v.- bad luck is not real

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OO5

▬▬▬▬ ༘◜➷。 | capítulo cinco... ⚡️🔥
❪ la mala suerte no es real ❫






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—¿COMO DEMONIOS ESTA CHICA ENTRÓ Y ROBÓ UN BANCO A PLENA LUZ DEL DÍA VESTIDA COMO PARA ASISTIR A UNA GALA? —inquirió Adds.

—Su nombre es Becky Sharpe —Ethan mostró la base de datos del CCPD—, tiene 24 años...

—¿Me estás diciendo que ella teniendo 24 años luce así? —cuestionó una incrédula Adds—... ahora comprendo porque siempre me tratan como niña —hizo una mueca.

—No tiene antecedentes —comentó Joe.

—¿Si no tiene antecedentes por qué está en la base de datos? —inquirió Barry confundido.

—Porque desde que ha vivido en Central City la han chocado cuatro veces, le robaron dos veces su identidad... —comenzó a decir Joe.

—Un ladrón de gatos literalmente le robó su gato —agregó Iris intentando evitar reír.

—Eso... —Adds frunció su ceño confundida—. Eso está bastante raro a decir verdad.

—Ves, Harry, eso es mala suerte —mencionó Cisco.

   Harry se volteó hasta él un tanto irritado con el tema.

—Bien Ramon, lo que tú llamas suerte, yo lo llamo enredo cuántico —hizo saber—. Partículas cuánticas discretas y conectadas que al lanzarse simulan sincronizidas, lo que al ojo no idóneo, el ojo común—destacó—, se puede ver como suerte.

—Y si Becky afecta positivamente las partículas que la rodean, las partículas conectadas se lanzan negativamente —comprendió Barry.

—Y cuando le ocurre algo bueno provoca que algo malo ocurra a su alrededor —agregó Caitlin.

—Genial, tiene un campo de buena suerte —dijo Cisco.

—A mi me parece que el universo repentinamente decidió ponerla en su lista de favoritos —comentó Adds cruzándose de brazos.

—Entonces es una meta-humana —dió por hecho Joe.

—O tal vez no —interrumpió Ethan—. Solo lleva en Central City tres años.

—No hay forma de que fuera afectada por la explosión del Acelerador de partículas —agregó Caitlin.

—Tampoco a Kilgore, pero vimos con nuestros ojos lo que podía hacer —les recordó Barry.

—Realmente no quiero sonar como disco rayado, ¿Pero de dónde demonios salen estos meta-humanos? —consultó el detective con cansancio.

—Quizá los escáneres del tarje registraron algo.

—Dijiste que le quitaste toda la tecnología —reclamó Barry.

—Está bien, dejé algo—admitió Cisco alzando sus manos.

—No nos digas —Adds blanqueó su mirada, saliendo de sus pensamientos.

—Demándame —retó.

—Oh no, demandarte sería muy fácil —Adds se acercó—. Solo dejémoslo en que si algo le ocurre a mi prometido, no vivirás para contarla —le sonrió encantadoramente.

   Cisco decidió ignorarla y concentrarse en el panel de computadoras frente a él, comenzando el escaneo.

—En definitiva el traje registro materia oscura.

—Entonces hubo otro incidente con materia oscura —dió por hecho Caitlin.

   Adds abrió su boca levemente, frunciendo su ceño. La teoría que su mente maquinaba se hacía más fuerte, pero no sabía que tan posible u acertada sería. Sin embargo no podia dejar de darle vueltas, y a causa de eso no se dió cuenta de que el cortex ya estaba vacío. Como siempre.

—¿Qué ocurre? —dió un salto involuntario en el momento en que escucho la voz de Barry y sus manos pasar por su cintura—. Bien, ¿Qué fue eso? —cuestionó divertido.

—Nada... solo, aveces me pierdo —le restó importancia agitando despistadamente una de sus manos—. Estaba pensando en algo, pero... no lo sé.

—¿Tiene que ver con la boda? Tal vez podamos buscar alguien que nos ayude con eso...

—No, no tiene nada que ver con la boda —negó Adds, rodeándole el cuello con ambas manos—. Es sobre los meta-humanos.

—Oh... bien —asintió.

—Es solo... es un clase de secuencia, ¿No? Ya van dos meta-humanos que aparecen de la nada y ni siquiera estaban en la ciudad la noche que explotó el acelerador —comentó—. Y decidieron aparecer ahora...

—Justo ahora que Flash... que yo volví a la ciudad —comprendió Barry.

—Suena loco, lo sé —negó—. Mejor olvídalo...

—No, no lo es en realidad —le detuvo Barry.

—¿Crees que deberíamos buscar actividad de materia oscura el día que saliste de la speed force? —propuso.

—Tal vez sea una buena idea —asintió de acuerdo con ella, dándole más de una vuelta al asunto—. Le diré a los chicos.

