The End

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Varios días después de que Yeonjun y mi madre se conocieran me fui a dormir con una extraña sensación. Ambos habían estado muy raros, casi distantes conmigo, aún cuando me trataban con tanto cariño como siempre. Mis sospechas solo incrementaron en casa ocasión en que Yeonjun llamó a casa para hablar con ella. Mi madre siempre me pedía que buscara algo en el sótano o preparara algo para merendar para que así yo no pudiera escucharla contestar.

Por otra parte, Yeonjun me hizo una pregunta estando en la estación. Eso no debería de ser raro a estas alturas de nuestra intima relación, pero lo fue.

Él preguntó si yo me sentía muy incomodo en lugares abarrotados de gente. Yo le respondí que nunca había estado en un lugar abarrotado de gente, que lo más parecido a eso fueron los festivales escolares, de los que siempre me retiré temprano porque de todas formas no tenía amigos para disfrutarlo.

A parte de estas cosas, todo en nuestra vida siguió su curso normal. Mi peliazul se veía menos triste por lo ocurrido con sus padres y volvió por completo a su faceta optimista.

Yo podía volver a dormir con tranquilidad por las noches.

Lo más extraño ocurrió cuando justo el día que quité mi alarma para poder dormir hasta tarde, algo me despertó abruptamente.

Un sonido agudo como el de los micrófonos afinandose al encenderse me taladró los oídos a las ocho de la mañana. Fue insólitamente fuerte, como si afuera de mi habitación hubieran cientos de altavoces engrandeciendo el sonido.

Me incorporé y con dos de mis almohadas tapé mis orejas con vehemencia, conteniendo dentro de mi garganta un grito desesperado.

El ruido fue mitigandose, afinándose hasta que prácticamente desapareció. Yo exhale con alivio y trague saliva, preparado para levantarme de la cama y descubrir qué rayos había sido eso cuando empezaron a sonar los acordes de una guitarra. Tan dulces, que mi cerebro a penas pudo procesar el cambio tan repentino.

Abrí la puerta de mi habitación y empezaron los acordes de piano de una canción que yo reconocía muy bien, porque...

Chiquitita tell me whats wrong
You're enchained by your own sorrow...
In your eyes there is no hope for tomorrow.

Porque era la canción que mi madre solía cantarme de pequeño cuando llegaba a casa después de las visitas al psicólogo. Una balada, casi una canción de cuna del mítico ABBA.

How I hate to see you like this
There is no way you can deny it
I can see that you're so sad so quiet...

En pijama caminé por el pasillo del segundo piso arrastrando los pies y sosteniéndome de la pared hasta llegar a las escaleras.

Chiquitita tell me the truth
I'm a shoulder you can cry on
Your best friend
I'm the one you must rely on

Bajé los escalones con la inquietud de mi niñez aglomerándose en mi pecho, y la necesidad de encontrar a mi madre y llorar en su hombro volvieron después de tantos años.

Cuanto el coro empezó la mujer a la que estaba buscando salió del umbral de la cocina, sonriendo y abriendo sus brazos para mi.

—Chiquitita you and I know, how the heartaches come and they go and the scars they're leaving~ —cantó con dulzura— You'll be dancing once again and the pain will end. You will have no time for grieving~

Corrí a abrazarla, dejando que ella cantara el resto de la letra para mi mientras sus dedos peinaban la hebras de mi cabello y besaba de vez en cuando mi frente.

—Let me hear you sing once more like you did before, sing a new song, chiquitilla~

Ella siempre había sido tan buena cantando esa canción especifica, en el tono correcto y llegando a todas las notas. Quizás fue bendecida por los dioses en el momento en que me dio a luz, constando que tendría algo con lo que calmar mi corazón cuando yo lo necesitara.

ABBA también se llevaba algo de crédito por escribir una letra tan preciosa.

Por un momento pensé que si yo tuviera hijos, ellos también merecerían escucharla antes de dormir o cuando sintieran dolor.

Una última vez entonó el «Let me hear you sing once more like you did before, sing a new song, chiquitilla» y terminó antes de que me diera cuenta.

