Día 18

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    ✎ Un ligero aroma a buenas nuevas ⊹

El pequeño alfa arrugó la naricita. Pero no se apartó del abrazo que su papá le daba.

—Has sido un cachorro muy valiente —apremió su padre omega, Jimin, sonriendo con lágrimas frescas aun en sus mejillas regordetas—. Tu papi estará orgulloso cuando escuche la historia.

—¿Qué historia? —consultó apareciendo desde el salón el otro padre, un alfa imponente de amplios hombros y seductora mirada.

El niño corrió hasta su papi Seokjin y se abalanzó a sus brazos. Seokjin lo atrapó al vuelo y lo sostuvo cerca, contento antes incluso de saber qué ocurrió. El cachorro escondió la carita en su pecho, y los rizos castaños hicieron cosquillas en su barbilla, por lo que lo llenó de besitos hasta que este se retorció queriendo aparentar la madurez que no tenía aun.

—Nuestro hijo ha tenido su primera transformación completa —comentó Jimin, sin poder ocultar su propio orgullo por el despliegue de poder del niño—. Volviendo del jardín... anda, Jihyun, cuéntale a tu padre qué ocurrió.

Jihyun se sonrojó, y volvió a abrazarse al cuello de su papi Seokjin, estrechándolo cerca. Pudo respirar aliviado cuando su olfato no captó ningún aroma extraño en la esencia del alfa. Olía picante, exótico como siempre. En cambio, el aroma a sándalo de su padre Jimin se impregnó de un sutil perfume que no reconocía. Aun así, lo más inusual era que el nuevo aroma no parecía indicar enfermedad o peligro, al contrario, Jihyun lo percibía y lo aceptaba sin conocer su origen. No le generaba rechazo, sino un instinto protector suficientemente fuerte para, ante lo que creyó una amenaza, reaccionar e invocar a su lobo.

—En la callejuela detrás del parque —relató, notando en sus palabras que visto de lejos el hecho en sí era tonto, pero se animó a seguir ante la atenta mirada del alfa—. Le dije a Pá que quería practicar mi transformación y fuimos hasta allí para que nadie nos moleste. Y cuando estuve pensando en mi lobo, escuché un sonido extraño que creció y creció, como si se nos acercara.

—Había cerca —explicó Jimin para ayudar a construir la escena—, un par de contenedores de basura. No estaban allí veces anteriores.

—Sí, esos carros de basura —siguió Jihyun—, y uno de ellos estaba sin freno, o no sé, pero se movió en nuestra dirección haciendo un ruido raro, de miedo. ¡Pensé que había un monstruo escondido, Papá!

Seokjin abrió desmesuradamente los ojos, acompañando el suspenso que su hijo fracasaba en evocar. Adoraba la concentración del niño, que en sus seis años ya quería mostrarse fuerte y valeroso como no dudaba Seokjin que sería algún día. No en estos momentos, que todavía requiere de cuentos y besos y abrazos para dormir sin miedo en las noches de tormenta.

—¿Qué era ese sonido horrible?

—¡Era un fiero gato salvaje! —terminó de revelar Jihyun, con ademanes exageradamente preocupados—. ¡Seguro tenía la rabia, Pá! Yo salté frente a papá y no sé —titubeó apenado—, cambié y mi lobo gruñó e intentó perseguir al gato.

—Y no lo permití —intervino Jimin, acercándose para acariciar el rostro de su hijo, antes de hacer lo mismo con el de Seokjin, que se agachó para depositar un tierno beso en su boca—. Sentí tanto miedo y tanta alegría a la vez que solo impedí su persecución para admirar el majestuoso lobo que surgió. Hijo, ¿por qué no lo llamas para que tu padre lo vea por sí mismo?

Jihyun se zafó del abrazo con nerviosismo, aunque le tranquilizó ver que sus papás estaban pendientes más de aconsejarlo que de esperar un gran resultado. Llevaba semanas practicando sin éxito, pero supo que dando su mejor esfuerzo podría hacerlos igual de felices, así que dejó caer sus párpados en lo que invocaba la bestia en su interior. La criatura, con cierta timidez, respondió el llamado. Cayendo en sus manos y rodillas, Jihyun sintió con extrañeza la sensación de ardor de su cuerpo al transmutar en un animal. Percibió con más detalle el cambio, puesto que, ahora sí, estaba concentrado y no pensando en salvar a su padre Jimin.

No dolía, pero no era exactamente agradable.

Sus manos se revistieron en un pelaje grisáceo, que combinaba cierto matiz rojizo herencia del omega, aunque imperaba el gris cenizas de su padre alfa. La curvatura de su espalda lo hizo renunciar a la tensión de nervios cuando se vertebró como un cuadrúpedo, sintiendo crecer su rabo y brotar, de sus ya patas caninas, garras peligrosamente afiladas. Lo más estrambótico llegó cuando junto a la deformación de su rostro, donde una pequeña nariz de botón se vio empujada hacia adelante hasta componer un hocico estrecho que se abrió para mostrar dientes feroces. Las fauces del lobo fueron el último cambio, puesto que, aunque parecieron para Jihyun largos minutos, fueron breves segundos lo que le llevó manifestar su bestia interior.

