Capítulo 12: Cómo no ocultar un secreto.

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

❝ We're only gettin' older, baby and I've been thinkin' about it lately, does it ever drive you crazy just how fast the night changes? ❞

Las navidades siempre habían sido entretenidas y esta vez no iba a ser la excepción, lo sabía.

—Niss —siseé entre risas mientras este seguía dejando besos por todo mi rostro, centrándose en mis labios y mejillas, haciéndome cosquillas.

Se detuvo durante unos segundos y me miró fijamente.

—¿Qué ocurre? —Hizo un puchero.

—Si tu madre entra, nos va a pillar.

—No lo hará, está en el supermercado con el resto. —Se encogió de hombros.

—Volverán en cualquier momento.

—Tú lo has dicho, cualquier momento, pero no ahora —susurró contra mi cuello.

Dejó un camino de besos hasta llegar a mis labios y volvimos a besarnos por enésima vez.

Era extraño, debía admitirlo. Si me lo preguntasen, no sabría ni siquiera definir el tipo de relación que teníamos. Sin embargo, eso no me importaba nada, confiaba en él.

Confiaba en que Niss jamás me rompería el corazón.

Durante estos días, me había demostrado que estaría bien, que estábamos bien. El único problema real que teníamos era ocultarlo, todo esto, todo lo que éramos y todo lo que hacíamos.

No era como si tuviésemos un romance prohibido ni que estuviésemos haciendo nada ilegal, lo sabía y lo tenía muy claro, pero tampoco éramos libres, al menos no yo.

Si la madre de Niss nos descubría, no pasaría nada. En cambio, si lo hacía mi madre, posiblemente no me dejaría volver a acercarme a Niss, o peor aún, me echaría de casa.

¿Extremo? Sí, pero tampoco sorprendente de su parte.

Por eso, siempre aprovechábamos esos momentos en los que nos encontrábamos solos o utilizábamos excusas para encontrarnos más a menudo, pero sin levantar sospechas. Tampoco éramos tan tontos.

En este caso, todos se habían ido a hacer las compras para la cena de Navidad, dejándonos solos porque se suponía que yo no quería salir por el frío y Niss porque ordenaría la casa. No era mentira, pero esa no era la principal razón.

—¡Estamos en casa! —exclamó Airy desde el piso de abajo.

Reaccioné a su voz al instante y empujé a Niss para sentarme en la cama y peinarme lo más rápido posible. Logan abrió la puerta de par en par y saltó encima de su hermano mayor mientras este fingía ordenar sus libros perfectamente ordenados.

—Niss, Niss, Niss, Niss —repitió el pequeño reiteradas veces.

Él lo sostuvo entre sus brazos riendo.

—Logan, Logan, Logan, Logan —lo imitó.

—Tengo una sorpresa para ti, pero tienes que cerrar los ojos.

El teñido obedeció mientras yo los observaba con una sonrisa ladeada. De repente, Logan giró su cabeza en mi dirección y frunció el ceño.

—¿Ocurre algo? —pregunté.

—¡Tú también tienes que cerrar los ojos, Mya!

—¿Por?

—¡Arruinarás la sorpresa! —chilló.

—No creo que funcione así, pero vale. —Rodé los ojos riendo y finalmente, los cerré también.

Durante aproximadamente dos minutos, pudimos escuchar a Logan corretear por la habitación, de un lado a otro, hasta que de repente soltó:

—¡Ya está!

Ambos abrimos los ojos al mismo tiempo, viéndolo sonreír con inocencia y balanceándose hacia delante y hacia atrás suavemente sobre sus puntillas. Tenía sus manos entrelazadas por detrás de su espalda, por lo que suponía que estaba escondiendo algo.

—¿Qué se supone que tenemos que hacer ahora, enano? —cuestionó Niss con curiosidad.

—Buscar —respondió Logan como si fuera una obviedad.

—¿Tenemos que fingir que no sabemos dónde está? —le pregunté por lo bajo a Niss.

—Mya, cállate —se rió entre dientes.

—Entonces fingimos que no sabemos dónde está. —Asentí lentamente.

—¡Es imposible que lo sepáis! —chilló Logan mientras nos sacaba la lengua y se cruzaba de brazos.

Ambos nos miramos y cada uno se dirigió a un sitio específico de la habitación. Niss sacó una bolsa escondida en su cajón de los calcetines y yo simplemente me agaché para sacar una caja envuelta que estaba debajo de su cama.

El niño abrió y cerró la boca varias veces, completamente sorprendido.

—Enano, es muy osado de tu parte pensar que no conozco mi habitación lo suficiente como para no notar qué has tocado o movido —se burló Niss.

—¡Se supone que soy un niño y me tenéis que dejar ganar! —nos reprochó.

