Capítulo 21.

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A Doyoung le salta el corazón en el pecho cuando deja el edificio y ve el auto de Jaehyun acercarse por la calle.

Por un momento tiene que apartar la mirada porque la luz de las farolas terminan golpeándole el rostro, molestando sus pupilas que se encogen por el impacto. Jaehyun tiene los vidrios arriba, como siempre.

Detiene el auto frente a Doyoung y él no espera demasiado para acercarse y tomar la manilla de la puerta. Al abrirla, se encuentra con la luz interna y el alfa con las manos en el volante, ni siquiera voltea a ver al muchacho.

-¿Qué huele así? -pregunta Doyoung después de tomar asiento, cerrando la puerta en el proceso. Cuando ve a Jaehyun, y el ceño fruncido de este, lo entiende-. ¿Eres tú?

Jaehyun no responde de inmediato, él solo pone en marcha el auto una vez más y toma la vía rápida que ahora conoce a la perfección.

La curiosidad de Doyoung pica en la punta de su lengua, tamborilea sus dedos en sus rodillas y muerde la parte interna de su mejilla porque ya se había acostumbrado a ser él el que ignorara al otro cuando preguntaba demasiado.

-No entendí tu llamada.

-Ya te explicaré.

Doyoung frunce los labios.

-¿A dónde vamos? -pregunta cuando Jaehyun toma una calle diferente a la que están acostumbrados.

-Al departamento -responde con sencillez.

Doyoung sonríe en su lugar y se remueve para ver al alfa.

-¿Ya es completamente tuyo? -dice con sus ojos iluminados en medio de la oscuridad.

Ve como Jaehyun se gira a verle, apartando los ojos del camino por un par de segundos. No tiene la sonrisa en el rostro que siempre le adorna, tampoco la calidez de su aroma o los ojos tranquilos que le devuelven la paz de alguna manera.

-Así es. Estuve en eso ayer -murmura Jaehyun después de regresar su mirada al camino.

Doyoung le echa un vistazo a su ropa por puro aburrimiento. Jaehyun no tiene más que un pantalón deportivo y un suéter del mismo color, verde oliva. Y después de pensarlo un poco, el omega se da cuenta que es la primera vez que lo ve con algo más que trajes aburridos y planos.

-¿Compraste los muebles que dijiste que querías para el balcón de la habitación principal? -cuestiona.

Jaehyun suspira y niega. Doyoung no puede entender la actitud del alfa que nunca antes se había presentado de esa manera.

Después de olfatear en el aroma una vez más, Doyoung se da cuenta que el aroma viene de Jaehyun. Sin embargo, no puede descifrar exactamente qué es lo que ese olor está representando.

-Solo hice compras sencillas y moví todas mis cosas del hotel, junto a lo que compré para ti.

Doyoung sonríe una vez más, dejando caer su espalda en el asiento.

-¿Compraste algo para mí? -cuestiona con la voz aterciopelada y un hoyuelo adornando su precioso rostro.

El efecto que causa en Jaehyun es casi inmediato. El alfa se remueve en su asiento y una sonrisa pequeña se adueña de sus labios delgados.

El omega no hace ningún comentario al respecto. Muerde su labio y espera en silencio durante el resto del camino.

Jaehyun no habla en ningún momento, solo está ese espeso aroma al que Doyoung no está acostumbrado cuando está con Jaehyun. Entonces, los siguientes minutos pasan con Doyoung intentando adivinar la combinación de la esencia y a qué tipo de emoción puede estar enlazada.

Cuando el alfa detiene el auto después de aparcar en el estacionamiento del edificio que parece un rascacielos, Doyoung se gira hacia Jaehyun sin mover más que su rostro y músculos.

-¿Puedes decirme de qué hablabas cuando me llamaste?

Jaehyun se deshace de su cinturón de seguridad sin mirarle, con la vista perdida en la pared sólida que está frente a ellos.

-Espera que lleguemos, por favor.

-Uhm -murmura Doyoung imitando a Jaehyun en su acción.

Se deshace de su propio cinturón y abre la puerta de su lado escuchando un resoplido viniendo de parte de Jaehyun. Sin embargo, el alfa no dice nada al respecto cuando ambos emprenden camino hacia el ascensor que ya Doyoung conoce.

