iii.- readjustment process; part one

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▬▬▬▬ ༘◜➷。 | capítulo tres... ⚡️🔥
❪ proceso de readaptación; parte uno ❫






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—TUS PUPILAS REACCIONAN A LA LUZ, Y TUS SIGNOS VITALES ESTÁN BIEN —HIZO SABER CAITLIN TRAS UNA REVISIÓN AL VELOCISTA—. Estás en perfectas condiciones incluso para ti.

   Adds escuchaba atentamente todo, y mientras Adara permanecía en sus brazos apoyaba el peso de la menor sobre su cadera. Sintió como la menor ponía unos de sus dedos sobre aquella herida dónde hacía solo minutos atrás o máximo una hora, un pequeño sangrado se había presentado.

—Lo siento —se disculpó la menor apenada al ver la mueca hecha por Adds.

—No pasa nada —le sonrió ella, en un intento de tranquilizarle.

—¿Cómo te sientes? —cuestionó Joe a Barry, mientras abrazaba a su hijo adoptivo por un costado.

—Me siento bien —respondió nervioso, sin saber como expresar sus energías—. Si, me siento increíble. No lo sé, siento que volví a nacer.

—¿Vas a necesitar pañales? —bromeó Adds.

   Barry blanqueó su mirada divertido, sin pasar por alto la tensión que portaba su pareja.

—Bueno eso está bien, Jesus el veloz —comentó Cisco.

—En serio. Me cuesta admitirlo pero tal vez seas el velocista más rápido de todos —admitió Wally con pesadez y emoción a la vez.

—Uh —Adds hizo una mueca, logrando que todos le observaran—. Creo que esa frase quedará prohibida en este lugar, porque cada vez que la usan, llega un velocista a demostrar lo contrario. Y honestamente ya llegué a mi límite con los velocistas, y creo que todos opinan igual.

   Todos asintieron de acuerdo. Ya habían pasado por ello tres veces, y les parecía más que suficiente. ¿Otro velocista? No gracias, no lo soportarían.

—Bueno, estuviste en la speed force, así que tal vez ganaste más energías —teorizó Caitlin.

—Tal vez —concordó Barry—. ¿Cómo anduvo todo en este tiempo que me ausente? —cuestionó, ansioso por saber como habían manejado las cosas en su tiempo fuera.

   Adds guardó silencio formando una fina linea en sus labios, y permitió que alguien más se encargara de responder a aquella pregunta, deseando que no comentaran su moribunda realidad.

—Todo estuvo bien —respondió Wally—. El Team Kid Flash tuvo todo bajo control.

—Ese no es nuestro nombre —dijeron los presentes a coro.

—Es muy largo —mencionó Adara frunciendo su nariz.

—Pero aún quedan misterios por resolver —agregó Cisco, retomando el punto anterior—. Como el robot Samurai volador.

   Todos siguieron al ingeniero de vuelta al cortex.

—El Samurai androide... —Cisco chasqueó sus dedos—. El Samuroide —nombró dejando salir una risa—. ¡Estamos de vuelta, bebé!

—Honestamente esta un poco... raro el que alguien haya creado a este robot solo para traer a Flash de vuelta —comentó Adds, cambiando a Adara al otro lado de su cadera—. Es como si supieran que Barry se encontraba ausente... como si necesitara que volviera...

—Bueno, no creo que lo hayamos estado haciendo tan mal durante estos meses como para que alguien se esforzara tan duro al intentar traer de vuelta a Flash —agregó Ethan levemente indignado.

—La frase "Esta casa es lo máximo" ¿Significa algo para ti? —Cisco le cuestionó a Barry.

—Eh... no —respondió el haciendo un gesto extraño con su rostro, lo cual causo la risa de Adds y Adara—. ¿Debería? —cuestionó acercándose para cargar a la menor.

—No, pero en tu fase de mente brillante dijiste muchas incoherencias —le hizo saber Cisco.

—No recuerdo nada de eso —se encogió de hombros—. Lo último que recuerdo es haber entrado a la speed force con mi madre y luego haber salvado a Adds —señaló sonriéndole a la última mencionada.

—Entonces... ¿Como supiste que Adds estaba en problemas? —cuestionó Ethan, confundido.

—No lo sé —respondió sonriendo.

—Eso es porque cuando amas a una persona sabes cuando se encuentra en peligro —comentó Adara de lo más normal—. Por eso supo que Adds se encontraba en peligro.