Mamá se separó un poco solo para hacer ese gesto de restregar la punta de su nariz con la mía, haciéndome sonreír.

Yo estaba a punto de lanzarle una mirada interrogante, pero ella se adelantó.

—Ten —dijo extendiéndome una hoja plegada por la mitad.

Yo fruncí el ceño e iba a abrirla cuando ella buscó algo en la cocina.

—Ten esto también.

Me dio un sándwich con mermelada y me arrastró a la puerta de la casa. No estaba entendiendo absolutamente nada cuando me empujo fuera y me lanzó mis converse rojas desgastadas.

–¡Nos vemos más tarde cariño! –y cerró la puerta. Yo di un paso para volver a entrar pero ella volvió a abrir—. No me hagas cerrar con llave. Solo ve.

"¿A dónde?"

Ella señaló el papel en mis manos y volvió a cerrar la puerta de golpe.

"A todo esto... ¿de donde venía la música?"

Preferí asumir que mamá había enchufado el viejo equipo de sonido en el sótano. Eso explicaría el ruido que me despertó. Me senté en la cera de la calle y me puse las zapatillas, tratando de no sentir vergüenza por todavía andar en pijama.

Comí el emparedado para que mi cuerpo terminara de despertar y conseguir un poco de energía, entonces leí lo que había en la hoja.

Tenía escrita una dirección que yo sí que recordaba.

Esa era la dirección de la casa del tío Yoongi, a dos cuadras del consultorio donde el doctor Jeon me atendía.

Tragué saliva y me mentalicé de lo que podría encontrarme en esa casa.

Puesto que era temprano y yo no usaba el metro de día a menos que fuera acompañado, caminé por más de cuarenta minutos hasta llegar a su vecindario.

No es que estuviera demasiado lejos, pero yo tomé una ruta estratégica para no encontrarme con muchas personas en el camino que pudieran mirarme mal por andar con ropa de dormir.

La ascera frente a su casa estaba pintada con tizas de colores. Flores, coronas y gatitos por todos lados. En su patio delantero había una bici de color rosa y junto a ella una pista de carreras, por lo que supuse demasiado pronto que quizás mis tíos habían adoptado a una niña, además de mi primito.

Mis piernas flaquearon cuando toqué el timbre.

Mis nervios de encontrarme con la pareja de mi tío eran completamente infundados tomando en cuenta que siempre fue atento conmigo en nuestras consultas. Le debía el haber conocido la música tan pronto en mi vida. Al final sí que hizo su trabajo asignándome el mejor medicamento para mi malestar.

La puerta chirrio y una pequeña figura apareció.

Saludé con mi mano y una media sonrisa.

"Hola Jungwon"

—¡Hola primo Gyu! —saludó el pequeño pelinegro entusiasmado.

Llevaba unas alas de mariposa en la espalda de color celeste con brillitos y un par de zapatillas que se iluminaban.

—¡Pasa! —cogió mi mano y me hizo entrar.

Todo estaba tan cambiado. La última vez que mamá y yo los habíamos visitado Jungwon tenía un año y las paredes no estaban llenas de dibujos hechos con crayones. Mucho menos habían juguetes regados por el suelo, ni la alegre presencia de un niño de cinco años perfectamente cuidado.

Para aquellos que decían que un matrimonio gay no podía criar a un niño, esa visión seguro les callaría la boca.

Aunque claro, algunos tendrían problemas con que un barón llevara todos esos brillos encima. Por supuesto, para mi solo fue entrañable y me puso de buen humor.

—Papá Yoongi fue a trabajar temprano y papá Jungkook fue un momento a casa de la vecina Nayeon a buscar azúcar para mi desayuno. ¡Siempre se le olvida comprar azúcar!

Jungwon hablaba mucho con su tierno tono infantil, arrastrándome a la sala donde el televisor estaba encendido.

—Pero luego no se olvida de comprar su leche de plátano —se quejó buscando el mando de la tv.

Yo observé cómo él cambió los canales infantiles uno por uno, tratando de recordar un canal exacto.

—¿Qué número era? ¡ah! ¡ya se!

