Capítulo veinticuatro

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TaeHyung se encontraba frente al demonio, estudiando esa sonrisa ladina, algo burlesca que podría encerrar todo tipo de significado y muchas cosas. De antemano se sabía que no podía confiar en nadie, especialmente en demonios a su mismo nivel o mayores, obviamente, a su rango.

—Como te mencioné, espero no molestarte y me gustaría poder hablar en otro lugar que no fuera aquí —hacía alusión al averno, en algún sitio donde Sartael habitaba.

El demonio tenía sus manos tras su espalda y no podía evitar estudiarlo de arriba a abajo, para luego de unos largos minutos asentir.

—De acuerdo, te veo en ese café de la avenida pintoresca donde suelo relajarme con una buena taza de ese trago negro y fuerte —señalaba divertido.

TaeHyung asentía y salía de su presencia, no le gustaba quedarse mucho en sitios ajenos y para ser honestos, el lamento constante de las almas estaba comenzando a hacerlo sentir un poco mareado. Y el olor a azufre se volvía cada vez más nauseabundo. Mejor que nadie supiera como realmente estaba empezando a sentirse ahora en su hábitat natural.

Cuando el ex ser de luz encontraba a Sartael, lo veía jugando a ser un simple mundano y coqueteando con una bonita rubia, rodaba sus ojos y le hacía señas de que ya había llegado, y que si podía despachar a su cita.

—Lo siento, cariño —soltaba el demonio—. Mi amigo ya se encuentra aquí, pero quedamos en vernos esta noche —guiñaba un ojo y la despedía.

Cuando la chica salía del que, sería el asiento para TaeHyung, el ex ser de luz se sentaba resoplando.

— ¿Nunca paras? —soltaba de forma seca.

Sartael negaba—. Son nuestros juguetes, solo que a mí, a diferencia de otros, me gusta más el juego carnal... —alzaba sus cejas reiteradas veces—. No me veas como si no lo hubieses hecho por cuenta propia, más de una vez.

TaeHyung chasqueaba su lengua.

—Estoy concentrado en mi trabajo ahora —exclamaba seguro.

Sartael lo veía con una ceja enarcada—. Niño mentiroso —acusaba—. Tú no estás haciendo tú trabajo como deberías.

TaeHyung se enderazaba en su silla y cuando iba a preguntarle ¿cómo lo sabía?, una camarera les tomaba el pedido. Al estar nuevamente solos, miraba a Sartael con seriedad.

— ¿Eso lo sabes por tu talento o...? —se tragaba sus palabras.

— ¿O se habla nuevamente del último ángel caído que aún no decide a qué legión desea pertenecer? —cuestionaba divertido por él, aquel demonio—. Tranquilo, no estás en el centro de la tormenta... No del todo, lo sé, porqué puedo.

TaeHyung relamia sus labios, luego fregaba su rostro y apoyaba sus codos sobre la mesa.

—Seré breve contigo —exclamaba.

—Uh, adoro cuando van directo al punto, valorando mi valioso y costoso tiempo —soltaba irónico.

TaeHyung dejaba salir todo el aire por sus fosas nasales.

—Necesito buscar un alma... En el infierno —exclamaba.

Sartael dejaba su faceta irónica de lado y lo miraba seriamente. También muy curioso.

—No llevo una lista de eso, cariño —respondía.

TaeHyung volvía a relamer sus labios y su pedido llegaba.  Nuevamente esperaba a estar a solas con el demonio que, ahora lo miraba verdaderamente curioso e interesado.

—No creo que el alma que estoy buscando esté en un lista —susurraba, mirando cautelosamente al demonio.

— ¿Y por qué me necesitas a mi de todas formas? —repetía confundido.

—Creo que está en una jaula —añadía con dificultad, la sola idea le causaba horror.

Sartael alzaba sus cejas, relamia sus labios y se veía algo así como, contrariado. Como si TaeHyung hubiera pedido algo imposible.

—Continúa —pedía, chismoso como todo demonio.

—Sé por otro ángel caído que, esta persona, dueño de-... El alma en cuestión, es un recipiente vacío

—Hay muchos recipientes vacíos, TaeHyung. ¿Qué tiene este de especial? —cuestionaba.

