Capítulo 13.

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Doyoung no puede evitar el remolino que se aloja en su vientre cuando escucha las palabras del alfa. Nadie puede culparlo, él es un omega recesivo y muy débil a los juegos de palabra.

Parpadea lento hacia el alfa, quien ni siquiera se inmuta ante sus propias palabras y tiene esta sonrisa que a Doyoung vuelve loco en cuestión de segundos. Jaehyun luce tan tranquilo que Doyoung puede jurar que esto es una maldita broma.

Piensa que sería mejor que no lo fuera. Él definitivamente no quiere que sea una broma.

-¿Te, te gusta eso, Jaehyun? -dice cuando coordina su lengua y su cerebro para finalmente formular algo con coherencia en este lío en el que está metido.

Está seguro de ver un brillo surcar los ojos azulados del hombre, quien sonríe aún más amplio y desabrocha su cinturón de seguridad.

-Creo que deberíamos hablar esto en la habitación, Doyoung -responde con tranquilidad exagerada.

Claro, sí, es una buena idea.

Doyoung imita su acción desabrochando su cinturón. Baja del auto cuando el alfa lo hace y no tarda demasiado en atrapar su labio inferior entre sus dientes blanquecinos porque la ansiedad va a terminar matándolo o provocándole una úlcera.

Él en serio tiende a ser paciente, pero no puede esperar demasiado de sí mismo cuando el alfa ha soltado aquel balde de agua fría sin siquiera advertirle de ello unos segundos antes.

Le sigue hacia el interior del hotel que se ha convertido en el lugar que más frecuenta últimamente y ninguno dice nada cuando están en el ascensor para ir hasta el piso donde se encuentra la habitación que parece más bien el departamento del alfa.

Caminando por el pasillo Doyoung se da cuenta del aroma del alfa. Es tan puro y cercano que el omega no puede no aspirar discretamente su aroma y suspirar cuando termina embriagado.

Jaehyun huele tan bien como luce y eso definitivamente debería ser algo así como un crimen por terminar siendo el talón de Aquiles para omegas como él.

Frente a la puerta blanca que tan bien conoce, Doyoung espera que el alfa la abra con facilidad para ambos entrar al lugar que de alguna manera se ha impregnado del aroma de ambos. Una vez dentro escucha a Jaehyun suspirar caminando hacia la enorme cama en el centro de la habitación, ignorando la puerta del baño abierta.

Doyoung sigue sus pasos con velocidad desacelerada. Tiene la mirada fija en el suelo y puede sentir el sabor de su sangre inundando su lengua por el repentino pellizco que deja en el interior de su mejilla.

-Antes que nada, Doyoung -comienza el alfa sin voltear a verlo-, es importante que sepas que esto solo es una propuesta. Junto a las demás cosas que tengo por decir -El pelinegro humedece sus labios que se han secado con demasiada velocidad. Asiente aunque Jaehyun no pueda verlo y se detiene en seco cuando el alfa para su andar para verle-. Usa tus palabras.

Él quiere saber donde se ha metido.

-Está bien. Entiendo.

Puede que luzca como un tonto y definitivamente eso lo tiene sin cuidado en este momento. El latido acelerado de su corazón junto al ruido demasiado alto sofoca cualquier pensamiento que cruce por su cabeza.

-¿Conoces ese tipo de prácticas, Doyoung?

Pestañea cuando Jaehyun enfoca sus ojos azules en sus orbes boscosos. Intenta no perderse demasiado en el mar abierto en su mirada y definitivamente desliza la idea de hundirse en el océano azulado cuando esta pasa por su mente.

-Conozco hasta lo que no debería -dice con un bufido atravesado. Quizá termina recordando todas las cosas que ha tenido que ver, escuchar, presenciar y practicar por mero miedo y recompensa monetaria.

Le provoca náuseas pensar en eso y puede que Jaehyun lo note.

-¿Te gusta la sumisión, omega? -El nombre llega directo a su vientre y provoca que Doyoung entrecierre los ojos en desconfianza, sus manos sin atreverse a dejar los bolsillos de su chaqueta-. Es importante que seas honesto conmigo, no se trata solo de mí.

Si es mentira lo que dice, Doyoung no puede identificarlo. Intenta leer la mirada del alfa, pero todo lo que encuentra es calidez. Jaehyun está siendo honesto con lo que dice y Doyoung solo puede actuar desconfiado porque con los alfas nunca se tiene certeza de nada.

