya tuviera ganada la batalla.

En el pasado había compartido algunos momentos con este científico, pero más que nada fue por tratar de ir detrás de Amy, todas las veces que esté loco la secuestro ¿Y para qué? Para atraer a Sonic the Hedgehog, ya que según él, la eriza rosa era su novia.

Increíble, parece que en esta ocasión él era la damisela en apuros.

-Yo creo que está vez te equivocaste de erizo, no soy Amy, fíjate daltónico- el tono hilarante en su voz era obvio mientras señalaba sus púas color azul -No creo que tú héroe acuda a mi ayuda.

Para su pesar, y aunque antes había asegurado a su amigo que creía sería salvado por Sonic, en realidad no tenía esperanzas de que fuera a salir de ahí, él no era el protagonista de la historia, sus problemas no se iban a resolver mágicamente, solo era un personaje secundario relegado al montón.

-Debo decir que tus deducciones son erróneas en esta ocasión, ahora mismo a quien deseo no es a la rata azul-

-¿Qué? ¿Entonces a quién?- ahora mismo Nicky estaba totalmente confundido.

¿Quién podría venir a su búsqueda si no era el erizo azul que todos amaban? No lo entendía.

-No comas ansias, seguramente lo conoces mejor que yo, ¿o será que estoy equivocado?- se colocó frente al cilindro donde estaba atrapado el erizo, le miró con una sonrisa algo siniestra -Guardas secretos, pequeño roedor, y ha llegado por fin el momento de revelarlos- junto sus manos. -¡Metal ven aquí!- ante su grito demandante, se escucharon unos pasos acercándose como respuesta a su llamado.

Nicky miró como de entre las sombras dos orbes rojizos brillaban con intensidad, mientras el chirriante sonido de unos pesados pasos se aproximaban lentamente, revelando tras la luminosa luz blanca del ambiente la apariencia de un robot de color cobalto.

El robot miró al erizo frente a él, silencioso.

-¡Metal, toma a la rata y colócalo en el precipicio!- sin rechistar, el robot agarró con sus brazos el cilindro como si no pesará nada, llevándolo hacia el exterior de la base, dónde lo colgaría.

Nicky miraba en silencio al robot, pero más que preocupado, se veía algo emocionado, susurró:

-Hola Metal, hace mucho que no hablamos ¿Qué tal te ha ido?- Nicky sonrió con ánimo al ver al androide, este le miro sutilmente sin decir nada, para regresar su vista al frente -Ya veo, trabajo complicado ¿No? Escuché que la última vez Sonic te pateó el trasero- el robot volvió a mirarlo -Oye, no te preocupes, yo estoy contigo, en serio pensé que está vez si podrías patearle el culo, lástima hombre ¡Pero ánimos! Para mí, tú eres increíble.

La máquina le examinó con sus holográficos irís carmín unos cuantos segundos más para desviar la mirada, ya habían llegado a fuera, en dónde lo colgó en una especie de garra metálica.

-Tú tranquilo, se que son cosas del ofició, así que sin resentimientos- aseguró con un pulgar arriba mientras la máquina se alejaba silencioso. -¡Te admiro!-

Realmente todo aquel que conocía a Nicky pensaba que era peculiar el aprecio que le tenía a ese robot psicópata, nadie podía entenderlo, ni Tails, aunque esté último sospechaba que tal vez, como odiaba tanto a Sonic, tenía sentido que le gustara su versión robotizada maligna.

Lo que nadie sabía era que, en realidad, Nicky era el único möbian que había visto más allá de esa coraza tan dura que tenía el robot, y había visto sus sentimientos, bueno, para él eran reales, aunque Tails dudaba de eso, pero Nicky estaba seguro de lo que sentía en su corazón, aún podía recordar la primera vez que vio al robot.

Cuando Nicky tenía diez años, habían secuestrado a Amy.

Obviamente el pequeño cobalto había salido en su ayuda, aunque debatiéndose mucho el hecho de si debía ayudarla o no, pero la quería tanto que no podía quedarse en casa y no hacer nada.

Ella era su única amiga, no podía perderla.

Era un cobarde, eso era un hecho, y seguramente Amy no esperaba su ayuda, al contrario, cuando fue raptado le había pedido que no fuera por ella ya que después saldría lastimado, pero claramente no podía quedarse de brazos cruzados, aunque no hace más de un mes había aparecido un héroe en su ciudad.

Sonic the Hedgehog, pero aún así él quería ser un héroe para Amy, así tal vez ella le daría un beso como recompensa, igual como se lo dio a ese erizo, con esa motivación y añorada recompensa corrió desenfrenadamente en su rescate.

Inesperadamente todo se volvió oscuro, para cuando despertó se dió cuenta que se había desmayado, ahora mismo se encontraba debajo de unos escombros, inmovilizado, seguramente en algún momento quedó atrapado en medio de la pelea y le cayó una piedra encima.