   Adds inevitablemente se sonrojó, mientras retenía las ganas de soltar un "Claro, el poder del amor lo resuelve todo" pero optó por callar aquello y así no herir los sentimientos de la menor.

—Ajá, señorita "sé la respuesta" —comentó acercándose a ella, mientras se la quitaba de los brazos a Barry—. Es hora de ir a casa porque es tarde, mañana hay escuela y ni siquiera haz cenado.

—Ya no me gusta la escuela —hizo saber Adara frunciendo su ceño.

—¿A si? ¿Y eso por qué?

—Porque Bruce hizo una nueva amiga y ya no juega tanto conmigo —se cruzó de brazos.

   Adds retuvo una sonrisa.

—Pero cariño, es bueno hacer nuevos amigos, puedes unirte y jugar junto a esta nueva amiga de Bruce.

—No, yo solo quiero jugar con Bruce —se negó.

—¿Quien demonios es Bruce? —cuestionó Barry con el ceño fruncido, posando sus manos en la cintura de Adds.

—Es el novio de Adara —comentó Ethan con una sonrisa.

—¡Él no es mi novio, tío Ethan! —reclamó la menor, sonrojándose mientras fruncía su ceño.

—Déjala en paz —Adds dejó un golpe en el hombro de Ethan.

—Cuidado, que mamá osa se pone agresiva —se burló Cisco.

—Odio ese apodo —blanqueó sus ojos—. Los odio tanto.

—Nos amas.

—Oh, ya cállense —se quejó.

   Barry sonrió y dejó un beso sobre el cabello de Adds. Era un hecho que para él aquellos seis meses no habían transcurrido, técnicamente ni existido, pero maldición adoraba los momentos como esos.



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TRAS INTRODUCIR LA LLAVE EN LA CERRADURA DEL DEPARTAMENTO ADDS GIRÓ de ella y empujó la puerta, permitiendo que ambos se adentraran.

Cisco e Ethan habían decidido llevar a Adara por algo de cenar, aunque técnicamente era una excusa de ambos amigos para que así Adds y Barry pudieran hablar sin la adorable presencia de la menor revoloteando por todas partes.

—¿Quieres subir y descansar? —cuestionó Adds, tras cerrar y darse la vuelta para observarle.

—No, siento que he dormido por meses así que no me siento cansado.

—Bien —Adds pudo ver como los pies de Barry llegaban hasta el sofá, observando las almohadas y las mantas dobladas a un lado—. Yo... han sido unos largos seis meses, y no podía dormir en nuestras cama —confesó—, todo se sentía frío sin ti, yo solo...

Tomó una respiración intentando retener las lágrimas que amenazaban con humedecer su mirada, pero falló completamente.

—Barry, sé que me pediste que siguiera adelante, que siguiera corriendo, pero... no fui ni seré lo suficientemente fuerte para seguir mi vida sin ti —susurró—. Te voy a ser honesta y lo que diré no lo diré con intenciones de hacerte sentir mal, pero desde que te fuiste he estado siendo miserable de formas que en mi vida me había imaginado, porque te necesitaba, pero sabía que era imposible que volvieras, no solo porque yo lo quería, sin embargo lo intenté, hasta el día de hoy intenté mantenerme de pie, porque ya no sé trataba solo de mí, porque debía mantenerme a flote por Adara. Y aún así ella ha sido más fuerte y más madura que yo —se dejó caen en el sofá mientras cubría su rostro.

—Adds, está bien —aseguró Barry tomando asiento a su lado, mientras dejaba caer su mano sobre la rodilla de la rubia.

—No, no lo está... —negó frustrada—. Yo solo... realmente quería morir Barry... una parte de mí quería hacerlo —se corrigió.

   El velocista suspiró, y en un rápido movimiento tomó de la cintura de Adds, dejándola sentada sobre sus piernas.

—Estoy aquí, y ya no pienso irme a ninguna parte si eso implica estar lejos de ti —aseguró dejando una caricia en su mejilla con su pulgar.

—Espero que sea así, porque estos meses han sido una verdadera tortura sin ti —confesó, apoyando la palma de sus manos sobre las mejillas de Barry, observando las brillantes esmeraldas.

—¿Puedo preguntarte algo? —inquirió un tanto nervioso el velocista.

—Claro que si —asintió Adds.

—¿Aún quieres casarte conmigo? —cuestionó en voz baja.

   Adds le observó confundida por un segundo, pero no tardo en recomponerse para responder aquella pregunta.

—Claro que si, ¿Por qué preguntas...? —entonces lo recordó—. Claro, no estoy usando la sortija —asintió.

   Dejó salir un suspiro mientras dejaba caer sus manos a sus costados.

—Como dije anteriormente, fueron unos difíciles seis meses —repitió frotando el costado de su frente—. Luego de tres meses de la muerte de mis madres... de HR y de que tu te perdieras en la speed force fue... no lo sé —se encogió de hombros—. Siempre has sido mi mayor soporte Barry, y saber que no estabas, ver mi mano y encontrar esa sortija que prometía que un día nos casaríamos solo lograba hundirme, porque no estabas, no sabía si volverías, no sabía si volveríamos a estar juntos... así que una noche simplemente me levanté de este sofá y subí a la habitación y guardé la sortija al fondo de la cómoda, esperando a superar toda esta situación para volver a usarla —explicó.

—Pero ahora estoy aquí.

—Pero ahora estás aquí—asintió ella repitiendo sus palabras—. Y si tu quieres casarte conmigo yo también quiero hacerlo —le sonrió.

Barry sonrió de igual forma y atrajo el rostro de la rubia cerca del suyo.

—Siempre querré todo si se trata de tu y yo juntos —murmuró.

Y entonces sin esperar más, juntó sus labios con los de Adds, en una lenta y electrificante danza de sus labios.

Solo segundos más tarde el timbre del departamento sonó, haciendo que ambos se apartaran suspirando.

—Creo que Adara ya está de vuelta —murmuró Adds.

Barry sonrió, tirando de ambos para ponerse de pie.

—Así que... ¿Te convertiste en mamá osa? —cuestionó con una sonrisa divertida tirando de sus labios, mientras caminaban hasta la puerta.

—No te atrevas a llamarme así, Bartholomew
—amenazó dándole una rápida mirada.

Barry alzó su manos a modo de disculpa y Adds finalmente abrió la puerta del departamento, logrando ver a Cisco e Ethan frente a esta, con Adara entre ellos.

—Cenicienta llegó a casa sana y salva —comentó Ethan.

—En esta historia no hay madrastra malvada —Adds frunció su ceño, cargando a Adara.

—Eso es lo que dices tú —murmuró Cisco por lo bajo.

—¡Oye!

—Estoy bromeando —Cisco e Ethan rieron—. Bueno mamá osa, te vemos mañana —se despidió Cisco.

—Si, y recuerden no ser tan ruidosos —agregó Ethan con burlesca complicidad.

Al escuchar aquellas palabras las mejillas de Adds se tornaron ligeramente rojas a comparación de las de Barry, las cuales parecían dos tomates.

—Muy bien, largo de aquí, par de idiotas —ordenó Adds.

Entre risas Cisco e Ethan se alejaron por el pasillo. Adds finalmente cerró la puerta y se volteó hasta Barry mientras negaba con su cabeza.

—¿Ruidosos? ¿Qué quería decir el tío Ethan con eso? —cuestionó Adara curiosa.

Bien hecho... pensó Adds.

—Eh... —balbuceó Barry—. Bueno...

—No les hagas caso, ya sabes que esos dos están locos —respondió Adds—. ¿No es así?

Adara asintió divertida, mientras dejaba salir una leve risa y cubría su boca.

—Muy bien, hora de ir a dormir.

En aquel momento, cuando el trío se dirigía a las escaleras, y Barry intentaba quitarle a Adds de los brazos a la menor, escucharon el sonido de las sirenas de la policía.

—Creo que la ciudad necesita a Flash —comentó Adds.

Barry suspiró, y apoyó su frente con la de ella.

—No tardo —aseguró dejando un corto beso sobre sus labios.

—Iugh —Adara hizo una mueca de asco.

Ambos mayores rieron, y finalmente el rayo de Barry desapareció dejando una leve ráfaga. Adds no tardó en comenzar a subir las escaleras aún cargando a Adara.

—¿Barry no volverá a marcharse? —cuestionó insegura.

—Espero que no cariño —Adds le sonrió levemente—. Espero que no.



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AHOGÓ UNA RESPIRACIÓN A LA PAR QUE SOLO SEGUNDOS MÁS TARDE CON LAS PALMAS DE SUS MANOS apoyándose en el colchón se impulsaba para quedar sentada en la cama.