Adentro, el muchacho no puede evitar que su pie se comience a mover y cree este sonido fastidioso sobre el suelo del elevador mientras suben más y más. Si a Jaehyun le molesta, no dice nada, y el quicio de Doyoung se va lejos cuando Jaehyun solo une sus manos frente a él y deja que su mirada se fije en las puertas.

El ascensor se detiene y Jaehyun es el primero en salir. Caminan por el pasillo con los zapatos de Doyoung golpeando el suelo y creando eco en el lugar solitario, el sonido rebotando en cada pared sin pudor.

Jaehyun se detiene frente a la puerta de su ahora departamento y las llaves apenas resuenan en sus manos cuando inserta una en la cerradura y la abre con sencillez. Una vez adentro, Doyoung se encuentra golpeado por el aroma del alfa siendo más fuerte que nunca.

Al pasear la mirada por el lugar, es como si pudiera adivinar los lugares donde Jaehyun desprendió su aroma y marcó los muebles y las cosas que estuvo haciendo para que su esencia se asentara tan fuertemente en el amplio espacio.

-Toma asiento -Es lo único que dice Jaehyun antes de deshacerse de su suéter gris que termina colgando en el perchero junto a la entrada.

Doyoung hace lo mismo con su blazer y también se libera de sus zapatos para luego caminar en medias por el salón de entrada hasta la sala de estar apenas a unos metros de distancia. Allí, toma asiento en el mueble más amplio y Jaehyun opta por quedarse de pie.

-¿Y bien? -pregunta cuando Jaehyun se detiene frente a él.

El alfa le mira con su labio inferior entre sus dientes y termina dejando una mirada más pesada, una que Doyoung siente como peso muerto sobre sus hombros livianos.

-Quiero que me escuches, ¿está bien? Déjame decirte todo lo que necesito contarte y después... después puedes preguntarme lo que quieras.

Doyoung alza las cejas al encontrarse con la mirada zarca del alfa. Cruza los brazos sobre su pecho y deja que su espalda caiga sobre el respaldar.

Una mano del hombre se desvía hasta su cabeza y peina su copete corto. Es entonces que Doyoung nota que Jaehyun se ha cortado el cabello.

-Tú... ¿Recuerdas que te hablé de este caso donde todo se estaba tornando demasiado difícil?

-Sí, ¿por qué? -cuestiona.

Jaehyun rasca una de sus cejas con su dedo meñique y a Doyoung no pudo gustarle más el movimiento rápido y descuidado de su dígito sobre su rostro.

-Déjame contarte -comienza volviendo a su posición inicial con una mano desapareciendo dentro de su pantalón deportivo-. Mi padre trabajó por mucho tiempo con una amiga suya que conoció durante la universidad y, ya sabes... Levantaron un bufete y fueron socios los primeros años.

El muchacho de ojos verdes inclina la cabeza solo un poco. Él realmente no entiende por qué Jaehyub habla sobre eso, o por qué debería él saberlo.

-Vale...

-Ella estaba en algunos negocios no tan lícitos -Es lo que Jaehyun dice antes de hacer una pausa y humedecer sus delgados labios-, y con el paso del tiempo fue cediendo acciones de la empresa a los demás socios hasta desligarse por completo del bufete, que cambió de nombre por el cambio de presidencia.

Doyoung suspira dejando caer sus brazos a los lados. Jaehyun se detiene y frunce las cejas hacia él.

-No entiendo a qué viene todo esto, papi -murmura.

Pese a tener su voz cargada de toda la mala intención del mundo, Jaehyun parece no tener un efecto por eso y vuelve a humedecer sus labios como si de algún tic nervioso se tratase.

-Solo escucha, lobito -murmura el alfa-. Ella comenzó a entrar en otro tipo de negocios y mi padre era el que intervenía cuando las cosas se destabilizaban un poco, pero todo se fue haciendo cada vez más grande. Entonces, finalmente la detuvieron hace nueve años.

Doyoung inclina la cabeza una vez más.

-¿Por qué?

-Porque... -El hombre suspira y se toma unos segundos para dejar caer sus párpados. Doyoung no tiene idea de qué pensar al respecto-. Tenía años involucrada en la trata de omegas.