   En aquel momento una alarma comenzó a sonar por el cortex alertando de ambos, y Adds rápidamente corrió al tablero.

—¿Es Becky? —cuestionó Barry llegando a su lado.

—No, no lo es —su ceño se frunció.

—¿Qué es?

—Es un e-mail del sitio donde solicitamos reservación para la recepción de nuestra boda —comentó—. "Señorita Singh, lamentamos informarles que la plaza solicitada ya ha sido ocupada por otra pareja, sentimos..."

   Ambos guardaron silencio, presionando sus labios.

—Podemos buscar otro lugar —aseguró Barry, acariciando uno de los brazos de la rubia.

—Es el tercer lugar en donde no logramos conseguir la plaza, sin contar el lugar donde nos cancelaron porque nos dieron erróneamente una plaza —se quejó frustrada.

—Adds, vamos a encontrar un lugar —prometió, girando del cuerpo de ella para que le observara.

—No lo sé... —dudó—. Tal vez simplemente deberíamos eliminar esta idea de una "gran" boda. No lo necesitamos —negó—. Solo tu, yo, Adara, los chicos, nuestra familia... —puso sus manos sobre los hombros de Barry—. ¿No crees que así suena mucho mejor que invertir una cantidad ridícula de dinero?

—Creí que querías algo memorable.

—Barry, memorable para mí es solo tu y yo con un jodido hombre que nos declare marido y mujer —señaló—. No me importa el color de las servilletas, los manteles, y ni hablar de las flores —Barry sonrió divertido ante aquel último comentario—. Solo nosotros y nuestra familia.

—Y Oliver y Felicity —agregó él.

—Si, tu amante y la mía —asintió—. También Callia y Peter.

—Si... —dudó— no estoy muy seguro.

—¿Sigues estando celoso de Peter? —rió incrédula.

—Claro que no —hizo un ruido con su boca, asegurando que aquello era absurdo.

—Claro —asintió con burla—. Bueno... entonces sería Olicity, Caller...

—Espera, ¿Qué es Olicity y Caller? —le interrumpió, sin comprender que significaban aquellas palabras utilizadas por la rubia.

—Que poco culto eres amor —le observó decepcionada—. Olicity es la mezcla de Oliver y Felicity, y Caller es la mezcla de Callia y Peter.

—¿Nosotros también tenemos uno de esos? —cuestionó con curiosidad.

—Sip, nosotros somos Badeline —le sonrió bobamente.

—Me gusta —asintió formando una sonrisa.

—El nuestro es el mejor —Adds dió un rápido beso en sus labios—. Pero volviendo a los invitados... también debemos invitar a Kara.

—Y a las Leyendas.

—Creo que esos son todos.

—Si, creo que eso es suficiente.

—Tal vez podamos conseguir CC Jitters para ese día —la mirada de Adds se iluminó—. ¡Eso es! Podemos hacer todo en Jitters.

—Voy a hablar con el administrador.



ϟ



ADDS ENTRÓ AL CORTEX CON ADARA A SU LADO COLGADA DE SU MANO. Había tenido que ausentarse por un corto lapso para ir por la pequeña a la escuela, pero al parecer podía perderse de mucho en solo unos minutos.

—¿Por qué las caras largas? —cuestionó observando a todos.

Adara se soltó de su agarre y corrió hasta Barry, quien no dudó en alzarla en sus brazos y regalarle una pequeña sonrisa.

—Tenías razón —comentó Barry desviando su mirada hasta su prometida—. El día que me sacaron de la speed force el portal de materia oscura del cual salí arrasó con un bus completo —se mostró frustrado.

—Oh... —murmuró—. Les dije que el universo nos odiaba. Sabía que recuperar a Barry no sería tan fácil como pareció.

—Estamos malditos —determinó Wally, con la mirada perdida.

—Tal vez deberíamos quemar salvia —murmuró Iris, con una mueca.

—Chicos, no estamos malditos —negó Barry, con un rostro que decía cuan absurdo era lo que todos decían.

—Amor, honestamente, luego de todo lo ocurrido en estos años creo que es hora de aceptar que estamos malditos o el universo realmente nos odia —mencionó acercándose hasta él.

—No lo están... pero deberían estarlo —comentó Harry.

—¿Por qué deberíamos estarlo? —cuestionó Cisco.

—¡Porque abriste la speed force sin consultarme! —alegó molesto—. No sé en que momento pensaron que era buena idea...

—Muy bien viejo amargado... —le detuvo Adds frunciendo su ceño.

La verdad era que Adds estaba cansada de la actitud irritante de Harry molesto y reclamando por todo. Desde que el científico llego de vuelta de tierra dos había estado actuando así, descargando todos sus problemas contra el equipo por cualquier estupidez que cometieran.

—...No te consultamos porque no estabas aquí y...

—¡Eso no significa que...!