-Me gusta, sí. Pero no me gusta el sado ni el bondage, están completamente fuera de mis verdes y no están en discusión.

Doyoung se ha sacado de la manga la confianza para hablar con la altanería en su voz con la que suele dirigirse al alfa, tan solo porque éste parece demasiado contento cuando es grosero y maleducado y no se comporta como se supone que un omega debe hacerlo.

Y Doyoung también lo disfruta, no se va a negar. Tener el control de sus acciones y no endulzar sus palabras al hablar es algo que pocos alfas le permiten. Jaehyun solo es un tonto que deja que hagan con él lo que quieran y a Doyoung no le molesta sacar provecho de ello.

-Muy bien -dice comenzando a desabotonar su camisa con la atenta mirada del omega sobre sus acciones-. ¿Qué hay de ti llamándome papi, uh?

Doyoung parpadea y pasa la saliva que comienza a acumularse en en centro de su lengua tibia. Ve los dedos del alfa moverse con facilidad y no hace nada por bloquear sus pensamientos.

-Estoy bien con eso -responde sin permitir que su mirada o voz le delaten. Él no quiere que Jaehyun se de cuenta de cuán afectado se vio por sus palabras en el auto y ni siquiera dejó que su entrada lubricara por ello.

Jaehyun sonríe cuando desliza la camisa por sus brazos bronceados con ese tono de piel unos tonos más oscuros que el del omega y que tanto le gusta cuando piensa en él.

El alfa se acerca. Da unos cuantos pasos hasta que está frente a Doyoung y atrapa su rostro con una mano ahuecando su mejilla colorada.

-¿Cómo puedes lucir tan precioso sin esforzarte? -cuestiona con una sonrisa que provoca que las piernas del omega quieran fallar-. Eres encantador incluso cuando usas ese tono tan tunante en tu voz. Y no tienes idea de cómo me pone.

Doyoung se esfuerza por no abrir sus labios o parecer demasiado afectado por ello. Él debe mantenerse sereno, no puede dejar que el alfa vea sus puntos débiles. Jaehyun no.

-Eres un alfa fuera de lo común. -Lo dice porque las palabras pican en su lengua.

La risita ligera del alfa le devuelve el aire que había dejado escapar hace un buen rato.

-Lo sé. -Es todo lo que dice antes de acercar sus labios a los del omega y presionar un beso seco allí. Sonríe antes de apartarse y Doyoung se da cuenta que le ha robado el aliento en el proceso.

-No es un halago -agrega por puro ocio.

Jaehyun vuelve a besarle con otro roce de labios seco.

-Eso también lo sé -murmura-. Pero no me distraigas con esos labios tan preciosos que tienes -añade-, aún no termino con mi punto.

Doyoung esboza la primera sonrisa de la noche y a Jaehyun se le acelera el corazón, el omega puede escucharlo estando frente a él. Su hoyuelo se siente como el pilar de Jaehyun y va a sacar provecho de ello.

-Adelante, entonces.

-Siéntate. -Cuando lo dice hace esta seña con su cabeza hacia la cama que está justo detrás, a unos pasos.

El omega le hace caso y se deshace de las manos que tocan su rostro para caminar hacia la cama que está perfectamente vestida sin una sola arruga en la tela. Se sienta con un suspiro y rebota solo un poco sobre el colchón.

Jaehyun se acerca, da cinco pasos secos antes de deshacerse de sus zapatos y dar un paso más delante de ellos. Se inclina hasta que sus rodillas tocan el suelo y ve a Doyoung desde su lugar. El omega le mira con estos ojos expectantes y Jaehyun solo le sonríe de lado antes de toma su pie y deshacerse de su zapato, imitando de inmediato la acción con su otro pie.

Cuando no hay más que unos calcetines cubriendo sus pies pálidos, es cuando Doyoung se da cuenta de lo que está haciendo el alfa. Se deshace de las medias negras dejando los pies del omega al descubierto, y esta es solo el primer paso.

-¿Me culparías si te digo que no puedo dejar de pensar en ti usando esa lengua sucia para tomar mi pene desde que subiste al auto?

Las palabras del alfa salen con una tranquilidad que le roba un suspiro al omega. Jaehyun ni siquiera lo está viendo, concentrado en delinear la curva del pie del muchacho.