Gritó del dolor al ver como su pie izquierdo había quedado atrapado entre las rocas, y habían rastros de sangre, seguramente su sangre.

No veía por ningún lado a Amy, solo podía ver destrucción, no entendía nada, ni siquiera entendía por qué ese robot la había raptado en primer lugar, solo entendía que sentía mucho dolor.

Ahora mismo solo deseaba ser salvado por Sonic, si tan solo apareciera y lo ayudara todo estaría bien, por ese motivo empezó a clamar su nombre con su rasposa voz reseca del polvo.

-Sonic... ¡Sonic!.... ¡SONIC!- Cada vez iba aumentando el volumen de su voz, aún así no parecía ver señales de ningún möbian en la zona. -esto es inútil... Quiero a papá...- entonces empezó a llorar por el dolor de su pierna y el desgarrador sentimiento de soledad que lo invadía.

Se sentía aterrado.

De pronto escucho un ruido, de los escombros se levantó aquel robot azul, el cual se veía muy deteriorado, seguramente recibió una buena paliza, lamentablemente no veía ningún rastro del Héroe, y tampoco de Amy.

Entonces el robot le miro, todo su cuerpo tembló con miedo del tétrico aspecto del androide, podía apreciar en primer plano como partes de su endoesqueleto y posibles mecanismos internos se desprendían de su cuerpo dejando cables metálicos al aire colgando de sus extremidades, soltando breves chispas.

Trago pesado al comprobar que en efecto la maquina lo observaba, en un sepulcral silencio, entonces se giró hacia dirección del pequeño erizo y empezó a andar con pasos lentos, Nicky empezó a llorar del terror negando con la cabeza esperando a que esa cosa no le hiciera nada.

Lo único que podía hacer era negar con su pequeña cabeza mientras sus labios se curvan temblorosos y sus ojos parecían soltar lágrimas de la impotencia de verse paralizado por el miedo.

Haciendo un ruido sordo mientras arrastraba sus pies, el robot logró llegar donde él, extendió su mano deteriorada hacia el pequeño Nicky, quien gritó por piedad:

-¡No me mates por favor! ¡Soy muy joven para morir, no he terminado de leer el volumen 2 de GALAXIA ! ¡Ten piedad!- cuando lo vio realmente cerca cerro sus ojos apartando la mirada esperando lo peor.

Ya saben, ser despedazado parte por parte abriéndolo por la mitad, desparramando por el suelo todos sus órganos, como en esa película que vió.

Inesperadamente lo peor nunca llegó, al contrario, al regresar su mirada se encontró con que aquel androide retiró la pesada roca que aprisionaba su pie, se alejó a pasos lentos arrastrando sus pies.

Nicky le observa confundido, no entendía porqué había hecho eso, y su sorpresa fue aumentando cuando el robot regreso a él, pero con la pequeña Amy en sus brazos, quien se veía también algo lastimada, pero en mejor condiciones que el de anteojos, se la paso en sus brazos y se marchó nuevamente y está vez para no volver.

Ese día el equipo de rescate los vino a ver, llevándolos al hospital y llamando a sus padres, pero Nicky no estaba agradecido con ellos, si no con ese robot.

Mientras que el héroe que todos admiraban no vino a por ellos a salvarlos, ese robot lo hizo, y sin pedir ni un elogio, silencioso como un héroe en las sombras.

Las mejillas de Nicky se pusieron rosadas de la emoción, ese robot se había vuelto su héroe desde ese momento.

El único contratiempo, era que su héroe trabajaba para ese desquiciado científico.

-Cosas del oficio- volvió a repetir Nicky como único consuelo.

-¡Calla al roedor, Metal!- ardía en llamas del coraje tras todo el cuchicheo del menor -¡Que sus alaridos no me dejan concentrarme!- tecleando en su ordenador gigante, miraba el holograma que reflejaba las estadísticas de su base, junto a las múltiples cámaras de seguridad.

El Androide dirigió sus iris rojizas al de anteojos, quien al sentirla puso su dedo índice sobre sus labios indicándole que iba a guardar silencio obediente.

-Que raro, ya debería estar aquí... Uhm... Seguramente es necesario tomar medidas extremas- pensó.

Volvió a aplastar algunas teclas más, y de pronto el alambrado que sostenía el cilindro se desplazo quedando sobre el precipicio, amenazando peligrosamente con soltarlo.

Está vez Nicky se puso nervioso, porque no entendía a qué o quién quería llamar con este truco tan mediocre como una amenaza, pero seguramente muy factible.

