Capítulo 18

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¡Yo y mi bocota! Mi gran bocota idiota me metió en este lío. ¿Cómo se me pudo ocurrir algo tan estúpido?

Día 6 sin Christian.

Anoto en el borde de mi libreta mientras termino mi café y el último capítulo de este nuevo manuscrito que me tiene enganchada.

Porque si, tuve la grandiosa idea de decirle a Christian que esperaría a que arregle las cosas con Elliot antes de volver a vernos. No contaba con que el estúpido pelirrojo estaría evitándolo.

* ¡Olvida lo que dije! ¡Elliot se puede ir a la mierda! ¿Te veo esta noche? *

Veo el mensaje una y otra vez, pero no lo envío. Mejor lo borro y vuelvo a escribir el mensaje para mi chico de los ojos grises.

* ¡Hola bebé! ¿Cómo va todo? *

Se tarda un poco en contestar, así que asumo que está en clase... Con la odiosa chiquilla rubia.

* Hola Nena, lo mismo. Elliot sigue evitándome como un jodido niño *

— Vamos Christian, di que Elliot no importa, ¡Vamos! ¡Dilo!

* Okey *

Es lo único que se me ocurre enviar, así que dejo el teléfono a un lado para golpear mi frente con mi mano.

— ¡Día de Lori's! – canturrea Regina deteniéndose junto a mi escritorio.

— No estoy de humor, creo que solo iré a casa a esperar que Dios se apiade de mi y mate a Elliot.

— Ana... – se ríe – ¿Cómo puedes decir eso? Con eso no se juega. – mueve su dedo de un lado a otro.

— Bien, entonces deseo que sea tan feliz que salga de mi vida y la de Christian.

— Tampoco creo que pase, pero buena suerte.

Me quedo un poco más después de mi hora para terminar el manuscrito. Si no voy a tener romance esta noche, por lo menos voy a leer sobre él y a imaginarnos a Christian y a mí.

Esta oscureciendo cuando finalmente llego a mi calle. La luz de la cocina esta encendida, por lo que me sorprende saber que Kate llegó primero que yo.

— ¡Kate! – empujo la puerta, pero torsos desnudos se remueven en el sofá de la sala – ¡Dios! ¡Lo siento! ¡No sabía que estarías aquí con...!

No es la cara divertida de Kate la que llama mi atención, sino el chico pelirrojo que me mira asustado.

— ¡Elliot! ¡¿Qué haces aquí?!

— Yo... Hmm... No... – balbucea mientras se levanta.

— ¿En serio? Ella es la única que queda, ¿Viniste a tacharla de la lista?

— ¿Qué? ¡No!

Kate nos mira confundida desde el sofá, dónde se cubre el pecho con la camisa de Elliot. Le hago una seña para que espere, mientras el pelirrojo se acerca.

— Sabes que éste es mi departamento, ¿Qué haces aquí?

— Lo supe hace un momento, cuando llegamos – respira agitado – Pero no lo sabía cuando conocí a Kate hace rato, en el bar.

— ¿Se conocieron en el bar? – él asiente.

— ¿Estás celosa? – sonríe.

— ¡No! ¡Dios! Christian intenta arreglar las cosas contigo por el bien de su amistad y tú aquí, ¡cogiendo feliz de la vida!

— Todavía no llegamos a esa parte – me dice en tono acusador.

— Espera aquí – lo señalo, luego camino hacia Kate – ¿Puedo hablar contigo?

— Si, dime por favor ¿Qué está pasando?

— ¿Recuerdas a Christian?

— ¿El chico sexy de la otra vez?

— Si, él y Elliot comparten departamento. La semana pasada pelearon, y este chico idiota no quiere disculparse – señalo de nuevo a Elliot – ¿Te acostaste con él?

— Aún no – Kate sonríe divertida.

— Entonces dame 5 minutos y los dejaré solos de nuevo.

Le guiño un ojo a mi amiga para ir de nuevo hasta el pelirrojo. Cruzo mis brazos sobre mi pecho y lo miro con el ceño fruncido.

— No le dije nada, asi que aún tienes tu oportunidad. ¿Quieres tener sexo esta noche? Vas a llamar a Christian en este momento, le vas a decir que pensaste las cosas y quieres que sean amigos como antes, que todo ya está olvidado.

— ¿Por qué?

— Porque si no lo haces, le diré todo a Kate – señalo hacia la rubia con la cabeza – ¿Recuerdas a mis otras amigas, con las que también te acostaste? Les gusta mucho ir a The Búnker Club, no me gustaría que se esparcieran rumores por ahí de lo terrible que eres en la cama.

— ¿Terrible? ¡Yo no soy terrible! ¡Soy...!

— ¿Crees que alguien va a querer comprobarlo? El trato es este, ¿Quieres estar con Kate? Llama a Christian. Ahora.

Elliot resopla pero no dice nada más, va hasta la mesita de la sala por su móvil para buscar el número.

— ¿Christian? Yo solo quiero decir que olvidemos ya este asunto, no quiero seguir enojado con mi mejor amigo. Hazme un favor y llama a Ana, seguro se muere por verte. Y no te preocupes, no voy a llegar a dormir.

Elliot lanza de nuevo el móvil sobre la mesita, se gira hacia mi y apoya las manos en su cadera.

— ¿Contenta?

Voy a responderle cuando mi móvil vibra en mi bolsillo. Lo saco de prisa para ver en la pantalla el nombre de mi chico.

— ¡Si! Ahora sí, ya me voy, ¡adiós Kate!

Cierro la puerta del departamento para que no se escuchen sus voces y contesto la llamada.

— Hola bebé.

— Hola de nuevo, preciosa. Creo que el asunto con Elliot se arregló, así que... ¿Estás en tu departamento?

— Voy llegando, pero creo que Kate tiene compañía. ¿Te parece si voy al tuyo?

— Bien, entonces te espero.

— ¡No tardo!

Tengo que colgar la llamada para hacer señas hacia el taxi, que se detiene junto a mi. Le indico la dirección del edificio de Christian para que me lleve lo más rápido posible.

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