—¡Tu decidiste marcharte! ¡Tu decidiste dejarnos! —le cortó ella, exclamando—. ¡Y si, tomamos la oportunidad porque estábamos cansados de perder familia y porque extrañábamos a Barry! ¡Nos dijiste que estarías aquí! ¡Y si comprendo que Jesse sea tu hija y sea más importante que nosotros, pero te fuiste con ella aún sabiendo que no te quería allá y ahora que te diste cuenta de eso o que tal vez ella ya te lo dijo directamente, vuelves acá esperando a que te aceptemos como si nada! —gritoneó con la respiración acelerada.

Todos en el cortex guardaron silencio, observando la escena un tanto... consternados e inclusive con lastima, excepto por Barry quien observaba todo sin comprender absolutamente nada.

El pecho de Adds subía y bajaba, intentando recuperar todo aquel aliento que había perdido al hablar tan rápido y seguidamente. Sentía una liberación en su pecho, pero de igual forma comenzaba a sentirse un tanto culpable. No tenía ni idea de dónde había salido aquello. O tal vez si...

—Lo siento —se disculpó avergonzada—. Saldré a tomar aire, ustedes sigan con... esto —señaló saliendo del cortex.

—¿De que me perdí? —Barry cuestionó un tanto confundido.

En aquel momento Harry también salió de la habitación. Se le notaba un tanto molesto, pero también un tanto arrepentido.

—Todos sabemos lo que ocurrió hace seis meses. Carol, Diana e HR murieron, tú te adentraste en la speed force y eso fue lo que terminó por destruir a Adds —comentó Cisco—. Adds no podía ver a su padre ni a Rob, y realmente los necesitaba. Realmente intentábamos estar con ella pero simplemente nos alejaba. Pero entonces nos dimos cuenta que al único que dejaba entrar era a Harry —se encogió de hombros—. Supongo que Harry le recordaba a una mezcla de Carol, Diana y David. Pero entonces Harry decidió irse a tierra dos otra vez, y Adds recayó nuevamente.

—Ella sabe que no es su culpa —agregó Iris—. Pero eso no significa que no le doliera.

—Cuando Harry se marchó fue como... le hizo sentir que realmente todo lo que amaba, a todo lo que se apegaba o dejara que su vida dependiera, terminaban dejándole —completó Ethan.

Barry dejó salir un suspiro. Cada vez iba comprendiendo más a fondo todo lo ocurrido con el equipo en aquellos meses y sobre todo con Adds.

—Ella lloraba todas las noches —murmuró Adara con su cabeza apoyada en el hombro de Barry—. Realmente te extrañaba... te extrañábamos.

El velocista le sonrió con media mueca y le atrajo más a él, envolviéndola en un fuerte abrazo.

—Fueron meses difíciles y a pesar de que ya estás aquí dudo que le sea tan fácil volver a actuar como si nada hubiera ocurrido —comentó Cisco con media sonrisa triste.

   Conocía a su amiga, y por más que Adds fuera una de las personas más letales en el universo, con un carácter poco amigable, un tanto enojona, y un montón de cosas más, por dentro Adds era sensible, alguien que se preocupaba por su familia y por sobre todo que tenía una cantidad de sentimientos con los que aveces no lograba congeniar ni saber que hacer con ellos.

   Adds mantuvo suspendida su respiración durante unos segundos. Movió su cabeza de un lado a otro intentando relajar sus tensos músculos. Apoyó sus manos en el barandal de aquella pequeña terraza mientras observaba todo el panorama disponible a sus ojos.

   Pensaba en cómo parecía que cada segundo que daba un paso adelante, cada que avanzaba en su vida personal, terminaba dando tres pasos atrás. Sabía que no tenía derecho a reprocharle absolutamente nada a Harry, sin embargo no pudo evitar hacerlo. Simplemente había explotado. Después de tanto, finalmente lo había hecho.

—Adds... —escuchar la voz de Harry a sus espaldas solo logró hacer que se tensara.

   No sabía que tan preparada estaba para lidiar con eso. No quería terminar golpeando a Wells en una de sus repentinas explosiones de emociones.

—Harry... mira, lo siento ¿Si? —se disculpó sin molestarse en voltearse para observar al científico—. Es solo que... ya sabes... —se encogió de hombros mientras soltaba un suspiro.

—Tienes razón —dijo Harry interrumpiendo el hilo de silencio—. Sabía que Jesse no me quería allá y aún así fui... —guardó silencio por unos minutos—. Cuando llegué me acepto, supongo que lo hizo solo para que no me sintiera mal, sin embargo en algún momento se aburrió de mi presencia y me lo hizo saber.

—No creo que se haya aburrido de tu presencia —negó Adds—. Es que siempre estás mandón y amargado —se quejó.

Ambos sonrieron divertidos sin poder evitarlo.

—Lo siento. No debí haberte dejado sabiendo que necesitabas apoyo.