Su mirada escaneó todo su alrededor, mientras intentaba calmar su respiración y pasaba sus manos por su rostro buscando eliminar todo rastro de sudor y lágrimas.

No comprendía porque se encontraba de vuelta en su cama... en su habitación. Claramente todo lo anterior se trataba de una mala jugada de su cabeza entregándole lo que más deseaba para que al despertar esto se convirtiera en una pesadilla.

Su mirada cayó al lado vacío de la cama. Se encontraba frío indicando la falta de presencia de alguien. La falta de presencia de Barry.

—No otra vez —masculló cubriendo su mirada.

Su pecho aún temblaba erráticamente, y escocía escondiendo un fuerte nudo que en lugar de desaparecer solo parecía incrementar. Su mirada se cerró con impotencia. Cuanto odiaba aquellas noches.

Con pesadez se puso de pie, sintiendo todo su cuerpo hormiguear, desde la punta de sus dedos hasta lo más alto de su cabeza. Era horrible aquella sensación de ansiedad y frustración que la inundaba cada vez que pasaba por aquello.

Tomó una almohada y una de las colchas sobre la cama, comenzando a arrastrarse fuera de la habitación, aún sin comprender como había llegado allí. La última vez que comprobó no era sonámbula.

Sus pies bajaron sin cuidado alguno los escalones, sintiendo el alfombrado cosquillear en la planta de sus pies. Estaba frío.

El ruido de la televisión le alertó. Estaba encendida. Su ceño se frunció y con precaución se acercó cautelosamente. Las probabilidades de que Adara se encontrara despierta a aquellas horas eran casi nulas. Su mirada quemó al concentrar su vista en la pantalla, y es que imágenes se reproducían a una velocidad absurda, por lo que no podía ver de que se trataba la reproducción.

Sus pies la guiaron aún más cerca, esta vez dispuesta a averiguar quién irrumpía en su hogar y por sobre todo en la comodidad de su cama, y con eso quería referirse al sofá.

Una vez sus pies le llevaron lo suficientemente cerca para ver de quien se trataba, la almohada y la colcha en sus manos cayeron haciendo un ruido mudo debido a la delicadeza del material. Sus ojos escanearon a la persona a pesar del ardor que escocia en ellos mientras las lágrimas se producían poco a poco.

—Hey, ¿Qué haces despierta a esta hora? —cuestionó Barry cayendo en cuenta de su presencia.

La sonrisa que se había formado en sus labios se esfumó en el momento en que vió el rostro de Adds, al igual que la almohada tras ella, pero más que ello, al ver la forma en que se estaba rompiendo en aquellos instantes.

—Adds... —susurró intentando acercarse.

Sin embargo ella retrocedió, aún incrédula con la situación, cerró sus ojos un momento, y debido a esta acción no vió el camino por el cual sus pies retrocedían. Sintió su cuerpo flaquear en el momento en que sus pies se enredaron con la colcha, más no sintió el impacto con el suelo.

Sus párpados se abrieron nuevamente, pudiendo observar más claramente el rostro de su salvador. Sus verdes esmeraldas le observaban brillosas y preocupadas, mientras sus manos se cernían con protección en su cintura, sosteniéndole cerca de su anatomía.

Su mirada volvió a cernirse en la oscuridad, con forzosa voluntad, mientras su mente repetía "Despierta" "Vamos, es hora de despertar" sin darse cuenta que aquel pensamiento salía como susurro de sus labios.

Aquello solo llevó a Barry a comprender la cantidad de formas en las que Adds se encontraba lastimada, al punto en que realmente se estaba obligando a si misma a despertar, y negarse su real presencia junto a ella. Más que un sueño, ella creía que se trataba de una pesadilla.

—Hey, Amor... —llamó con voz suave, intentando no alterarla más de lo que se encontraba—. Abre tus ojos.

—No es real —susurró ella ignorándole.

—Si es real, Rayito. Estoy justo aquí —aseguró—. Adds estoy justo aquí contigo.

El cuerpo de la rubia se sacudió, y finalmente abrió sus ojos. Su mirada volvió a toparse con la potente mirada de Barry. Su respiración se cortó, y sus ojos volvieron a inyectarse en lágrimas.

—Estoy justo aquí —repitió Barry.

