Capítulo 4

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[...]

Nicky se sentía ciertamente llenó de incertidumbre, y era claro quien estaba presente en su cabeza, mientras esperaba que la luz del semáforo cambiará observaba ese rojo brillante.

«Rojo»

No dejaba de pensar en ese color y en "Eso" el extraño ser -¿Posible extraterrestres?- que lo salvó/arrancó de los brazos de su queridísimo Metal.

Es normal que los möbian tuvieran rasgos muy distintivos y variados, pero aún sin importar la rareza de su raza, los ojos de color rojo eran sin duda tan raros como encontrar iridio, fascinantes e hipnóticos.

¿Y si ese erizo azabache estaba relacionado con "eso" que lo "raptó" en el barranco?

Su mente curiosa y conspirativa empezó a sacar teorías y unir hilos que desarrollarán de mejor manera su cuadro mental que estaba dibujando, tal vez podría agregar pegatinas nuevas al tablón con esta curiosa similitud...

-¡Ya se! Se lo voy a contar a Tails, él seguro que también está de acuerdo...- trató de sacar su móvil del bolsillo de su abrigo, pero no terminó de hablar porque un sueño inmenso lo inundó.

La fuerza de sus rodillas lo abandonaron y acto seguido se vio cayendo de cara al suelo, apenas pudo hacer algo, pero la inminente oscuridad se hizo presente antes de poder asimilar lo que pasaba.

...

-Entonces ya me despido, me avisas cualquier cosa, pero te recuerdo que seguiré ocupado en el taller, sabes que próximamente será esa feria de ciencia-

Su distinguido amiguito amarillo se despidió del cobalto con un abrazo bajo el portón de su casa, era dulce y cálido, ciertamente reconfortante y cargado con cierta frustración, casi como si no quisiera despegarse, el erizo de antojos se sentía totalmente descolocado y desorientado en ese instante como para notar pequeños detalles.

-Ah... Si, okey?- atino a decir mirando como el amarillito se iba cerrando la puerta tras él, inconscientemente levantó su mano para moverla de lado a lado como señal de despedida.

Miró su alrededor, sin duda era el recibidor de su casa, su mirada parecía pensativa hasta que simplemente encogió los hombros y se dispuso a adentrarse al pasillo que lo llevaría a su alcoba.

Si, es seguro que ahora mismo no solo Nicky se sentía desubicado, y es comprensible, pero el cobalto estaba ya mínimamente acostumbrado.

Eran estos los desmayos recurrentes que tenía, aunque casi siempre eran cuando se golpeaba con algo, mayormente en la cabeza.

Aún recordaba la vez que un tipo raro tomo un extintor de incendios y lo arrojó a su cabeza, nunca descubrió quien fue ese möbian, pero Tails siempre le insistió en que eran detalles menores sin importancia y que lo que importaba es que él estuviera vivo aún, tras romperse la cabeza.

En fin, su vida era muy normal, eso le bastaba.

Sí, muy normal...

Claro que le gustaría controlar dónde caer, pero si Tails estuvo aquí era seguro que vino a su rescate, ya que el pequeño zorro había diseñado un pequeño reloj en forma de marcapasos que le mandaba una señal cuando sus signos vitales disminuían avisando de su desliz, y este lo trajo a su casa... Pero no recuerda haber hablado nada con él..

Llegó a la cocina, se sirvió un tazón de cereal, patrocinado por «Sonitas», el cereal favorito que todo niño amante de Sonic debe consumir, así que no te vayas sin la tuya -guiño-

-¿Qué le pasa al narrador?-Nicky miró hacía arriba.

En fin, ¿Por qué él tenía uno de esos?

Su hermana era igual o peor fanática de Sonic que su padre, hasta su madre admiraba al héroe y comía a gustos el apestoso cereal, solo de eso llenaban la despensa, por lo que le tocaba comer si o si a regañadientes, y porque ayer se acabó su paquete de galletas favorito.

Tiró primero el cereal y luego la leche.

Porque ¿Qué clase de loco desquiciado pone primero la leche y luego el cereal?

....

A Nicky le tembló el cerebro de solo pensarlo.

Comiendo el cereal subió por las escaleras hacia su habitación.

A esta hora su casa estaba desierta, sus padres casi vivían en sus trabajos, mientras que su mamá se levantaba temprano todas las mañanas para ir al aeropuerto y volvía ya en la noche cansada, su padre apenas si aparecía en la casa, en estos tiempos era casi un milagro si se lo encontraba por ahí rondando, bueno al menos el hacia lo que amaba, pilotear su avioneta.

Sobre su hermana, la pequeña Tania seguramente debía estar en casa de su vecina Vainilla, jugando con su hija Cream, ambas familias tenían una buena relación.

Tania pasaba más tiempo en la casa de Vainilla que en la suya propia cuando llegaba de la escuela, y no la culpaba, como tono niño pequeño que le gusta divertirse y estar activo.

