Capítulo 18

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    Bellamy ignoró los sobres que habían caído al suelo y con precaución se fue acercando, como si no si aun no se creyese lo que veían sus ojos, casi se debatió si realmente estaba viendo a Lexa junto a Clarke y su cansado cerebro le estaba jugando una mala pasada haciéndole creer que estaba viendo a su hija, la que le había dado la espalda durante años, incluso parecía haber crecido un poco más, ya no era esa inocente adolescente a la que le fascinaba las piedras del espacio, pero ya estaba más mayor, pero cuando vio que Alycia no reculaba a su cercanía terminó de romper la distancia y la abrazó. Cerró los ojos y dejó escapar una lágrima, por fin podía abrazar a su hija:

– Mi pequeña, te he echado tanto de menos.

Alycia le devolvió el abrazo, claro que ese reencuentro le afectaba emocionalmente, pese a todo era su padre y aunque quería a Natasha, no era su madre biológica, se puede decir que los únicos parientes de sangre que la quedaban era Bellamy y Lexa, eso no hacía de menos a Clarke, Natasha, Aden y... llamar prima a Eliza sería demasiado turbio así que la sacaba de la ecuación:

– Y yo a ti.

Dijo intentando mantener la compostura:

– Eliza– dijo Natasha– ¿Por qué no me acompañas? Te enseño el cuarto del bebé.

Claro que lo hacía para dar más intimidad a padre e hija. Bellamy miró a la joven Woods:

– Me alegra verte, Eliza, cada vez te pareces más a tu madre.

– Solo que yo en vez de sacar la sandalia saco la reglamentaria– intentó bromear la joven ojiazul– bueno, voy a ver como está decorada la habitación del bebé.

Alycia y Bellamy esperaron a que Natasha y Eliza abandonasen el salón. Ambos se sentaron, uno al lado del otro, Blake miraba con orgullo a su hija, aun seguía sin poder creérselo:

– Alycia...

Comenzó a decir Bellamy:

– Si estoy aquí es gracias a Eliza– comenzó a decir la ojiverde– perdonarte no será fácil– Bellamy agachó la cabeza– sé que Eliza y yo cometimos errores, fueron nuestros errores los que nos separaron, pero tu decisión de alejarme de mi familia, nuestra familia fue parte del problema.

– Solo intentaba hacer lo posible para mantenerte a salvo– intentó justificarse Bellamy– Incluso antes de que nacieses la vida de Lexa estaba llena de peligros, fue una decisión que tomamos como padres, ella y yo...

Alycia bufó:

– ¿De qué te ha servido? Ahora somos del FBI, nuestra vida está llena de peligros.

Bellamy se puso serio:

– Y créeme que si en mi mano estuviese, te dedicarías a otra cosa, ahora eres joven, pero el día en que seas madre lo entenderás ¿Crees que fue fácil para mi alejarme de mi hogar? ¿De la gente que quiero?– se señaló– eres mi hija, mi deber como padre es el de mantenerte a salvo, claro que no soy perfecto y que cometo errores, pero nunca con intención de hacerte daño, si tu eres infeliz yo también y ojalá poder regresar al pasado y hacer las cosas de otra manera, pero no puedo. No podemos, Alycia, pero si está en nuestra mano aprender de esos errores y no cometerlos en un futuro.

Alycia se pasó la mano por la cara y se mantuvo pensativa durante unos degundos, teniendo expectante a Bellamy, él sabía que el camino al perdón no iba a ser fácil, tan solo que le diese la oportunidad:

– Estoy cansada– admitió– y como has podido comprobar, Eliza y yo nos estamos dando otra oportunidad, no quiero estar peleada cuando mi hermano nazca.

Bellamy dejó escapar un suspiro de alivio:

– Me alegra escuchar eso y que arregles las cosas con Eliza también.

– Espero que esto te ayude a arreglar las cosas con Lexa también.

Blake puso una expresión afligida:

– Por desgracia tu tía puede ser mucho más cabezota que tú.

Al final, hicieron una comida en familia, no fue como los viejos tiempos, cuando toda la familia y amigos se reunían en la mansión de los Woods, cuando Eliza, Alycia y Mich se pasaban las tardes enteras jugando y metiéndose los unos con los otros, pero al menos fue cordial e intentaron ponerse al día de cómo iban sus vidas y una de esas conversaciones salió un tema que aun levantaban ampollas entre las chicas, el tema de Mich y ese verano que pasaron juntos.

Flashback

No es que tuvieran por costumbre acostarse todos los días, la presencia de sus madres en la casa no lo facilitaban. Alycia descubrió que no le desagradaba el sexo con Michel, era dulce, era atento y siempre lo había cuando ella lo quería. Mayormente empleaban el tiempo compartiendo en otras cosas, como era jugar a la Xbox, salir a correr, la ojiverde no se daba cuenta, pero cada día conseguía recorrer un poco más la cuesta. Con lo que odiaba correr:

– En estos momentos te odio.