Ante sus palabras, Doyoung se deshace de su expresión y une sus piernas tan fuerte que se atreve a pensar que sus huesos se van a reventar de pura presión. Su corazón se desacelera en cuestión de segundos, y no quedan más que tamborileos moribundos de un órgano que está dando su última batalla con lo que queda de su aliento.

-¿Y...?

-La detuvieron en México -dice con cuidado. Ahora es Doyoung quien humedece sus labios cada pocos segundos-. En Tijuana hay un cartel. La más grande red de narcotráfico y trata, y ella... -Doyoung se da cuenta de cómo Jaehyun utiliza esa pausa para pasar saliva de manera descuidada y demasiado audible-. Ella manejaba una red mediana aquí en Seúl.

Doyoung siente los párpados tan pesados, como si la gravedad le estuviese jugando una pésima broma.

-¿Qué pasó después?

Jaehyun suspira.

-Mi padre logró que quedara libre después de unos meses -confiesa como si las palabras le clavaran púas en la garganta. Doyoung está seguro de que lo hacen-. Yo no... Yo estuve esa vez. Apenas era un universitario y mi padre me llevó con él para asegurarse de que aprendiera eso que sería necesario saber años después, porque él ya tenía en sus planes dejar la empresa en mis manos, y con ella todos los clientes.

-No...no entiendo, Jaehyun, lo siento. -Es lo único que Doyoung puede decir.

Su pecho, aunque apenas si registra pequeños latidos, resuena tan fuerte que le lastima los oídos y le hace querer tapar sus orejas con ambas manos para ignorarlo.

-Yo la conocí, la conozco -dice con cuidado, pareciendo incapaz de acercarse a Doyoung aunque luce necesitado-. En México conocí a Ten, mamá de mi hija. Él... También era un estudiante apenas y asistía a un amigo de mi padre en el mismo caso. Éramos un montón de aprendices y abogados enfocados en un caso que al final ganamos... Ganaron.

Doyoung pasa saliva con temor. Él solo quiere dejar de escuchar porque no necesita esto, es como una tortura para él.

-¿Puedes ir directo a tu punto? -murmura con la voz pesada.

Jaehyun baja la mirada y asiente.

-Yo... -Vuelve a llenar sus pulmones de aire y su mirada no vuelve a enfocarse en Doyoung-. Hace meses fue detenida una vez más, esta vez con su pareja. Aquí, en Seúl, donde había evidencia de cada casa de omegas prostituidos que manejaba.

-¿Cuál es su nombre? -cuestiona Doyoung cuando encuentra la oportunidad.

El alfa alza la mirada hacia él, con sus ojos azules siendo menos que una mancha borrosa en un rostro encendido de vergüenza y caliente de puro dolor. Doyoung se ahoga en puro aire, él ya sabe la respuesta.

-Doyoung...

-¿Cómo se llama ella, Jaehyun? -inquiere.

La batalla luce perdida cuando Jaehyun deja caer los hombros y jadea.

-Jungsu. Su nombre es Lee Jungsu.

Doyoung puede escuchar como su propio corazón se convierte en cristal fino, el más delgado que alguna vez se ha creado. Casi de inmediato lo escucha quebrarse por una piedra que ha perforado en cada capa de su piel.

Parpadea, lo hace solo porque puede sentir sus cuencas secarse por el viento ligero que entra a través de la ventana. Cuando vuelve a abrir los ojos, Jaehyun se ve lejano.

-Jungsu.

-Yo... Hoy me enteré. Lo juro, Doyoung, mírame.

Su voz se escuchaba tan apagada, y Doyoung sabe que es solo su imaginación, que Jaehyun está hablando con su mismo tono de voz dulce y que está intentando modular todo correctamente, disminuyendo la velocidad de sus palabras porque es realmente importante todo esto.

-Tú estás defendiendo a, a...

-Déjame terminar de explicarte, por favor. ¿Me permites? -dice cayendo de rodillas entre las piernas del omega. Toma sus manos tan pronto como puede y Doyoung no puede apartar sus extremidades porque pesan más de lo que recuerda, sus huesos convirtiéndose en plomo-. Mi padre solo asignó el caso y, y, nosotros conocíamos todo, Doyoung, ya habíamos trabajado para ella.