Además su hermana era muy extrovertida, amante de hacer amigos y los juegos extremos, así que estar encerrada en casa junto a tu aburrido hermano puberto amante de los cómics y videojuegos era aburrido, así que Nicky agradecía bastante que la señora Vainilla cuidara muy bien de ella.

Ya eran casi parte de la familia, y era seguro que por ser viernes Tania se quedaría a dormir allá por lo que no debía preocuparse en recalentar el estofado del almuerzo para la cena.

Entro a su alcoba, ya había acabado con el bol de Sonitas, por lo que lo dejó en el estante más cercano y acto seguido se arrojó a su cama, buscó su móvil dentro de su pantalón, no lo encontró, levantó la vista notando que estaba ya sobre la cama, lo agarró y encendió.

Lo primo que vio en la pantalla de bloqueo fue una noticia.

«Sonic salva el banco central por treintava vez, los estándares de chico ideal suben por las nubes con su bella sonrisa»

Se le vino a la mente las coléricas palabras de cierta eriza rosa, y las veces que ella hablaba tan apasionadamente de ese erizo.

-Jah...- se jacto, lanzó un grito que ahogó con la almohada.

Se mantuvo ahí un par de segundos hasta que despegó su cara dándose media vuelta, miró el techo blanco, siempre encontraba reconfortante observar ese color tan insípido y relajante por algun extraño motivo desde que tenía uso de razón, desvió un poco la mirada para observar los poster y fotografías de sus héroes de cómics favoritos, y en el centro de la pared estaba Metal Sonic.

Suspiró, a veces deseaba que su vida fuera tan fácil como en la de los comic.

Inicia el capítulo con un pequeño dilema que se extiende a lo largo del episodio, sale el villano de turno y en medio resuelves tus diferencias para acabar el episodio con una moraleja, o en casos más estúpidos, con un baile.

No estaba seguro si la moraleja de ahora debía ser: afrontar un rompimiento, pero por como avanzaba está trama adolescente, el sentimiento en su pecho podía compararse a las profundidades del océano.

Vacío

Ese vacío sin tacto lo abrumaba, se sentía... Frío.

No dolía, tenía entendido que cuando rompes con alguien que amas eso rompe tu corazón y el dolor emocional causado es equivalente a romperte varios huesos, pero muy profundo, empezaba a creer que la información que sacaba de internet era falsa...

Ahora mismo no sentía eso, no sentía aquella emoción tan desalentadora de la que muchas chicas y ciertos chicos se quejaban, -algo que notó desde el mismo momento que su novia le gritó en el instituto- solo había un extenso paisaje lleno de agua cristalina que reflejaba el cielo azul pareciendo un espejo.

Irónicamente, esa tranquilidad le hacía sentirse abrumado, es decir, no era normal entonces, no quería sentirse tan tranquilo con este posible rompimiento, quería continuar...

Nicky se abraza a su almohada con la imagen impresa de Metal Sonic -su almohada preferida para dormir- mientras parece sentirse deprimido.

-Odio aquí...es tan aburrido- ahora mismo que tenía todo esto en mente no se le ocurría nada interesante para hacer o jugar, mucho menos leer, además no tenía tareas hoy -¡Ya se que hacer!

Se pone a armar ese rompe cabezas que aún no acababa.

Bueno tratar de evadir tus pensamientos deprimentes es el primer paso a superar tu depresión.

¿Tenía eso?

No se, pero todo servía si podía evitar pensar en qué pasaría después, lo incierto le daba miedo, prefería quedarse en su zona de confort dónde estaba seguro, donde no podía pensar en el futuro, dónde podía ser él...

Media hora después...

-Esto aburre... -Nicky tenía la cara pegada a la pequeña mesa sin ganas de continuar, apenas había armado 10 piezas -¡Tengo algo mejor que hacer!

¿Enfrentar tus problemas como un hombre?

-Tirarle hate a los fans de sonic- deja eso y se sienta en su escritorio encendiendo su computadora.-hora de ser un troll

Das Asco...

Se va a tirarle hate a los fan de Sonic en foros de internet.

-Y es por eso que la teoría de que Metal Sonic si tiene sentimientos es verdadera #Nofake #Amorandroide #micrushmetalsonic -mira con orgullo su elaborado hilo textual cargado de información con la suficientes pruebas que validen su teoria, ante esto decidió publicarlo, en casi un instante...-¡¿100 dislike?! ¿300? ¿2mil? ¿5mil?

«Tu cuenta tiene 2 reportes...»

-En fin, no es que me importe mucho- bufó amargado leyendo el reporte.

Que productivo...

En eso le llegó un mensaje misterioso en el buzón de entrada de su perfil.

@superbluefans#1:

«Tu teoría tiene mucho sentido, también tengo mi propia teoría de cómo Metal Sonic podría ser un gran héroe»

19:13pm

Cuando Nicky lo leyó, una pequeña sonrisa se formuló en sus labios.

