"Las cosas más difíciles de decir en la vida son "hola" por primera vez, esperando recibir alguna respuesta y "adiós" para nunca volver a encontrarse, para despedirse y alejarse..."

                                                                                                                                                                               GB. Raquel

"Adiós no significa siempre el final, a veces significa un nuevo comienzo"

Anonimo

Lena: 

Derek me observa de forma melancólica, triste, dolida, me odiaré por lastimarlo, pero, esto es lo mejor, dejarnos ir, no deseo extrañarlo, como hace tanto tiempo hice ya, no quiero doblegarme, como intente la última vez, sin más por pensar mis sentidos se cierran al momento, hoy es el día del adiós definitivo, de dejar el "hasta luego" y convertirnos tan solo en un recuerdo.

Derek:

Por un momento tuve la esperanza de que recapacitara, de que no me alejara, realmente creí que lo lograríamos, que podríamos superarlo, pero, es demasiado tarde, el adiós por su parte está hecho, me ha dejado ir, lo veo en sus ojos.

-bien, adiós Lena- mi garganta se cierra, odio decir esto.

-adiós Derek

Ella inmediatamente se dirige a la entrada, abre la puerta de madera, tan porosa y blanca, tan pura y hermosa, con una de sus estilizadas manos me invita a salir y sin más que decir me retiro de ahí.

***

Dos días han pasado desde que Lena decidió sacarme de su vida, la he admirado de lejos desde entonces, cada que la veo con Jeremy mi sangre se enerva, no necesariamente porque este con él, sino por como la trata, su manera de hablarle, de tocarla, de mirarla es espeluznante, él le habla como si fuera un objeto al que puede denigrar, la toca como si fuera un saco de boxeo al cual puede golpear, la mira como si fuera una muñeca que puede mangonear, es horrible, deseo ir, tomarlo por el cuello de su maldita camisa y gritarle lo gilipollas que es, golpearlo hasta hacerlo sangrar para que la aprenda a respetar, pero, constantemente me recuerdo que para ella en su vida ya no soy nada, que no tengo derecho a cuidarla por más que desee dar mi vida con tal de que ella no salga dañada.

Parezco un maldito acosador por continuar siguiéndola, pero, no puedo evitarlo, me importa demasiado.

Las horas avanzan con tremenda rapidez, ella está en su continuo café, uno que visita cada que está con él, se nota que no le gusta, es demasiado exótico para ella, no lo digo con mala intención, siempre le han incomodado las cosas muy planeadas y muy excéntricas, prefiere lo simple y espontaneo de eso estoy seguro porque la conozco, aunque tal vez ya no tanto como antes me recuerdo, todos cambiamos, ella lo había hecho, pero ¿por bien propio o por fácil conformismo?, era una pregunta a la cual tristemente no tendría acceso de una respuesta.