-Me di cuenta -Le dice-, no eres bueno disimulando cuando me miras.

Jaehyun alza la mirada. Lo mira a través de sus pestañas tupidas y parece leerlo con una mirada supersticiosa.

-Hay muchas cosas que me gustan de tu actitud, Doyoung. Mi favorita es tu seguridad en ti mismo.

-¿Y tu menos favorita? -pregunta antes de humedecer sus labios, capturando a Jaehyun viéndolo en el proceso.

-No puedo tener una menos favorita, omega. Todo de ti termina gustándome cuando pienso en ello.

Doyoung ríe esta vez, lo hace tan suave que parece irreal, pero lo hace y Jaehyun no se pierde de ese espectáculo.

Lo ve acercar uno de sus pies a sus labios delgados y dejar un beso tranquilo donde su dedo pulgar comienza. Le mira mientras lo hace y Jaehyun sonríe cuando se da cuenta que a Doyoung le falta el aire.

-¿Vas a terminar de poner tus cartas sobre la mesa, o vas a desnudarme antes?

Jaehyun tararea, parece que lo piensa realmente antes de sonreír y besar el otro pie.

-Debo enseñarte a tener paciencia, Doyoung -dice con la burla alojada en su voz-. No siempre puedes controlar todo lo que tienes a tu alcance.

El omega se queda callado solo para otorgarle la razón sin hacerlo realmente. Espera paciente mientras Jaehyun se levante del suelo y se posiciona en medio de sus piernas abierta antes de comenzar a bajar el cierre de la chaqueta del omega.

-Hace frío -habla Doyoung cuando la chaqueta comienza a ser deslizada por sus brazos.

-En un momento no vas a tener frío, bonito.

Sí, él es bonito y lo sabe. Eso no impide que Doyoung infle su pecho con orgullo ante las palabras del hombre y una sonrisa nazca en la comisura de sus labios.

No sabe cuánto tiempo más podrá soportar su cuerpo a la prohibición de Doyoung de no reaccionar a Jaehyun como tanto quiere. Parece que todo aquello queda en segundo plano cuando el alfa se deshace por completo de su chaqueta y camisa en un par de segundos, dejándolo al descubierto para que el frío lo envuelva y lo haga tiritar.

-¿Sabes qué me vuelve loco, Doyoung?

El omega inclina su cabeza para encontrarse con los ojos del alfa. En el camino no repara en fijarse en lo abultado que luce su pantalón entre sus piernas, es algo que lo hace sonreír porque ni siquiera le ha besado correctamente y ya tiene al alfa reaccionando a su esencia.

-Tengo una lista con las posibles razones, sí.

La risa amarga de Jaehyun le envía un golpe a Doyoung directo en su estómago.

-¿Has pensado en cómo me molesta pensar en ti estando con otro hombre?

Y allí lo tiene. Doyoung ahoga un jadeo y quebranta su rostro congelado, recibiendo el segundo balde de agua helada en menos de una hora y él definitivamente no está listo para esto.

Jaehyun lo mira de esta manera que provoca que las manos de Doyoung en sus muslos tiemblen. El alfa tiene una sonrisa en su rostro pese a la dureza de sus palabras que ni siquiera se detuvo a cuestionar.

-¿Lo haces? -inquiere.

El alfa asiente, luce tan risueño cuando lo hace.

-No tienes idea -añade-. Soy tan egoísta, Doyoung, que de solo pensar en compartirte con alguien más me hace hervir la sangre. Nadie además de mí debería tocarte como yo lo hago.

Doyoung quiere decir que nadie lo hace, que no ha habido ningún alfa que le erice la piel con solo una mirada, que no existe el hombre que lo haga lubricar con solo palabras como Jaehyun lo hace.

-No eres mi dueño. -Es lo que dice en su lugar, sonriendo tan angelical como sólo él sabe hacerlo.

Jaehyun niega con la cabeza cuando ahueca su mano en la mandíbula cuadrada del omega.

-No lo soy, y que bueno que hemos llegado a este punto de la conversación -dice con la sonrisa en su rostro disminuyendo con lentitud-. Si accedes a jugar conmigo no puedo permitir que veas a más alfas, Doyoung.

El aire se escapa de sus pulmones cuando entiende el trasfondo de ello.