-¡¿Ay no ya se hizo tan tarde??- al despertar paranoico ve a traves de la ventana como se le había ido toda la noche.

El resplandor fastidioso del sol le dió de llenó en el rostro en plena mañana, se sentía algo desorientado, entonces se percató del como tenía varios platos y basura alrededor de dónde estaba, como si hubiera comido hasta artarse, ni siquiera estaba seguro de qué eran las sobras en esas bandejas.

-¿Huele como a carne?- menciona tras tratar de despegarse del escritorio oliendo el nauseabundo lugar, su cara lucía asquerosa.

Se hace paso entre la basura para meterse al baño, tras salir y ponerse lo primero que vio, tomo su móvil para ver la hora.

-«10:34am»- leyó, y pensó que tan tarde no era.

Miró de reojo el desorden de su habitación, sobre todo los restos de comida. A veces se le pasaba la mano con la comida, eso era un hecho, pero últimamente eran más recurrentes estos episodios frenéticos de ansiedad, y lo peor era que no tenía recuerdo de eso.

Otra cosa más adicional a sus desmayos, como si no fuera suficiente.

Descartando su obvio desorden mental al que no pensaba prestarle la debida atención médica, intentó recoger lo que más pudo de la basura, la cual bajo para llevar al tacho de desechos frente a la casa, y de paso agarró las demás bolsas que estaban repartidas en la casa.

Era sábado por la mañana, por lo que le tocaba a él hacer la limpieza de casa, al pasar por la habitación de sus padres, observó por el pequeño espacio de la puerta que en efecto su madre ya estaba durmiendo en su alcoba, pero no había rastros de su padre.

Salió de la casa y arrojó la basura donde debía estar, se limpio las manos sobre su ropa sintiendose todo un ganador por su espledido trabajo como recogeder de desechos orgánicos e inorgánicos, cuando un ruido llama su atención.

-¡Yo te voy a defender, princesa Cream!- una vocecilla que conocía perfectamente resuena a su costado -Con mis esplendidos músculos y gran ingenio.

-¡Oh, pero si es mi héroe!- la pequeña Cream la abraza fingiendo debilidad, mientras abrazaba a su pequeño Chaos celeste.

Se asomó mirando como Cream y Tania jugaban en el jardín de alado, lo cual supuso con solo escuchar la voz algo irritante de su linda hermanita.

-¡Cara huevo!- grita Tania al ver una redonda cara asomarse por la cerca. -¡No dejare que te la vuelvas a llevar!- le apuntó despectivamente y luego hizo una pose dramática enseñando sus "músculos" -con el poder de mis músculos te daré una lección.

Nicky observa a ambas niñas por unos prolongados segundos recordando con cierta nostalgia cuando de niño amaba jugar con Amy, entonces sonríe.

-¡Oh no! Sonic the hedgehog, el tan guapo Sonic the hedgehog, el erizo más molesto de todo Hedgehog Town, el roedor que no ha dejado que ninguno de mis planes tenga éxito!- fingió molestia mientras apuntaba dramáticamente a la pequeña eriza amarilla -¡Hoy será el día en que te atrapé!- y rodeo la cerca para tratar de atrapar a las dos pequeñas.

-¡Corre princesa! ¡Yo me encargo!-Cream salió corriendo pero no se alejó tanto para mirar al par, Tania se paró firme mirando desafiante al cobalto-¡No te tengo miedo, hombre huevo, porque confío en el poder de mis músculos!- y volvió a flexionar si cuerpo enseñando su "poderosos" pectorales.

-¡Oh no! Eres tan guapo que todos te aman! ¡Eso me vuelve débil y vulnerable! Ahora deberé comer helado toda la tarde porque no encuentro la manera de poderte derrotar!- se achicó llorando mientras finge comer helado.

-¡No le tengo piedad a los malos! ¡Sonic te dará una lección!-y acto seguido se arrojó contra el cobalto.

-¡Te tengo!-Nicky logró sujetar a la pequeña eriza en sus brazos para dar vueltas en el aire con ella, quien empezó a reírse llena de alegría, cuando Nicky la bajó, la pequeña abrazo a su hermano.

-¡Yo también te tengo!- le sonrió desde abajo.

Nicky correspondió su sonrisa para despeinar su cabello, en ese instante a Tania le pareció ver la silueta de su héroe reflejada en la sonrisa de su hermano, eran extrañamente similares.

Cream al ver a ambos hermanos cuchichear quiso también ser parte de la conversación.

-Señor Nicky, a mi también levanteme- le pidió amablemente entusiasmada estirando sus manitas para que la levanté.

Nicky le miró y asintio.

-¡Claro!

Los tres se divirtieron hasta que la madre de Cream les llamó para almorzar, y al ver a Nicky le insistió en entrar a tomar un plato, y llevarle otro a su cansada madre, por fin se regresó a casa junto a Tania y el plato de comida.

Al entrar a su hogar le avisó a su mamá que había almuerzo, y para cuando estaba por subir a su alcoba, la pequeña Tania se asomó por su habitación llamando su atención.

-Hermano, la última vez que vino Amy se le olvidó su bolsito rosa, llevárselo tú- le arroja la pequeña cartera la cual el cobalto apenas logró atrapar en el aire, pero terminó por chocar contra su propio pie cayendo de lleno al suelo. -¡espero que Amy no se haya molestado contigo, porque hace ya un tiempo q no viene, y ella me agrada mucho!- alargó la vocal "u" en la última palabra con insistencia.

La pequeña eriza cerró la puerta de su habitación desapareciendo de la vista de su hermano, el de anteojos miró la cartera que logró salvar, en eso su mente hizo «Clip»

¡Era verdad! ¿Qué había pasado con Amy? ¿Se le habría pasado ya el coraje de ayer?

Esa y más preguntas lo inundaron, se metió a su cuarto y sujetó su móvil para llamarla, ayer mismo había querido arreglar el malentendido, pero se terminó distrayendo tanto que se le olvidó.

La llamada sonó y sonó, más no hubo contestación, eso no lo alarmó, así que le envío mensajes, recién vino a abrir su Whatshog, para ver de reojos algunos chat's que tenía pendientes de leer, su grupo viejo de rol seguía ahí también, se sorprendía que aún había uno que otro que mandaba un mensaje cuando sabía que ese grupo estaba muerto.

Se dirigió al chat de Amy y le escribió, entonces al ver que el texto no se envió se percató que estaba bloqueado.

-¿Me bloqueó?

Que sorpresa...

¡¿Amy Rose lo había bloqueado a él?!

¡Que no cunda el pánico!

Es verdad que Amy jamás lo había bloqueado, nunca, bueno aunque tan raro ahora en este punto no debería ser, con la muy posible roptura que estaba a la vuelta de la esquina, pero aún así eso le hizo sentirse algo desanimado.

Como había dicho antes, lo que menos quería era terminar en malos términos con la rosada.

¡No hay problema! Si hoy era sábado era seguro que Amy estaba en su casa, al menos antes de las 3pm que era la hora en que salía a ser deporte.

Ahora mismo se había alistado colocándose lo más decente de su armario para ir a la casa de la rosada y así conversar tranquilamente con ella.

Se despidió de su mamá que estaba almorzando para salir.

...

No tardó en llegar a la casa de la chica, pues estaba a unas 7 cuadras de la suya.

Aunque Hedgehog Town pareciera una ciudad tranquila, desde la aparición del héroe azul, la tasa de delincuencia aumento, lo cual era raro ya que casi siempre era al revés, maleantes de otras ciudades y villanos caricaturescos venían a su ciudad como turistas solo para recibir una patada en el culo por Sonic, pero eso no quitaba que igual trataban de hacer de las suyas.

Lo bueno era que aún era de tarde y no había tanto peligro, aunque en ese momento sintió un cosquilleo extraño recorrer su espalda, como si fuera perseguido por un animal carroñero.

Se apresuró a llegar a la casa por aquel sentimiento ambiguo, no quería que un malandro le robara el celular, y que terminara por salir en la TV con el titular:

«Sonic the hedgehog salva a un pobre desgraciado que le rocío gas pimienta en los ojo»

...

"¿Qué? No me gusta que me abracen sin mi consentimiento" pensó obvio dándose la razón. "A menos que sea Tails... O bueno, Metal si puede abrazarme cuando quiera..." Sonrió con cara de bobo.

La conciencia de este crío quería restregarse el rostro, si tan solo tuviera manos... O un rostro.

Por fin llegó a la casa de la eriza, un lindo y acogedor hogar de colores pasteles y con abundante vegetación, conocía de memoria la casa, pues paso parte de su infancia aquí jugando y divirtiéndose con Amy cuando eran solo unos niños.

Al tocar tres veces exactas, un hombre mayor se asomó por la puerta observando a su altura que no había nadie, hasta que bajó la cabeza y miró a ese muy conocido erizo color cielo.

Por un breve instante rodó los ojos, pero decidió salir para recibirlo.

-Señor Rose, buenas tarde ¿Está su hija?

-Detente ahí mismo, erizo- le detuvo en seco todas sus ilusiones con esas 5 simples palabras, Nicky se quedó bien quieto temeroso de lo que diría -Mi hija no quiere verte.

-¡Ah claro! Amy debe tener sus razones, yo la entiendo- el mayor se acercó peligrosamente al pequeño cobalto con un aura intimidante-¡P-pero está bien! ¡S-si no me quiere ver, d-deben ser buenas, si sus razones, s-señor!- su voz se fue haciendo cada vez más pequeña mientras más se acercaba el erizo mayor a él. -lo quiero mucho señor...- le sonrió ya bien encogido en su sitio.