La pantalla sintonizó MTV. Yo me atragante con los ojos abiertos.

El especial de clásicos del pop.

—¡A mis papás les gusta mucho ese señor! —gritó emocionado subiendo el volumen— dicen que se sienten rept... Repro... ¿representados?

Ahí estaba Elton Jhon en los ángeles, con su traje rojo y rodeado de personas en la playa bailando.

Jungwon utilizó el control como micrófono y empezó a cantar I'm Still Standing a todo pulmón frente a mi sin ninguna vergüenza.

¿Qué otra motivación mejor para unirme a él?

Tomé una barbie del suelo y la utilicé como mi propio micrófono. Jungwon saltó sobre el sofa y ambos cantamos el coro juntos.

Sí. Cantamos.

—¡I'm still standing better than I ever did? Looking like a true survivor, feeling like a little kid!~

Nadie más que yo y el pequeño Jungwon lo sabríamos. Solo él sabría que mi tono un poco desafinado pero lleno de vigor arrasó con las paredes de esa casa.

—¡And I'm still standing after all this time, picking up the pieces of my life without you on my mind!~

—¡I'm still standing!~

—¡Yeah yeah yeah!~

Eramos iguales, compartiendo un rato de libertad junto a uno de los representantes de la palabra, compartiendo un pequeño —no tan pequeño— secreto.

Pasa algo con los niños a veces. En las pocas oportunidades en las que conseguí reunirme con uno, me di cuenta de que son lo más parecido a mi. Tan sencillos y felices que hablar con ellos equivale a sacarte un peso de encima y ser completamente honesto.

Con ese incentivo ya no me daría tanto miedo visitar a mis tíos en el futuro.

Ellos estaban criando a un gran niño. Él sería lo que quisiera ser sin barreras mentales ni absurdas reglas.

La canción acabó en un santiamén.

—Papá Yoongi está muy orgulloso porque puedo cantarla bien —alardeó—. Lo que no sabe es que la aprendí por una película en donde la canta un mono.

—No es un mono cariño, es un gorila.

Me di la vuelta y me encontré con un apuesto hombre de radiante sonrisa cargando un vaso de vidrio con azúcar dentro.

—¡Papá! —el niño corrió a su encuentro y el tío Jeon le despeino el cabello—. No hagas eso, a papá Yoongi le cuesta sacarme los nudos y me duele.

—No se te hacen nudos, mentiroso.

Jungwon le sacó la lengua. El tío Jeon le apretó una de sus mejillas y luego caminó hacia mi.

—Hola Beomgyu, me alegra mucho verte después de.. ¿cuatro años?

Asentí.

—Bueno, ya eres todo un hombre —dijo con una sonrisa encantadora— ¿Quieres quedarte a desayunar antes de que te de lo que tengo que darte?

Yo parpadee.

Claro. Estaba ahí por algo. Aunque yo no supiera qué era exactamente.

Asentí de nuevo y me encogi un poco.

Se sentía bien verlo después de tanto tiempo, contrario a lo que me esperaba. Él se veía tan accesible cuando no cargaba gafas, actuaba tan hogareño.

Jungwon parloteó sobre lo que veía en la televisión y lo mucho que le gustaba dibujar mientras el tío Jeon preparaba panqueques con mantequilla.

Mi estomago que solo había probado un sándwich de mermelada esa mañana se sintió desfallecer con el dulce sabor del primer bocado. Jungwon y yo comimos todo lo que había en nuestro plato y sonreímos complacidos al final.

—Me alegra que les gustara —el tío Jeon se sacó el delantal de ositos negros que utilizó para cocinar y buscó dentro de su pantalón —. Esto es tuyo.

Me pasó un pendrive con forma del mismo osito negro.

—Ahora debemos llevarte a un lugar.

—¿Vamos a salir? —Jungwon se emocionó y se paró sobre su silla—. ¿Puedo llevar mis alas conmigo?

—Claro corazón —asintió su padre mirándolo con mucho amor. Incluso yo sentí la calidez en mi pecho.