—Harry, no es tu culpa que mi debilidad haya decidido nombrarte como un apoyo paterno —negó—. No fue justo para ti, tampoco para mí, pero usualmente tiendo a depender de alguien... y perderlos a todos fue simplemente... —soltó un nuevo suspiro—. Todo el tiempo me dicen que soy fuerte, mi madre me lo decía todo el tiempo, mi padre, Barry, Ethan... todo el mundo —le observó—. ¿Pero que tan fuerte soy si para serlo dependo constantemente de alguien? —cuestionó—. No debería funcionar así —negó.

—La fuerza viene de la motivación, y todos tenemos distintas motivaciones. Algunas son más avariciosas y otras son más puras —explicó Harry—. La tuya proviene de proteger a quienes amas, y el haber perdido a tus madres, a Barry y HR logró romper aquella motivación porque sentiste que fallaste al intentar protegerlos. Es normal Adds, eres humana y tienes derecho a romperte cuando sucesos como estos ocurren.

—Pero no me da derecho a culpar a los demás como te culpe a ti —se encogió de hombros.

Ambos guardaron silencio, perdiéndose en sus mentes. Hasta que minutos más tarde este fue roto por Cisco quien habló por los parlantes de los laboratorios, llamando de ambos.

Chicos, Barry acaba de volver de hablar con Becky Sharpe.

—No tengo ni idea de cuanto a transcurrido desde que dejé el cortex, pero esto es importante —murmuró.

Ambos asintieron y comenzaron a dirigirse al cortex dónde ya todo el equipo esperaba.

—¿Bueno? —inquirió Adds adentrándose.

—Bueno, aún no sé que es lo que haremos, porque no puedo acercarme a ella sin que dispare mala suerte —explicó Barry, acerándose hasta ella mientras le tendía un vaso reciclable de Jitters.

Adds le sonrió en silencio mientras se ponía de puntitas para dejar un beso en su mejilla.

—En serio esa chica es un peligro —murmuró Ethan.

Hazard, eso es —interrumpió Cisco apodando a la meta-humana—. Quizá significa que la maldición se rompió.

Adds le observó confundida sin llegar a comprender del todo a que se refería con eso.

—Chicos, sus poderes solo funcionan a la cercanía inmediata —hizo saber Barry—. Ella no nos maldijo.

—Bueno... la casa se sigue cayendo a pedazos —comentó Joe.

—Se ha caído a pedazos por años, solo que muy lentamente —le debatió Barry.

—Jesse me dejó —agregó Wally con una mueca.

—Lo sé, amigo. Eso apesta.

—Luchamos contra una meta-humana que no podemos tocar y nosotros la creamos —agregó Cisco.

Caitlin e Ethan apoyaron aquello.

—Bruce ya no quiere jugar conmigo —murmuró Adara, escondiéndose tras de Adds.

   Al escuchar aquello el gesto de todos se suavizó con ternura. Esa niña era tan inteligente como adorable.

   Adds se hincó hasta quedar a su altura y acarició su mejilla con una sonrisa observando como la menor intentaba esconder su rostro en vergüenza.

—Oh cariño —murmuró atrayéndola a sus brazos.

   Una duda que había despertado en todos segundos después fue el: ¿Como Adara comprendía tan bien todo lo que estaban tratando? Al parecer esa niña era más especial de lo que creían. De igual forma no sabían que tan bueno era que creciera con tanto caos ocurriendo en los laboratorios.

—Chicos, ¿Se dan cuenta de lo ridículo que suenan? —cuestionó Barry tras sacudir su cabeza y volver a re enfocarse en el problema principal.

   Adds quien se había movido de su lugar para sentar de Adara en una de las sillas frente a los principales paneles de control, se volvió a acercar a su prometido, formando una mueca en su rostro.

—Esto me recuerda a que ya nos han cancelado cuatro sitios para la cena de nuestra boda —se quejó con su vaso de Jitters cubriendo su boca—. ¿Hablaste con el administrador de Jitters? —cuestionó a Barry.

—Si —se limitó a responder en un murmullo.

—Dijo que no, ¿No es así? —Barry asintió lentamente con una mueca—. Creo que esto nos está diciendo que tal vez no deberíamos casarnos.

Barry la observó aturdido durante unos segundos, para luego voltearse a observar todos en la habitación, en un intento de asegurarse de que no había sido el único en escuchar aquellas palabras. Adds tomó aquel momento para guiñarles un ojo a sus amigos.

   Más tarde se sentiría horrible. Eso era seguro.

—Lo siento, Barry —murmuró cuando el velocista volvió a observarle—. Creo que realmente debemos pensar esto...

Y sin más salió de la habitación.

—¿Aún crees que esa chica no nos da mala suerte? —cuestionó Ethan alzando una ceja, siguiendo el plan de Adds.

—Tal vez debamos apresurarnos en detenerla—comentó un tanto abrumado.

   Todos le observaron en silencio durante unos segundos, verificando que tan abrumado se sentía Barry con ello. La respuesta era obvia, después de todo el velocista regía constantemente por el amor y el que su prometida hubiera sacado a la mesa la probabilidad de no querer casarse con él lo había dejado totalmente descolocado.

—Muy bien, Adds ya puedes volver —avisó Cisco.

A los segundos la rubia volvió a ingresar a la habitación, con una pequeña sonrisa de disculpa asomándose por sus labios.

—Lo siento, Amor —se disculpó apoyando su cabeza en su pecho mientras le rodeaba con sus brazos.

—¿Qué...?

—Reconsideraste todo lo que dijiste solo porque Adds propuso la idea de ya no querer casarte contigo, Barry. Y realmente creíste que esta chica traía mala suerte, sobre todo porque mantuviste contacto estrecho con ella —señaló Caitlin.

—¿Entonces era una trampa?

—No realmente, porque si no detenemos a esta chica dudo que lleguemos a encontrar la disponibilidad para casarnos algún día, Barry —señaló demandante—. Esta chica es un peligro de clasificación cuatro y debemos detenerla ya —demandó—. Porque te aseguro que si nos cancelan un lugar más, voy a quemar todo Central City.

—Adds, Amor... respira —pidió Barry acariciando sus brazos—. Vamos a detenerla y nadie saldrá herido.

—Que suerte que volviste, porque es muy mandona y aterradora cuando quiere —mencionó Ethan.

Adds abrió sus ojos frunciendo su ceño y le arrojó el vaso de cartón en sus manos al rubio, quien rápidamente lo esquivó.

—¡Eso está caliente, loca!

—¡Loca la que tenga que soportarte el resto de tu vida, idiota! —chilló ella.

—¡Más loca que tu lo dudo! —reclamó él—. ¡No sé como Barry se quiere casar contigo de todas formas!

—¡Muy bien pedazo de idiota!

Soltándose del agarré de Barry, Adds se abalanzó sobre Ethan, lanzando un puñetazo que lo mandó directo al suelo. No tardó en subirse sobre él y rodear con sus manos el cuello del británico.

—¡Alguien haga algo! —gritó Caitlin.

Nadie comprendía que era lo que estaba sucediendo, hasta que una alarma en el cortex interrumpió la pelea entre los mejores amigos.

—Están sucediendo eventos muy poco probables en toda la ciudad —informó Caitlin—. El campo cuántico de Becky está creciendo.

Ahí tuvo mucho más sentido la pelea entre Ethan y Adds.

—Eso no es posible —negó Harry.

—Se supone que sus poderes estaba limitados —señaló Barry incrédulo.

—Bueno, parece que ya no es así —murmuró Adds—, porque cada vez crece más.

Es el vuelo 512 a la torre —la voz de un piloto de avión se hizo presente en el cortex—. Perdimos un motor y descendemos.

—¿Cómo demonios se volvió tan poderosa? —cuestionó Ethan mientras aún recuperaba el aire.

—Mientras más buena suerte obtiene más mala suerte propaga —comentó Cisco.

—Entonces debe estar experimentando una cantidad absurda de buena suerte para que su campo cuántico se expanda de esta forma —propuso Caitlin, alterada.

—¿Dónde se encuentra ahora?

Adds rápidamente comenzó a teclear en una de las computadoras, rastreando la localización de la meta-humana.

—Está en su antiguo trabajo... el cuál es un jodido casino —masculló.

—Si sigue ganando seguirá esparciendo buena suerte.

—Tal vez... —murmuró Harry llamando la atención de todos—. Tal vez Adara pueda crear un campo para contenerle.

—¿¡Estás loco!? —chilló Adds—. ¡Es una niña! ¡No voy a exponerla de esta forma!

—Solo decía.

—¡Pues mejor no digas!

—¿Descubrieron cuales eran los poderes de Adara? —Barry cuestionó con intriga y emoción.

—No ahora, Amor —le cortó Adds.

—Bien, si no contenemos esto, toda la ciudad podría ser destruida.

—Calma —dijeron a la vez Harry y Cisco—. Nada malo ocurrirá.

Una alarma mucho más fuerte se hizo presente. Adara cubrió sus oídos con fuerza debido a la molestia que causaba el ruido en ellos.

—Chicos —Adds alzó la mirada preocupada—. El acelerador se acaba de activar. Tenemos cuatro minutos.

—Bien. A trabajar —asintieron Cisco y Harry.

—Cariño, quédate justo aquí con Caitlin, ¿Bien? —pidió Adds.

—¿Vas a detener a esa señora?

—Así es, ya vuelvo —dejó un beso en su frente.

Tirando del rayo de su brazalete comenzó a caminar fuerza del cortex con Barry siguiéndole los pasos.

—Voy a patearle el trasero a esa idiota —masculló.

   Barry la cargó en sus brazos y solo en segundos ambos se encontraban en medio del casino donde Becky Sharpe solía trabajar. La mirada de ambos comenzó a pasearse por la estancia hasta que Barry la encontró, e intentando acercarse sin que su prometida se diera cuenta porque sabía armaría un jaleo, tomó el impulso para correr. Sin embargo tropezó con unas monedas en el suelo y terminó por caer al suelo, esposándose a si mismo con las meta-esposas.