—Si te sirve de consuelo, Logan, yo también tengo un regalo para ti —comenté.

Y entonces, todo el enfado plasmado en su rostro desapareció para convertirse en una sonrisa de oreja a oreja.

—A ver, a ver, a ver, a ver.

—Tranquilízate un poco, niño hiperactivo —reí mientras agarraba mi mochila, en donde tenía ropa de recambio y algunos de los regalos más pequeños que tenía preparado dar en la cena.

Saqué uno de ellos, el cual apenas pesaba y se lo entregué.

—¿Qué es?

—Ábrelo para saberlo. —Me senté sobre la cama de nuevo—. Que sepas que este solo es uno de los muchos que te voy a dar, así que no te decepciones.

—¿¡Me vas a dar más!? —Se sentó en el suelo y rasgó el envoltorio en cuestión de milésimas de segundos.

—Creo que estoy algo celoso de que él reciba tantos regalos —susurró Niss cerca de mi oreja cuando se sentó a mi lado.

—Para ti también tengo —musité algo sonrojado.

Cada vez que Niss se acercaba tanto a mí habiendo gente cerca, me ponía algo —muy— nervioso.

No había nacido para la actuación, lo sabía, pero él tampoco ayudaba para disimular.

Le pegué una pequeña patada cuando colocó su mano en mi cintura con Logan presente.

—No sería la primera vez que te tomo por la cintura con gente delante —murmuró con una sonrisa en la cara.

—Si nos descubren, al final va a ser por tu culpa.

De repente, el chillido del menor alertó a media casa, haciendo que se asomaran por el marco de la puerta de la habitación de Niss.

—¿Qué ocurre, Logan? —preguntó su madre, alarmada.

—¡Mya me ha regalado la última versión del juego que os pedí! —Saltó emocionado hasta mí y se abalanzó para abrazarme—. Gracias, gracias, gracias.

—No es nada —reí yo—, feliz Navidad, campeón.

—Te quiero mucho. —Hizo un puchero.

—Yo también te quiero mucho.

Lo estreché incluso más fuerte entre mis brazos.

Logan era como mi punto débil de la familia de Niss. Nunca podía decirle que no, sobre todo cuando me lo suplicaba con ojitos de cachorro mojado. No sabía de dónde había aprendido eso, pero sin duda, si alguna vez descubría al culpable, me acabaría vengando.

Quizás era porque yo no tenía hermanos pequeños, solo una hermana pequeña que ni siquiera me llevaba tantos años. O quizá solo me apetecía mimar a Logan.

El flash de una cámara interrumpió mis pensamientos.

—Esto es perfecto para foto. —Su madre se encontraba sosteniendo dicha cámara.

Sonreí forzadamente sin saber cómo reaccionar.

Odiaba un poco que me hicieran fotos, sobre todo sin avisar, pero tampoco podía reclamarle nada a tía Audrey, así que me callé.

Y honestamente, si ni siquiera me gustaba verme unos instantes en el espejo mientras me lavaba la cara, ¿cómo iba a gustarme ver una imagen que probablemente jamás se borraría?

—Mamá, ¿tú no deberías estar montando las luces de Navidad mientras papá cocina? —Niss pareció darse cuenta de mi incomodidad.

Cómo lo quería, mierda.

—Sí, sí, ¿y tú no ibas a ordenar toda la casa?

—¡Lo he hecho! —exclamó él de vuelta.

Toda la casa incluye tu habitación.

—Ehm, ehm —tosió con falsedad—, para cuando estemos cenando, ya estará ordenada.

—Eso quiero ver. —Se cruzó de brazos—. Logan, dejemos que tu hermano haga su trabajo.

—Valeee, adiós, Mya. —Se despidió agitando la mano con fuerza.

—Adiós, Logan —sonreí.

Cuando ambos nos quedamos a solas, comenzamos a reír sin sentido.

—Tan desordenado con la edad que tienes, terrible. —Comencé a meterme con él.

Me tumbé sobre su cama.

—Cállate —rió entre dientes. Y antes de seguir charlando, cerró su puerta con pestillo—. Para que no tengas que empujarme y tirarme de mi propia cama de nuevo.

—Si nos pillan, estamos acabados —declaré.

—No nos pillarán —susurró contra mis labios.

A lo que yo respondí con un hilo de voz:

—Aún.

---

;-; hola, no he muerto, solo estaba bloqueada kajshdjka, perdón.

No sabía cómo seguir la historia y al mismo tiempo, quería escribir un capítulo soft entre Niss y Mya y aquí lo tenemos. Estos dos siendo felices me hace tan feliz :').

En fin, besitos de media mañana y nos vemos pronto, espero.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro