06. Te amo

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"Odi et amo.

 Odio y amo. Marco Valerio Catulo."


Cada día Eve se levantaba mirando al sexy hombre que dormía de lado izquierdo de su cama, con calzoncillos planchados y una camiseta blanca, no podía creer que él la amará. Aún recordando sus votos de matrimonio, William no dejaba de recordárselos en español.

"Amo tus ojos ovalados, esos rizos que siempre entran en mi boca cuando te abrazo de espalda, amo cada día que paso a tu lado"

" eres mi felicidad... y nadie me lo hará dudar, tu... la inexplicable mujer de olor a lavanda, amo la curva que se forma de tu sonrisa. ¿ puedo pedir mas? .

La pareja se había casado 2 meses después, en una pequeña ceremonia celebrando su amor: una pareja joven y atractiva en la hermosa granja a pocos metros de la casa de su madre y de su hermano, Eve había usado un viejo vestido que había conseguido en una tienda, sin brillos o sin ser costoso, no le importaba sobresaltar, solo lo usaba porque le recordó al que había usado su madre al momento de contraer nupcias.

Las paginas del diario de Eve solo describían felicidad y amor.

Eran la pareja mas tierna de la universidad, William que era el profesor de Latín mas atractivo y joven a pesar de haber dejado de usar el zapato de tacón ya que tenía la suficiente confianza de mostrar su imperfección que tanto le avergonzaba, gozaba de la dulce esposa que le llevaba el almuerzo a su esposo, que la acompañaba a fiestas y reuniones y que cada vez que podían y donde el deseó los inundaba se despojaban y hacían el amor de manera salvaje y tierna.

Todos envidiaban la vida de la pareja que manejaban bicicletas los domingos y tenían picnics en medio de su jardín.

—¿ Por que eres tan hermosa? Pregunto apartándole el rizo del rostro a la muchacha que estaba en cama acostada a su lado.

— Exageras... si alguien es hermoso eres tu... eres el esposo mas atractivo de todos en la iglesia y de mis compañeras de clase.. – dijo sonriendo, Eve había vuelto a estudiar en la universidad y con el apoyo de William esperaba terminar su ansiada carrera y esta vez no se detendría por culpa de un ex malvado.

— Pero soy el único de los esposos que toma calmantes... el Valpron es vital para mi.. dudo que ellos tomen eso como parte de su vida, eso y los demás medicamentos...

— Pero toman alcohol para ahogar sus penas y engañan a sus esposas con mas jóvenes y mas bonitas.

— Yo nunca lo haría. Te amo, moriría sin ti a tu lado. — dijo besandola con delicadeza.

— Los hombres lo hacen, deciden engañar a sus esposas y es algo.. tonto.. pero se que no lo harías... te amo William- dijo besándolo con delicadeza.


.....

Ese era la parte que amaba Eve de él, su forma sincera de hablar de cualquier cosa, espontáneo con aquella vocecita que él decía que tenía en su cabeza que le hacia puntualizar todo lo que estaba mal pero ella amaba eso de él, las veces que él decía cuantas vueltas hacer para limpiar la casa o como tender la cama, eran cosas del día a día como pareja.

Pero toda pareja necesitaba algo que los uniera después de un tiempo de estar juntos y a pesar de estar estudiando, era algo que no pudo ocultar.

— Estamos embarazados.— Dijo sonriendo y el rostro de William se lleno de sorpresa por la noticia.

— ¿Nosotros dos? ¿Cómo es posible?— Pregunto asombrado.

— Es... lo que nosotros conocemos como... lo que ocurre cuando dos personas...— trató de explicarse de una manera que él entendiera — que ellos tienen demasiado sexo sin protección ... — dijo riéndose y él se sonrojo.

— No te voy a dejar sola. Jamás. — dijo nervioso mientras bajaba du rostro y lo pegaba a la barriga de la chica.. — ¿hijo o hija... me escuchan? Preguntaba acariciándola y ella sonrió mientras peinaba con su mano el cabello de su amado.

Él calor de una familia era lo que ninguno de los dos pudo disfrutar, aunque William estaba nervioso por imaginar a alguien que llegaba a su vida sin ser planificado.. no podía dejar de sonreír a su vez por la noticia.

— ...

La llegada de su primer hijo fue encantadora a pesar de la falta de experiencia, Eve estaba temerosa por la aprobación de la madre de William que con un gesto de amargura miro al pequeño de cabello negro y enormes ojos verde. Aunque luego de un tiempo se fue a casa de su otra hija ya que sus hijos estaban en la escuela y necesitaba ayuda.

Un parto que William rogaba por que fuera sin accidentes como el suyo, con un bebé sano y una esposa sonriendo cada vez que él la llamaba, con él bebé en su brazo y el manejo de la granja en el otro.

Pero los años pasan y se hacen presentes, el tiempo fácil paso en la relación que poseía la pareja, ya la juventud se desvanecía con rapidez, el trabajo de la casa y de criar a un niño de 7 años en una casa alejada de la ciudad era algo agotador para Eve.

