Capitulo veintisiete

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Jin se había despertado boca abajo, incrustado en su colchón y con un auténtico dolor de cabeza que punzaba en su sien con inasistencia y su nuca parecía tener un maldito cuchillo atravesado. Esa si era una jodida y maldita resaca, pero no podría ocultarse a sí mismo que anoche no estaba lo suficientemente ebrio como para olvidarse lo que había dicho.

Él había confesado su amor a TaeHyung.

—Eres un maldito hijo de perra —se insultaba a sí mismo, mientras daba vueltas en su cama.

—Buenos días para ti también, cariño —se mofaba esa voz grave.

Repentinamente saltaba de la cama, él todavía se encontraba desnudo mientras que TaeHyung se hallaba sentado en la punta de su cama con la ropa que traía puesta cuando apareció en el bar de Solar como la mismísima nada.

Y no es que a Jin le incomodará su desnudez, en absoluto. Es solo que estaba rememorando lo imbécil que había sido ebrio, pero nuevamente podría culpar al alcohol de no recordar nada ¿Cierto?. TaeHyung nunca lo sabría ¿O sí?

— ¿Por qué sigues aquí? —se quejaba, poniéndose de pie y sosteniendo su cabeza.

Justo en ese instante TaeHyung se paraba frente a él para impedirle el paso y brindarle un jugo de naranja con algo fuerte para la cabeza y el estómago.

—Puedo servirme mi propio jugo y cuidar de mí, por si no lo sabías —mencionaba, quitando casi de forma brusca el vaso y el analgésico de las manos de un TaeHyung que relamía sus labios y miraba fijamente su cuerpo de arriba hacia abajo.

Jin seguía desnudo como si nada.

— ¿Se te antoja algo. Angelito? —se burlaba.

TaeHyung alzaba sus ojos celestes,. mirándolo fijamente—. Se me castigó por ser demasiado codicioso contigo. No dudes nunca de si se me antoja solo un poco mucho de ti —afirmaba.

Jin mentiría si dijera que aquello no había sido sexy como el infierno, pero… Oh, un momento, no estaba seguro si aquella expresión era correcta, considerando que su alma podría estar en el inferno. Mierda, ya no volvería a usar esa expresión nunca y su ceño se fruncía con aquel pensamiento mientras se alejaba de TaeHyung y por poco le miraba con desprecio, por poco.

TaeHyung alzaba sus cejas evitando sentirse herido—. Supongo que vuelves a  ser el culo engreído que pretende no desearme ni un poco cuando ambos sabemos que la atracción nuestra es inevitable. Pero como sea que quieras jugar, hombre —suspiraba llevando su cabello hacia atrás—. De todos modos, toda esa fachada de macho se te cayó anoche cuando me viste en el bar de Solar —el ex ser de luz relamía sus labios distraídamente para prepararse con respecto a lo que debía decirle a Jin. Por lo que no notaba la mirada hambrienta que le daba a sus labios húmedos.

Y mucho menos esperaba esa gran mano aterrizar en su cuello con una fuerte presión que lo hacía sentirse deseoso y mareado. Jin estaba a centímetros de su rostro, sus pupilas negras dilatadas al tope logrando que lo verde esmeralda de estos se perdiera completamente debido a la dilatación.

—Lo que paso anoche, no lo recuerdo. Por lo tanto, no es válido para mí y mucho menos para ti —susurraba rasposamente.

TaeHyung sentía sus ojos arder y abría sus labios para intentar respirar. Jin seguía presionando, luego inconscientemente su lengua pasaba por su propio labio inferior y el ojiverde atacaba ese belfo con dientes y ganas. El agarre aflojaba y Jin succionaba la carne con fuerza, tragándose un gemido roto de TaeHyung.

—Eres dulce, mariposita —susurraba gravemente cuando soltaba el labio, aflojaba su agarre y subiendo su mano acariciaba el labio inferior recientemente maltratado con suavidad.

—Tengo que irme —exclamaba TaeHyung con dificultad, sabiendo que eso implicaba que Jin sufriera pesadillas y descansara poco y nada, con el dolor en su espalda baja acrecentándose.

