Capítulo 29.

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Entonces, está esa sensación completamente incómoda cubriendo cada parte de su cuerpo, haciéndolo cada vez más pesado, más rígido, al parecer no se puede mover y está perdiendo ligeramente el aire.

Lo intenta. Alza su brazo para alejar al alfa que está sobre él, pero no puede, ni siquiera logra levantar su extremidad correctamente y se da cuenta de que pesa más de lo que debería, y no es como si realmente recordase qué tan pesado suele ser.

Los suspiros de ese hombre solo le generan respiraciones pesadas. Él quiere sacudirse y mandarlo lejos, no lo quiere cerca, pero no puede hacer nada ahora mismo y es más estresante de lo que él mismo puede admitir.

El pecho de Doyoung comienza a moverse de arriba a abajo rápidamente. Es incómodo, el hombre le está quitando el aire y está por asfixiarlo -quizá tiene algo que ver con el hecho de que esté presionando su estómago con algo que no es visible, pero sabe que es él-. Y cuando intenta abrir la boca para pedirle que se retire; fracasa.

Él ya sabía que esto pasaría, lo tenía previsto desde que levantó sus párpados y le vio, apenas acostumbrándose a su pequeña nueva rutina.

A él nunca lo escuchan, de todos modos, principalmente porque le han robado su voz.

Finalmente, después de tanto desearlo, el alfa se retira de encima de su cuerpo. Lo hace en un tirón violento que desconcierta ligeramente a Doyoung, pero no pierde ni un segundo la oportunidad de intentar levantarse.

-Es... tu olor.

Y produce eco. Entre las cuatro paredes desnudas, el eco es lo único que adorna la habitación.

Doyoung niega con la cabeza y se alza, él ni siquiera puede ver al hombre, pero sabe que está cerca. No tiene rostro, su cuerpo no tiene una forma real, y probablemente no puede tocarlo. Aún así, puede sentir los escalofríos viajando por todo su cuerpo cuando ve la sonrisa ajena en la oscura habitación.

Repugnante.

Después de batallar demasiado con sus músculos y sus extremidades, Doyoung logra ponerse de pie. Sus rodillas tiemblan, rodillas golpeándose entre ellas por el frío -pudiese ser también el miedo, pero, si es sincero consigo mismo, Doyoung sabe que lo ha perdido hace más lunas de las que puede contar- y siente que se desmoronará en cualquier segundo, pero igual lo intenta.

Da el primer paso fuera de la cama, solo para encontrarse con un suelo lodoso. Es tan asqueroso, pero él no tiene tiempo para detenerse a pensar en ello; sabe que el tiempo corre más rápido de lo que debería y su oportunidad está consumiéndose cual cola de cigarrillo.

La sustancia incómoda humedece la planta de cada pie del omega, escabulléndose también entre sus dedos y salpicando ligeramente sobre sus tobillos. Doyoung baja su mirada por solo un segundo, y es el tiempo suficiente para darse cuenta de que comienza a quemar.

-Hueles bien, omega -dice aquel hombre. Su voz tiene demasiados tintes de burla y es algo con lo que Doyoung está aprendiendo a lidiar, aunque no lo hace menos molesto.

En algún momento, se da cuenta de que ha dado más de cuatro pasos. Sus piernas duelen por el esfuerzo y de alguna manera se ha embarrado por completo de ese barro repugnante, aunque puede que sea lo más limpio en todo el lugar.

Cuando está a unos cuantos pasos de la puerta, Doyoung lo escucha acercarse. Es él, con su cuerpo pesado y aliento asfixiante, una sonrisa manchada de sarro y poco o nada de cabello en su cabeza. Es él, con esa voz tan molesta y burlona y esas manos tan abusivas.

Doyoung quiere negar con la cabeza, y cuando intenta dar otro paso; no lo logra.

-Tu olor es mejor que el de cualquier otro. Por eso eres mi cachorro favorito.

Lo sabe. Lo ha escuchado tantas veces que se lo ha memorizado. Sus palabras se han tatuado en su piel y no se siente bien.

La misma oración siendo pronunciada por voces diferentes, tonalidades completamente ajenas las unas a las otras, y sentimientos que difieren por completo. Él sabe de eso.

