𝘁𝗿𝗲𝗶𝗻𝘁𝗮 𝘆 𝘁𝗿𝗲𝘀. the story of a mother and her little girl.

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Maratón 1/3

Capítulo 33
La historia de una madre y su pequeña niña.


Desde que dije todo eso fuera de la cabaña con la esperanza de que mi novio de mentira me escuchara, no hemos vuelto a tener una conversación a solas. Lo que quedó de las vacaciones lo hemos disfrutado como si fuésemos amigos, el momento en que teníamos que volver a la capital mi mente no se encontraba tranquila debido a que no podía parar de pensar que estoy perdiendo mi vida. A veces pensaba que no era tanto por el amor no correspondido que sentía hacia Seungmin, sino más bien por mi infelicidad en este país. Las ganas de escapar me invadieron y supe que tenía que tomar una decisión rápidamente. Tal vez era una decisión que podría cambiarlo todo... o ayudarme.

Llegué a casa por la mañana y mientras desempacaba mis cosas y lo que había comprado en la Isla de Jeju, podía escuchar las voces de mis padres discutiendo en su habitación. Supuse que mi mamá volvió a ver a mi papá con el gerente, porque ella no era ninguna tonta. Sabía que papá tenía algo con el señor Yang Namjoon, pero no le decía nada por miedo a que mi papá le pidiera el divorcio y arruinara toda su vida perfecta. Porque eso era lo que realmente le importaba a ella. En mi caso, únicamente terminé de acomodar mis cosas y me acosté en mi cama, mirando las fotos que nos habíamos tomado durante las vacaciones. Suspiré agotada.

La puerta de mi cuarto se abre para dejarme ver a mi prima Vaitiare con una media sonrisa y atrás de ella se han puesto mis dos hermanas mayores.

Youngsun y Wanhee, la primera era la que más me preocupaba, yo no era su hermana preferida, sin embargo, el no tenerme en la casa la hizo extrañarme de algún modo, o es lo que supongo. Exactamente por eso mismo es que me han propuesto salir de la casa, además de que no querían que estemos presente en la típica pelea de nuestros papás, simplemente que en el momento en que estamos caminando por las escaleras, para irnos, puedo oír la voz molesta de mi madre que hizo que las chicas me vean con rostros confundidos. Empero, no es algo nuevo.


—¡¿Qué estás diciendo?! ¡Por tu culpa Minha es así!

—¡¿Por mí?! ¡¿De verdad vamos a tener esa conversación, Min Sowon?!

—¡Si esa niña es un desastre es por tu culpa! ¡No le dijiste nada cuando trajo a ese chico a la casa!

—¡¿Qué se supone que debía decirle?! ¡Ni siquiera te importa tu hija!—retrucó mi padre, alzando su voz.—No te importa verla feliz, no te importan ninguno de tus hijos, mucho menos yo, así que... ¿Para qué seguir aquí, no? Tú eres el único desastre en esta familia, Sowon, por tu culpa Minha es como es. Nunca le diste el cariño de una madre, ni siquiera te considera como tal, si hace todo lo que hace es solo por tu culpa, por lo tanto... No le eches la culpa a ella de lo que tú causaste.

—Ella es una simple mie...

—¡Cuida tus palabras cuando hables de mi hija, Sowon!

—¡Es la verdad, Seokjin! ¡Y tú lo sabes! ¡Es una decepción para esta familia!—se oyó el sonido de la puerta de su habitación abriéndose—¡Dejó ir al único hombre que podía darle lo que ella merecía! Pe-pero no... Lo dejó todo por un chico que se está liando con su hermana. Ni siquiera Kim Seungmin la quiere como a una novia, ningún hombre la ve como a una mujer, pero quizás así sea. Que ella no sirve.

Dijo Min Sowon, solamente que se quedó paralizada al verme parada en las escaleras, mirando la puerta de su habitación, de donde ella salió rápidamente, tratando de ignorar la presencia de mi padre, pero supongo que no esperaba encontrarme en casa.

—¡Sowon!

—¿Qué dijiste, mamá?—preguntó Wanhee.

—Minha...

Sin embargo, bajé las escaleras corriendo para abandonar la casa por completo, lo menos que quería era seguir escuchando la voz de mi madre, mi prima fue la que llegó antes que mis hermanas, solamente le había pedido que nos vayamos de la casa de una vez por todas y era lo que hicimos. En todo el viaje mis hermanas no han dicho una sola palabra, era lo que necesitaba en realidad, me quería olvidar de todo lo que me estaba pasando, hemos pasado la tarde en el centro comercial, después de comprarnos algunas cosas, fuimos al cine y a la noche paramos en un restaurante.

Myeong Youngsun pagó la cena de nosotras, al finalizar la noche no quería ir a mi casa, si veía a la mujer que me dio la vida le iba a decir bastantes cosas que no eran buenas.

—Yo me iré a caminar un rato.

—¿Sola?—frunció su entrecejo mi hermana.

—Estaré bien, unnie.—moví mi cabeza, dando un paso atrás, dispuesta en comenzar a caminar lejos del barrio donde estoy viviendo.—En serio, estaré bien.