Decía nada más llegar al piso del chico, estaba reventada. La corredora era Eliza, a ella le gustaba la velocidad, pero de motos y coches, incluso se atrevería a decir que, en bicicleta, pero ¿correr?:

– No te quejes tanto, siempre acabo cargando contigo– Añadió Michel mientras se hidrataba con una bebida isotónica que sacó del frigorífico– en un par de semanas te irás y aun no haces el esfuerzo suficiente, eres una vaga, ¿así como quieres pasar las pruebas físicas para entrar al FBI?

– Ten por seguro que las pasaré– le quitó la botella de la mano y bebió un trago– pero estoy segura de que cuando sea agente pasaré de correr.

El moreno se apoyó en la encimera de la cocina con una mano y alzó las cejas:

– ¿Cómo piensas atrapar a los malos lista? ¿tienes super poderes de control mental y se te entregarán, así como así?

Alycia amplió una sonrisa, a comparación de cómo llegó la primera vez, ya se la veía más animada, reía, bromeaba, comenzaba a ser un poco ella, aunque Michel hacía que no se daba cuenta, pero tenía sus momentos del día en que parecía estar en otra parte y no le era difícil adivinar donde:

– Ya me gustaría, me ahorraría mucho tiempo, no sé, ¿si disparo en un pie? Ya no podrían correr.

– Estás tan loca que te veo capaz de hacerlo– se miró el reloj de pulsera– en una semana regresará Joel, menos mal, siempre nos toca jugar con mancos.

Alycia torció el gesto:

– Me he cansado de jugar al COD, está lleno de niños rata, ¿si solo jugamos al Battlefield?

– ¿Echamos una partida ahora? Mis madres me dijeron que llegarían un poco tarde– Puso cara de travieso y le brillaron los ojos, cualquiera que viera esa situación pensaría que le estaba proponiendo algo indecente y que Alycia le estaba aceptando porque enseguida puso cara diablilla también– podemos jugar hasta tarde y con el volumen un poco más alto.

– Con ese 5.1 parece que estamos dentro del juego, voy a ducharme tu ve preparando los refrescos y las chucherías.

Se puede decir que Michel era igual de inocente, me atrevería a decir que incluso más inocente que Alycia, solo había que ver los pijamas de Iron Maiden que se ponía a veces y su ropa interior, la ojiverde ya le aconsejó que si en un futuro tenía citas, que se pusieran unos calzoncillos de Calvin Klein y no de Marvel. La ojiverde se duchó primero y después el joven Fish. Nada de Callo of Duty, Alycia se negó, sobre todo porque se habían llenado de camperos. Así que acabaron jugando al Sniper Elite modo cooperativo:

– Me encanta reventar mochos con este juego– Decía la ojiverde mientras ponía gesto de concentración y tenía la lengua a un lateral– es muy gore.

Michel gruñó, dejó a un lado el mando y se recostó:

– Llevas el doble que yo, eres una friki, Alycia.

La ojiverde rio tiró el mando encima de la cama y se tumbó en el sillón poniendo los pies encima de las piernas de Fish:

– ¿Lo dice quién? Tú también lo eres.

– Pero tú me superas.

La ojiverde pasó las manos por encima de su cabeza para agarrar el cojín, quedó fija a la mirada del moreno y curvó las comisuras de los labios. Sí, en ese instante es cuando debemos pensar que Alycia le está haciendo ojitos para que éste diera un pasó más allá. Con lentitud apartó un poco las piernas de Alycia para tumbarse un poco y acercarse hasta la ojiverde y besarla, ésta estuvo de lo más receptiva cuando el chico rozó sus labios, con la experiencia no era tan tímido, al igual que sus manos que acariciaban sus piernas, hasta que se apartó negando la cabeza y se sentó otra vez:

– No ten entiendo Alycia– la chica puso los ojos en blanco, Eliza siempre le había dicho que pensaba demasiado, pues Michel era peor– no quieres estar conmigo, quieres a Eliza.

Alycia se sentó molesta, no le gustaba que le sacara el tema de Eliza:

– Mi relación con ella se ha acabado, además ¿qué tiene que ver el amor con el sexo?

– Me desorientas, ¿eres bisexual?

La ojiverde puso los ojos en blanco:

– Sabes perfectamente que soy demisexual.

– Ya sé, ya sé, que solo mantienes relaciones físicas si tienes una conexión emocional hacia la otra persona– se encogió de hombros– pero te has acostado con Eliza, mujer y conmigo, hombre, entonces eres una demisexual bisexual.