TaeHyung resoplaba—. No hagas tantas preguntas, me debes un favor. Muchos me deben favores porque cuando comencé era el maldito chico de lo mandados y creo que aún te diviertes con el alma de la mundana que te traje porque te rechazó y te rehusaste a superarla —susurraba entre dientes.

Sartael lo miraba con seriedad, hasta que apretaba sus labios evitando reír, pero fallaba, cuando lanzaba una risa tan socarrona que, TaeHyung sabía, no era para él, era por el alma de la mujer que había rechazado al demonio en vida y éste no había querido perdonarsela, pero no tenía poder suficiente para orillar a la pobre mujer a algún tipo de depresión y terminar en suicidio. Sin embargo, TaeHyung si podía.

—Tienes razón, es tan divertido—soltaba, secando una falsa lágrima que había derramado por reír tanto—. Bien, sé quiénes están enjaulados una vez que me acerco al área en cuestión, pero... Necesito saber el nombre de la pobre alma en desgracia o el demonio que la tortura —mencionaba, seriamente.

TaeHyung miraba a todos lados, buscando y rebuscando que nadie más estuviera presente.

—No tengo que repetir que no deseo que nadie sepa al respecto ¿cierto? —cuestionaba el ex ser de luz.

—Favor por favor se paga, te lo debo. No diré nada —exclamaba—. Dime su nombre.

TaeHyung suspiraba—. Kim SeokJin —susurraba sin fuerzas.

Sartael fruncia el ceño—. ¿SeokJin? —repetía en forma de pregunta—. ¿Por qué me suena ese nombre?...

— ¿Importa? —soltaba el azabache, apretando sus dientes.

Sartael rodaba sus ojos—. Si sé el significado que tiene para ti, quizás evite meter la pata —señalaba inquisitivo.

TaeHyung relamia sus labios nervioso y tomaba de prepo, en un trago, el café negro y caliente.

—Kim SeokJin era mi-... —TaeHyung cerraba su boca y apretaba sus ojos.

—Oh, por eso me sonaba el nombre del mundanito... —mencionaba el demonio.

—No le digas así —pedía gravemente.

Sartael reía y alzaba sus manos—. Tranquilo, chico. Lo siento, es el mundano que te hizo caer de tu gracia con su bonito rostro y cuerpo de infarto ¿no?

—Hablo en serio, no te pases —pedía entre dientes.

—De acuerdo, de acuerdo... ¿Se supone que encontraste a su reencarnación? —TaeHyung asentía—. ¿Después de tanto tiempo? ¿Justo ahora? —se preguntaba curioso, tocando su mentón—. Justo cuando se están acabando tus privilegios y el tiempo empieza a correr para que decidas un bando...

—No quiero tocar ese tema, no contigo —mencionaba seguro.

Sartael se reía, sardónico e irónico.

— ¿No lo entiendes no? —susurraba, TaeHyung fruncia su ceño—. Tu clase no tiene opción

— ¿Mi clase? —replicaba.

—Tendrás que elegir tarde o temprano a qué legión deseas pertenecer y bajo el mando de quién terminarás estando, porque lo ángeles caídos, son muy debatidos por los demonios y tú ya tuviste demasiados atributos

—Tú no tienes un maldito bando —mencionaba harto.

—Yo soy un demonio, cariño. No un ángel caído, fui creado para ser esto, no tengo tanto valor de un bando o de otro... Pero tú en cambio, fuiste creado para proteger a tu mundano y traicionaste a todo el clan celestial para terminar en lo más bajo de esta cadena alimenticia —había burla en esas última palabras—. A lo que voy con todo esto, angelito... Es que algo huele mal aquí, debes estar preparado, pero ¿realmente crees que está enjaulado?.

TaeHyung relamia sus labios y asentía a duras penas—. Él tiene pesadillas dónde está siendo torturado y la forma en que se lo tortura es... Él está en alguna parte enjaulado y necesito que lo encuentres

—Aún si así fuera, no puedo liberarlo —exclamaba.

—Tú no, pero buscaré la manera... —exclamaba.