Doyoung no tiene control sobre su cuerpo cuando deja que Jaehyun haga con él lo que le plazca. Pese a tener las lágrimas en lo más profundo de su alma, estas no salen a la superficie solo porque el muchacho de ojos verdes no merece lucir vulnerable.

-Es Jungsu.

-Escúchame, Doyoung.

El muchacho niega con la cabeza un par de veces. En su visión Jaehyun carece de rostro, de alma, y del cálido aliento que siempre había tenido cuando hablaba con él.

-No quiero escuchar. -Le dice con sencillez.

Jaehyun acerca su palma al rostro helado del omega, quien se encuentra incapaz de apartarlo como quiere.

-Necesito explicarte todo, Doyoung, déjame hacerlo.

-Tú defiendes a Jungsu y a Dohyun -murmura con los ojos comenzando a parecerse al cristal más de lo que debería.

Doyoung apenas se da cuenta de las gotas saladas resbalando por su rostro, convirtiendo su piel en un charco de recuerdos y pesadillas, todo lleno de sangre y tan sucio que las náuseas llegan a él tan pronto como toma una bocanada de aire.

-Yo no tenía idea de que tú eras el testigo más importante del que tanto hablaban, Doyoung. Lo descubrí hoy cuando... cuando fui hasta la delegación y me encontré con la persona que filtra información para nosotros -Se apresura a decir con las manos arropando el rostro de un muchacho que está repudiado las huellas que comienza a dejar en su piel pálida-. Él me entregó tu folio, el de Donghyuck, y el de todos los omegas involucrados.

Doyoung niega con la cabeza con rapidez.

Es la sensación de ser desnudado por una persona que conoces, para luego ser mostrado ante todos como un payaso de turno del que todos se deben burlar. Es su corazón latiendo con rapidez porque está expuesto, vulnerable, frágil, descubierto.

Se encuentra tan ridiculizado dentro de él mismo, que apenas el aire se filtra por sus fosas nasales, pero él no lo necesita, para él el oxígeno está sobrevalorado.

-No me toques. -Logra decir después de batallar con sus cuerdas vocales.

Jaehyun, por primera vez, ignora sus palabras.

-Si yo hubiera sabido, Doyoung, no habría entrado en el caso con ninguno de mis abogados -dice, como si eso pudiera ayudar al alma rota del omega a recuperar las piezas que fueron regadas en el camino a través de los años-. Si te hubiera conocido antes no me hubiera involucrado otra vez.

-Tú lo sabías.

Le ve fruncir el ceño con la indignación pintando lunares en su piel bronceada.

-Escúchame. Te juro que no, no tenía idea de que se trataba...se trata de ti.

-Eres un mentiroso -sentencia con su voz cayendo como un látigo.

El alfa niega con la cabeza tan rápido como su propia capacidad le permite.

-No conocía a ninguno de los testigos.

Doyoung aparta las manos del hombre con brusquedad en un movimiento inmaculado.

-Apareciste otra vez en mi vida exactamente cuando fui citado por primera vez a declarar. De otra manera, ¿cómo explicas el que hayas dado conmigo después de tanto tiempo?

La voz temblorosa del muchacho se quiebra en un descuido, su lengua se convierte en una pluma que él no puede levantar porque cada músculo de su cuerpo se ha rendido.

-Fue mi asistente quien te encontró -dice con rapidez moviendo sus manos en el rostro del omega sin tocarlo realmente, como si tratase de darle un empujón a sus palabras con eso-. Ella tenía algunos contactos y, y-

-No quiero escucharte. -Le interrumpe solo porque su corazón se siente aplastado cuando su conciencia no le permite creer en las palabras del hombre.

Él no tiene ni una razón para desconfiar, y tampoco tiene nada para creerle. Pero quiere hacerlo. Doyoung quiere decir que sí y seguir escuchándolo pero la fuerza que lo empuja hacia la desconfianza es más fuerte que los latidos de su lastimado corazón.

-Confía en mí, Doyoung. No tengo ninguna razón para mentirte y no quiero hacerlo.

