Christian y yo vamos a la cocina a preparar el desayuno, unos ricos hot cakes con mermelada y café. No quise volver a ponerme el vestido, así que me presta un pantalón de pijama igual al de él.

— Huele delicioso, ¿Esta listo el desayuno? – Elliot sale de su habitación secando su cabello.

— Si, sírvete – señalo la cocina.

— ¿A mí no me vas a servir? – volteo a verlo con el ceño fruncido – No te preocupes, yo lo hago.

— Idiota – le gruño.

Elliot se sienta junto a nosotros, pero mantiene la vista en su plato. Christian y yo terminamos de desayunar aunque nos quedamos un rato más en la mesa conversando.

— ¿Qué quieres hacer?

— Ver la televisión – señalo el sofá.

Me levanto para seguir a mi novio hasta ahí, pero el recuerdo de anoche en este mismo sofá me hace sonreír.

— ¿Qué tendrá este sofá? – le digo mordiendo mi labio inferior.

— A ti – dice y jala mi mano para que me siente sobre él.

— Ahora que lo pienso, aún hay muchas cosas que quiero hacer – Él arquea la ceja – Como revisar tú maletín.

Christian se ríe mientras beso su cuello por ambos lados, con las manos apoyadas en su pecho firme.

— ¡Hey! Aún estoy aquí – gruñe Elliot desde la mesa – Esta es un área común, no pueden tener sexo en las áreas comunes.

— Muy tarde – le sonrío y vuelvo a besar a mi novio.

— ¡Ya no se puede tomar un desayuno con tranquilidad aquí! – grita cuando se levanta con su plato y vaso – ¿Y yo soy el indecente? ¡Por Dios!

— Largo – le decimos al unísono.

Pasamos una tarde tranquila, con un intento de ver una película que determinó en cariñitos en el sofá y seguimos en la sala.

— ¿Partituras? – agito las hojas en mis manos – ¿Cuerdas para guitarra?

— Por si necesito reemplazar alguna – encoge sus hombros.

— Lista de los alumnos... – sigo sacando el contenido del maletín – ¿Cuantas horas a la semana tienes clase con la chiquilla rubia?

Christian se ríe y niega con la cabeza. Estoy sentada en el piso, curioseando en su portafolio con las cosas a mi alrededor. En mi defensa tengo que decir que se lo advertí.

— ¿Has considerado dar clases en una escuela para hombres?

Él vuelve a reír, echando su cabeza hacia atrás.

— ¿De verdad eres tan celosa? – arquea una ceja.

— Bueno, nunca habia tenido un novio tan guapo.

— ¿Y yo qué? – dice Elliot tomando una botella de agua del refrigerador.

Ruedo los ojos y volteamos a verlo. ¿Cuánto tiempo lleva ahí parado?

— Tú no fuiste mi novio, idiota – le gruño – ¿Y qué haces escuchando conversaciones ajenas?

— ¡Área común! – señala a nuestro alrededor – Puedo estar aquí.

— ¿A dónde vas? – Pregunta Christian.

— Al bar, ¿Quieren ir?

Mi chico me mira, así que encojo los hombros y él mira de nuevo a su amigo para asentir. ¡Nuestra primer salida juntos!

— Pensaba invitar a Kate – dice Elliot – ¿Crees que quiera venir?

— La llamaré. ¿Sabes que? Necesito ir al departamento por un cambio, adelantense y nos vemos ahí.

— Ana, ¿Segura? ¿No prefieres que te acompañe? – Sus ojos grises me miran preocupados.

— Estaré bien, tomaré un taxi aquí afuera para ir rápido a casa. Luego arrastro a Kate hasta el bar, ¿Lo ves? Tengo todo planeado.

— Bien. Avísame cuando estés en el departamento.

— Si.

Me acerco para besarlo rápido, luego voy a su habitación a cambiar el pantalón de chándal por el vestido que llevaba ayer.

— Búnker Club, en una hora – lo beso de nuevo antes de salir corriendo de su departamento.

Cuando subo al taxi, le mando un mensaje a Kate para asegurarme que sigue en el departamento.

— ¡Kate! ¿Quieres ver a Elliot de nuevo? – arqueo las cejas.

— Si... – me mira con los ojos entrecerrados – ¿Por qué?

— Vamos a ir a The Búnker Club por tragos y Elliot dijo que quería invitarte. Yo le dije que te llevaría.

— Bien, entonces iré a alistarme.

Ella sonríe y regresa a su habitación por un cambio. Yo tomo una ducha, me cambio y maquillo un poco.

— Una cosa más – le digo cuando subimos a su auto – Trae a Elliot al departamento, así yo iré con Christian al suyo.

— Sabes que si – se ríe.

— Entonces, ¿Todo va bien con Elliot?

— Si, es muy lindo y muy atento.

— No, no, lo confundes – niego con la cabeza – Yo te hablo del pelirrojo con sonrisa de galán.

— Tonta – Kate ríe y empuja mi hombro – Elliot es muy dulce.

— ¿Dulce? – arqueo las cejas.

Creo que Kate se ha vuelto loca, ¿O es que el pelirrojo tiene un lado tierno? ¡Vaya!

— Como sea, solo quiero asegurarme que están bien con él, no me gustaría verte triste de nuevo.

— No te preocupes, Ana. No volveré a confiar tan pronto en un chico.

Kate estaciona cerca del club y nos apresuramos a llegar hasta la puerta. Voy detrás de mi amiga pero ella se detiene, me señala hacia la barra y miró sobre su hombro.

Dos chicas morenas están frente a ellos, que permanecen recargados en la barra con sus vasos de whisky. Ellas les hablan, pero ellos no giran completamente para verlas.

— ¿Quiénes son esas? – gruñe Kate.

— No lo sé, pero en este mismo instante se alejan de ellos.

Aparto a Kate para caminar directo a dónde ellos están, Christian de espaldas a la puerta, así que no me ve hasta que paso mis brazos por su cintura.

— Hola cariño.

Las chicas morenas me miran, pero yo les lanzo una mirada de advertencia desde mi posición detrás de Christian.

— Ana – sonríe solo de escucharme y voltea – Por fin llegas, me estaba preocupando.

Ellas se alejan furiosas.

— Ya sabes – encojo mis hombros – Tuve que convencer a Kate para que aceptara volver a ver a Elliot.

El pelirrojo voltea a verme con el ceño fruncido. Apenas Kate aparece junto a mi, él sonríe.

— Hola nena.

— Hola Elliot.

Christian toma mi mano para girarme y señala el banquillo donde él estaba sentado. Cuando tomo su lugar se acerca para besarme.

— Celosa – se ríe.

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¡Hola!

Lo siento por estar medio desaparecida, he tenido mucho trabajo y salgo muerta 😅😅

Pero ya estoy aquí y quiero ponerme al corriente 😉😉

Próxima actualización: Una Vida Contigo 😱