—Esas maneras incluyen sacrificio, doble tortura... ¿Tú que estás dispuesto a sacrificar por ese mundano? —lo miraba seriamente varios segundos, TaeHyung ni decía nada, pero el demonio ataba cabos—. ¿Tu libertad, quizás?

TaeHyung parpadeaba con algo de letargo—. Es el único As bajo la manga que me queda, nunca fue tan valiosos, dado fuera el caso que estuviera en el infierno.

Sartael alzaba sus cejas y luego de mirarlo varios segundos, asentía levemente.

—De acuerdo, me pondré en marcha y en cuanto sepa algo te contactaré. ¿De acuerdo? —mencionaba.

—Trata de hacerlo rápido —pedía—. Lleva sufriendo demasiado tiempo.

El demonio resoplaba—. Ay, dios. Mírate ¿sabe todo lo que has hecho para llenar el vacío que te dejo?

TaeHyung apartaba la vista—. No necesita saberlo en detalle

— ¿Él realmente sabe lo que eres? —cuestionaba, fingiendo sorpresa.

—La charla terminó, por favor, no te distraigas... —pedía poniéndose de pie—. Yo no me distraje cuando me pediste tomar el alma de la mundana que, ahora visitas cada día para reírte en su cara y torturarla un poco más cada vez.

Luego de eso, TaeHyung finalmente se retiraba. Aún tenía una imagen que mantener y no quería sucumbir al deseo de ir por SeokJin, habían pasado un par de días, pero debía de acelerar el proceso porque SeokJin le había mencionado no aparecer por su propiedad hasta saber algo y aún, no tenía nada.

El castaño por su parte, no estaba bien.

SeokJin dormía poco y nada, se mantenía despierto con todo tipo de pastillas y había estado bebiendo más que de costumbre. Al parecer las pesadillas habían empeorado, pero las situaciones seguían siendo impredecibles, a veces aparecían las marcas en su cuerpo, otras no. Estaba agotado, trabajando a más no poder, tomando pastillas para que el dolor en su espalda baja cesara, pero ahora entendía porque los antiinflamatorios no funcionaban, su dolor era jodidamente sobrenatural.

Lamentablemente, había estado saliendo, relativamente solo, para ver que encontraba y poder distraerse, pero cuando había intentado ligar con una mujer que no dejaba de tirarle miradas sucias, una de esas noches, se había sentido aburrido, vacío. ¿Qué había hecho TaeHyung con él?. Si se le antojaba podía tranquilamente convencer a cualquier fémina de tomar por culo, si lo que necesitaba era sentirse lo suficientemente apretado, pero no quería eso.

Había intentado engañarse de que necesitaba un par de curvas delicadas, un delgado cuerpo más indefenso que el suyo y una boca caliente en la cual venirse y lo había hecho, para ser honestos y no omitir información. Pero que superficial y hueco se había sentido, más que de costumbre, aburrido, insatisfecho. Había ido por diferentes bares e incluso por el de Solar, claro, cuando la chica no estaba de turno. No quería ver a la rubia, no quería que la cosa se malinterpretara, pero ese jueves había bebido demasiado, mientras seguía aún, sentado sobre la barra tomándose su décimo octavo vaso de algo fuerte que no le permitía tener la fuerza suficiente para moverse de la barra y volver a casa.

—Que increíble sorpresa —susurraba la voz femenina muy conocida para él.

Jin suspiraba y alzaba la vista, sus orbes verdes resaltaban en sus ojos rojos cansados y secos, sus ojeras no eran exageradas, pero dejaban ver un rostro masacrado y arruinado. Pero Jin siempre se veía bien, sin importar que, era un mal nacido desalmado, tan atractivo.

— ¿Qué haces aquí? Comenzó mi turno y todos en el bar saben que me has estado evitando —soltaba la barwoman.

—Yong-Sun... Oh, estás con el pelo negro —soltaba con sus párpados pesados—. Te ves bien, me gusta.

Decía con desinterés, bebiendo de su vaso.

—Te ves horrible —soltaba la ahora, castaña—. ¿Necesitas que llame a alguien?.

Jin soltaba un risa seca y acababa el vaso de lo que estaba bebiendo.

—No necesito a nadie —tomaba su billetera y dejaba una obsena cantidad de dinero sobre la barra—. Que te diviertas, cariño. Te ves de infarto.