-Eso es pedir demasiado, incluso para ti.

Jaehyun asiente. Todo en su expresión demuestra nada más que satisfacción consigo mismo y confianza en cada uno de los pasos que da sobre la capa de hielo recién congelado de algún lago pequeño en medio del bosque. Todo se trata de tomar riesgos, Jaehyun lo hace con cada palabra que sale de sus labios y pretende que sus palabras suenen por encima de su corazón exageradamente acelerado.

-Eso lo sé por sobre todas las cosas.

Doyoung comienza a perder el hilo de todo esto. Bufa porque nada tiene sentido, Jaehyun actúa como un cazador escondido en la maleza y Doyoung aún no sabe si es una presa bebiendo del agua del manantial, o es otro predador como el alfa.

-¿A qué quieres llegar, alfa? -La pesadez en su voz logra el efecto que busca cuando se da cuenta de como las fosas nasales de Jaehyun se dilatan ante el nombre.

No es más que un juego, Doyoung lo sabe, ¿Jaehyun lo hace?

-No quiero que estés con nadie más -comienza tomando su barbilla y obligándolo a mirarlo incluso cuando Doyoung no tiene intención de alejarse-. Quiero que mis manos sean las únicas que toquen ese cuerpecito tuyo en el que tanto pienso cuando estoy trabajando.

Doyoung sonríe con picardía y algo de superioridad en su expresión confiada, tranquila, fina.

-¿Hasta que me uses lo suficiente y decidas que te has aburrido de mí, Jaehyun? -Ni siquiera lo pregunta con maldad, no hay una pizca de molestia en su voz.

Parece que Jaehyun lo percibe diferente cuando se inclina hasta que su rostro está a la altura del delicado de Doyoung. Es precioso, Doyoung no puede negarse a sí mismo admitir que Jaehyun es de los alfas más atractivos que ha visto, probablemente el tipo de hombre al que le daría la oportunidad de enamorarlo.

-No tengo intención de aburrirme de ti ni de soltarte, Doyoung. Lo que estoy poniendo sobre la mesa no es solo un juego.

La risa altanera del omega no tarda en abandonar sus labios rojizos y tibios por la adrenalina que comienza a envolverle.

-¿Y qué más, Jaehyun? -inquiere-. ¿Cuánto tiempo va a durar esa promesa vacía?

Si sus palabras afectan al alfa, él no se atreve a demostrarlo. Jaehyun luce tan cuerdo como siempre y su expresión tranquila solo pone a Doyoung con los nervios hasta el tope.

-¿Insinúas que soy un mentiroso, cariño?

Doyoung rueda sus ojos porque puede.

-¿Tienes idea de cuántas veces he escuchado lo que me propones, Jaehyun?

Le molesta tanto que Jaehyun no reaccione a sus palabras. No entrecierra los ojos, no sonríe, no luce molesto, nada.

Jaehyun pasea su dedo pulgar por la piel del muchacho y se acerca un poco más, a una distancia demasiado corta hasta sus labios de cereza.

-No te atrevas a pensar que soy como los demás alfas, Doyoung -dice con tranquilidad en su voz-. Ninguno de ellos te desea como yo lo hago, ninguno te tocará jamás como yo. Tus ojos te delatan cuando me ves y solo pides que mi nudo llene tu precioso agujero.

A Doyoung ya no le interesa seguir más tiempo de pie en esta batalla, entonces gime contra los labios del alfa como una clara señal de derrota. Ya no puede más, ya no va a luchar contra su entrada lubricada y pecho acelerado, ya no va a fingir que la voz del alfa no le excita aún más cuando es solo un susurro entrecortado a la luz de la luna.

Cede porque no tiene ninguna otra opción, porque su lobo se ha reprimido lo suficiente y aúlla en su pecho buscando de la atención del hombre frente a él como si hubiese pasado toda una eternidad en el exilio sin una sola caricia.

-¿Cómo sé que no te vas a deshacer de mí tan rápido como consigas a alguien más?

La dilatación en las fosas del alfa se repite.

-Dos cosas, Doyoung -comienza con su tono de voz bajo, sus cuerdas vocales vibrando al oído del omega-. Número uno. No se me ocurre nadie con quien estar después de ti, teniendo a un omega como tú solo un tonto buscaría a alguien más.

Doyoung parpadea.

-¿Y número dos?