Luego de eso los tres subimos a su auto y nos abrochamos los cinturones de seguridad. Escuchamos la radio a todo volumen, y Jungwon en ningún momento hizo algún comentario del por qué yo no estaba cantando de nuevo junto con él.

Llegamos a una boulevard donde la gente se paseaba o se sentaba a tomar un descanzo. Justo en el centro había una fuente, y a un lado de la fuente habían altavoces.

Yo tragué saliva y me desabroche el cinturón para bajar.

—Bueno, hasta aquí llegamos nosotros. Jungwon, despidete de tu primo.

—¡Adios primo Gyu!

—¡Visitanos pronto!

Una sonrisa se formó en mis labios al verlos alejarse.

En ningún momento el tío Jeon comentó nada sobre mi pasado, ni dijo algo que me cohibiera. Todo lo contrario, fue un reecruentro cálido como ninguno.

Giré mis talones y caminé hacia los altavoces, porque en todo el lugar no había otro sitio donde podría usar el pendrive. Asumí que estaban ahí por una razón y me acerqué, dándome cuenta de que efectivamente tenían un trozo de cinta con «colócame aquí» escrito sobre una de las entradas.

Lleve cabo la instrucción.

Solo cuando la épica voz de la introducción del vídeo de Break Free de Ariana Grande empezó me di cuenta de que había otro altavoz a la distancia que sonaba también.

"¿Cómo...?"

La canción empezó, sonando tan alto que creí que todo el mundo voltearía, pero nadie lo hizo, todos lo ignoraron y simplemente siguieron con lo suyo.

If you want it, take it
I should've said it before
Tried to hide it, fake it
I can't pretend anymore

No habían solo dos altavoces. Había un camino marcado con ellos, cada cuál más alejado y más grande que el anterior.

Yo tenía tantas ganas de simplemente ponerme a bailar, pero la audiencia me detenía.

Eso hasta que visualice una pila de altavoces en el último tramo del boulevard.

Ariana Grande entonaba el puente con su característica nota alta, y dos personas salieron de detrás de los altavoces.

Thought on your body I came alive
It was lethal. It was fatal
In my dreams it felt so right
But I woke up every time

Taehyun y Soobin empezaron a saltar y a bailar al estallar el coro de nuevo.

–¡This is the part when I say I don't want ya! ¡I'm stronger than I've been before!~ —cantó Taehyun.

—¡This is the part when I break free! ¡'Cause I can resist it no more!~ —le siguió Soobin.

Y lo repitieron, chocando mi hombro para que bailara con ellos. Lo cual terminé haciendo pero no tan libremente como cuando estaba con Yeonjun.

Yeonjun. ¿Dónde estaba él?

Todo estaba siendo como un sueño hecho realidad. Pero no estaba completo sin él.

La canción acabó y Soobin y Taehyun apagaron los altavoces.

—Siempre quise hacer eso —dijo el más alto.

—Yo también —Taehyun declaró.

"Yo igual..." aunque no me había movido más de la cuenta.

—Siguiente parada —dijo Soobin cogiendo mi mano para guiarme.

—¿Qué hay de los altavoces? —Taehyun preguntó.

—Más tarde los van a recoger.

Así fue como me jalaron como a una mascota por la calle.

Yo, que todavía llevaba pijama y no tenía idea de qué estaba pasando con el mundo.

Cuando un semáforo se puso en rojo cruzamos y ambos me detuvieron a mitad de la calle.

"¿Ahora qué?"

Ellos me silenciaron con sonrisas en sus rostros y sacaron una cinta de policía de sus chaquetas, corrieron a colocarla de un extremo al otro en ambas aceras.

Entonces, desde otro altavoz en la terraza de un quinto piso en el edificio frente a nosotros comenzó otra canción.

You're insecure, don't know what for
You're turning heads when you walk through the door
Don't need make up, to cover up
Being the way that you are is enough

"No es cierto..."

Me volteé a verlos y ellos solo señalaron arriba.

Mi mirada volvió a la cima del balcón y allí estaba Yeonjun de pie, sonriendo, sentado en el varandal sosteniendo un micrófono.