-Habla bien, pareces un retrasado, siempre lo he dicho, jamás entendí porque mi hija salía contigo, que bien que ya abrió los ojos- escupió cada palabra con goce para tirarle una última mirada filosa al menor, dándole la espalda, se metió a la casa cerrando la puerta tras él.

-....

¡Que desgraciado!

Lo mandaron con viento fresco.

Nicky se alejó de la casa con un semblante cabizbajo, al llegar a la vereda giró en su eje para ver de reojo la casa esperando ver algún rastro de la eriza, pero nada, suspiró.

Era mejor si volvía a casa, lo intento y fracaso, era mejor si por ahora le daba su espacio.

¿Por qué estaba haciendo todo eso?

No tenía claro las razones de sus acciones y sus verdaderas intenciones, pero algo era seguro, él también podía ser muy terco, y aunque tal vez en este momento no podía hacer nada, él volvería a intentarlo.

Su cabeza le estaba empezando a doler, sentía que podía perder el conocimiento en cualquier segundo, trató de alejarse a paso lento, pero volvió a caer de bruces al suelo inconsciente.

Un saco de boxeo estaba a punto de romperse.

Se podía ver una muy amplia grieta en la punta de su amarre que amenazaba con caer estrepitosamente, no había möbian que quisiera entrenar con esa cosa, pero mientras otros dudaban, una eriza rosa golpeaba aquel saco con mucha potencia y odio, que hacía temer a los chicos y sentir pena de quién fuera el afortunado que la tuvieran de novia.

-Es muy linda, pero da miedo...- fue la conclusión de la mayoría que se negaban a pedirle una cita.

Bueno, tampoco es como si tuvieran oportunidad.

-¡Hahh!!- con un grito de libertad, el saco se rompió cayendo y derramándose por el piso, aún así eso ni inmutó a la eriza que miraba aquello con neutralidad.

Respirando agitada, se sentía un poco más libre ahora trás sacar toda su frustración.

-Ese es el saco número... Seis, que rompes Amy- a su costado se le acercó un Equidna que parecía contar con sus dedos el número exacto de sacos que rompió -¿Mucho mejor?- le pasó una toalla.

-¡Cómo no tienes idea!- ella tomó la toalla agradecida limpiando el sudor de su rostro. -En serio, no se que sería sin tí y tu invitación a venir a este gimnasio.

-¿Para eso son los amigos, no?- la chica le sonrió al ver que había hecho mención a la frase que ella mismo le dijo hace tiempo, en agradecimiento le dió un abrazo al más alto, quien se puso algo nervioso. -Bueno ya, suficiente- la tomó con delicadeza de los hombros para apartarla gentilmente, Amy solo se rió en voz baja -Siempre digo, una vida sana, menta sana, menta con chocolate y mucho mas helados para escoger- asintio por su muy profunda reflexión.

-Yo también te lo agradezco, cariño por darle está gran idea a Amy- una tercera möbian se cuela, ante aquella coqueta voz el rojizo se quedó pasmado de la inquietud-Toma querida, seguro debes estar sedienta- le pasó a la eriza una botella de agua que le consiguió no muy lejos en una máquina.

-Gracias Rouge, lo necesitaba- no tardó en beber de la botella.

Mientras ella hacia eso la murciélago miro disimuladamente el rojizo, quien se estaba alejando lentamente.

-¿A dónde vas, bebe?- le preguntó colocando una de sus manos sobre su cadera colocándose frente al equidna tapándole el paso.

-¡No me molestes!- le advirtió sabiendo lo odiosa que era la chica. -Dejame entrenar en paz, tú solo eres una gran distracción. - espetó sin tapujo.

La albina le miró y sonrió ladina, ella amaba molestarlo.

-Eso quiere decir que llamó tu atención- se rió debajo de la ahora cara rojiza del más alto.

-¡E-eso no era lo que quise decir! ¡Es cierto pero eres una molestia!-

-¿Por qué mejor después de esto no me invitas a salir?- inesperadamente tomó su brazo abrazándolo entre sus pechos de forma muy acaramelada.

-¡No! ¡Es hora de cardio! ¡Es hora de cardio y correr y trotar!- repitió aportando de tajo a Rouge y alejándose casi corriendo fuera del establecimiento.

Amy que regresó de escribirle algo a Blaze, notó como el equidna se había ido, y al ver a su amiga esta se encogió de hombros apuntando a la ventana, al asomarse pudieron verlo caminando apresuradamente dando una vuelta a la cuadra.

-¿Qué hace?

-¿Cardio?- repite Rouge igual de extrañada.

Y ahora se estaba llendo.

-¡¡¿A dónde va?!!

-¿A hacer cardio?

....

Amy había llegado ya a casa, se sentía algo agotada, pero al menos había podido despejar su mente de cierto erizo azul con lentes.

-¿Es verdad que ya no vas a salir con Nicky?- escuchó la voz de su padre venir de la sala.