Ya empezaban con la misma discusión de siempre:

Y si lo fuese ¿qué más da? Puede que el día de mañana conozca a una persona genderqueer como el ángenero y conecto con esa persona, no me cerraría a tener algo más.

Michel puso una mueca:

– ¿Gender qué? ¿ánge qué? háblame en castellano para que pueda entenderte bonita.

– Ángenero, persona que no se identifica con ningún género. El día de mañana puedo conocer a una persona que se considera ángenero y si hay conexión emocional y confío en esa persona puede atraerme.

El chico se estaba aturullando, demasiada información confusa. Alycia se puso a horcajadas del chico y le agarró de las mejillas:

– Por favor no pienses– durante unos segundos quedó pensativa, eso era muy típico de Eliza– solo disfrutemos del momento ¿por qué buscar explicaciones o sentimientos al asunto? Se que te atraigo físicamente, con eso es más que suficiente.

– No estoy a favor de lo que hizo Eliza– se puso serio– ni lo que le hiciste tú que conste, pero ella era mi amiga Aly y ahora, no me sienta bien estar haciendo estas cosas a sus espaldas.

Alycia arqueó las cejas sorprendida y rio:

– Lo dices después de que te desvirgara, una, otra y otra vez– suspiró y pasó su mano por su pelo moreno– si quieres podemos omitir lo del sexo y seguir igual que antes.

– Cualquiera en su lugar diría que siguiéramos con lo que estábamos haciendo hace un momento– acarició la mejilla– pero debe ser que también soy hetero demisexual, me atraes sí, pero...

La ojiverde puso la mano en los labios del chico:

– Lo comprendo, seamos solo amigos sin privilegios– se abrazó a él y apoyó la cabeza en su hombro– eres mi mejor amigo.

Fin del flashback

Pese a las insistencias de Bellamy y Natasha de que se quedasen a dormir en vez de ir al hotel. Bellamy había dejado las cosas de Alycia tal y como las había dejado cuando se marchó, pero la ojiverde prefirió regresar a la habitación.

Eliza estaba deshaciendo las maletas cuando Alycia salió del baño después de ducharse, después de la tensión que había sentido le hizo bien sentir el chorro de agua caliente caer por su espalda, se acercó a la rubia y le quitó las prendas que tenía en las manos:

– Llevas de morros desde que salimos de la cena ¿qué te pasa?

– Se sincera, no me voy a enfadar ¿enserio que Michel y tú nunca habéis sido pareja?

La ojiverde se restregó la cara:

– Eli por el amor de dios, no– comenzó a gesticular con las manos– no, no salimos como pareja nunca.

– Alycia es por tú condición, yo al menos sé que he estado con otras porque me han atraído sexualmente y no he tenido conexión emocional, sé con certeza que solo te he querido a ti, pero tú no estás estas con cualquiera– Comenzó a gesticular con las manos mientras enseñaba esa arruguita en la frente que le hacía tan adorable– me aterra la idea de que exista la posibilidad de tener que compartir tú corazón con alguien más. Sobre todo, con él, que parece saber lo que piensas...

Hablaba demasiado y solo había una forma efectiva de callarla, era besándola, fórmula que puso en marcha, agarrando sus mejillas y chocar sus labios, un beso estático durante unos segundos, pero enseguida le correspondió rodeándola con los brazos y pegándole a la ojiverde. Alycia gruñó y le alzó hasta que la ojiazul rodeó su cintura con las piernas. La ojiverde se separó unos centímetros de su boca, aun no estaba preparada para separar sus cuerpos también:

– Pues tendrás que hacer el intento de confiar en mí palabra, creer que solo te amo a ti, me robaste el corazón y nunca me lo devolviste ¿Cómo enamorarme de otra persona?

– Quiero creerte...

– Por dios Eli ¿qué tengo que hacer para que me creas? ¿Secuestrarte y llevarte a las vegas para contraer matrimonio?

Eliza curvó las comisuras de los labios:

– A mis madres les daría algo.

– Pues anda que a mi padre.

Mientras en Chicago, en plena noche, en las Inmediaciones de Jackson Parck Golf apareció un coche color marrón, la puerta del copiloto estaba abierta, a unos metros del coche había un joven tendido sobre un charco de sangre, dentro del coche había una chica, ambos habían sido disparados, a ella la encontraron ya muerta, a él en estado grave, a pesar de que parecía haber sido disparado a una distancia casi imposible de fallar:

– El asesino quería dejarlo con vida.

Llegó a la conclusión el joven forense:

– Está recreando los asesinatos del asesino del zodiaco.

Acabó aclarando Ontari, con los primeros tuvo sus dudas, ahora tal y como había encontrado a las siguientes victimas lo tenía más que claro. Tras hacer el levantamiento del cuerpo, mandó a Alex Vause para que fuese al hospital donde se llevaron a la otra víctima para ver si podía averiguar algo del asesino.