—De acuerdo, entiendo si no quieres estar en tu casa, puedes venir a quedarte conmigo por mientras. Mi casa es tu casa y lo sabes, Minha.

—Muchas gracias, Vaitiare-ssi, pero necesito estar sola un momento. Por favor.

—Estaremos aquí para ti, hermanita.

—Te esperaremos.

—Cuídate, Minha.

Les sonreí a las tres, haciendo una ligera reverencia, y luego me alejé de mi barrio para tener un momento a solas conmigo misma, que era lo que necesitaba. Caminé durante varios minutos, discutiendo conmigo misma y repitiéndome la misma pregunta de siempre sobre mi madre: ¿Por qué me odia tanto? ¿Por qué insiste tanto en que esté con un chico de buena posición económica? No podía entenderlo. ¿Era acaso el dinero lo único que importaba? ¿No era más importante la felicidad de su hija? ¿No era más importante el amor? Estas preguntas giraban en mi cabeza, como un carrusel interminable de dudas y confusiones. Pero no importaba cuánto lo pensara, no podía encontrar una respuesta satisfactoria. Y eso solo aumentaba mi frustración y mi tristeza.

¿Cuál es su necesidad de que sea la hija perfecta cuando no puedo serlo?

No entendía nada de los pensamientos de mi madre y eso me molestaba muchísimo, nunca la complacería, aun cuando haga todo lo que ella me pida, porque para Min Sowon jamás será suficiente lo que yo haga para verla feliz. Decidí dejar de pensar en ella, en esa mujer que me está convirtiendo en una jovencita sin ganas de seguir con vida, sin ganas de querer progresar en la vida y, únicamente, hundirme en el odio de su persona, para hacerle las cosas que más odiaba, para verla sufrir. De la misma forma que ella me está haciendo ahora mismo. Mis pies acabaron por llegar a la casa del árbol que tenía con Hwang Inseo, ese lugar que pensé que no iba a volver a pasar nunca más, pero acá estaba, mirando el lugar con ganas de matarme. Entonces, comencé a caminar hasta poder pisar la puerta e ingresar, simplemente que me he sorprendido cuando entré. Ahí yace un chico alto, cabello negro revoltoso, ojos rojos y su labio partido. No entendía nada de lo que estaba pasando y menos por qué razón estaba llorando.

—Minha...

—¿Pero qué te pasó? ¿Quién te hizo esto, Inseo?—le pregunté, acercándome a su cara.

—Yo...

—Oye, ¿qué pasa?

—Perdóname, Minha... Perdóname...—sollozó. Entonces, sentí sus brazos alrededor de mi cintura, mientras su cara se hundía en mi pecho, buscando un lugar donde llorar—No puedo, perdóname...

—Inseo-ah, no entiendo nada.

—Mi padre... está planeando algo con tu madre, un plan que podría arruinarlo todo y hacer que me odies.

—¿Por qué dices eso?

—Quieren que nos casemos.

—¿C-cómo?—titubeé, alejándome de él.

—Por eso estoy así, le dije que no podía hacerte eso, por primera vez enfrenté a mi padre y terminé mal, Myeong Minha. Pero fue en vano, ellos dos planean hacerlo oficial frente a todos sus socios.

—Pero... tú estás con Saeri.

—Y tú con Seungmin.—cuando mencionó su nombre bajé la cara, ni siquiera podía escuchar su nombre que me sentía mal.—¿Verdad? ¿Sigues con él, no?

—Claro que sí, siquiera sé como él reaccionaría cuando sepa lo que nuestros padres están tramando.

«Muy feliz.»

—¿Por qué has venido aquí? ¿Estás bien?

—Sí, estaba de pasada.

—No tienes qué mentirme.

—¿Qué quieres que te diga, Inseo?

—La verdad, no quiero que me mientas.

Esas palabras fueron tan sinceras que no podía mentirle, tenía que decirle toda la verdad, pero al mismo tiempo no encontraba la fuerza para hacerlo. Sin embargo, Hwang Inseo siempre me había dado la confianza para hablarle con franqueza. Por eso, mi mirada se desvió hacia su mano, que ha colocado en mi muslo izquierdo, mientras que me miraba con esa media sonrisa que en algún momento me gustó tanto, mientras estábamos sentados en los puff que habíamos dispuesto.

Así que se lo conté todo.

—Tenías razón, al igual que mi mamá, la relación que tengo con Kim Seungmin no es real, todo fue un plan que armé para vengarme de mi madre.—confesé, riendo nerviosamente. Él podría usar esto para decírselo a mi madre o a su padre—Sé que te alegrará haber tenido razón todo este tiempo, quizás, al contarte esto estoy arruinando todo, haz lo que quieras con esta información, Inseo.

—Minha...

—La verdad es que ya no me importa lo que pueda pasar o lo que mi madre quiera pensar de mí, ve y cuéntale toda la verdad. Tú ganarás en esta ocasión.

Podía sentir la mirada de Inseo en mí desde que le revelé la verdad, pero algo pude notar en sus ojos.

—¿Te has enamorado de él?

—Hwang Inseo.