Al asomarse pudo verlo disfrutando de un partido de béisbol.

La chica formuló una muy amargada expresión de tan solo escuchar al mayor.

-Lo que sea, si buscas a otro novio ¿Qué te parece ese amigo tuyo, el equidna?- propuso con una media sonrisa -ese si es un hombre, pero si no quieres, yo mismo podría presentarte a un buen chico.

-¡Las cosas no son tan fáciles, papá!- dió un pisotón en el suelo mostrando su mal temperamento, le dió la espalda y se dirigió a su habitación.

El papá la vió de reojo y luego dirigió su mirada a una pequeña fotografía en el estante del televisor, en ella se podía ver a una hermosa eriza de púas rojizas, suspiró melancólico.

-Tú tampoco lo entenderías...

Amy estaba cansada de su padre, lo amaba demasiado, pero también le solía cansar, él esperaba demasiado de ella.

Dejó sus cosas en su habitación, se desvistió para darse una ducha refrescante, mientras tanto le llamó a Blaze desde el móvil.

-¿Crees que estoy siendo muy dura?- terminó de contar lo que había hecho, quería poner al tanto a la gata de toda su vida, como siempre lo hacía, además la última no había asistido a clases para verlo.

-En realidad necesitas serlo, si no eres fuerte, todos querrán irse encima de tí, en el último de los casos, podrías molerlos a golpes- como siempre, era una mujer extremista.

Amy no parecía muy convencida de las palabras de su amiga.

La quería y todo, pero debía admitir que en este tipo de temas amorosos era muy seca, y eso que ya le había explicado su actuar ante lo últimos desaires que le había hecho Nicky.

-Bueno si... Aún así, me siento mal por Nicky, tal vez no debí ser tan irritante...- pensaba en el momento que se vieron en el pasillo.

Era claro que ahora mismo se debate si la forma en la que estaba llevando está situación era la correcta o no, pero ya le había preguntado a sus amigos más cercanos y todos dieron respuestas vagas..

-¿Qué pienso de que quieras terminar con Nicky?- menciona la murciélago -Querida, ese chico ya pasó de moda, y ha sido un completo patán contigo, se lo merece.

Cómo siempre Rouge hablaba sin tapujos.

-¿Vas a terminar con Nicky?!- Knuckles se veía asombrado. -¿Se lo digo?

-¡No!

Cómo siempre Knuckles en su mundo.

-Las expresiones inexpresadas nunca mueren. Son enterradas vivas y salen más tarde de peores formas, por Sigmund Freud- el erizo albino estaba leyendo aquella frase de un pequeño libro tiulado «Psicologia básica para sorprender a tus amigos»

Ni siquiera estaba segura de qué significaba esto.

...

-Esta bien..- se encogió de hombros.

Y ahora Blaze también estaba a favor de que mandé a la mierda a Nicky, o como prefería decirlo, enviarlo a la orca, pero seguía sintiendo que tal vez no lo estaba haciendo bien.

Eran en momentos como éste donde quería tener una figura materna que seguir o que alguien le diera este tipo de charlas o consejos de cómo actuar, si su madre siguiera con vida.

Suspiró, Blaze no iba a ser de ayuda.

-¿Ya no quieres hablar?- le preguntó la morada al notar el pronunciado silencio de la contraria.

-¡Eh! N-no es eso! Es solo que... No estoy del todo convencida con las palabras que me has dicho...

-No te culpo, se que tú y Nicky han sido amigos desde la infancia, asique entiendo que sea difícil para ti tratarlo mal-

En ese momento Amy dirigió su mirada a una pequeña fotografía de ella y Nicky cuando tenían 10 años, sonrió con cierta amargura.

-Pero...- Prosiguio la gata llamando la atención de la rosa -sabes... Aquí estaré cada vez que quieras desahogar tus penas, recuerda, siempre me vas a tener a mí, yo te he apoyado, te apoyo y te apoyaré en lo que sea que decidas, y si decides darle otra oportunidad, yo lo aceptaré, pero si quieres terminar, yo mismo me ofresco como voluntaria para hacerle la vida imposible a ese renacuajo.

Amy parecía nerviosa y preocupada, al principio las palabras de la chica abrazaron dulcemente su corazón, pero ahora solo sentía resentimiento y frustración, por lo que solo le agradeció el gesto y tras un intercambio de unas pocas palabras más la conversación acabo justo cuando terminó de peinarse.

Estaba lista para revisar los mensajes en su laptop, pero seguía sientiendose algo desanimada, en eso por el rabillo de su ojo logra ver por la ventana una silueta que llama su atención.

Un viento fuerte entra a su alcoba removiendo parte de su finas púas, el frío golpea su pálido rostro rosado y sus ojos se cierran brevemente por la sorpresa.

-¿Puedo invitarte a salir esta noche?-esa cálida voz llena de gentileza resonó en sus oídos reconociendo de inmediato al dueño de esta.

