00. Amo tu cabello rizado

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El encuentro de dos personas siempre estará predestinado por el destino, muchas veces decimos que no encontramos a nuestro amor ideal, pero esta siempre estará presente y muchas veces lo ignoramos, no hace falta decir que cada persona tiene su otra mitad, incluso si esta persona no es perfecta y no funciona como "un adulto normal" ...

Pero en esta vida ¿ Quien dictamina de quien enamorarnos?¿O quien es normal y quien no?

...

Dos desconocidos encontrándose por primera vez el camino que conectaba a la granja Brisa Azul con el pueblo de Greenville, un pueblo universitario a pocas horas de la central de la universidad Estatal Privada, un pueblo donde su mayoría de la población eran adolescentes ansiosos por aprender y graduarse para ir al mundo laboral.

En este encuentro, donde una chica de ojos grandes y color miel, con un casco y aquellos rizos agorándose por el viento, cabalgaba persiguiendo un potro que se había escapado de los establos del hotel cercano a la propiedad, era el vecino mas cercano que se podía decir que tenían, en ese lugar donde trabajaba como guía de actividades se había cruzado con el pequeño Volkswagen azul detenido a mitad del camino con un hombre con la cabeza sobre el volante sollozando.

— ¿Estas bien? Pregunto preocupada bajándose del cabello y quitándose el casco.

— Yo... yo... no... mi hermana... yo estaré solo— se quejó el hombre frente a ella, sorprendida observo al adulto frente a ella que lloraba molesto, de ojos verdosos y bastante atractivo se dio cuenta en la forma en que chasqueaba sus Dedos inmediatamente ese tic afirmo que no estaba muy bien de la mente.

— Cuéntame, que sucede... mi nombre es Eve... — dijo como si hablara con un niño pequeño extendiendo la mano al hombre sin temor alguno, mas que temor sentía compasión, ya que nunca había visto a un hombre llorar así frente a ella.

— El carro se detuvo, se daño ... yo iba a buscarla.. y se va a ir del país porque se caso y me dejara... sólo — se quejó tartamudeando el hombre que aparentaba casi unos 30 años, él miró a la atractiva muchacha frente a él y extendió su mano sin hacer contacto visual. — profesor William S. Fox.

— ¿William? Que nombre tan bonito.. incluso eres profesor, ¿Vives lejos? Por aquí no hay muchos caminos de casas, si quieres te llevó a tu casa en mi caballo, será divertido y le decimos a alguien que arregle el carro ¿ vale?

— ¡ No me hables como niñito! No soy retardado. Solo yo tengo de daño cerebral adquirido y eso no me hace un retardado, ... y no lo tengo tan complicado para que me hables como un crio de 5 años tengo 33.. no tengo 5 . — le reclamó William dejando de llorar y ella sonrió.

— Vale. Disculpa.. ¿me perdonas? Ven vamos a tu casa a buscar quien remolque el carro y a buscar un pony que huyo.. ¿ de casualidad lo has visto?— Y él negó con la cabeza.

— No.. pero vi un perro enorme corriendo en los prados.

— Demonios ese es Rita.. vamos, te llevo a casa y busco al animal. — dijo ofreciéndole el casco y él levanto la mirada.

— ¿Vamos a ir en eso? Pregunto señalando el animal.

— Si y tu usaras esto, no creas que voy a ir caminando — dijo colocándole el casco— no se de mecánica y a menos que tu tengas un caucho extra y sepas cambiarlo... podemos separarnos.

— ¡Demonios! — Se quejó y se bajó del auto, quedando frente a ella se notaba que era un hombre de presencia impotente ya a simple vista no parecía tener ningún problema, incluso podía ser un hombre bastante atractivo que robaba las miradas donde pasara. La diferencia de altura de la pequeña chica bronceada con 60 kilos a la del hombre mayor que ella de 1.90 y posiblemente unos 85 a 90 kilogramos de músculos era obvia y este fue arrastrando los pies al caballo y lo miró incómodo.

— ¿Haces ejercicio? Nunca había conocido a un hombre...

— ¿Con problemas mentales y musculoso? Pregunto levantando la ceja molesto.

— No hablaba de eso... hablo que no te puedes montar ¿Primera vez?. Dijo riéndose mientras se acercaba a ayudarlo, enseñándole como montarse, al subir tomo las riendas y las movió haciendo que el caballo relinchara y él iba a dejándola atrás.

— Espera... el caballo es mío, ni pienses que vas a ir con el y dejarme aquí. – le dijo siguiéndolos y tomándole del mando, con agilidad, se monto colocándose delante y se giró haciendo contacto visual con el hombre que se veía mas calmado pero seguía haciendo puchero.

— Cuidado con las manos — le dijo bromeando al ver que él buscaba donde colocarlas. Con delicadeza ella las sostuvo y las coloco en su cintura.

— Agárrate fuerte... ¿sigo el camino cierto? Preguntó y él asintió.

Bajando por la calle de tierra, en aquel lugar casi olvidado por la civilización, sentía como él sujetaba con fuerza por los nervios cada vez que el caballo hacia algún salto.

— ¿Eres profesor universitario o de colegio?

— Jamás seria un profesor de colegio... —se quejo ofendida — soy profesor de universidad... soy doctor.... ¿Puedes atar tu cabello? — pregunto mientras apartaba los cabellos de su rostro con temor de caerse del cabello y morir.