El omega pequeño deja toda su energía en su último intento, puede que finalmente lo logre esta vez.

Estira su cuerpo con sus piel enterrados en el lodo, solo para alcanzar el pomo de la puerta. Lo puede ver, lo tiene frente a él a unos escasos centímetros, solo tiene que estirarse un poco más e ignorar los pasos que se acercan.

La libertad está a solo un paso.

La yema de sus dedos ya están rozando ligeramente el pomo, está ahí; ya lo tiene. Enrosca una parte de ellos, y entonces esa mano encuentra su cintura.

Va a gritar, comienza a llenar sus pulmones de aire y a preparar sus cuerdas vocales para hacerlo. Quiere rasgar su garganta en un último intento porque sabe que ya mismo no tiene absolutamente nada que perder.

Justo antes de hacerlo, Doyoung abre sus párpados pesados y traga una bocanada de aire.

Lo primero que se encuentra cuando enfoca su visión en la habitación, es el techo plano sobre él. Hay apenas un poco de iluminación y su cuerpo se encuentra cubierto por mantas que él realmente no recuerda haber puesto sobre su cuerpo.

Cuando pasea la mirada alrededor de él, no tarda demasiado en encontrarse con los ojos de Jaehyun, que lo mira desde arriba, justo a su lado, apoyando su cabeza en su brazo flexionado sobre el edredón.

-¿Tuviste un mal sueño? -inquiere. Su voz, que suele ser tranquila y suave, se encuentra ronca y rasposa.

Doyoung no necesita decir nada. Sus ojos, que se encuentran llenos de lágrimas que ahora no desea dejar salir, le dan al alfa la respuesta a su incógnita.

Jaehyun le regala un sonrisa pequeña, es tan diminuta pero tan, tan reconfortante al mismo tiempo. Y con cuidado, tira del muchacho con su otro brazo, acercándolo a él en un abrazo que Doyoung realmente está necesitando.

El omega entierra su rostro en el pecho descubierto del alfa, dejando a su mejilla hacer contacto con los vellos que crecen allí, y se siente cómodo, pese a que le hace cosquillas en los poros.

Sonríe porque es inevitable no hacerlo, y porque quizá ya se ha convertido en rutina dejar que sus labios se plieguen hacia arriba cuando está con Jaehyun.

Está bien, se intenta convencer cada vez que es consciente de sus acciones, es solo la costumbre de estar junto a él.

Una palma del alfa reposa en la cadera del menor, y allí deja múltiples caricias que a Doyoung le regresan la calma. Cuando su respiración vuelve a ser suave, Jaehyun comienza a enterrar los dedos de su mano entre las hebras del cabello del omega.

-¿Quieres contarme qué soñaste? -murmura después de unos minutos-. Te veías asustado.

Doyoung tararea y niega con la cabeza rápidamente, y Jaehyun deja salir un suspiro largo que está cargado de comprensión.

Él no le presiona, y Doyoung le agradece sin realmente decirlo.

Al cabo de un rato estando abrazados en silencio -uno que realmente se siente cómodo-, Doyoung finalmente recuerda cómo es que ha terminado en el hogar del alfa por tercera vez en la semana.

Jaehyun ha pasado nuevamente por él cuando dejó al cachorro en el jardín. Ni siquiera se molestó en crear una excusa para verle, y después de dos días sin realmente pasar tiempo junto a el otro, han encontrado el momento para estar solos.

A Doyoung le gusta, sin embargo. Ellos solo duermen durante una hora o dos hasta que despiertan y es que realmente deciden hacer algo en lo que resta de la mañana.

Las últimas veces, Jaehyun ha arrastrado a Doyoung a algunos lugares para resolver algunos asuntos de negocios -el omega no ha preguntado qué tipo de negocios, y para el hombre mayor parece no ser realmente importante, porque no lo menciona-. Y de alguna manera el muchacho de ojos verdes terminó almorzando con algún colega de Jaehyun mientras ellos finiquitaban algo sobre algún tema que al que Doyoung realmente no le dio la atención suficiente.

Y hoy, viernes, después de una semana llena de reuniones, visitas al laboratorio clínico para recoger los resultados de los exámenes de Nimbe, almuerzos con los cachorros y una tarde entera de todos ayudando a Kenai con su tarea para el hogar; Jaehyun y Doyoung finalmente se están dando el tiempo de abrazarse en silencio mientras escuchan la respiración del otro porque realmente no hay nada más que hacer, y de alguna manera consiguieron hacerle saber al otro que está bien lo que están haciendo y que de esa manera se han de mantener por un buen rato.

Resulta que Chittaphon ha llegado de su viaje y se ha llevado a Nimbe a Busan a hacer cosas que Jaehyun no especificó y que sinceramente a Doyoung no le importa lo suficiente como para pensar en ello. Ellos están solos en el departamento del hombre y eso es todo en lo que el muchacho se puede enfocar ahora.

Por otro lado, ha pasado poco más de una semana y Donghyuck no ha regresado a casa.

Por supuesto, Doyoung ha llamado a Mark casi dos veces al día durante todo este tiempo. Y está preocupado, aunque el alfa le asegura que Donghyuck le ha dicho más de dos veces que volverá, aunque todavía no se siente demasiado seguro de hacerlo más porque le teme a Doyoung que cualquier otra cosa.

Si Doyoung dijera que no se siente herido porque Donghyuck le teme de alguna manera; estaría mintiendo.

Cuando Doyoung se aparta, lo hace solo para encontrarse con los ojos de Jaehyun y ver en ellos eso mismo que él ahora está necesitando. Sin embargo, no hace movimiento alguno hasta que el alfa se inclina para besar cortamente sus labios y frotar ligeramente sus narices.

Ellos sonríen después de apartarse, y es todo lo que Doyoung necesita para apartar las mantas de su cuerpo y levantarse de la cama que resulta ser más cómoda de lo que recuerda.

Cuando se pone de pie, lo hace estando completamente desnudo. Su entrada se encuentra un poco sensible, pero se siente bien cuando recuerda todas las cosas que Jaehyun ha hecho con él durante la mañana así que todo está bien. Bastante bien.

Camina hasta que encuentra una prenda tirada con descuido en el suelo, y se inclina para recogerla. Es de Jaehyun, de hecho, pero ni siquiera piensa un solo segundo en deslizarla por su cabeza y brazos hasta que se encuentra cubierto -a medias- con la camiseta de tela fina.

Después de hacer sus necesidades y lavar sus dientes con ese cepillo dental que Jaehyun compró para él en algún momento del fin de semana, Doyoung se encuentra con el alfa en la cocina.

-¿Quieres huevo? -pregunta Jaehyun cuando escucha los pasos de Doyoung.

-Uhm -tararea un poco-. Café -responde en su lugar.

Jaehyun gira el rostro sobre su hombro con una sonrisa antes de regresar a su posición inicial rodando los ojos. Él no ha preparado café, de hecho, pero está bien.

Ellos realmente no hablan demasiado durante el desayuno, especialmente porque Doyoung se sumerge en su teléfono móvil.

Está cerca a cumplirse mes y medio desde que Jaehyun le ha pedido ese tipo de exclusividad al que Doyoung no está acostumbrado, y honestamente piensa que no podrá acostumbrarse pronto a todo el tiempo libre que tiene últimamente.

-He estado pensando que me gustaría hablarte sobre las decisiones que he estado tomando estos días -Jaehyun corta el silencio después de dejar la taza de café en la mesa, ya le ha dado una buena cantidad de sorbos y su desayuno está a medio acabar.

Doyoung alza la mirada y se encuentra con los ojos zarcos del hombre, cuyas pupilas apenas si son visibles, y él piensa que en cualquier puede ahogarse en el mar que él posee.

-¿Ah, sí? -Jaehyun asiente, paseando la mirada desde Doyoung hasta su plato-. Te escucho.

El hombre deja caer su cubierto en la mesa sin generar ruido alguno, suspira un poco y toma una bocanada de aire antes de comenzar a hablar.

-Ayer, durante la cita con el especialista, me dieron la orden de que Nimbe regrese a estudiar lo más pronto posible. Y, como debe estar en constante seguimiento hasta que esté estable, decidimos que lo mejor es que nos establezcamos aquí.