La sonrisa del hombre se amplía hasta que sus dientes blancos iluminan a Doyoung en la oscuridad de la noche.

-Decidí que serías mío desde que tuve tu lubricante entre mis labios por primera vez.

Doyoung no tiene tiempo de reaccionar cuando el alfa lo toma con brusquedad y une sus labios en un beso tan sucio que el sonido de sus salivas llena la habitación. El alfa gruñe en su pecho cuando Doyoung abre su boca dejándolo entrar y su lengua crea una danza en la cavidad del muchacho que le roba un suspiro, y las nubes en el cielo se ocultan por la pena de presenciar aquel acto tan desprolijo como aquel.

Probablemente Jaehyun ha amenazado a todos los astros y su miedo se debe a eso. El alfa es celoso, él definitivamente cuida al omega como si fuesen uno solo porque es lo que anhela en el fondo de su pecho aún sin saberlo.

El omega boquea cuando Jaehyun muerde su labio inferior y en algún momento termina recostado sobre la colcha con el alfa deshaciéndose de las prendas de ambos como si el calor le estuviese quemando en cada parte de la habitación.

Doyoung tiene el corazón acelerado cuando solo su ropa interior cubre su cuerpo y Jaehyun se aparta para tocar su cintura como si del cuerpo de una guitarra acústica se tratase.

-Estos no los vamos a necesitar más -dice deslizando la liga-. De ahora en más solo usarás bragas que hagan a tus ojos lucir más preciosos.

Gime ante sus palabras porque puede, no reprime su jadeo cuando Jaehyun desliza la prenda por sus piernas largas y la lanza hacia algún sitio en la habitación.

Jaehyun termina por levantar las piernas del omega y unir las a su pecho, dejando a Doyoung completamente expuesto con el aroma de su entrada envadiendo sus fosas nasales. Lo escucha jadear con su voz aguda y Doyoung no puede evitar morder su labio porque resulta ser demasiado para él escuchar a aquel hombre de esa manera.

No se da cuenta cuando él se inclina hasta que siente la lengua tibia del alfa rozando con su entrada. Siente al alfa beber de su líquido y Doyoung no tiene más alternativa que elevar su pecho al mismo tiempo que toca sus pezones que requieren atención como nunca antes.

-Tan delicioso -murmura Jaehyun enterrando más sus uñas en la piel del muchacho.

-Más, por favor. Jaehyun-

No le permite seguir. Doyoung corta su respiración cuando un dedo se desliza en su interior sin un poco de piedad. Es demasiado para él cuando el alfa está lamiendo cada parte de sus genitales mientras su dedo se hace lugar en el interior del muchacho.

-Pídelo, bebé. Pídelo correctamente.

Ni siquiera reconoce su voz. Doyoung no es capaz de entender que la persona que le habla es la misma que durante la mañana le trató tan bien durante el desayuno. Es demasiado irreal para él.

-Jaehyun, hazlo. Necesito...

El alfa desliza un dedo más. Doyoung lo nota desviar su atención de la entrada lubricada para mirarle con una sonrisa en su rostro.

-Dilo -murmura. Doyoung sabe a lo que se refiere pero niega con la cabeza.

Jadea fuerte cuando el alfa deja de darle atención a su entrada retirando los dedos con rapidez. Se encuentra al omega cuando lo encara y hunde sus dedos en la boca salivada del muchacho.

Doyoung se prueba a él mismo en los dedos de Jaehyun, succiona tanto como puede porque resulta que su sabor es más espectacular de lo que recuerda e incluso cierra los ojos para disfrutarlo aún más.

-Dilo, Doyoung. Pídelo.

Un espasmo atraviesa su cuerpo cuando su entrada reclama ser abierta.

-Yo, yo...

-Hazlo -dice el alfa retirando sus dedos para enterrar sus uñas cortas en la cadera del muchacho.

Doyoung no puede más. Anhela un nudo en su interior que dure toda una eternidad.

-Por favor, papi. Quiero tu nudo.

Le ve sonreír tan groseramente que Doyoung puede asegurar que el orgasmo se asoma a la puerta.

-Tan bonito, bebé, te voy a dar todo lo que necesitas. Te lo mereces.

El omega se deshace en el lugar a sabiendas que la noche apenas empieza y su cuerpo solo se está preparando para todo lo que Jaehyun tiene planeado.

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