-¡No sé que esperas! ¡Pero es un buen momento para salir de tu escondite!- volvió a gritar el científico mirando a todas direcciones, pero parecía no haber respuestas. -¡Sal! Se que tenemos nuestras diferencias, y las respeto, pero robaste algo que es mío, así que me lo debe regresar- el tono ciertamente respetuoso pero amenazante que uso el doctor llenó de inquietud el corazón de Nicky.

Siguió sin respuestas, lo cual pareció encender la furia dentro suyo, entonces procedió a mover una palanca del tablero la cual encendió el mecanismo que apresaba a Nicky, y acto seguido lo soltó al vacío.

-¡Metal!- suplicó en un sonoro grito Nicky aterrado al verse caer.

Metal miró al doctor quien miraba a todas partes -dudoso- su sien se arrugó, frustrado desvió la mirada, era un caso perdido, ante esto Metal Sonic se elevó en el aire y voló a toda velocidad hacia el precipicio.

Observó a lo lejos el cilindro, el cual seguía cayendo, aceleró lo más que pudo, logrando alcanzar a Nicky, sujetando con fuerza el tubo de vidrio evitando un posible desastre.

-¡Metal!- gritó con la cara hecha un mar de lágrimas y mocos por la gran sacudida, pero la felicidad que inundaba su pecho con tan solo ver al androide, podía apaciguar su tristeza.

La oscuridad en el abismo era inminente, pero gracias a la luz que desprendía el tubo, y el cohete propulsor que tenía el robot en su pecho, se podía ver levemente, dónde ambos compartieron miradas.

Un leve silencio los inundó, dónde el erizo con pulso extendió su mano tocando la superficie del vidrio, en un intento tonto e inocente de querer tocar a su salvador, Metal le analizó silenciosamente.

Cuando se dispuso a volver, se escuchó un estallido, fuerte, como una explosión, y a su costado, como una ráfaga rojiza y amarilla apareció casi de la nada, encestando un certero golpe en el rostro del robot, en donde provocó una explosión, lo suficientemente poderosa para destruir el cristal que aprisionaba a Nicky.

-¡Metaaaaaaaaaaahhhhl!- Cuando el cobalto se vio cayendo otra vez no dudo en gritar y extender su mano esperando ser miserablemente salvado.

Lamentablemente su héroe no fue quien lo sujeto en sus brazos, si no, fue otra cosa, o mejor dicho, alguien más.

Como todo estaba oscuro solo pudo ver destellos rojizos y amarillos, pero por un breve instante, logró distinguir entre las luces un par de iris rojizas, pero no eran las de metal, más allá de eso no pudo ver nada, pues se vio siendo arrojado en lo que parecía ser un bosque, observando con desconcierto el brillante cielo azul.

Al voltear y tratar de buscar aquel sujeto, solo se vio abandonado.

¿Qué había pasado?

Inesperadamente acababa de ser salvado por alguien, alguien que no era Metal Sonic, pero ¿quién? No pudo adentrarse más en sus pensamientos ya que se vio interrumpido por unos alarmados gritos.

-¡Nicky!- una voz inesperadamente conocida hizo aparición.

-¡Tails!- Nicky observó como su amigo amarillo venía volando hacia su dirección, aterrizando justo frente a él.

-¡Estuve realmente preocupado! ¡No me vuelvas a asustar así!- se arrojó estrujandolo con sus brazos en un intento de calmar su preocupación.

-Tranquilo, alguien me salvo- acaricio su cabeza tratando de apaciguar sus emociones.

-¿Quién?-

-Aún no lo sé...

Continuará.

N/A:
¡Primer mini arco de presentación finalizado!

Creo que hasta el momento uno de mis capitulos preferidos, seguramente no se esperaban que Nicky estuviera locamente obsesionado con Metal, pero es una obsesión sana (⁠'⁠ε⁠`⁠ ⁠)

¿Alguna parte favorita del episodio?

¿Que papel creen que juegue Metal Sonic en esta historia? Tengo curiosidad de ver sus teorías (Dedico cap→)

Bueno como dije, todo esto apenas inicia, se vienen cosas interesantes.

No olviden de comentar, dar estrellita ★ y comentar, me hace muy feliz<3

Nos vemos en la siguiente actualización!
Bye!

By:
|@LuliTan2|

N/E:
Bueeeno... Este cap me gusta bastante, pero es por el hecho de que nos muestran otra cara de la moneda, Nicky ama a Metal porque ve en él algo que nadie más ve, porque aprendió que hay cosas más allá de la superficie y al menos sabe que algo que le gusta a todo el mundo (Sonic) no le gusta a él y eso es digno de admirar... Aunque sí es un ser vivo despreciable en muchas otras cosas XD amo en serio cuando lo insultan porque... Se lo merece pero también porque se lo merece jajaja.

Nos vemos en el siguiente cap. <⁠(⁠ ̄⁠︶⁠ ̄⁠)⁠>

By:

|★ D ★|

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