—Baby you light up my world like nobody else~ —entonó el icónico debut de One Direction—. ¡The way that you flip your hair gets me overwhelmed! ¡But when you smile at the ground it ain't hard to tell...!~

"You don't know, oh oh"

Me señaló.

—¡You don't know you're beautiful!~

Fue demasiado. Me encontré llorando no más acabarse el primer coro.

Los autos obstaculizados empezaron a pitar. Soobin y Taehyun bailaban y aplaudían al ritmo del "na na na" de la canción.

La pista se volvió suave y Yeonjun cantó melodioso.

—Baby you light up my world like nobody else, the way that you flip your hair gets me overwhelmed, But when you smile at the ground it ain't hard to tell~

El coro rompía de nuevo, y terminaba con la frase que sin duda era la favorita de todo directioner. Frase que en ese momento se volvía la resolución de cada declaración de Yeonjun todos esos meses.

—If only you saw what I can see, you'll understand why I want you so desperately, right now I'm looking at you and I can't believe ¡you don't know, oh oh! ¡You don't know you're beautiful! ¡That's what makes you beautiful!~

Escuchaba la bocina de los autos y los gritos de los conductores. Yo le sonreí a mi chico de cabello azul y esperé a que él bajara, pero entonces todo ocurrió demasiado rápido al acabar la canción.

Yeonjun corrió a las escaleras de emergencias del edificio y bajó prácticamente haciendo acrobacias, luego desapareció en un callejón. Iba a seguirlo y pedir una explicación pero entonces Taehyun me tomó del brazo y me llevó al otro lado de la calle mientras Soobin quitaba la cinta de policía para que los autos retomaran su rumbo.

"¿Por qué se fue?"

Taehyun ojeo la hora en su celular y volteó a ver a Soobin con desesperación.

—¡Son más de las doce! ¿Por qué no llegan?

—¡Aquí estamos!

Dos chicas se precipitaron hacia nosotros con mochilas es sus espaldas y sudor en sus frentes. Una de ellas de cabello rubio y la otra de cabello naranja.

—Yuna, Yeji, ¡Llevenselo! —Soobin ordenó señalándome— no hay que perder tiempo.

Ellas asintieron y me miraron con timidez antes de suspirar.

—Siguenos —dijo la rubia de lindas mejillas.

Taehyun me tranquilizó asegurando que ellas eran de confianza, por lo que simplemente me dejé hacer. Caminamos a través del callejón y salimos del otro lado de la avenida. En la parte de la ciudad que estaba llena de establecimientos para el ocio: cines, parques de diversiones y centros comerciales.

Entramos a lo que desde afuera parecía una tienda de ropa.

—Lo sentimos por el desorden —se disculpó la peli naranja— No te vamos a decir quien, pero un chico de cabello azul hizo un desastre esta mañana.

"Oh"

Entonces... ¿Ese era el sitio donde Yeonjun me contó que trabajaba? Estaba lleno de ropa y habían maquinas de coser. Además de que ellas se veían tan confiadas al entrar y empezar a buscar prendas.

—Vamos a empezar cambiándote esa pijama.

La rubia me dio un empujoncito y terminé dentro de un probador con espejo, ella prosiguió a cerrar la cortina desde afuera.

—¡Espera un momento!

Yo simplemente me quedé parado mirando mi reflejo en el espejo.

En realidad no me veía tan mal. Mi atuendo no era coherente, pero mi cara solo mostraba una innegable felicidad mezclada con expectación. Incluso mi pecho se expandía por el latido errático de mi corazón.

Dicen que uno se ve como se siente, cosa a la que empezaba a encontrarle un sentido.

Dos brazos me extendieron ropa y yo procedí a colocármela sin ninguna queja.

Unos shorts negros a la mitad del muslo, una camiseta blanca, y un cardigan beige. Simple, y definitivamente algo que yo mismo elegiría para usar.

—Faltan los detalles —la rubia bonita dijo pensativa mirándome de pies a cabeza—. Yeji, busca unos zapatos y calcetines largos.

La peli naranja asintió y desapareció de los vestidores. Yuna —la otra se llamaba Yeji, supuse que ella se llamaba Yuna— prosiguió a colocarme dos cadenitas y peinar mi cabello con sus dedos, utilizando algo de spray que llevaba en su mochila.