Doyoung niega con la cabeza con rapidez y deja que su rostro se empape en más lágrimas que terminan creando grietas en la porcelana.

-Accediste a encubrir delincuentes por dinero -dice, intentando enfocar el rostro que se planta frente a él-. Y eso es tan... asqueroso.

Aunque Jaehyun intenta generar suficientes feromonas para que ambos sigan en su pequeña burbuja, el lobo de Doyoung pelea contra cada una y las vence.

-Es, es mi trabajo, ¿sabes? -concluye sin una pizca de lógica-. Pero ahora sé que tú estás involucrado y yo no, no podría.

-¿Qué diferencia hace? -dice con un filo en su voz que le descose las heridas de su alma que aún no han sanado-. ¿Qué cambia que ahora sabes que fui yo el conejillo de indias de la amiga de tu padre?

A Doyoung no podría importarle menos la cantidad de lágrimas que se derraman por su piel. La sensación de Jaehyun limpiando el rastro sucio de sus mejillas se sienten como cuchillas sobre su estómago.

-Mucho, Doyoung -sentencia con cuidado-. Me haces sentir tantas cosas, que sería hipócrita de mi parte seguir defendiendo a las personas que te dañaron desde que eras solo un crío.

Batallar más no tiene sentido. Doyoung deja que sus lágrimas se conviertan en una cascada sin fin y que su rostro busque de Jaehyun.

El alfa lo toma del cuello y le abraza, hundiendo el rostro del muchacho en su pecho e intentando sanar con sus manos todas las heridas abiertas del omega.

Doyoung permite que su llanto empape la camisa de Jaehyun, dejando allí el recuerdo imborrable de las secuelas de un sufrimiento imborrable, un alma marcada y un corazón hecho trizas por la maldad que no dudó ni un segundo en asesinar cada latido que se encontró a su paso.

-Voy a remover a todos mis abogados de tu caso, ¿está bien? -Le escucha murmurar-. Mi bufete no tendrá ningún tipo de relación con la contraparte.

Para el omega resulta más complicado de lo que cree. Él permite que las caricias del alfa sobre su piel lo relajen, pero su corazón se mantiene alerta y no le deja caer.

Jaehyun le arrulla como a un cachorro. Besa su coronilla y masajea su cabello con la delicadeza de un alfa puro y cuidadoso que solo quiere paz.

Doyoung suspira cuando el aroma del hombre lo embriaga y las lágrimas ya no existen, solo las cicatrices que ha dejado en su delicada piel y enrojecida nariz. Sus brazos terminan cediendo y se envuelven en el cuerpo de Jaehyun, empujándolo hacia él porque su omega parece necesitarlo más de lo que Doyoung cree.

-Déjame cuidarte -murmura el hombre con su voz siendo una caricia para los oídos del omega-. Quiero cuidar de ti y hacerme cargo de tu omega todo el tiempo que me permitas.

Doyoung inhala.

No puedo confiar en ti. Es lo que quiere decir. No puedo ser vulnerable.

Las palabras se atascan en su garganta y solo logra salir un gemido de algún ave lamentándose porque sus plumas han sido arrancadas una a una. El pájaro, con nada más que unas alas desnudas y el corazón fragmentado, se lanza al vuelo desde la copa de un árbol y cae en picada con demasiada velocidad.

-Vamos a tomar un baño -dice Jaehyun con cuidado. Se aparta lentamente y deja su rostro a unos centímetros de el de Doyoung-. ¿Quieres eso?

Doyoung asiente con cuidado. Jaehyun utiliza sus dígitos para limpiar las pocas lágrimas que aún quedan en su rostro y Doyoung cierra los ojos ante la sensación.

-Sí, por favor -murmura aunque no es necesario.

Jaehyun apenas eleva las comisuras de sus labios y le regala una mirada aterciopelada al omega. Doyoung lo intenta cuando quiere sonreírle también, pero le resulta imposible y, en cambio, una última lágrima desciende por su rostro.

-Ven conmigo.

El hombre mayor se levanta, apartando sus pieles y dejando a Doyoung con una sensación de vacío que necesita eliminar. Jaehyun no se tarda en extender sus manos hacia el muchacho y él las toma sin dudar ni un solo segundo.