Doyoung alza las cejas -en serio lo evita por un instante, pero las ideas que cruzan por su cabeza se apoderan de él en un solo instante-, y deja su teléfono a un lado, enfocando toda su atención al alfa.

-¿Tú y...? -cuestiona a medias, dejando la pregunta al aire.

-Solo Nimbe y yo -responde Jaehyun casi de inmediato. Doyoung deja salir el aire que ha tomado-. Ten está a cargo de algo importante en Tailandia, entonces estará viajando cada pocas semanas hasta aquí para estar realmente involucrado con todo el proceso. Lo hablamos con la cachorra ayer y parece estar bien con eso.

El omega asiente. Está bien, entonces.

-¿Y tu trabajo?

Jaehyun tararea, jugando ligeramente con la paciencia de Doyoung. Hay una pequeña bruma en su pecho que ha nacido de la nada, y él quiere hacer oídos sordos a las razones.

-También estaré viajando, eventualmente -murmura el alfa finalmente-. Una o dos veces por semana.

Doyoung asiente.

-¿Ya has pensado dónde vas a matricular a Nimbe? -dice Doyoung como una pregunta que sale de casualidad al mismo tiempo que toma la taza de café y da un sorbo.

Termina quemándose un poco la lengua, soltando un jadeo demasiado diminuto. Jaehyun, por su parte, se queda alerta a cualquier sonido que Doyoung pueda emitir después.

-En el mismo jardín donde va Kenai -Cuando Doyoung alza la ceja ante su respuesta, Jaehyun sonríe y niega con la cabeza-. Es el único que conozco aquí.

Doyoung sonríe cortamente y asiente. Toma su taza de café una vez más y bebe de ella, con Jaehyun manteniendo su mirada fija en él, atento a cualquier expresión que se pueda crear en el rostro del omega.

-¿Qué? -inquiere Doyoung cuando Jaehyun parece no tener intención de dejar de mirarle de esa manera.

-¿No te molesta?

El muchacho inclina solo un poco su cabeza, sus mechones no caen y la razón es que los tiene recogidos en una bandana que ha encontrado por ahí, en algún lugar del departamento.

-¿Por qué lo haría? -cuestiona.

-No lo sé -Jaehyun responde de manera ahogada, encogiendo sus hombros en el proceso-. ¿Te estoy invadiendo o algo así?

Doyoung alza la cejas y abre un poco sus labios, Jaehyun parece intentar romper el contacto visual.

-¿Inva...? -comienza, pero el aire se va a mitad de la oración-. No, por supuesto que no.

Cuando sus palabras brotan de su boca, Doyoung nota como Jaehyun recupera el color rosado en sus mejillas. Es como su hubiese estado demasiado preocupado por la respuesta que Doyoung pudiese darle, y el muchacho puede fallecer en su lugar por todas esas pequeñas cosas que Jaehyun está haciendo notar.

-¿Estás bien con que mi cachorra esté en el mismo jardín que Kenai? -pregunta, solo para estar seguro una vez más.

Doyoung extiende su mano -en realidad, lo hace sin pensarlo- y toma la del alfa. Deja un apretón apenas notable y sonríe, sus hoyuelos haciéndose notar en medio del comedor.

-Estoy muy bien con eso, Jaehyun, en serio. No me, no... No me invades, y gracias por preguntar, de todos modos -dice tan apresurado, con tintes de tranquilidad tranquilidad su voz-, pero no me siento de esa manera.

-Gracias, entonces.

Doyoung está nervioso, por supuesto. Kenai ha estado los últimos dos días demasiado entusiasmado porque Jaehyun le ha dado la noticia de que Nimbe estará junto a él en el jardín. Y aunque ya le han aclarado que la cachorra irá en un aula diferente por ser mayor, el pequeño niño no puede evitar sentirse eufórico por eso.

Entonces, Doyoung tiene la mano de Kenai envuelta en su propia palma mientras Nimbe y Jaehyun los siguen de cerca. Es demasiado temprano en la mañana y hay un montón de personas y cachorros en todos lados, como es habitual.

Al llegar a la puerta de entrada, Kenai se deshace de su agarre con demasiada rapidez y Doyoung apenas es capaz de darse cuenta.

Nimbe y Jaehyun se detienen junto a ellos, y tan rápido como Doyoung parpadea, los pequeños cachorros toman la mano del otro, uniéndolas en un agarre que es más fuerte de lo que parece.

-¡Adiós, mami! -Es lo que dice el chiquillo con ese tono de voz agudo. Doyoung parpadea un par de veces.

-¡Nos vemos, baba! -La pequeña alfa le sigue de inmediato.

Cuando el omega está a un segundo de inclinarse para darle un pequeño abrazo a su cachorro -probablemente le daría uno a Nimbe también-, ellos solo dan una media vuelta sobre sus pies, y se encaminan dentro del edificio, siguiendo a los demás cachorritos que entran con demasiada energía.

Doyoung vuelve a parpadear cuando los chiquillos desaparecen después de cruzar la puerta, y ve a Jaehyun con esa expresión que parece herida.

-La emoción, supongo. -Es lo único que Jaehyun dice al respecto.

Al muchacho le toma alrededor de un minuto superar la escena que acaba de presenciar -está herido, por supuesto, su cachorro nunca antes había entrado al jardín sin abrazarle o al menos dejar un beso en en mejilla-, y solo reacciona por Jaehyun, quien tira de su cintura para apartarlo y darle espacio a las demás personas que están dejando a los cachorros en el jardín.

Jaehyun y Doyoung caminan en silencio hasta el auto del alfa. El muchacho se da cuenta de cómo el hombre está realmente esforzándose por no terminar carcajeándose por la expresión del menor, quien aún no puede asimilar lo que su chiquillo ha hecho.

-¿Es que no te da sentimiento? -Doyoung le pregunta cuando el auto se asoma en su campo de visión-. Está yendo al jardín y ni siquiera te abrazó, y no la podrás ver en al menos cuatro horas. ¿No te parece horrible?

Esta vez, Jaehyun no se contiene. Deja que una corta risa salga de él, y niega con la cabeza cuando toma el llavero para desbloquear el seguro de las puertas del automóvil.

-Ya lo superé -responde con tranquilidad.

Doyoung llena sus pulmones de aire de manera exagerada y le lanza una mirada molesta hacia el alfa justo antes de que esté sonría y camine hacia la puerta de piloto.

-¿Qué haremos hoy, entonces? -cuestiona Doyoung cuando ambos se encuentran dentro del auto, con los cinturones de seguridad perfectamente abrochados y el aire acondicionado comenzando a enfriar el interior.

Jaehyun tararea y tamborilea con sus dedos en el volante cuando comienza a salir del lugar en el que se ha parqueado.

-Nos reuniremos con tu nuevo abogado -responde después de un instante.

El omega aparta su mirada del frente solo para ver al hombre, quien ni siquiera puede mirarle porque está demasiado concentrado en no llevarse a nadie mientras va en retroceso.

-¿Nos...? -pregunta.

Hay un asentimiento ligero que viene de Jaehyun y un pequeño silencio que el mismo hombre se encarga de cortar.

-Los dos, sí -dice con la voz tan tranquila que a Doyoung le resulta molesto.

-¿Debo estar yo presente? -murmura después de unos segundos.

Le ve asentir sin siquiera mirarle, y la bruma que cubre el pecho de Doyoung es tal, que siente la necesidad de bajar del auto y tomar aire hasta que esa nube de mal gusto se disperse.

Él realmente no tiene idea de por qué se siente de esa manera, esa necesidad que está naciendo en su pecho de huir, aún cuando ha sido él quien ha tomado la decisión que lo ha llevado hasta este lugar. Si pudiese lograr que Jaehyun lo entendiese, todo resultaría ser mucho más fácil para ambos.

-Por supuesto -responde el alfa-. De todos modos, apenas lo conocerás para hacer todo un poco más formal, firmarás algunas cosas para autorizar que sea tu defensor de ahora en adelante, y el resto lo hará él.

De alguna manera, el tono de voz tan relajado de Jaehyun es algo que a Doyoung le incomoda. Sabe que su intención no es mala, y que seguramente está intentando que todo sea tan natural como pueda, sin que el omega se sienta demasiado presionado o termine arrepintiéndose.