Él no quería causarle más dolor, pero tenía cosas que hacer y estaban relacionadas a ese hombre.

Jin lo soltaba, parpadeaba aturdido sabiendo lo que la ausencia del ex ser de luz significaba para él, no sabía cómo sentirse al respecto, pero la ira era una opción que se presentaba sin permiso en su pecho.

— ¿Qué es lo que tienes hacer como para mantenerte alejado? —susurraba con rabia.

TaeHyung relamía sus labios—. Ten cuidado, hasta pareciera ser que te estás enamorando de mí y por eso me quieres cerca —se dignaba a burlarse.

No había una pizca de malestar, Jin debía de estar verdaderamente molesto. Cuando lo había conocido su rostro no revelaba más que asco, sus ojos un vacío profundo, pero en cuanto dijo la frase mágica que implicaba "amor" un músculo se había crispado en la mejilla del castaño. Pero rápidamente había sido reemplazado por una risa seca de suficiencia.

—No confundas mi hambre de sexo con sentimientos amorosos —soltaba el mundano y pese a que sonaba con ese tono despectivo que solía usar para TaeHyung, sentía que no era suficiente para remediar la estúpida confesión de amor que había hecho ebrio.

TaeHyung sentía su pecho doler, pero suspiraba y volvía a quitarse el cabello del rostro. Estaba perturbado, Jin se daba cuenta de eso y no podía dejar de ver qué cada ademán que hacía de forma distraída, sin la más mínima intención de provocarlo... Hacía a TaeHyung demasiado atractivo.

— ¿Qué me estás ocultando? —preguntaba Jin.

TaeHyung lo miraba con suma seriedad.

— ¿Podrías vestirte? Si te pones serio quizás considere contarte porque no andaré mucho por este plano... —pedía suspirando.

Jin reía sensual—. ¿Y si no quiero vestirme? —provocaba, volviendo a llevar su boca, esta vez al cuello de TaeHyung.

¿Qué mierda sucedía con él? En la madrugada su necesidad y hasta admiración por el cuerpo de ese hombre había sido culpa del alcohol. ¿A quien iba a culpar ahora cuando su lengua trazaba una gran línea en la garganta de TaeHyung?

—No sé que pasa contigo, pero no me lo estás haciendo fácil —susurraba el demonio, entrecerrando sus ojos.

Apenas un poco de molestia y ardor.

Los dientes de Jin raspaban la piel y sentía que su cuerpo estaba más que listo. Así que tomaba la muñeca del azabache y tiraba de esta para colocar su mano justo en su erección. TaeHyung envolvía sus dedos alrededor de circunferencia y gemía. Por los dientes del mundano en su cuello y por sentir lo duro que estaba, pero por poco y se ahogaba cuando sentía la mano de Jin bajar sus ropas y tomarlo a él, quien estaba igual de duro.

—Hazme correr y luego hablamos de negocios —susurraba el castaño en su oreja.

Sentía la mano del mundano trabajarlo mientras tomaba posesión de su boca y su lengua se metía a fondo, la suya luchaba por un poco de control, pero cuando creía controlar el beso—entre caricias frenéticas que se estaban dando a sus miembros—, Jin chupaba su lengua con avidez y volvía a tener el control. Lo hacía gemir, sus rodillas se debilitaban, su cuerpo caliente. Sus labios ardiendo...

—Cabeza fría, SeokJin... —gemía rogando—. Por favor... —un gruñido de rabia se escuchaba salir desde la parte posterior de la garganta de Jin y solo su cabeza daba vueltas, mientras esa mano lo trabajaba a la par en la que él estaba acariciandolo también.

Así había sido minutos después en donde se corrían al mismo tiempo, agitados y sucios nuevamente. Pulso por el cielo y labios masacrados, aunque el cuello de TaeHyung también era todo un show. Jin pasaba sus dedos por la hendidura de TaeHyung para tomar parte de su esencia con estos y luego los llevaba a la boca del dueño de esa esencia.

—Chupa... —ordenaba, metiendo sus dedos en la boca del demonio y viéndole chupar su propia semilla con avidez. Jin se perdía en la sensación de su lengua y la húmeda cavidad de su boca alrededor de sus dedos y como chupaba con auténtico hambre. Cuando quitaba sus dedos sonreía satisfecho por lo obediente que el ex ser de luz era y luego, su cabeza explotaba cuando lo veía llevar sus propios dedos a su boca, con su esencia y chuparlos avidamente.

Ahora TaeHyung tenía el sabor de ambos en su boca y Jin quería probar eso. Quería probarse a ambos en la lengua gloriosa y salvaje del demonio, así que tomaba su cabeza y jalaba al hombre para un beso eufórico. Demasiado apasionado... A TaeHyung le dolía.

"Mmm~..." Se escuchaba como un sollozo, pero Jin estaba volando por un simple beso, así que continuaba, tomando la cabeza ajena con fuerza y manteniendo la boca de TaeHyung sobre la suya.

Esos besos tenían un jodido efecto en él. Lo hacían sentirse en cualquier lugar menos allí. No sabía cómo era el cielo, pero la boca de TaeHyung parecía serlo y la forma en que se esforzaba por devolverle el beso o dejarse dominar a pesar del dolor. TaeHyung seguía sufriendo... Jin lo escuchaba, muy de forma lejana, hasta que sentía las uñas del mismo clavarse en sus hombros y seperarlo de él. Muy en contra de su voluntad, pero estaba jodidamente consumiendo la carne de sus labios.

Jin parpadeaba agitado, perdido, como si acabará de despertar de un hechizo, TaeHyung tenía sus labios rojos e hinchados, sus manos ahora descansando sobre sus hombros con su respiración pesada.

—Lo siento, dolía mucho... —se disculpaba con ojos celestes brillosos y húmedos.

Jin sentía que su estómago se revolvía... No le gustaba la extraña imagen sufrida del otro tipo. Dios, su cabeza estaba toda revuelta y loca. Se aleajaba y fregaba si rostro mientras se disponía a buscar un pantalón cómodo.

TaeHyung se ponía decente, lo dejaba cambiarse y esperaba a que girara para tenerlo de frente. Cuando el mundano lo hacía, cruzaba una seria mirada con el demonio, sus dientes se apretaban y el aire salía por sus fosas nasales.

—La razón por la que te irás ¿Es por tu trabajo o ...? —cuestionaba primero.

—Sobre ti... Recibí una rápida visita mientras dormías —respondía TaeHyung, Jin fruncía su ceño—. Alguien a quien le pedí ayuda, me dió importante información. Y tengo mucho que hacer respecto a eso

— ¿Y luego qué? —preguntaba Jin de inmediato.

—Si tu alma realmente está en el infierno, dónde creo —soltaba todo el aire retenido y lo miraba fijamente—. La voy a sacar.

Jin fruncia el ceño—. ¿Y eso que implica? —TaeHyung pasaba saliva, el mundano apretaba sus dientes—. ¿No te volveré a ver, cierto? —y no entendía por qué eso sonaba tan horrible.

Jin consideraba que no debería importarle.

TaeHyung esquivaba su mirada y se encogía de hombros—. No sé que sucederá. Estoy pisando terreno desconocido aquí y no es nada fácil con quién debo de hablar

— ¿Quién es? Y... —Jin fruncia sus cejas nuevamente, era como una extraña mueca que nunca dejaba su precioso rostro—. ¿Quién diablos te visito mientas yo dormía? —por poco y alteraba. Por poco—. Iluminame aquí.

TaeHyung suspiraba y procedía a contarle solo lo importante que había sucedido aquella madrugada.

Cuatro horas antes

TaeHyung no dormía, eso era ridículo y una ventaja, porque Jin no salía de encima suyo, había salido de adentro de él por un movimiento brusco que lo había hecho gemir en el silencio de la habitación, pero no había dejado de dormir encima de TaeHyung, quien ya tenía las lágrimas más que secas en su rostro luego del "Te amo" más horrible de la historia de los TE AMO.