   Al escuchar el ruido de un quejido, Adds se volteó pudiendo observar así a su prometido en el suelo de espaldas con ambas manos inmovilizadas debido a las esposas.

—Amor, ¿Qué...? —sin embargo se detuvo a si misma cuando una involuntaria carcajada salió de sus labios—. No tienes idea de lo ridículo que te ves.

—Siempre tan amorosa —ironizó él.

La mirada de Adds se alzó y se encontró de lleno con Becky, quien acababa de sentarse en una maquina en la que si ganaba, un cheque por 10 millones de dólares llegarían a su bolsillo. Era claro que no podía dejarle ganar, porque si ganaba significaba que toda la ciudad estaría en llamas y no necesariamente por ella.

—Adds espera —intentó detenerle Barry.

La alarma de incendios del lugar se activó cuando un tipo empujó de una chica al darse cuenta de que ambos héroes se encontraban en el lugar.

Aquello desorientó a Adds de la tarea principal, quien se unió a su prometido para intentar calmar al tumulto de personas que corrían alterados de un lado a otro, lo que de igual forma les impedía la visión directa a Becky Sharpe.

Sobre ambos un gran cartel de metal tambaleaba y Barry quien ya se encontraba de pie, se lanzó sobre Adds cubriéndola del impacto.

—Oh mierda —susurró Barry adolorido.

—Oh por... ¿Amor, estás bien?

—Eso creo —se quejó.

—Barry, mis manos están aprisionadas entre nosotros... no puedo moverme ni liberarnos —murmuró alarmada.

—¿Chicos? —llamó Barry.

Sin embargo nadie del cortex respondió, lo único que podían hacer era escuchar la cuenta regresiva para que el acelerador explotara.

—¿Adds?

—¿Si?

—Te amo —murmuró observándole.

—También te amo —murmuró con media sonrisa.

Sus sistemas hormigueaban debido a la ansiedad de la situación, pero por suerte solo segundos después la voz de Cisco les hizo saber que la explosión del acelerador había hecho una descarga que anuló temporalmente los poderes de Becky.

Las esposas para meta-humanos en las muñecas de Barry finalmente fueron abiertas lo que le permitió liberar de él y de Adds.

—Muy bien, voy a hacer que se arrepienta hasta de haber nacido —murmuró ella, con molestia.

—Eh, no lo creo —negó Barry—. Tu detuviste a Deacon, por ley me corresponde detener a Becky.

—¿Qué? Eso no es...

Pero Barry ya había desaparecido antes de que pudiera terminar de hablar, y se encontraba a solo unos metros, frente a Becky quien ya se encontraba esposada. Por lo que resignada se acercó a ellos.

—¿Existe alguna posibilidad de que no me arresten? —preguntó Becky esperanzada.

Barry negó a modo de respuesta.

—Tengo entendido que el CSI Barry Allen del CCPD habló con usted advirtiéndole sobre sus poderes, señorita Sharpe —mencionó Adds intentando ser lo más profesional posible—. Así que no.

—Bien —suspiró, poniéndose de pie.

La meta-humana tambaleó, y Barry se apresuró a intentar ayudarle, sin embargo Adds le empujó evitando aquello, por lo que Becky cayó al suelo.

—Oh por Dios —dijo con falsa preocupación.

Barry le observó con desaprobación, mientras que ella le regalaba una sonrisita inocente y ayudaba a Becky a ponerse de pie.



ϟ



   CON UNA INEVITABLE SONRISA EN SUS LABIOS ADDS APOYÓ SU CADERA EN EL mesón de la cocina, secando sus manos con un paño de cocina, mientras observaba a la sala en dónde Barry y Adara jugueteaba mientras la menor le enseñaba sus poderes.

Barry lanzaba objetos al aire y Adara se disponía a atraparlos en pequeños campos de fuerza que quedaban suspendidos en el aire como burbujas. Luego de unos segundos los campos de fuerzas se deshacían y Barry con su velocidad corría a recoger los objetos antes de que estos se estrellaran en el suelo.

Le parecía simplemente irreal todo lo que sucedía a su alrededor. El hecho de que Barry estuviera de vuelta, el que se fueran a casar, la familia que estaban comenzando a formar junto a Adara, el hecho de que todo estuviera tan bien en los laboratorios —ignorando a los meta-humanos—, la relación con su padre... lo único que faltaba para que su vida se convirtiera en un cuento era que Carol, Diana, Nora, Henry y HR se encontraran allí, junto a ellos. Pero a pesar de la última situación, la cuál siempre los atormentaría, se sentían bien con lo que tenían a su alcance, y por sobre todo el que su amor permaneciera intacto.

—¡Mamá! —la voz de Adara le hizo sobresaltar.