Levantó su rostro algo sonrojado al ver a aquel erizo parado en el marco de su ventana extendiendo su mano para que ella la tomara, como ladrón de media noche que viene a robar aquel tesoro que capturó su atención.

-Claro, Sonic- cuando su mano tocó la ajena el cobalto la jaló cortando toda distancia entre ambos, trás tomarla entre sus brazos, saltó de la ventana para volar por el cielo.

Amy se sujetó con fuerza de sus hombros, estaba claro que sin importar cuantas veces sucediera ésto, jamás se iba a acostumbrar a tal experiencia.

Ser abrazada por su ser más preciado.

Decidió disfrutar del momento apegando su cabeza al pecho ajeno.

...

Una pequeña eriza caminaba desorientada en medio del caos, los edificios llenos de llamas y pedazos de restos de robots esparcidos por todo el lugar, un escenario de horror era lo que reflejaban los restos de aquel ataque terrorista.

La pequeña niña buscaba a su mamá, no la encontraba entre tanta gente, ella solo quería ver a su mamá, cuando el caos empezó ambas estaban en una cafetería junto a su pequeño compañero de la escuela, los tres comiendo su pastel favorito porque hoy era su cumpleaños, pero cuando ocurrió el altercado su mamá le dijo que no la soltara, pero ella la soltó.

Se quedó con su amigo, pero este también fue arrastrado por la multitud quedándose completamente sola.

Quería llorar, llamando a su madre con su baja voz.

-ma... mami ¿dónde estás?- llorando e hipando se abrazaba a si misma con la ropa levemente desgastada y su cara sucia.

Entonces escuchó las alarmas de sirenas que la ensordecen, al parecer el peligro había pasado y las ambulancias llegaron a recoger a los heridos y posibles muertos.

Ella miró a lo lejos unas púas rojizas que se escapaban de una sábana blanca, quiso caminar a ver si era su mamá, cuando una voz roba su atención.

-Niña ¿Estás perdida?-

La pequeña tuvo que levantar la mirada bien alta para observar el rostro amable de aquel joven erizo frente a ella, que parecía tener 16 años, éste se agachó a su altura para mirar sus ojos llorosos.

«¡Él es Sonic the hedgehog! ¡Un héroe que ha llegado a nuestro pueblo!»

La voz de su pequeño amigo azul que conoció en el jardín de niños resonó en su cabeza, al ver a aquel erizo notó que era igual al de los dibujos del de anteojos.

-mi mami... ¡No sé dónde esta!- con la respiración entre cortada, sin poder contenerlo más empezó a llorar, la tristeza confusión y pánico la desbordaba. -¡y mi nuevo amigo también se perdió, estaba conmigo...!

El cobalto le sonrió, acaricio su cabeza y con una seguridad tan genuina que pareció despejar las nubes turbulentas en el corazón de la pequeña expresó:

-Te ayudaré a buscarlos, asi que vamos a hacerlo juntos- con un pulgar arriba y un guiño pacto una promesa.

La pequeña apenas si podía hablar de tanto llanto, logró asentir, entonces sintió como el mayor la tomaba entre sus brazos acunando su pequeño cuerpo en su pecho.

-Vamos a encontrar a tu mamá y a tu amiguito, cuando abras los ojos todo habrá pasado- lograba escuchar la voz del erizo, pero la pequeña ante tanto cansancio solo pudo consciliar el sueño en los brazos de aquel héroe.

Su héroe.

Desde entonces no paro de seguirlo a todas partes, porque él se había vuelto su persona más preciada.

Cierto avergonzado equidna parecía revisar a todas sus direcciones esperando no encontrarse con "cierta" murciélago.

Como método de camuflaje y protección había escapado como todo un guerrero en su gloriosa retirada que evocaba una mejor planeación con ideas ambiguas como una emboscada, así que no se sentía como un perdedor por huir de una chica, pero al estar en modo supervivencia olvidó su mochila con su ropa en el gimnasio, por lo que tuvo que regresar a recogerla.

Ingresó al lugar sin ningún problema aparente, aliviado de no encontrarla, tomó su maleta y se marchó, algunos chicos y chicas a su alrededor le despidieron, conocían a aquel equidna y admitían que aunque callado era alguien agradable, leal, y siempre daba risa lo raro que era.

Mirando a un punto no dijo, pensaba en qué haría para cenar, ya tenía 20 recetas diferentes y 10 involucraba uvas, pero entre la multitud logró distinguir un pelaje blanco extrañamente familiar, detuvo sus pasos para regresar en ellos mirando con cierta intriga al trío en la calle de enfrente.

Rouge parecía hablar amenamente con cierto erizo azabache que Knuckles reconoció, por lo que su rostro se deformó en una mueca de hastío al verlo cerca de ella, pero a su otro lado estaba un erizo albino, el cual no reconoció para nada, era la primera vez que le veía, se veía como un pequeño conejito.