Al estar ambos de pie, Doyoung ve en la mirada del alfa la duda, y después llega un beso suave a sus labios, corto y tan sincero que termina cerrando sus párpados porque se siente bien.

Doyoung permite que Jaehyun una sus manos y lo guíe a través del lugar. Él ya conoce el camino pues lo recorrió junto al alfa días atrás. Aún así, Doyoung se dejar llevar de un lado a otro hasta que termina dentro de la habitación principal que apenas y está alumbrada por una pequeña lámpara junto a la cama.

-Siéntate allí -dice Jaehyun apuntando la colcha ordenada.

El muchacho se aparta y camina con sus pies descalzos hasta la cama, tomando asiento en el borde y ocultando sus manos entre sus muslos unidos. Jaehyun solo se aleja cuando Doyoung le ve mordiendo sus labios y se pierde en el baño de la habitación.

Doyoung le escucha abrir la puerta de la ducha y luego abrir la llave. El agua comienza a caer y Jaehyun aparece en cuestión de segundos frente a él una vez más.

Jaehyun se inclina para tomar el borde de la camisa ligera del omega y tira de ella hasta que Doyoung extiende sus brazos y la prenda es lanzada al suelo con cuidado. Él se hinca y toma se deshace con cuidado de las medias del menor y finalmente toma su mano hasta que queda de pie.

-¿Por qué haces esto? -pregunta Doyoung cuando sus miradas se encuentran.

La sonrisa de Jaehyun es genuina. Doyoung ve como las manos del alfa viajan hasta sus pantalones. Se deshace del botón y roza sus nudillos en el vientre del omega que no puede evitar el jadeo que escapa de sus labios ante el contacto.

Queda completamente expuesto cuando Jaehyun desliza su pantalón y ropa interior por sus piernas pálidas y, para colmo, deja un beso en sus rodillas cuando baja para quitar la tela finalmente.

Frente a él, Doyoung siente la necesidad de cubrirse aunque Jaehyun le haya visto de la misma manera incontables veces. Sin embargo, esta vez se siente sin ningún tipo de intención morbosa de por medio, y es eso a lo que el muchacho más le teme.

-Dije que te voy a cuidar, lobito.

Doyoung inhala con cuidado cuando Jaehyun se aparta y se deshace de su ropa también, todo con tanto cuidado y lentitud que el muchacho puede jurar que siente todo a su alrededor flotar y sus pies despegarse del suelo.

Tal vez es por el aroma del hombre cubriendo cada rincón de la habitación, o la esencia de su propia ingenuidad dándose un golpe con la realidad. Doyoung se siente bien con cualquiera de las dos porque Jaehyun está presente y sabe que no lo dejará caer.

Jaehyun toma su mano cuando no hay ninguna pieza de ropa cubriendo su cuerpo y Doyoung se deja guiar mirando al suelo para asegurarse de no caer.

Dentro del baño, Jaehyun deja libre la mano del omega y lo hace entrar a la bañera para seguirlo de inmediato.

Doyoung toca el agua tibia con su pie desnudo y se apresura a entrar antes de que el frío invada el resto de su cuerpo. Jaehyun se une a él para dejarse caer con cuidado en el agua, dejando su espalda contra la porcelana y extendiendo las piernas a cada lado para dejarle espacio al muchacho.

-¿Puedo...?

Jaehyun asiente aunque Doyoung no complete su pregunta. Entonces, el omega inclina su cuerpo hasta que sus mejillas traseras hacen contacto con el agua y un jadeo sale de sus labios. Se sienta con delicadeza entre las piernas del alfa y suspira cuando su espalda se encuentra con el pecho ajeno.

Los brazos de Jaehyun lo rodean casi de inmediato y besa su hombro dejando un pequeño rastro de saliva.

Doyoung deja que sus párpados caigan al mismo tiempo que su cabeza encuentra un lugar entre el cuello y el hombro de Jaehyun, y deja que las lágrimas se deslicen por su piel una última vez por esta noche.

Antes de que el pájaro toque el suelo, extiende sus alas indefensas y vuela, se eleva en el aire con gracia infinita y su piel brilla porque ha nacido para ser más que un ave indefensa. Él ha nacido para ser un falco.

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