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El castaño camino a paso ligero por el enorme pasillo, pasando por la sala, hasta llegar al ante jardín, para cruzar por aquella enorme piscina. Al llegar al campo de frutos, ingresa por una pequeña caverna muy linda a simple vista, pero dentro de esta…

Era la peor pesadilla para cualquiera que estuviste en ese lugar.

—¿Que tienen para mi? — sus hombres le hacen reverencia al ver que había llegado el primer jefe, Won lo mira bastante serio —, ¿por que tu cara?

—¡Por qué aquí tenemos a ese perro hijueputa!—abren un enorme portón. Aquella cueva por fuera no parecía grande, su amigo había construido aquel lugar hasta con los mínimos detalles que ellos mismos necesitan.

Al abrir aquella puerta la mirada de Yeon se oscurece, corre a gran velocidad, para plantar un fuerte puñetazo en la cara de la persona que tenían amordazada.

—Hijo de puta, así te quería ver, pasara tus días de sueño con nosotros, nadie se mete con mi hermano.

De las sombras sale una silueta que ellos sabían muy  bien de quien era y que conocían y más la compañera que estaba a su lado

—Espero que con esto, sepas que mi lealtad siempre estará ante tus pies, mi lobo —el castaño la mira de pies a cabeza, ella lo estaba seduciendo y cómo siempre el debía recompensar sus buenos esfuerzos

Siempre era así.

Aquella mujer se le lanza encima y toma sus labios, el castaño seguía serio, medio respondió sus besos

—Así que por un imbécil miserable haces esto, mereces ser deseada mujer, lo lamentarás —la voz ronca del ahora secuestrado hablo y retumbó ante los oídos de la morena

—Cállate, eres tu el que estas aquí en estas condiciones, padeciendo, no yo. —se cruza de brazos Yunna y comienza a salir de aquel oscuro lugar. No le gustaba estar presente en aquellas situaciones. Siempre le ha parecido desagradable el maltrato a sangre fría y más en lentitud.

—¡Que fue eso!—se acercó Won a su amigo —¿No pues muy enamorado? —le susurro, este gruñe, ya bastante fastidio con ver aquel hombre, que por poco mata a su hermano y mejor amigo.

Las cadenas las comienzan a templar haciendo que los brazos de aquel policía  se durmiera. Ya llevaba horas en la misma posición.

—¿No pues muy bravo el oficial? —este lo mira mal, Yeon lo mira con una media sonrisa —, la pasaremos increíble, ya lo veras. Pero primero, la revancha —Won se estaba equipando con su espada más fina, quería llenar algunas copas de sangre.

—Así que, Fernando Okelly —termina de colocarse su traje de sastre, de color negro—, con que iniciamos, tu escoges: abdomen, piernas, brazos, quizás la cara, no esa de última —plasma su lengua en aquella espada, Yeon algunas veces no negaba que temía esa parte oscura de su amigo, sentía que él se estaba perdiendo por completo y la verdad no quería perderle por tanta locura.

Es mejor tenerlo contento, que enojado

—Saldré por un instante, diviértete. —él asienta contento

—Lobo. Chiara llega hoy. Me la recibes —voltea a mirar a su amigo —, debe estar de muy mal humor o es lo que me dijeron.

—Si, si, ya continúa con lo tuyo. —Yeon mete sus manos a los bolsillos, sale de aquella cueva bastante serio y pensando en lo que había pasado hace un instante.

Camino en completa calma, hasta llegar al ante jardín de aquella finca. Al rato escucha una fuerte discusión…

..

Chiara  por fin había llegado a la finca del los secuestradores. Ella estaba tan de mal humor que era capaz de matar al peliazul; ella se cuestiono por haberlo cuidado para saber que él muy malagradecido, como ella le dice, le pago de la manera más humillante. Primero la llena de mentiras y después Arianna demora con el castaño. Por fin llegan y ahora ella estaba allí en la entrada, cruzando la sala encontrándose con aquellas mujeres que mantenían esos dos hombres.

Las zorras por amantes, que tienen los siameses sucios —pensó Chiara

—Pero mira quién continúa con vida, Kajo-ni —Yunna ingresa por la sala, encontrándose con Chiara, ambas mujeres se miran y sonríen —, ¿no te ha dado cómo ofrenda a los cocodrilos?

Chiara arqueo una ceja, bufa y las mira sin ninguna importancia, cosa que les molesto, ignorando sus incoherentes palabras, Chiara responde…

—Mmm, perdón, ¿las conozco? —Chiara  mueve su cabello de un lado a otro. Ella sabía de su belleza y estaba segura de si misma, y de lo que si estaba segura es qué, ese par de mujeres le tenían mucha rabia y envidia, sus ojos lo reflejaban

—¡Esta maldita escuincla!  ¡Quien te crees que eres para ser tan altiva!

—Perdón, ¿ustedes me siguen hablando?— Chiara finge demencia ante su presencia, continúa caminando —, guíame a la habitación de tu jefe— miró de reojo las caras que ponen aquellas mujeres, su mentón tocaba el suelo, sus ojos estaban completamente abiertos. Estaban tan asombradas ante la orden que le dio la chica a uno de los hombres de sus jefes.

Este le hace una reverencia y la guía. Pero Kajo-ni no soportó, más aquella escena y se le tiro encima a la joven Williams

—Que te pasa loca, ¡suéltame! —exige Chiara. La había tomado por  la espalda, por lo que esta la tenia de su hermoso cabello jalando con fuerza hacia atrás.

—¡Que carajos esta pasando aquí!—la voz ronca del castaño dejo en silencio la casa, uno de sus hombres se acerca

—Señor, la señora se despertó —él asienta

—Ustedes dos ya se pueden retirar. Sigan con  su deber, luego las hago llamar para la recompensa, y tú,   ve a la habitación de pantera,  él ya te alcanza,  me pidió que te recibirá, te llevo

—¿Y Arianna? —este frunce el ceño, la odio por decir su nombre. Yunna lo mira mal y se va. Al menos no le hace pataletas por estar con la castaña, o pregunto por su nombre. Con un poco de alivio se aleja con la joven Williams en dirección al segundo piso de su enorme finca. En medio del camino. Este por fin cruza palabras con la chica.

—No vuelvas a decir su nombre y menos cuando hay personas de mi poco agrado

—¡Pero cuando te la comes no piensas en eso!— ante las miradas de Yunna y el castaño  no pasaron desapercibida para la hermosa chica, puesto que, se veía la tensión de ambos y no solo eso, Arianna ya le había comentado algo que pasó en la anterior casa.

Yeon reprimió tomarla del cabello. Simplemente se le acercó con enojo

—No te permito que me hables así, recuerda tu posición

La fina línea de sus labios demostró que Chiara no estaba de buen humor, le había caído mal aquellas palabras del castaño, y por lo pronto, sabía que él no le diría nada sobre la castaña.

—Aquí te dejo, toma un baño, si así lo deseas. Tendremos una cena abajo solo nosotros cuatro. Arréglate, te quiero ver presentable

—¡A mi no me des…! — uno de los gorillas del castaño la mira mal, ella traga hondo y asienta

—Así será, señor. —respondió a regañadientes.

Aquella noche iba ser lenta y nostálgica, para todos.

...

.........Continuará

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