—Eres muy bonito —dijo ella mostrando una sonrisa—. Ya entiendo por qué Yeonjun sale corriendo no más acabar su turno.

Yo traté de no sonreír como un completo enamorado, pero no lo logré.

Una vez con las medias hasta la rodilla y los zapatos negros que Yeji eligió para mi las dos me vieron satisfechas y caminaron conmigo fuera del local.

Gran fue mi sorpresa cuando entramos en el acuario al otro lado de la calle.

Los tanques de agua se alumbraban de color azul con miles de peces en el interior, el resto era todo oscuridad. No había ni una sola pared de cemento, era como un océano rodeandonos.

En la recepción no había nadie y eso me pareció extraño. Eché otra mirada y en realidad no había nadie allí además de nosotros tres.

¿Y qué pasó después? Por supuesto, yo ya debía haberlo sospechado...

La iluminación de cada pecera se volvió de un color diferente, haciendo del lugar un paraíso arcoiris, y la voz de Snoop Dogg nos recibió antes del inicio del bit y la dulce voz de Katy Perry.

I know a place
Where the grass is really greener
Warm, wet and wild
There must be something in the water

Yuna y Yeji empezaron a caminar al estilo pasarela, una a mi izquierda y otra a mi derecha. Yo estaba seguro de que estaban por presentar su propio número.

Y yo no me iba a quedar atrás.

Después de todo allí no había nadie más.

California girls we're unforgettable
Daisy dukes, bikinis on top
Sun-kissed skin so hot
We'll melt your popsicle

Avanzamos por el largo pasillo del acuario bailando la coreografía del vídeo. El cardidan se deslizó de mis hombros por los movimientos. Yo interpretaba a Katy y ellas a las chicas echas de dulce que se encontraban en el vídeo musical.

California girls we're undeniable
Fine, fresh, fierce
We got it on lock
West coast represent
Now put your hands up

Jamás había bailado con chicas, u otra persona que no fueran Yeonjun o mi madre, pero fue especialmente divertido. Sobre todo porque no les sorprendió para nada verme haciendo los mismos pasos sensuales que ellas. Simplemente me siguieron con entusiasmo.

Me sentí como la chica popular de la escuela junto a su escuadrón. Como en las películas adolescentes.

Fue fabuloso.

En el momento del rap las luces bajaron de intensidad y llegamos de rodillas al suelo. Sin pena alguna al menearnos y hacer algo de twerk.

Homeboys, banging out
All that ass hanging out
Bikinis, tankinis, martinis
No weenies, just the king and the queenie

Katy my lady
Hey, look here baby
I'm all up on you
Because you represent California

Ellas acabaron con una pose señalándome, lo cual me hizo reír.

Quería hacerles algún tipo de seña para pedirles que fueran mis amigas, pero entonces las luces cambiaron otra vez.

Yuna y Yeji salieron corriendo cuando todo se volvió negro, y después, de un color rojo intenso e intimo tan sensual que me puso alerta.

La siguiente canción me destruyó por completo.

Una voz masculina y grabe. La balada por excelencia de la pasada generación. Y el icónico final del filme de Dirty Dancing.

Now I've had the time of my life
No, I never felt like this before
Yes I swear, it's the truth
And I owe it all to you

Luego una voz femenina.

'Cause I've had the time of my life
And I owe it all to you

La pista empezó. Mi hombro se movió suavemente por inercia en lo que mi mirada vagaba alrededor. Me sentí confuso al no encontrar a nadie, y cuando miré la pecera detrás de mi, había alguien del otro lado, en el otro pasillo, derritiéndome con su galante sonrisa.

I've been waiting for so long
Now I've finally found someone
To stand by me

Cantó, pero yo no pude escucharlo. Entonces, como él interpretaba al sexy Bill Medley, a mi me quedaba cantar la parte de Jennifer Warners, confiando en que él creyera que era solo mímica.

No me disgustaba mi papel, todo lo contrario.