Alex esperó a que el médico que atendió a la víctima la informase, rezando para que hubiera sobrevivido y pudiese darla alguna pista para encontrar a ese chiflado que andaba suelto y desatado. La Dra. Bertollini fue quien salió a informar a la agente del FBI, la doctora era una mujer de mediana edad, pelo rizado y castaño, ojos castaños y expresión cansada por la cantidad de horas que llevaba trabajando, era un poco más baja que Alex y de complexión delgada, el uniforme del hospital era de color azul turquesa y sobre el uniforme llevaba la bata:

– Nick Farrell vino con varias heridas de bala en el brazo derecho, en la rodilla, en el pecho y dos disparos parecieron haber rozado el cuello y la mandíbula.

– ¿Cómo se encuentra? ¿Puede testificar?

La doctora Bertollini negó con la cabeza:

– Ahora mismo está dormido por la anestesia, pero encontraron esto– dijo entregándola una bolsita con un papel doblado dentro, el papel estaba manchado de sangre– creo que os puede ayudar– siguió informando– regrese mañana, si evoluciona favorablemente, podrá hablar con el paciente mañana.

Ontari regresó a su despacho, ya sabía a quien imitando el asesino, era muy descarado y creído, se veía con la capacidad de imitar a uno de los asesinos seriales más famosos. Genial, convence a Alycia y a Eliza de unirse a su unidad para detener a unos ladrones de bancos y ahora están detrás de un asesino serial que se había obsesionado con ellas, en su defensa podría decir que la familia Woods ya tiene experiencia en tratar con psicópatas:

– ¿Qué piensas con tanta insistencia?

Preguntó Green cuando entró a su despacho y la vio tan ceñuda. La morena miró a Niylah e hizo una seña para que se acercase y se sentase sobre sus piernas:

– ¿Qué tal llevas el frio? ¿te ves capaz de vivir en Islandia? – Niylah la miró sin entender– en Reikiavik, como en "Viaje al centro de la tierra"

– ¿Por qué?

– En cuanto la misión llegue a su fin, tendré que esconderme de Lexa y del lanzamiento Olímpico que emplea Clarke con sus zapatillas– torció el gesto– mejor, larguémonos a Groenlandia con las focas, las adiestramos para protegernos de cualquier rubia con zapatillas en la mano.

Niylah se pasó las manos por el tabique nasal ¿Alguna vez madurarían? Parece ser que en vez de ir para adelante iban como los cangrejos, cada vez más infantiles. Ya las visitaron antes de que se regresaran a Portland. Se relamió los labios y abrazó a la conejita menor:

– Son ricachonas jugando a ser agentes del FBI, es lo que tiene trabajar en este oficio, tú no eres su madre para estar protegiéndolas cada dos por tres– hizo una mueca– que lo haga Michel, nosotras ya les salvamos el culo a sus madres en sus días... – se encogió de hombros– Mejor dicho, la última vez ya vez se salvaron el culo ellas solitas y Alycia es buena, algo vaga eso sí y Eliza, impulsiva, pero pega hostias como panes– sonrió– ahora hablando enserio, por muy ricachonas que sean, debemos admitir que son buenas, fueron entrenadas por la mejor.

Ontari sonrió y se abrazó a Niylah:

– ¿Sabes cuando llegan los especialistas de Washington?

– Mañana.

Ambas mujeres se quedaron mirando unos segundos ya podían pasar los años que seguirían amándose o más. Green acortó las distancias y besó a Ontari que la devolvió el beso un beso que llevó a mucho más. No es que tuvieran los mismos trotes que hace casi treinta años, ni le dieran al sexo duro como lo hacían, pero tampoco se habían vuelto unas ositas amorosas. Green acabó sin blusa, detrás de la morena que estaba apoyada con el vestido subido hasta la cintura sin ropa interior y recibiendo las embestidas de su mujer, hasta ahí todo bien, excitante como lo solía ser siempre. El caso es que había unos cuantos que tenían la mala costumbre de entrar sin llamar y que sorpresa, todos eran de la misma familia, pues Aden Woods entró al despacho. Green actuó rápido, bajando el vestido de Ontari y fingió que le estaba haciendo la maniobra de Heimlich:

– ¿ya se te pasó cariño? – miró a las chicas– mi mujer se estaba ahogando con un cacho de salchicha.

Aden ignoró eso, ya tenía una edad y cierta fama para saber que estaban haciendo guarradas conyugales:

– Alex Woods me trajo una prueba y creo que deberíais verlo.

Pero antes de que Aden entregase la prueba a Ontari, el teléfono de esta empezó a sonar, los presentes se quedaron mirando al teléfono que estaba sobre el escritorio de Fish.

  

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