Sacudiendo su cabeza bajó levemente la mirada y se concentró en la menor frente a ella, quien le sonreía mientras se balanceaba en sus pies.

—Perdón, ¿Qué decías cariño? —inquirió.

—Tengo sueño —murmuró.

—Bien, entonces vamos a dormir —comentó alzándola en sus brazos—. Mientras yo te alisto para dormir, Barry va a terminar de lavar los platos —hizo saber con gracia.

El velocista se limitó a dejar salir una risita mientras asentía.

Adds subió las escaleras, con Adara apoyada sobre su cadera. Una vez arriba la menor fue al baño y lavó sus dientes, luego Adds le ayudó a colocarse la pijama y finalmente la arropó entre las mantas mientras le contaba un cuento. Fue cuestión de minutos para que la menor cayera dormida. No había sido un día fácil ni mucho menos pacífico, era comprensible que Adara se encontrara tan agotada.

La rubia sonrió y acarició dócilmente su mejilla, para segundos más tarde dejar un beso sobre su frente y así salir de la habitación. Al bajar las escaleras se encontró con toda la planta baja del departamento en orden y a Barry sentado en el sofá, descansando.

Con una sonrisa ligera caminó hasta dónde se encontraba su prometido, y se dejó caer a su lado, sintiendo como inmediatamente los brazos del velocista rodeaban su cintura atrayéndole hasta él.

—Ha sido un día muy largo —murmuró Barry dejando salir un suspiro.

—Si... aún no puedo creer que Wally se haya marchado —acordó con un puchero en sus labios.

—Al igual que todos él necesita buscar su propio camino —comentó Barry.

—Lo entiendo, estoy de acuerdo y feliz por él, pero si no aparece en nuestra boda lo voy a castrar —hizo saber.

   Barry rió y dejó un suave beso en su cabeza.

—Realmente extrañaba esto —suspiró Adds acurrucándose más a él.

—¿Quieres hablar de eso?

—No, es hora de dejar el pasado atrás —murmuró dejando un beso sobre la mano de Barry.

—¿Estás segura de que es hora de dejarlo atrás? Porque si quieres enfrentarlo estoy justo aquí, Adds. No iré a ninguna parte —le aseguró.

—Estoy bastante segura de que quiero dejarlo atrás —asintió—. Pero gracias de todas formas, Barry Allen.

—De nada, Adeline Allen —le sonrió.

Adds rió suavemente, mientras apoyaba su cabeza en el hombro de Barry y pasaba sus piernas por sobre las de él.

—¿No vas a corregirme en eso? —inquirió observándole curioso.

—No lo sé —se encogió de hombros—, creo que lo pensaré, porque suena bastante bien.

Barry sonrió, sintiendo el triunfo.

—Pero aún no cantes victoria velocista, aún no llegas a la meta —canturreó.

—Hablando de eso... no puedo creer que hayas usado esa carta de que no te querías casar conmigo —reclamó indignado.

Adds tomó asiento sobre sus piernas mientras le sonreía inocente.

—¿Sabes algo? —inquirió intentando cambiar el centro de la conversación.

Barry blanqueó su mirada y suspiró sabiendo que no podría mantenerle la conversación sobre la mesa.

—¿Qué?

—Esta tarde fui a ver a Cecile para verificar como se encontraba con todo esto de la casa cayéndose a pedazos... —comentó aún sonriendo—. Y, lucía diferente —agregó con complicidad.

—¿Diferente como... asustada o traumada? —preguntó sin comprender a dónde Adds quería llegar.

—No —golpeó su hombro—. Diferente como... radiante, vivaz... no lo sé. Pero tengo una teoría.

—¿Crees que Cecile está embarazada? —cuestionó alzando una ceja.

Adds mordió su labio levemente intentando esconder una nueva sonrisa, y asintió.

—No lo creo —negó Barry—. Ellos están muy... ¿Mayores?

—Que dramático eres —se quejó—. Tampoco son unos ancianos, y ambos aún están en edad de fertilidad...

—Esto es raro —Barry le interrumpió con una mueca en sus labios—. ¿Por qué estamos hablando de esto?

—¿No te imaginas la idea? —inquirió—. Sería como un hermanito menor...

—Para eso está Wally.

—Sería como un mini hermanito menor o hermanita.

—Estás muy segura de esto, ¿No?

—¿Apostamos? —Adds le observó con el desafío danzando en su mirada.

—Bien —aceptó Barry, con la misma mirada.

—Ya... si yo gano... —guardó silencio durante unos segundos pensando en aquello que podría hacer si ganaba.

En el momento en que Barry vió como la mirada de su futura esposa se iluminaba supo que tal vez no había sido gran idea haber aceptado aquello.

—Si yo gano... —le sonrió con seguridad—... me dejaras hacer una de las cosas en la lista.

Y ahí estaba. Ya se había arrepentido.

—Ya no estoy tan seguro de esto —le hizo saber.