Se quedó inmóvil en media calle concentrado en el trío, viendo como el azabache pareció reclamarle algo a Rouge, este también se enojó, y el erizo albino trató de calmarlos, La albina se fue por el callejón seguida por erizo blanco, Knuckles trató de avanzar para seguirlos también, cuando el pitido de un auto lo saca de sus pensamientos.

-¡Sal del camino!- gritó el conductor a toda velocidad en su camión.

El rojizo observó eso con los ojos bien abiertos, por un breve segundo su mano se formó en un puño el cual levantó frente a él queriendo detener el impacto, pero una rafaga veloz lo aparta.

-¿Todo bien pequeño grandulon?- en un instante estaba nuevamente en la vereda siendo sujetado en los brazos por un erizo color cielo.

Knuckles le reconoció de inmediato.

-Oye, mi amiga tiene un crush contigo, y me parece que mi amigo también tiene un raro crush/odio contigo- pensó lo último dudoso.

El cobalto se rió algo fuerte y bajó al más alto al suelo, le dió unas palmadas en el hombro y con una radical pose se despidió.

-¡No vuelvas a distraerte mientras caminas por la calle!- y desapareció entre la multitud de transeúntes que apenas le distinguieron trataron de grabarlo y agarrarlo para tomarse fotos con él.

Knuckes miró por dónde se iba, pero mientras él miraba atentamente al cobalto, otros ojos le miraban de igual o peor forma.

El azabache de vetas rojas aún seguía al otro lado de la calle mirando atentamente por dónde se había ido aquella estela azul.

Amy había despertado en su alcoba con una radiante sonrisa, por alguna razón tenía muchas ganas de hornear un pastel, así que se alistó y bajó a la cocina, se puso su overol celeste con corazones y empezó a buscar los ingredientes para batir.

Unos pasos perezosos y una cabeza aún más somnolienta se asomaron por la cocina, el dueño de estos miraba con asombro a la eriza.

-¿Qué te pico tan de mañana?- era extraño ver a su hija en la cocina, y rara vez hacia una tarta, solo las hacia cuando estaba desbordante de felicidad, pero era algo que hace mucho tiempo había dejado de hacer.

-Nada importante papá - aseguró con esa sonrisa de oreja a oreja mientras tarareaba una dulce canción -Solo que por fin he aclarado mis pensamientos. - miró con sus jades los ojos de su padre.

El señor Rose podía notar una fuerte determinación en su mirada, por un momento vio en su rostro la figura de su difunta esposa.

Amy estaba por fin aliviada de esos agobiantes pensamientos porque gracias a ese sueño por fin Habia decidido que hacer.

Continuará.

N/A:
Me gustaría poder actualizar semanalmente, pero no quiero dar falsas esperanzas, aún así estaré dando mi mejor esfuerzo.

Seguramente he tenido terribles faltas de ortografía a lo largo del capítulo, así que disculpen, cuando pueda le daré una mejor revisión.

Sobre la cantidad de palabras de cada capítulo, supongo que serán aleatorios, habrán cap cortos y otros más largos.

Empezamos el cap con Nicky y al final Amy lo terminó por protagonizar, espero que con esta pequeña historia su personaje vaya tomando más sentido a las razones de sus acciones, recuerden, y esto va para todos los personajes, nunca se queden solo con una cara de la moneda.

¿Opiniones generales? ¿Qué fue lo que más les impacto? ¿Qué piensan de la parte final y la mirada de Shadow?

¿Les gusta que los episodios sean brevemente protagonizado por otros personajes? ¿Les da aire fresco?

Si pudieran elegir a un personaje para protagonizar un cap entero ¿Cuál sería? ¿Por qué? (Tomaré muy en cuenta lo que opinen)

¡Oh cierto! No esperaban ver la aparición breve de Sonic ¿Alguna teoría nueva respecto al personaje y Nicky con la nueva información? ¿Les gustó su aparición? ¿Esperaban alguna otra cosa? ¿Teorías? (Dedicó cap →)

¿Qué creen que hacían Rouge, Silver u Shadow en ese callejón?

Creo que me encanto casi todo el episodio, está cargado de escenas hilarantemente cómicas, pero ame sin duda cuando Nicky juega con su hermana, o sus momentos de Troll de internet, y su fanatismo por Metal, aunque también me encantó las escenas de Knuckes con Rouge, y cuando Sonic lo salva! ¿Y ustedes?

Claro que también tiene partes muy sentimentales y melancólicas, sobre todo con Amy, me gusta verla como el personaje complejo que es, como toda chica que pasa por cosas.

Estoy feliz por todo el apoyo que le están dando a la historia, como no tienen idea, me pone tan feliz ver ese 1K de lecturas ¡En serio Gracias! Los amo.

Sin más que comentar, no olviden de comentar, dar estrellita ★ y comentar, me hace muy feliz<3

Nos vemos en la siguiente actualización!
Bye!

By:
|@LuliTan2|

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