— ¿Estudiaste medicina? Vaya con ese tic... señalo sintiendo la mano que le pinchaba el estomago de manera sistemática, eran dos pinchazos cortos y uno largo, para ser un desconocido ya había tomado algo confianza..

— No... soy doctor en lenguas, doy clases de Latín y Griego... y no es un tic... bueno si lo es, pero es tu culpa— respondió sacándose un cabello de la boca con la lengua.

— No eres doctor de verdad.. entonces — se burlo la chica.

— Si lo soy, en mi casa tengo un diploma de doctor en lenguas muertas... tu no eres doctora. Yo si— le dijo molesto y ella empezó a reírse por la forma espontanea que había respondido.

— Tienes razón... no soy doctora, solo soy la chica a la cuál los huéspedes quieren cogerse sin dar propina... como si mi trabajo fuera aliviar sus penas sexuales.— Se quejó irritada visualizando la casa a lo lejos, esa confesión bastante extraña que ella contó, fue como si hubiera sentido la necesidad de decirlo en ese momento, y  mas bien no tenía a quien decirlo ya que no tenía amigos. En todo este tiempo el único que pudo estar tan cerca de ella que no fueran las chicas del trabajo,  era este hombre y por simple cansancio le contó algo que había callado durante todo el día y todos los meses que llevaba en el lugar.

— ¿ Te vas a atar el cabello o no? —insistió otra vez William y Eve suspiró con una sonrisa.

— No fue un buen día para ambos... ¿ Esa es tu casa "Doc..tor"? Pregunto señalándolo la única casa que se divisaba a lo lejos.

— Noto el sarcasmo en tu frase de doctor... y déjame decirte que si es mi casa y te mostrare mi diploma...

— Luego me lo muestras, tengo que buscar un pony— . Respondió.

Al llegar alli, deteniendo el caballo frente a la casa donde salió una señora mayor acompañada de un hombre igual de atractivo que el hombre a su lado, este se acercó ayudándola a bajar y luego a su hermano. Eve estaba sorprendida por el notable atractivo de los hermanos, pero el que era mas atractivo era William, ya que en sus ojos se veía una inocencia que ningún otro hombre tenia, la mujer que lloraba sin dejar se llamarlo y abrazarlo, en ese momento se apartó y le golpeó con fuerza el rostro, haciendo que este la mirara sorprendido.

— William.. debes dejar de actuar como niño cada vez que ocurre algo nuevo, solo era tu hermana, ni que me muriera yo llorarías de esa forma.¿ Tomaste tus pastillas?

— Yo lo siento... — dijo en voz baja y Eve los miro sorprendida retrocediendo, para buscar a su pony.

— Yo me voy...— dijo en voz baja huyendo y tomando el caballo de las riendas, dejando a la mujer que regañaba a William como si fuera un niño pequeño, sintiéndose compadecida ya que no era la forma de la cual debían tratar a un ser humano y mucho menos un hombre adulto, él mismo le había dicho que no era un niño y esta mujer lo regañaba como si tuviera años.

— Oye.. muchacha, espera — dijo el joven que era bastante parecido al profesor, siguiéndola en varios metros le extendió la mano y Eve miro los billetes que habían en ella.

— ¿Qué quieres? Le pregunto confundida.

— Es algo por ayudar a mi hermano y las molestias ocasionadas..

— Discúlpame pero yo no lo hice para cobrar. Me lo encontré en mi camino y estábamos cerca, yo solo busco un pony de color caramelo..

— Acéptalo como agradecimientos y...

— Gracias... creo que somos casi de la misma edad así que tu debes entender, yo no lo hice por dinero así que guárdalo, cómprale unos calmantes a tu madre o anda y busca el Volkswagen que esta en el medio del camino.. seria de ayuda, No darme dinero como si hubiera un rescate por un gato perdido.— Dijo ella

— Gracias... me llamo Edward...¿ No eres de por aquí cierto? Y ella negó. — se notaba, un placer por regresar a mi hermano... si ya te diste cuenta él es algo "único" cuando le entran sus crisis. —

— No veo que sea "único", dice sus emociones y eso esta bien... peor es no decir nada. — le respondió y se montó en el caballo.

— Espera... ¿ Quieres ir un día a tomar un café? Le preguntó con coquetería y Eve giro los ojos.

— Adiosss— respondió incomoda mientras golpeaba los costados del caballo para acelerar.

Dejando a la extraña familia a un lado, continuó la búsqueda del pony no sin antes de alejarse de todo ese drama girarse a para ver de nuevo al hombre por ultima vez.

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Nota: el daño cerebral adquirido es un trastorno que ocurre a personas sanas por falta de oxigeno en su cerebro, los científicos no aseguran como tal un patrón de comportamiento como de otras enfermedades, pero William al adquirirlo era un niño completamente sano, por eso su apariencia es "normal " aunque por los momentos no se ha profundizado como tal.

Ni es una historia psicológica solo es una historia de "amor" guiño guiño, con un final que no esperaran.

Porque William al tener este trastorno sus características son que no hace contacto n visual en muchas veces, con varios tic que se harán presentes, extremadamente sensible y sincero. Así que los espero que lleguen al final... que se sorprenderán. 

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