—No hay vuelta atrás —advirtió apuntándole de forma acusadora con un dedo.

—Bien... si yo gano... —pensó brevemente—. Si yo gano escogeré el destino de nuestra Luna de Miel.

—Bien —aceptó Adds.

Ambos se dieron la mano, cerrando aquel trato.

—Iré buscando como robarme una de las esposas para meta-humanos de Cisco —susurró—. En caso de que quiera utilizar aquel número de la lista.

Las mejillas de Barry se encendieron en rojo, sin embargo no dejó que la vergüenza por aquel comentario le ganara.

—Luces muy segura, Amor.

—Si lo estoy por algo será.

Barry negó con una sonrisa.

—Entonces... ¿Te gustaría practicar lo que haremos en la Luna de Miel? —propuso Adds, con una sonrisa traviesa asomándose en sus labios.

—Me encanta esa idea.

Sin hacerse de esperar más, Adds se abalanzó sobre los labios de su prometido, presionando con fuerza para luego volver los movimientos suaves y tentativos, jugando con las velocidades y el juego de sus manos, el cual se basaba en pasar sus dedos por el cabello de Barry, bajar hasta la altura de sus hombros y volver a subir. Podía sentir como el agarre de su prometido en su cintura se hacía cada vez más firme, buscando anular cada centímetro de espacio entre sus cuerpos.

Y entonces el celular sonó, haciéndoles saltar ligeramente ante el repentino ruido irrumpiendo el silencio.

—Barry...

—Deja que suene —murmuró sobre sus labios, reacio a apartarse del todo.

—Puede... puede ser importante —ella se apartó—. Solo tomará unos segundos —aseguró besando cortamente sus labios.

Se puso de pie y caminó solo unos metros lejos, hasta donde se encontraba el celular fijo de su hogar.

—¿Si? —inquirió respondiendo la llamada.

Su respiración se contrajo al sentir como las manos de Barry pasaban por su vientre, atrayendo sus cuerpos nuevamente.

¿Hablo con la Señorita Singh?

—Sí, con ella —respondió Adds sintiendo como Barry dejaba un tibio recorrido de besos húmedos por su mejilla y mandíbula.

Al sentir como las manos de Barry bajaban de forma tentativa y peligrosa por su abdomen, deteniéndose un segundo en su cadera para luego seguir bajando, Adds dejó caer un golpe en las manos del velocista intentando detener cualquier otro movimiento.

Barry le sonrió de forma traviesa para luego volver a dejar sus manos en la cadera de Adds y tirar más de su cuerpo, pegando su espalda a su pecho.

Señorita Singh, lamento la hora. Le informo que habla con el administrador de CC Jitters, soy Max Harlow.

—Señor Harlow, ¿A qué debo la llamada?

Bueno, esta tarde su prometido el Señor Allen ha pasado por mí oficina, preguntando la disponibilidad de nuestro local para un evento privado —comentó.

—Sí, lo sé, dijeron que no —aparentó normalidad en su voz, evitando que su respiración agitada saliera a flote, porque la conversación al teléfono parecía ser importante y no solo casual.

Lamentamos eso —se disculpó el hombre al otro lado de la línea—. Lo hemos conversado con el dueño y hemos cambiado de parecer, ya que creemos que al permitir tal evento, esto puede llamar la atención de otro tipo de publico ¿Comprende? —cuestionó, sin embargo no le dió oportunidad a la rubia de responder—. Así que le daremos total disponibilidad de nuestros servicios, a un precio bastante conveniente.

Adds se apartó de golpe de Barry, esta vez centrándose al 100% en la conversación tras la línea.

—¿Habla en serio?

Así es —aseguró el hombre—. Mañana usted y su prometido pueden pasarse por mí oficina para acordar términos y demás puntos.

—Oh por Dios... en serio, muchas gracias —sinceró con euforia.

No hay de que, hasta luego señorita Singh.

—Adiós.

Y sin más la llamada finalizó.

—¿Adds? —llamó Barry observándole confundido.

La vió dejar el celular fijo en su lugar y luego voltearse hasta él con una sonrisa brillante y mirada sumamente deslumbrante.

—¿Qué ocurre?

En segundos la rubia dió un salto, rodeando con sus piernas el cuerpo del velocista y atrapando con sus manos la parte trasera de su cuello.

—Tenemos el lugar.

—¿Qué?

—¡Nos van a admitir el uso de Jitters para la recepción de la boda! —chilló con una sonrisa.

Y antes de que Barry pudiera siquiera responder a aquello, Adds estrelló sus labios con los de él, continuando con lo que aquella llamada había interrumpido.
















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ADDS, BARRY Y ADARA
'tan chiquitos, los amo

un mes sin publicar capítulo,
¿en que comento paso eso?
ni idea, pero espero que hayan
disfrutado este capítulo<33

no se olviden de votar
y comentar, como siempre











publicado: 12/07/2022
editado:



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