—Quiero saber la verdad, Myeong, ya no me mientas más y dime la verdad de una vez, por favor, te lo pido.

—Supongo que sí, creo que me enamoré de él.

—¿Y qué te impide estar con él?

—Está saliendo con mi hermana Eunji.

Hwang cerró los ojos rápidamente, entre que hacía una mueca extraña con sus labios, y solamente puedo sentir sus manos sobre mi débil anatomía, acercándome a él. Ambos unidos en el suelo de la casa del árbol.

—Cuando tú quieras podemos hacer que se ponga celoso.

—No le gusto, ¿qué caso tiene?

—¿Cómo lo sabes? El día que tuvimos la fiesta en tu casa parecía muy celoso, fue bastante evidente.

—Fingió. Es parte de lo que tenemos que hacer.

—Hmm... No, él realmente estaba celoso.

—No, Inseo.—volví a decir, levantando mis ojos hacia los suyos. Me encontraba abrazada a su cintura, entre que él estaba mirando la puerta de la casa del árbol.

—Que sí, hueca.

—¡No me llames así!

—¡Es que no entiendes! Te estoy diciendo que es verdad, y lo sé porque yo estuve hablando con él en ese momento, Minha. Cuando tú entraste a la casa yo salí para hablar con él, no quería que pensara algo malo de mí, no cuando estoy saliendo con Saeri, que ahora son amigos. Pero al llegar pude ver cómo golpeó uno de los cubos de basura y empezó a decir muchas cosas que no había comprendido, pero con lo que me estás diciendo ahora, todo tiene sentido.—explicó.

—¿De qué hablas?

—Empezó a decir que no tenía ninguna razón para ponerse celoso de ti, que tú no le importas en absoluto y que eso no debería volver a suceder.

—O sea que...

—Ajá, Seungmin se puso celoso ese día.

—Carajo, ¿por qué no me di cuenta...?

—Porque estabas muy segura de que él está enamorado de tu hermana y no de ti. Créeme, cuando un hombre pasa mucho tiempo con una mujer, y más cuando están fingiendo ser novios, cualquiera podría enamorarse en el proceso.

—Pero... él está saliendo con Eunji.

Él arqueó las cejas, evidenciando su incredulidad ante todo lo que estaba pasando. Nos quedamos en silencio, pero luego se ofreció a llevarme a mi casa ya que era muy tarde. Tras agradecerle por hacer eso, me dirigí a mi hogar. Al entrar, noté que estaba a oscuras y la única luz que está encendida era la del piso de arriba. Rogaba que nadie estuviera allí. Mientras subía los escalones, pude escuchar voces suaves de mujeres, las reconocía a la perfección. Estoy confundida, una de mis hermanas nunca ha sido capaz de defenderme de nuestra madre, y por primera vez en la vida, lo estaba haciendo.

—Ya vete, mamá. No quiero que Minha te vea cuando llegue.

—Youngsun, soy tu madre.

—Sí, y Minha es tu hija, ¿lo sabías, no? Le has roto el corazón, tal vez ella finja que no es así, que está acostumbrada al trato que tú le das, pero en el fondo esa niña está sufriendo y en vez de estar para ella, lo único que haces es hacerla sufrir aún más.

—Solo fui honesta, Youngsun.

—¡Le has dicho que su novio la engaña...!

—Eso es cierto.

—¿Y qué si lo fuera, mamá?—exageró su tono de voz. Impresionada por su cinismo.—No era la manera de decírselo, deberías haber actuado como una madre y no como la Reina de Corazones.

—Youngsun, vete.

—Dime, Sowon, ¿cómo reaccionaste cuando te enteraste que papá te engañaba?—se escucha una risa nasal abandonando el sistema de la rubia.—Por supuesto, es lo mismo. Tú sufriste y mucho, ¿cómo crees que se siente tu hija ahora? Sí, deberías pensarlo la próxima vez.

Los pasos de Myeong Youngsun se alejaron hacia el siguiente piso, mientras yo me escondía en las escaleras. Simplemente, llegué a mi habitación, donde pensé que podría estar a solas, no obstante, la mujer que me dio la vida decidió arruinar todos mis planes, una vez más. Solté un suspiro, dándome la vuelta. Debido a que no quería hablar con ella, solamente que es lo que tendría que hacer.

—Adelante, hazlo.

—¿El qué?

—Decirme que soy la peor de tus hijas, que no valgo para nada, que siempre voy a estar sola porque no puedo hacer amigos y mucho menos conseguir un hombre. Dime que simplemente soy un desastre viviente. Vamos, hazlo, pero que sea rápido, porque tengo mucho sueño.—resumí con desgana todas las posibles frases que esa mujer podría decirme.

Empero, por primera vez en mi vida pude ver lágrimas deslizándose por las mejillas de Min Sowon. Eran gruesas y brillantes, resplandeciendo a la luz tenue de la habitación. Caían silenciosamente, dejando un rastro húmedo en su faz, una prueba tangible de su dolor. Su mirada, normalmente duros y fríos, brillaban con una tristeza inesperada. Fue un momento de vulnerabilidad que nunca vi en ella antes.


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