Una risa burlona sonaba en una esquina de la habitación. TaeHyung se tensaba.

— ¿Qué mierda estás haciendo aquí? —susurraba con rabia.

Sartael salía del rincón oscuro y lo miraba con un deje de burla—. Con razón los enamorados de corazón roto no se andan quitando la vida en el día de hoy —soltaba y luego miraba con avidez el cuerpo desnudo de SeokJin, el cual cubría por completo a TaeHyung.

Luego mordía su belfo y alzaba sus cejas.

—Vuelve a mirarlo así y no sabrás lo que te golpeo —susurraba TaeHyung amenazante.

El demonio reía en seco—. Celoso. Levanta tu culo, tengo noticias

—Espérame afuera —ordenaba.

—Podemos hablar aquí mientras veo el culo parado de tu amante y su espectacular espalda... Joder —provocaba a propósito.

TaeHyung apretaba sus dientes y se quitaba con sumo cuidado a SeokJin de encima.

—Muévete —tomaba a Sartael del brazo y lo llevaba fuera de la habitación.

El demonio se iba riendo en seco—. Caminas rápido para haber tomado por culo —se mofaba.

—Al punto, ahora —pedía TaeHyung, secamente.

El demonio suspiraba—. Aburrido...

—Sartael —advertía.

El demonio alzaba sus manos—. Busque en la jaulas de bajo rango, su alma no está ahí —exclamaba.

TaeHyung fruncia el ceño. Sus dientes y puños se apretaban, si el alma de SeokJin no estaba en una jaula común, sería el doble de trabajo liberarlo... Y el doble de sacrificios, si tan solo conseguía hacerlo porque no estar en una jaula común, eso ponía sobre la mesa la posibilidad de que estuviera bajo las garras de...

—Baalzephon... —susurraba TaeHyung.

El Capitán y guardia de los centinelas del infierno. Muchos sabían que a veces tenía el privilegio de torturar almas que encerraba en sus calabozos y jaulas. Las malas lenguas del infierno dicen que los centinelas que están bajo su mando son muy buenos torturando. TaeHyung se preguntaba si tenían el talento de que el sufrimiento infringido al alma de Jin pudiera manifestarse en carne sobre el mundano, porque ese era otro detalle que TaeHyung no entendía y quería detener.

—Sip —soltaba Sartael, trayendolo a la realidad—. Hasta aquí llego yo, no me meto con Baalzephon, tiene mal genio —mencionaba—. Y no creo que tu culo sirva para pagarle y liberar el alma del mundano, por lo que: muy buena suerte con eso, niño.

Luego como un chasquido, Sartael desaparecía.

TaeHyung volvía a la habitación, no podía irse sin decirle a SeokJin que desaparecía un buen tiempo porque buscar a Baalzephon no sería tarea fácil. Difícilmente estos demonios de rango importante yacían en el infierno, por lo que desaparecer como si nada, no era una buena opción.

Jin merecía saberlo y debía de prepararse, porque la ausencia del ex ser de luz implicaba sufrimiento para el mundano. Y él no quería más sufrimiento para SeokJin, él quería liberarlo. Ya había sufrido demasiado por su culpa.

Todo porque TaeHyung se había enamorado de él. No entendía como podían torturarle tanto por eso. El ex ser de luz no era ni el primer ángel en enamorarse y mucho menos el primero en acostarse con un mundano.

¿Por qué SeokJin sufría tanto? ¿A qué se debía? ¿Y por qué alguien como Baalzephon, tenía el alma de Jin en una de sus jaulas? Si es que eso era así, pero podría no caber duda alguna... El alma de Jin estaba en el infierno y si no estaba en una jaula común... Estaba con Baalzephon.

Todo parecía volverse cada vez más complicado y turbio. Y ni siquiera podía asegurar que tendría éxito al respecto.

Volvimos, bebé

*insertar voz de Cisco y Caitlin*

Con amor niñita NanyKoo 💜

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