Capítulo 9

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

1 año más tarde... 

Me despierto después de otra noche rara. Quiero hablarlo con Yonji, porque no es normal que me levante con la sensación de haber dormido con alguien y al despertarme no haya nadie. 

Quizá me esté volviendo loca. 

Voy al baño, y mientras me ducho pienso en los últimos meses. Es verdad que Yonji se está portando muy bien. Tiene en cuenta muchas cosas a las que pensaba que no les haría caso. Al final se tomó en serio lo de la oportunidad. 

Sonrío al escuchar la puerta abrirse. No me hace falta salir para saber que es él. Me termino de vestir y salgo mientras me hago un moño. 

Yonji está en la puerta y sonríe al verme aparecer. Se acerca y me abraza con fuerza. Inspiro fuerte y su perfume entra en mis fosas nasales. 

Me aparto un poco y no puedo evitar sonreír al ver lo que lleva puesto: unos vaqueros negros y una camisa azul celeste. 

-¿Te gusta? -me pregunta y yo asiento-. Sabía que te gustaría. 

Esboza una sonrisa que me encanta, aunque todavía no se lo he dicho. Me toma de las mejillas y acerca su rostro a mí. Veo sus intenciones y niego. Lo noto triste y como compensación aprieto mi cabeza contra su pecho. 

-¿Cuándo? -me pregunta, y de pronto me da una pena terrible. 

Es verdad que se está esforzando lo más grande para conquistarme, y aunque me tenga que tragar mi orgullo para admitirlo, debo admitir que lo está consiguiendo. 

Bajo la mascarilla me muerdo el labio, sintiéndome culpable. No se lo merece, pero mi orgullo me impide decírselo. 

-Ya lo verás -le respondo antes de encaminarme al comedor. 

Mientras desayunamos Reiju me da la noticia que van a venir embajadores a negociar con mi suegro. Asiento y noto que Yonji busca mi mano por debajo de la mesa. Lo miro de reojo y a ambos se nos escapa una sonrisa. 

-¿Qué tanto os miráis vosotros dos? -nos interrumpe Niji-. ¿Estáis recordando vuestra última follada, o qué? 

-Estamos recordando nuestro último plan para coserte la puta boca -le respondo sin cortarme mucho. 

Yonji me mira con los ojos desorbitados. Niji se levanta y se acerca a mí, quedándose a una escasa distancia mía. 

-Mira, pedazo de puta, si te ves con la libertad de hablarme como te de la gana, lo llevas claro. 

A mi lado, Yonji aprieta los puños. Miro sin pestañear a mi cuñado, que alza una ceja. 

-¿Qué? ¿Estás deseando que te folle, no? 

Yonji se levanta y le da un puñetazo a su hermano, que sale volando varios metros hacia atrás. 

-Vuelve a faltarle el jodido respeto a mi mujer y lo que te acabo de dar te parecerá una puta caricia, desgraciado. 

Hasta yo estoy asustada. Nunca antes había visto a Yonji así, y siento que no puedo controlar la situación. 

Con un poco de miedo me acerco a él y lo abrazo por detrás. 

-Déjalo, Yonji. Vámonos. 

Yonji asiente y me da la mano antes de salir del comedor. Cuando salimos suspira hondo y se aleja de mí hacia fuera. 

Lo sigo y cuando llego a su lado está sentado mirando el cielo con la mandíbula apretada. Me siento a su lado y le toco el hombro. 

-¿Quieres hablar? -le pregunto, y él niega. 

Nos quedamos en silencio y apoyo mi cabeza en su hombro mientras observo la brisa mover la hierba. 

-No puedo soportarlo -habla después de un largo rato. Mueve su brazo de manera que me arropa son él y me atrae hacia su cuerpo-. Odio todo esto. 

Me quedo paralizada al escucharlo. 

-¿A qué te refieres? -me atrevo a preguntarle con un poco de miedo. Él suspira. 

-Odio el tener que aguantar dormir en cuartos separados, aún sabiendo que estamos casados. Odio tener que aguantar que mi hermano te falte el respeto todas las mañanas. Odio no poder besarte, aunque entiendo el por qué me lo pides. Y sobre todo, odio tener que fingir que no siento nada. 

Lo miro boquiabierta. Espero que lo último sea lo que estoy pensando. 

Se gira de manera que quedo sentada sobre su regazo, con él mirándome fijamente. Alza una mano y me quita la mascarilla con lentitud. Bajo la vista avergonzada, pero él me obliga a mirarle. 

-Eres hermosa, Yukia. Supe que estaba jodido cuando no pude ser indiferente a ti. Supe que me había enamorado de ti. 

Esta vez le tomo yo de las mejillas y sonrío sin ser capaz de aguantarme. Me acerco a él y nuestras narices se rozan, provocando que él también sonría. 

-Este... Yonji, no quiero cortarte el rollo ni nada, pero hay algo que me preocupa y creo que debes saberlo. 

¿Por qué tengo que cagarla en los momentos más adecuadas? 

Él parpadea y asiente. No se muestra disgustado o algo parecido, y en cierto modo me reconforta. Suspiro. 

-Llevo más de un año despertándome rara -le confieso. Yonji me mira sin entender. 

-Explícate, por favor -me pide. 

-Me despierto y tengo la sensación de que ha habido alguien durmiendo conmigo, pero cuando me despierto no hay nadie. 

Él asiente y me atrae hacia su cuerpo, tranquilizándome en cierta manera. Me acaricia la espalda dibujando pequeños círculos en ella. 

-Sabes que puedes contarme lo que sea, ¿no? -asiento en el abrazo-. Te amo, Yukia. 

Aunque su confesión no me toma desprevenida, sonrío y le acaricio las mejillas. Levanto la mirada y la de él me atrapa por completo. 

Hacía mucho tiempo que no me sentía así. 

Yonji baja los ojos a mis labios y vuelve a mirarme, y por alguna extraña razón siento vergüenza. 

Nos acercamos lentamente, y nuestras respiraciones se entremezclan. Cierro los ojos y noto sus labios rozando los míos, regalándome nuestro primer beso. 

Captura mi boca en un beso casto y sencillo, lleno de sentimientos. Le rodeo el cuello con los brazos, acercándole a mí porque mi cuerpo me pide estar más cerca de él. 

Nos separamos y me sonríe antes de darme un pequeño beso en la frente. Y, sin planearlo, lo decimos a la vez. 

-Te quiero. 

Nos miramos y dejamos soltar una pequeña risa. Se echa para atrás y me lleva con él, quedándonos tumbados apreciando el silencio que nos rodea. 

Seguimos dándonos besos, entre los que intercambiamos miradas típicas de jóvenes enamorados y robándonos suspiros los dos. 

En el mejor momento, en el que más cómoda me encontraba, escuchamos un carraspeo que nos sobresalta. Yonji me tapa mientras me pongo la mascarilla y nos damos la vuelta para encontrarnos con Reiju, que nos observa con una extraña sonrisa. 

-Padre nos llama -le dice a Yonji y este asiente. 

-Vamos, anda -me da la mano y nos dirigimos al salón del trono. 

Allí nos recibe Judge, y nada más mirarle sé que hay algo que no está bien. 

-Yonji -le llama. Yonji se acerca-. ¿Por qué aún no has procurado un heredero? 

Me quedo paralizada y Yonji me busca con la mirada desesperadamente. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro