Gracias por regalarme las mejores noches de mi vida.

Le agradezco el hecho de que no resultara ser tan malo como todos creen que es. La gente piensa que es una terrible persona, que no me quiere y simplemente soy un juego para usted.

Lo que no saben es que cuando usted y yo estamos a solas en su habitación, comiendo helado y charlando sobre cosas al azar, siempre logra hacerme sonreír; y no una sola vez, sino tantas que luego me duele el estómago y usted me da un besito en la mejilla para curarme.

Ellos no saben que, cuando estoy triste, usted se escapa de casa y entra a la mía en silencio para pasar la noche juntos. Escuchamos música con mis audífonos, rezando para que papá y mamá no nos atrapen mientras usted me decía cosas tan hermosas que lograban tranquilizar en mi mente el daño que ellos causaban.

O como esa vez que se quedó conmigo en la biblioteca durante muchas horas y que aunque usted muriera de sueño, no quiso irse para hacerme compañía y por último llevarme a casa.

¿Sabe? Esos detalles me enloquecen y hacen latir mi corazón muy rápido. Por fin lo supe, supe qué era estar enamorado. Tuve esa sensación de mi corazón siendo apretado por mi pecho mientras latía rápidamente.

Lamento no poder corresponderle más que con mis sentimientos y no con actos.

Lo sé, usted ha dicho que no le debo nada y que mientras yo también lo ame, todo estaría bien. Pero, la realidad es que me siento mal cuando usted me regala de su tiempo y esfuerzo, mientras que yo no puedo ni salir a una cita con usted ya que mis padres no lo aprueban.

¡No lo conocen! Crean pensamientos erróneos de su persona, y aunque he tratado de hacerles ver lo tierno y amoroso que es, simplemente se niegan a dejarme caer en sus brazos.

Pero...

Ellos no saben que mientras duermen, suelo encontrarme con usted frente a mi casa, o que nos acostamos en mi cama, yo a admirarlo su rostro, usted besando mis mejillas y sintiendo el calor ajeno bajo la tenue luz de la Luna iluminando por la ventana. Ellos no están enterados de que usted me hace pasar las mejores noches de mi vida.

Porque mientras ellos me reprochan cosas como que mis calificaciones no son altas, o que debería dejar de ser tan perezoso mientras me retuerzo en mi cama de tristeza al darme cuenta que no soy el hijo perfecto que ellos esperaban, usted me murmura que soy el mejor chico del mundo mientras me abraza dejándome oler su perfume y sentir el cariño con el que puedo salir adelante.

Pero, ¡está bien! Si usted no de separa de mí, todo estará perfecto en mi cuerpo, mente y alma.

Nuestra relación jamás ha ido en picada ni por un momento. Aunque, ¿es esto una relación? No es lo que definiría como un noviazgo... Creo que aún no hemos llegado a eso, sin embargo claramente somos más que amigos.

¿Debería pedirle que sea mi novio? No lo sé, tendré que pensar una buena manera de hacerlo dejando los típicos chocolates y rosas de lado. Porque usted es más especial que esos clichés de películas y palabras cursis.

Una sonrisa nace en mí cuando pienso en usted a la vez que dibujo sus ojos en mi libro de historia. 

Los recuerdo perfectamente, afilados, marrones, profundos como el mar, dulces como la miel. El profesor me llama la atención por mi distracción. Se equivocan, mis profesores y mis padres se equivocan, porque usted no es una distracción.

Porque la mejor parte del día es cuando cae la noche y nos encontramos entre besos y sonrisas.