Abrió los ojos, agradecido de que la consciencia propia del animal trabajara en conjunto con su razón humana, y elevó la vista hasta sus padres, que procedieron a acuclillarse para impedir que el lobo se sienta amenazado. A uno de ellos, el más bajo, el lobo lo identificó de su anterior aparición por el aroma inconfundible de omega, pero además por la esencia a sándalo propia de Jimin. Detectó en el omega un atisbo a ciprés, además. Pero la fragancia del alfa lo mareó de lo intensa que se sentía y de lo familiar que resultaba para él. Tanto, que se echó en sus patas para reverenciar a su alfa, quien lo agració con una caricia en la cabeza, un apretón de dominio y de aceptación en el pelaje del cuello ante la muestra de ofrecida y voluntaria sumisión.

—Impresionante —admiró Kim Seokjin, sintiendo el pecho casi por estallar de lo emoción—. Hermoso. Un cambio impecable, sin dificultad y completo. Simplemente increíble, ¡felicitaciones, hijo!

Jihyun saltó de dicha por dentro, pero el lobo solo meneó la cola satisfecho de la indiscutible aprobación de su alfa líder.

No obstante, se congeló cuando más allá de los aromas del omega, y del, detectó distraídamente, ylang ylang que brotaba del alfa, volvió a captar otro perfume. Entonces, con imprudente valentía, se movió hasta empujar a Jimin que cayó sentado y olfateó sobre él, sobre su abdomen concretamente. Geranio. Gruñó, pero no fue amenazante este gruñido, sino que era de reconocimiento. Echándose junto a Jimin, el lobo se permitió reposar la cabeza con delicadeza sobre el plano vientre del omega, suspirando relajado.

Fue turno de Seokjin de buscar la mirada de Jimin, quien sonrió confirmando la sospecha del alfa.

—¿Cómo es que no lo noté? —se quejó Seokjin, yendo a su lado para ayudarle a sentarse y recibiendo en sus brazos a Jihyun que cambió con la misma destreza de antes.

—He estado tomando mis supresores y cuando noté el cambio en mi aroma, sutil, en nada perceptible para otros, esperé que se fueran los efectos para que lo descubrieran por su cuenta —se encogió de hombros, mirando a Jihyun que tocaba su vientre curioso—. Has demostrado ser un alfa fortísimo, hijo, y serás un hermano protector como pocos, mira que lograr tu cambio por cuidar al bebé antes de saber de él es solo una hazaña heroica.

—Te amo —dijo Seokjin, con emoción en su voz y dirigiéndose a Jimin, para luego repetirlo a su hijo—. Y a ti, Jihyun, mucho. Eres mi vida, y ahora, tendré el doble de vida y amor para el pequeño en camino.

Ella será mi compañera de caza —afirmó Jihyun, nuevamente consiguiendo que sus padres se alegren ante el despliegue de poder, que, incluso así, detecto el aroma femenino en el no nato—. ¿Puedo comer helado antes de la cena?

Y con esto, Jihyun restableció el orden y cortó el emotivo momento con la inocencia característica de todo niño.







Nota:


Curso exprés de aromateria por mí, inexperta, pero curiosa del tema:

El aroma del alfa Seokjin es ylang, ylang: equilibrio entre calmante y vigorizante, con especial potencial afrodisíaco. Ayuda en problemas sexuales, aunque también para estrés, depresión y ansiedad, entre otras.

El aroma del omega Jimin, sándalo: mismo que lo anterior respecto a lo afrodisíaco, aunque también es relajante, descongestionante. Ayuda en problemas emocionales, al equilibrio de mente, cuerpo y espíritu por lo que funciona para la meditación. Y es calmante para el sistema nervioso. Su otro aroma, ciprés, es ideal para síntomas de estrés, alergias y menopausia. Además, es calmante.

Al bebé por llegar, ya que es mujer, le atribuí aroma a geranio porque esto ayuda a aliviar los síntomas premenstruales, así como la depresión y a levantar el ánimo.

Lo tiro, por si a alguien le pinta la aromaterapia jaja

De Jihyun no se menciona aroma, pero su raza de lobo me permitió hacerlo "cuida" ya que los lobos grises son bastante dependientes y protectores de su manada.

Me cuesta escribir sobre niñes cuando lo cierto es que si fuese por mí, los mantendría a un rango de 500 kilómetros de distancia. Gracias. Pero he aquí el mpreg.

Habilito espacio de quejas, claro:

:)

La canción del multimedia acompaña bien, ¿vio?

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