Un sollozo salió de los labios de Adds, siendo casi imperceptible, y sin pensarlo dos veces se abalanzó sobre él terminando de reducir la poca distancia que los separaba se colgó de su cuello, con fuerza.

—Barry...

—Está bien... todo estará bien, preciosa —aseguró, manteniéndola junto a él, mientras acariciaba su cabello con delicadeza.

Adds escondió su rostro en aquel espacio en el cual su cabeza caía perfectamente. Las lágrimas que caían de sus ojos, terminaron perdiéndose en aquel punto entre el hombro y cabeza del velocista, pero aquello parecía no importarle a ninguno.

Su corazón en su pecho se remecía y estremecía con fuerza, con dolor y emoción. Su cabeza arrasaba con todo pensamiento que intentaba concretarse y establecerse.

—Por favor... —susurró—. Prométeme que no te irás, que no me dejarás... prométemelo aunque sea un sueño, aunque sea mentira —pidió observándole—. Solo promételo...

—No iré a ninguna parte, Adds —aseguró, tomándose unos segundos para dejar un beso en su mejilla—. Es una promesa real.

Ella sonrió levemente. No le importaba si aquella sería una promesa que en un futuro se rompería, solo le importaba aquel momento.

Una de sus manos viajo hasta su propia mejilla limpiando las lágrimas en sus mejillas, las cuáles no tardaban en ser reemplazadas por nuevas. Por más que quisiera dejar de llorar no podía. Se sentía atascada en aquel punto.

—Gracias por volver —susurró.

—Gracias a ti por esperar a que volviera —susurró de vuelta, juntando sus rostros mientras acariciaba su mejilla.

Ambos cerraron sus ojos, sintiendo cada célula en sus cuerpos reaccionar a la cercanía del otro. Se permitieron sentir sus respiraciones, sus aromas, sus sentimientos con solo el ruido de la noche exterior envolviéndolos. Con sus miradas conectando cada tantos segundos, comunicando todo lo que las palabras no podían expresar.

No eran conscientes del tiempo que transcurría, y tampoco les importaba. Solo querían estar ahí, protegerse mutuamente, profesar promesas y sentimientos.

—Vamos a dormir —indicó Barry rompiendo el silencio—. Esta vez no iré a ninguna parte hasta que sea de día —aseguró.

Adds asintió con una pequeña sonrisa en sus labios. Permitió que Barry cargara con todo su peso, y se colgó a él como un koala, rodeando su anatomía con sus piernas y brazos.



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SUS OJOS SE ABRIERON LENTAMENTE, SINTIENDO COMO LA LUZ QUE SE COLABA POR ENTRE la cortina cegaba su adormilada mirada. Perezosamente estiró sus músculos, mientras un perezoso bostezo salía de sus labios. En aquel instante unas manos se aferraron a su cintura, tirando de su cuerpo hasta chocar con otro.

Su mirada se topó con la cálida mirada de Barry, quien al parecer llevaba más tiempo despierto que ella.

—Hola... —murmuró tímidamente.

No iba a mentir, realmente se sentía apenada por el espectáculo que había montado tal vez más de una vez en el transcurso de la noche. Su cabeza no tardaba en juzgarla por haber actuado de sobre manera. Sin embargo al contrario de lo que ella pensaba, Barry agradecía que aquello hubiera ocurrido, y es que todo eso le ayudaba a comprender de mejor manera a la persona que se encontraba en sus brazos en aquellos momentos, quien sabía no era exactamente la misma Adds de hacía seis meses.

—No te preocupes por eso —dijo él, adelantándose a cualquier cosa que la rubia fuera a decir.

Ella abrió y cerró su boca un par de veces sin saber que decir, el calor no tardó en subir a sus mejillas.

—No es justo —murmuró sin embargo, frunciendo su ceño—. No debí haber hecho eso.

—¿Hacer qué? —Barry alzó una de sus cejas observándole—. ¿Demostrar como te sientes? ¿Tus temores? —ella guardó silencio—. Hemos estado seis meses sin vernos, y estoy aquí, dispuesto y ansioso a que te abras y me digas como te sientes, que quieres, quien eres hoy en día, Adds... y no debes avergonzarte de ello. Sé que no han sido meses fáciles, puedo verlo cada vez que observo tus ojos... también sé que una parte de ti murió aquel día, y que no estuve ahí, y realmente lo siento...

—No es tu culpa, no te disculpes por eso —susurró ella.

—Estoy aquí ahora, y quiero saber todo, no quiero que sigas guardándote todo cuando estoy aquí para ti, dispuesto a aligerar la carga que llevas sobre ti.

—Ese no es tu deber, Barry —negó.

—Tal vez si, o tal vez no —se encogió de hombros—. Pero no lo hago porque crea que es mi deber o no, lo hago porque quiero, y porque te quiero a ti.

Una suave sonrisa tiró de sus labios, y se acercó más a él abrazándole. Un suspiro liberador salió de sus labios.

—Extrañaba esto —admitió—. Realmente te extrañé, Barry.

Las manos del velocista rodearon su cintura acariciando con conforte la zona. Sus labios dejaron un beso sobre su cabello. Olía a manzanillas.

—No iré a ninguna parte —prometió.

No importaba la cantidad de veces que tuviera que repetir aquellas palabras, porque lo haría sin pesar hasta que Adds estuviera segura de ellas.

—¡Oh mierda! —masculló sentándose de golpe en la cama.

—¿Qué ocurre? —cuestionó confundido.

Adds no respondió, solo se puso de pie, observando la hora en el reloj sobre la mesita de noche. Su rostro mostraba reproche hacía si misma, al igual que cansancio.

—¿Adds...?

—Debo llevar a Adara a la escuela —explicó atropelladamente mientras sacaba ropa de los cajones de la cómoda—. Ya vamos tarde... mierda... tendré que hablar con esa inspectora amargada haber si la dejan entrar...

—Adds...

—Dios, ¿Será que ya se despertó? —cuestionó a la nada.

Sus pies se dirigieron a la salida de la habitación, pero antes de siquiera poder tocar el pomo de la puerta, sintió un revoloteo en su estómago y para cuando fue consciente estaba de vuelta entre las sábanas.

—¿Qué? ¡Barry! —reclamó—. Esto es serio...

—Amor, Adara ya está en la escuela —avisó, cortando el reclamo de la rubia.

Ella le observó en silencio unos segundos, procesando sus palabras con su ceño frunciéndose de formas extrañas.

—¿Qué acabas de decir?

—Fue solo un segundo —agregó rápidamente—. Ella me despertó, estaba lista, solo le faltaba desayunar... estabas durmiendo y me pregunte cual era la posibilidad de que despertaras en lo que le daba de desayunar a Adara y la llevaba a la escuela... así que eso hice —hizo un gesto con sus manos—. Volví y aún dormías así que me quedé aquí esperando a que despertaras.

Adds le observó atónita, y sin saber porque sintió como el corazón se le derretía. ¿Sería que finalmente iba a tener su temporada de buena suerte? Barry estaba de vuelta... podía ver a su padre y Rob... podrían formar una familia.

Barry se acercó a ella, limpiando las lágrimas en sus mejillas con preocupación.

—Estoy bien —aseguró—. Creo que me he vuelto muy sentimental estos meses.

El velocista sonrió, y tiró de ella hasta recostar de ambos en la cama.

—Siempre lo has sido, solo lo ocultabas muy bien —mencionó.

—Eso es una vil mentira —reclamó golpeando de forma falsa su pecho.

No tardaron en sonreír divertidos.

Barry nuevamente se tomó un momento para observar a la rubia. Su cabello se encontraba más oscuro que la última vez, al igual que podía notar los rastros de ojeras, aún podía sentir aquel persistente pero exquisito aroma a manzanillas que la caracterizaba, sus potentes zafiros azules, sus labios seguían pareciendo dos pétalos de terciopelo y sus mejillas dos pintas con un leve sub tono rojizo. Seguía siendo igual e inclusive aún más preciosa.

—¿Qué? —inquirió ella con una pequeña sonrisa.

—Nada, solo... tu cabello se ve más oscuro —comentó.

—Lo sé —asintió dejando salir un suspiro—. Dejé de afanarme con la idea de hacerme aquel retoque de color cada cierto tiempo —se encogió de hombros.

—Me gusta —admitió.

Ella sonrió.

—Ya no soy tan rubia como antes.

—Lo seguirías siendo si...

—Si no te hubieras teñido el cabello castaño cuando tenías 17 años —terminó ella, blanqueando sus ojos—. Lo sé, probablemente una de las peores decisiones en mí vida.

—Probablemente —asintió—. Digo... —balbuceó nerviosamente.

—¡Lo acabas de decir indirectamente! —acusó incrédula.

—¡No! No lo hice —se apresuró a defenderse tomando asiento en la cama.

   Adds imitó su acción mientras le observaba con sus párpados entrecerrados en acusación.

—Bartholomew Henry Allen —llamó—. Quiero que lo digas.

—No voy a decir algo que no pienso —se negó—. Es absurdo.

—No lo es.

—No lo voy a...

—¡Barry!

—¡Bien! ¡No me gusta como te ves con el cabello castaño oscuro! —admitió.

   Adds le observó con una sonrisa divertida mientras que él le observaba con molestia.

—Te tomó casi diez años finalmente admitirlo —negó mientras sonreía con incredulidad.

—Me caes mal.

   La rubia rió mientras se impulsaba así misma hacia adelante, dejando que su respiración se mezclara junto a la de Barry, y que sus narices se rozaran.

—No, no es verdad.

—Si, tienes razón —sonrió.

El velocista terminó de acortar la distancia juntando sus labios en una suave danza. La electricidad corría por su sistema al igual que la fogosidad corría por el sistema de Adds. Sus poderes a pesar de no tener coincidencias en lo absoluto parecían conectar cuando estaban junto al otro. No era necesario solo besarse o hacer el amor para sentirlo, porque aquella conexión era percibida inclusive con un roce de sus manos.

Las manos de Adds se posaron sobre las mejillas de Barry, trazando caricias con sus pulgares sobre la sonrojada piel, mientras que él atraía más sus cuerpos posando sus manos en la tersa piel de Adds.

—Despacio, velocista —susurró sobre sus labios.

Barry sonrió y dió una vuelta sobre la cama, aprisionándola.

—Utiliza términos que conozca —sonrió de lado.

Adds dejó salir una suave risa, mientras volvía a tirar de él hasta ella.

—Ya cállate y bésame —ordenó.

Podían sentir un vuelco producirse en sus estómagos cada vez que sus labios se movían, cada vez que sentían sus pieles rosarse, y sus sonrisas solo se acentuaban ante tal sentimiento.

El llamado de un celular, llamó la atención ambos, sin embargo uno de ellos se descantó por ignorarlo, mientras que la otra prestó mayor atención.

—Puede ser importante —murmuró Adds.

—¿Por que todo tiene que ser importante? —se quejó—. Tal vez solo es una compañía telefónica. Para mí es más importante estar aquí contigo.

—Eres muy lindo cuando te lo propones, ¿Te lo había dicho?

—Puedo ser más que lindo —masculló mientras alcanzaba su celular.

—Ah, los comentarios con doble sentido —murmuró Adds.

Barry le sonrió levemente antes de fijar la vista en el aparato en su mano. Sus labios formaron una leve línea, casi en decepción. Pero era una cantidad menor de ese sentimiento, porque la emoción era más grande.

—Joe me necesita en una escena del crimen —comentó finalmente.

—Es hora de que Barry Allen vaya a salvar el mundo —Adds dejó un apretón en su brazo.

—¿Te veo luego? —cuestionó él.

—De hecho, han sido unos largos seis meses sin ver directamente a mi padre —comentó tomando asiento en la cama—. Pasaré por Jitters y te veo allá.

—Bien —asintió—. Te amo —se acercó plantando un corto beso en sus labios.

—Te amo —murmuró viendo cortamente un rayo moverse por la habitación para luego salir de esta y escuchar la puerta principal cerrarse.

Sacudió su cabeza, formando media sonrisa. En definitiva aquella mañana se sentía más... ligera. Se colocó de pie y tras pasar por el baño, se fundó en un conjunto el cual consistía en una falda tableada de color beige un tanto oscuro, y una camiseta no muy larga de color negro, y por supuesto unas botas de color negro. Tomó sus cosas y se marchó.

Tras una pequeña parada en la cafetería y haber tomado su café se adentró en el edificio donde la escena del crimen había sucedido. Con solo verla los policías le regalaron una sonrisa y le dieron paso libre. Todos conocían a Adds, y no solo por ser la hija del capitán de la fuerza o por ser la novia del forense, también la conocían por ser la psicóloga consultora del CCPD, un puesto poco común pero bastante importante.

   Por otra parte, a solo metros aquellos cuatro hombres quienes examinaban la escena del crimen sintieron aquellos pasos acercarse. Joe y Cisco pudieron ver como aquella mañana Adds parecía haber recuperado gran parte de aquel brillo que le caracterizaba. Barry le observaba embobado como de costumbre. Y capitán Singh solo pudo sonreír ante el hecho de finalmente poder ver a su hija tras seis meses.