We saw the writing on the wall
And we felt this magical
Fantasy

Nos deslizabamos por el pasillo con nuestras miradas conectadas y una mano en el cristal, con los peces interceptando nuestra visión y el agua carmín reflejada en las paredes.

—Now with passion in your eyes. There's no way we cold disguise it. Secretly~ —cantamos a coro—. So we take each others hand. 'Cause we seen to understand... The urgency~

You're the one thing
I ean't get enough of
So I'll tell you something...
This could be love, because...

"¿Porque?"

—¡I've had the time of my life! ¡No, I never felt like this before! ¡Yes I swear, it's the truth! ¡And I owe it all to you!~

"Totalmente, Yeonjun" pensé viéndolo empezar a bailar mientras avanzaba.

Era tan hilarante y hermoso. Yo me pregunté si él estaría dispuesto a levantarme en sus brazos y si no me dejaría caer, como en la película.

Probablemente no. Pero no era necesario.

Nos encontramos frente a frente al acabarse el pasillo, no había pecera entre nosotros, y cantó una vez más por su cuenta.

—¡I've had the time of my life! ¡No, I never felt like this before! ¡Yes I swear, it's the truth! And I owe it all to you~

Sus manos sostuvieron mi rostro y se acercó para besarme. Solo un toque lento, pero que llenó mi estomago de mariposas.

—¿Cómo se siente ser parte de un musical Gyu? —preguntó completamente orgulloso por su montaje.

Yo quise responder, pero aún si hubiera podido las lágrimas de felicidad me ganaron y solté un sollozo, rodeando su cuello con mis brazos y sintiéndolo tan cerca de mi, envolviendo mi corazón a punto de reventar.

—Tus cara hace que valga completamente la pena lo que me costó alquilar veinte altavoces y todo lo demás —dijo sosteniéndome para que yo no cayera sobre mis rodillas—. Amor, por favor no llores más, mírame~

Traté de detenerme pero era casi imposible. No quería separarme de él nunca.

—¿Recuerdas que habían dos cosas que quería decirte? —preguntó en mi oreja.

Asentí.

Con su voz suave dijo las siguientes palabras:

—Contigo aprendí que el silencio es como la felicidad: no es completo —declaró—. Las pocas veces que ese símil deja de significar algo es cuando somos tan felices que nos basta con mover nuestros labios para sonreír.

Entonces agregó, viéndome a los ojos.

—Tu eres mi amado silencio, Beomgyu. Sonríe para mi.

Y yo tenía que rebatir, por supuesto.

—N-no... e-eso... esto, espera...

Me silenció con su dedo, mis ojos se abrieron con sorpresa.

—¿Quieres ser mi para siempre?

Su dedo no se despegó de mis labios, su ceja se arqueó y yo suspiré.

"¿Para qué resistirse?"

—Si quiero... intruso encantador —respondí sin trabas, con toda la claridad que me fue posible, y con una sonrisa de auténtica felicidad.

Su cara hizo que valiera la pena derrumbar todas mis barreras.

Te amo.

Dijimos al mismo tiempo.

.

.

.

.

.

Hi!

Esta es la primera y última nota de Amado silencio //cry

Espero de verdad que les haya gustado la lectura, se sintió muy bien escribir cada capítulo y espero que les quedara un buen sabor de boca.

¿Saben? Es muy difícil transmitir con solo palabras lo que transmite una canción, yo siempre he querido conciliar la dos cosas. Incluso si este fue un intento a medias, el resultado es lindo, ¿no creen?

En realidad la mayoría de lo que escribo nació gracias a una o varias canciones ^^

So, no se preocupen, todavía falta el epílogo para cerrar esto bien c':

Si de repente me extrañan pueden pasarse por mis otros fics en los que también pongo mi corazoncito

Les quiero un montón, gracias por llegar hasta aquí ♡

.

PD: Sobrino, Juan chiquito, aunque probablemente nunca leerás esto, quiero que sepas que te amo mucho. No importa que los demás esperen que hables y te presionen por ello, recuerda que lo único que yo espero es que seas muy feliz.
Sonríe, hay alguien que te entiende.

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