Tenia ya 33 años, pero en los últimos años su vida se había complicado considerablemente. Los ojos cansados de Eve eran notorios, con el cabello atado y la ropa algo sucia de jabón por haber lavado las sabanas todo el día entro y vio el desastre que había hecho su hijo o como este le decía que era "una representación de la batalla de independencia con aliens"

— Harry... por favor recoge tus juguetes que ya llega papá...— le ordenó desde la cocina y el niño empezó a correr con el perro dentro recogiendo las cosas y lanzándolas en la caja que tenía en la sala.

— Harry... el perro.. esta ensuciando el piso..¡Saca ese animal que ya va a estar la cena! — Se quejo al ver que el enorme perro ovejero corría por la cocina y miro al niño de ojos verdosos y cabello ondulado detrás de él— te dije, limpie toda la casa porque a tu padre le gusta verla limpia y ahora hay huellas por todos lados — antes de terminar de hablar, la puerta se abrió y el sonido de un golpe en seco se escucho y ambos corrieron a ver que ocurría, alli en el suelo estaba William y su maletín a un lado y Eve lo miró sorprendida y se giró a ver al niño que se regresó atemorizado porque sabía que había sido su culpa.

— ¡Maldición! ¿Estas todo el día en casa y ni siquiera puedes controlar a un niño? Eso es lo que eres un gasto... un mueble ..

— ¡callate William! Respeta que esta el niño presente... ven..— dijo en voz baja extendiendo la mano para ayudarlo y él la aparto levantándose del suelo y mirando al niño que estaba oculto detrás del sillón, Eve recogió cada una de las cosas que habían quedado dispersas del maletín y quitándoselas de las mano vio como William se iba a su estudio, bajo la mirada hacia un pequeño triangulo de envoltorio de aluminio y lo tomó en su mano.

Ese romance que hacía tantos años había existido, habían sido dejados atrás tal vez por la monotonía y por la carga de pasar los primeros años siendo madre primeriza y con William estresado por la oferta de ser el nuevo decano de la universidad, esos diarios que siempre tenían sus escritos, pocas veces sus hojas eran usadas, por culpa de toda la responsabilidad.

Al pasar por el espejo Eve se miró y se admiro, la juvenil silueta que poseía en un pasado: las curvas que sobresalían en su cuerpo, aquél abdomen plano, se había apartado por mostrar el rostro de una joven infeliz ama de casa.

Pero algo era cierto en todo esto, amaba con locura a su esposo y esperaba que a pesar de no escucharlo tan seguido, él también lo hiciera.

— ¿ Cómo te fue en el trabajo? Pregunto acercándose hacia él y este se apartó y abrió sus archivos haciendo que buscaba algo.

— Bien.. — respondió secamente evitando mirarla.

— Tu... ¿ Tomaste tu medicamento? Hice tu comida favorita... Lasagna vamos... ¿ te toca el antiinflamatorio a las 8 no? Come para que no te haga daño amor.

— Ya comí y ya me tomé mis medicamentos ¿piensas que soy un niño al igual que Harry puedes controlar? — respondió con ironía.

— Si tuviste un día pesado no es para que lo pagues conmigo.¡ Jodete William!. — susurro lo último y salió del despacho del profesor — Y esta noche duermes en la habitación de invitados. — le grito furiosa golpeando la puerta.

— ¡BRUJA!— Le contesto furioso y Eve apretó sus puños bajando para servir la cena de Harry.

Limpiando sus lágrimas de la rabia se giró con su plato y se sentó mirando al niño pequeño sentado frente a ella a la expectativa de que le dijera algo por comer con los dedos, pero nervioso tomo el tenedor para evitarle pasar un mal rato a su madre.

Para Eve Habían pasado dos años terribles desde que se casaron hacía 5 años, pero este ultimo era el peor, sin contar que había engordado debido a la ansiedad y a la Soledad, no había sido llevada por William a las reuniones semanales de la universidad, ni a la iglesia quería ir debido a la depresión que sentía por el rechazo de su esposo.

¿Por qué se sentía que no podía mas? Aguantando las ganas de llorar arreglo la mesa mientras el pequeño la seguía con la mirada sin preguntarle nada.

—¿ Es por papi? Preguntó curioso y ella sonrió  negando con la cabeza.

— Es por la cebolla.. — dijo sonriendo.

— Pero... la cebolla esta cocida.. — respondió mirando el plato.

— Esta muy caliente, mami se quemó la lengua— le dijo para evitar que siguiera preguntando. Harry no estaba satisfecho por la respuesta pero no podía hacer mas, solo sonreírle.

"La prueba del amor verdadero después de los 10 años" era cierto y para ella solo había durado 5 años. Mirando a su hijo sentía cierta culpa por darle un padre como el que estaba arriba leyendo cualquier mierda de Euclides, un padre que desde hacía casi dos años los ignoraba.

Después de la cena subió y fue a verlo entre el espacio que se veía de la puerta de la oficina de Will, desde el semestre anterior él había cambiado notoriamente, y no solo en su estado de ánimo... si no en su aspecto.

Tomó el pedazo de envoltorio de aluminio, un triangulo tan minúsculo y que podía ser el inicio de una  discusión.

"Querido diario, ruego a Dios que sea un triángulo de salsa agridulce.. Salsa agridulce...

UNA MALDITA SALSA AGRIDULCE PARA ALGUIEN QUE ODIA LA COMIDA CHINA"

....

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