—Papá —susurró Adds, sintiendo sus ojos lagrimear.

—Oh, cariño —murmuró David envolviéndola en sus brazos con fuerza.

   Fue inmediatamente perceptible para él el sollozo que su hija dejaba escapar. Habían sido largos y duros seis meses, él lo comprendía. Él más que lo comprendía, por lo que solo se dedicó a abrazar a su pequeña con amor sin importarle demasiado el que se encontraran en medio de una escena de crimen.

—Realmente te extrañé —admitió Adds tras unos minutos—. Siento haber desaparecido como si nada, sé que hablábamos por videollamadas, pero no es lo mismo una despedida cara a cara —sorbió su nariz.

—No te preocupes, lo entiendo —dejó caer un beso en la frente de tu hija—. Ya estás en casa, y estoy feliz por ello.

—Yo también —sonrió—. Adara estará feliz de verte —agregó.

—Y yo estaré feliz de verla, al igual que Rob estará feliz de verlas a ambas —le sonrió—. Bueno, a los tres —blanqueó su mirada, mientras agregaba a Barry en aquel "tres".

—Necesitas dejarlo ir, ya me voy a casar con él y aún no lo superas —rió levemente.

—Soy tu padre y eres mi única hija —frunció su ceño—. Tengo derecho a dejarlo ir cuando quiera.

   Adds rió nuevamente y negó, sin embargo no tardó en ponerse de puntitas y dejar un beso sobre la mejilla de David.

—Nunca cambiarás.

—¿Para qué? —se encogió de hombros—. Estoy bien así.

—Bueno, ¿Qué tienen por aquí? —cuestionó curiosa, acercándose al ascensor donde la escena había ocurrido.

   Sin embargo con solo dar una mirada, supo que aquello no había sido una buena idea. Al ver los restos de sangre, y del cuerpo de aquel pobre hombre esparcidos por todo aquel destruido ascensor, sintió como su estómago se revolvía, y como aquel café que hacía solo segundos había bebido subía por su garganta.

   Rápidamente cubriendo su boca con la palma de su mano, corrió a uno de los basureros de la recepción del edificio, dejando salir todo el líquido ingerido aquella mañana. No tardó en sentir como alguien tomaba su cabello y comenzaba a sobar su espalda. Era Barry.

—He visto cosas horribles... —murmuró alzando levemente su rostro—. Pero sin dudas esto no me lo esperaba.

—¿No desayunaste? —cuestionó acusatorio su prometido.

—Mi apetito a disminuido este tiempo, ¿Bien? —inquirió a la defensiva.

—¿Acaso tu...? —su padre la observó frunciendo su ceño, su mirada no tardó en darle un rápido vistazo al prometido de su hija para luego volver a poner su atención en ella—. Muy bien... ¿Estás embarazada? —inquirió directamente.

De forma inmediata Barry se ahogó con su propia saliva, Adds se acercó más a él siendo ella quien esta vez sobó su espalda.

—¿Qué? No, no estoy embarazada —negó a aquella suposición—. ¿Por qué piensas eso?

—Bueno, luces más... radiante, hace unos segundos estuviste sentimental y acabas de vomitar —señaló.

Adds le observó alzando una ceja.

—Primero que nada, estoy feliz porque estoy en casa. Segundo, lloré porque realmente te extrañaba y tercero, no puedes negarme que eso —señaló el interior del ascensor—. Es simplemente asqueroso.

—Bueno...

—Además he pasado por esas cosas desde pequeña y nunca antes te vi preguntándome si estaba embarazada, ni siquiera cuando era adolescente —sonrió levemente.

—Oye, solo preguntaba —se defendió su padre.

—Y yo solo aclaraba.












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ACTUALIZACIÓN NOCTURNA!!!

siento que David es
tan random, al igual
que Ethan JAJSJAJ

bueno, 27 votos y subo la
parte dos de este capítulo!!!

el capítulo original era de
9.000 palabras aprox. casi
10.000 así que tuve que
cortarlo porque no daba
tan largo JAJSJAJS

btw, si ven errores ortográficos, inconsistencias
díganme para arreglarle!

les quiero un buen, cuídense💐💗








publicado: 11/06/2022
editado:



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