Cuando decía esa última frase, con tal sequedad e indiferencia, se ponía de pie y la intención era salir caminando como un campeón, pero el dolor en su espalda se había intensificado a tal punto que lo había hecho fallar y caer sobre sus rodillas. Varios ojos y el grito de la mismísima Solar, había asustado al resto de las personas. De inmediato había intentado ponerse de pie para fallar otra vez, hasta que sentía unos brazos levantarle a duras penas.

— ¿Tengo que llamar a tu novio para que venga por ti? —soltaba Solar, llevándolo detrás de la barra.

Jin aprovechaba y reía secamente.

—Tranquila, eres muy bonita para guardarle rencor —soltaba con su lengua pensada.

Solar rodaba los ojos y sacaba su teléfono, para marcarle a TaeHyung.

—Soy bonita, pero no más que él ¿no? —se burlaba, mientras el tono de espera sonaba.

—No creo que haya señal en el infierno —soltaba el ojiverde, pero Solar solo fruncia el ceño, no dándole importancia.

Finalmente, TaeHyung atendía.

— ¿Solar?

—Hey, robanovios... —se burlaba la castaña.

Tanto tiempo ¿estás bien? —que nadie supiera porque TaeHyung estaba justo libre en ese momento, dando vueltas por el plano terrenal.

—Yo estoy genial, pero tu novio está hecho un asco —sentenciaba, viendo cómo Jin reía sin gracia alguna y parecía quejarse del dolor en su espalda y cintura.

— ¿Jin? ¿Qué le pasó?

—Entonces si son novios, woah...

—Solar ¿él está bien? —el ex ser de luz, ya se encontraba fuera del bar.

—Está destruido, puedes venir por-... —la castaña dejaba caer el teléfono cuando veía a TaeHyung entrar al bar—. ¿Estaba camino aquí? —cuestionaba la chica.

—Algo así —mentía.

Solar negaba con su cabeza y le llamaba para pasar detrás de la barra. Seokjin alzaba la vista nebulosa y comenzaba a sentir que el dolor se drenaba de su cuerpo y cuando TaeHyung lo miraba, lo veía totalmente arruinado.

Sólo habían pasado días y Jin parecía desfallecer, pero lentamente, parecía ubicarlo con sus ojos entrecerrados y mirada filosa. Molesto, muy enojado con el ex ser de luz. De inmediato se ponía de pie una vez más, sin titubear, sin dolor alguno y se le acercaba amenazante.

— ¿Qué haces aquí, mariposita? —susurraba entre dientes.

Bien, estaba enojado, mucho, porque TaeHyung apenas sentía un leve malestar.

— ¿Volvimos a ese apodo, Jin? —contratacaba—. Te ves como la mierda.

Solar, se mantenía cerca de ambos, mirando la escena mas loca jamás vista. Jin totalmente ajeno al mundo y con toda su atención en TaeHyung.

—He dormido poco, pero estoy bien —mencionaba, mintiendo descaradamente—. Solo vine a desestresarme, Solar no debió llamarte —mierda ¿su voz había temblado?. Era la rabia de querer golpear el bonito rostro del ángel—. ¿No puede un hombre buscar un poco de alivio para sacar el estrés del cuerpo?

TaeHyung apretaba sus dientes, no quería ni imaginar que había hecho, pero sabía cómo atacarle de vuelta.

—Bien, entonces te propongo desestresarte conmigo de una maldita vez, en tu cama o en tu sala, donde sea... Solo conmigo —provocaba seguro y tan sensual que Jin sentía que se le hacía agua a la boca.

¿Qué había hecho ese bastardo con él?

Uh Lala señor francés, SeokJin está sufriendo😭😭

Vengo a dejarles mi mimada, muy buenas noches, si ven errores perdón, toy ciega y dormida.

Comenzamos ronda UwU otra vez ...

EROTOFONOFILIA ✅ 27/6
ANATEMA ✅ 28/6
REMEMBER ME ❎
HOLA, SOY VANTE ❎
UPSÍDA ❎
ILLECEBRA ❎
¿Y SI DIGO QUE NO? ❎

Con amor Niñita Nany 💜

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