-¿Qué es el resto, entonces?

Jaehyun le mira por un instante corto, y solo un pequeño vistazo de su mirada azulada es lo que necesita para que su corazón comience a recuperar el ritmo natural de su palpitar.

Es entonces que Doyoung se da cuenta que Jaehyun tiene más poder sobre él del que parece.

-Uhm... -tararea un segundo, como si estuviese buscando las palabras adecuadas-. Se presentará como tú abogado con las personas que manejan todo esto, entregará la denuncia hecha por ti de manera formal, y nos traerá noticias sobre el proceso y todo eso.

-Ya -dice de inmediato, huyendo a la mirada de Jaehyun que comienza a pesarle.

-No hay nada de lo que preocuparse aún. Además, estoy seguro de que en todo el proceso no tendrán que molestarte demasiado.

La sonrisa que el hombre le ofrece es todo lo que necesita para asentir y exhalar el aire que ha estado quemando en sus pulmones.

Una mano del hombre termina posándose sobre poco más arriba de su rodilla, y un tacto ligero que no se rompe ni siquiera cuando comienza la pequeña reunión informal con la persona que de ahora en más será su abogado.

En algún momento de su encuentro, Doyoung nota como la esencia espesa de Jaehyun se hace presente en la mesa del restaurante donde comparten desayuno. Entonces, se da cuenta de la manera en la que el aroma solo le envuelve a él.

Jaehyun termina cubriéndolo con su aroma y de alguna manera logra calmar el desasosiego de su corazón desbocado, y con una sonrisa pequeña, Doyoung le agradece por lo que hace, y el alfa lo entiende; aún cuando no ha usado sus palabras.

La hora de pasar por los cachorros llega más rápido de lo previsto. Ellos incluso terminan interrumpiendo al hombre en medio de su conversación para huir e ir al encuentro con los niños -le agradecen antes de partir y Doyoung se disculpa un par de veces, pero no hay nada más, se supone que no deberán reunirse de nuevo hasta dentro de una semana y unos días más-, y todo el recorrido de regreso termina siendo tan tranquilo como Doyoung espera.

-Este viernes debo ocuparme de algunas cosas en Busan -Jaehyun comienza, justo cuando entra en la calle del jardín de los cachorros. Doyoung le ve y asiente solo para alentaron a terminar de hablar-. Estaré todo el día allí, así que no podré recoger a Nimbe -dice con cuidado. Antes de continuar, lleva su mirada hacia el omega y dice:- ¿Podrías cuidarla durante el día mientras yo estoy fuera de la ciudad?

Doyoung sonríe, es de esas sonrisas sinceras donde incluso hay un par de hoyuelos adornando su rostro perlado. Asiente un par de veces, sus mechones moviéndose un poco de arriba a abajo en el proceso.

-Claro que sí, Jaehyun.

El alfa permite que una sonrisa pequeña adorne sus labios, y vuelve su atención al camino.

Sin poder evitarlo, Doyoung desliza sus pensamientos hasta ese punto que él realmente detesta, y termina con el tema dando un par de vueltas por su cabeza, generando más de un par de preguntas que realmente no tienen respuesta alguna.

A estas alturas, a Doyoung no le es difícil comprender el tipo de sentimientos que Jaehyun le demuestra cada día que ha desarrollado por él. Sin embargo, cuando se trata de él mismo, el omega no puede pensar en nada más que la culpa que crece en su estómago cuando reconoce el ligero gusto que tiene por el hombre.

Por supuesto, a Doyoung le gusta más de lo que debería cuando Jaehyun se preocupa más de la cuenta por él. Cuando modifica su horario, o cuando toma una decisión tan firme que ninguna de las protestas del omega pueden hacerle cambiar de opinión. Incluso le gusta más cuando solo duermen, o cuando Doyoung pretende dormir, escuchando el palpitar del corazón de aquel hombre que se ha apoderado de su tiempo libre y que lo ha acaparado para él solo.

Doyoung realmente está comenzando a disfrutar más de lo que debería toda la atención que Jaehyun deja en él, y por primera vez lo está disfrutando, porque pasar el tiempo con Jaehyun dejó de ser una obligación hace varias semanas.

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