Capítulo 14: Una canción para dos.

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

❝ Maybe, it's the way you say my name... but it's so good, I've never known anybody like you, I've never dreamed of nobody like you. And I've heard of a love that comes once in a lifetime and I'm pretty sure that you are that love of mine... And I see forever in your eyes, I feel okay when I see you smile ❞

—Yo también tengo otro regalo para ti —susurró—, no es tan increíble como la guitarra, pero creo que te puede gustar.

—Niss, no comiences porque si tú me has dicho que mientras fuera un regalo mío, era increíble, yo también diré lo mismo. Además, estaba más que feliz solo con el vinilo.

Después de un buen rato abrazados, Niss por fin se calmó y llegamos a esta situación.

—Espero que sea verdad —rió suavemente y se dirigió a su estantería para agarrar un libro, lo cual me emocionó, porque un libro siempre sería un buen regalo—. Quizá es algo cutre, pero lo vi en internet.

—Niss, que no va a ser cutre —refunfuñé.

—Ya, ¿te acuerdas de los libros que me recomendaste?

—¿Hablas mi trilogía favorita? —Lo vi asentir en respuesta—. ¿La del Príncipe Cautivo?

—Sí, esa misma. ¿Sabes que sacaron una nueva edición de tapa dura ilustrada? —Esta vez fue mi turno para asentir—. Sé que no la tenías, así que compré los tres.

Tragué saliva, emocionado.

—¿Me vas a regalar eso?

—¿Cómo lo has adivinado? —se burló.

—¡Niss!

Él carcajeó mientras me entregaba los tres libros.

Mis ojos debieron brillar mientras los miraba porque sí, amaba los libros y que me los regalaran me hacía demasiado feliz, sobre todo si venían de alguien como Niss, que me gustaba y al que quería mucho.

—Aunque sé que por ser libros ya te gustan, yo me tomé la libertad de... marcarlos y escribir sobre ellos —musitó—. Para que pudieras ver lo que pensaba mientras leía, lo que me recordaba a ti, cualquier tontería, no sé. Si no te gusta, no tengo problema en volver a comprártelos sin nada puesto.

—¡Ni te atrevas! —espeté mientras abrazaba con fuerza los libros contra mi pecho y aguantaba las lágrimas.

Como buen lector, siempre había tenido la fantasía de tener a alguien que leyese mis recomendaciones y opinase conmigo. Nunca había pensado en la posibilidad de que además, habría alguien que escribiría y marcaría escenas y frases pensando en mí.

—Entonces, ¿te ha gustado?

—Qué pregunta más estúpida. Claramente me ha gustado —declaré, sorbiendo mi nariz.

Niss había tocado mi fibra sensible y me había hecho llorar.

—¿Por qué llorarías? —rió nervioso.

—¡Quién fue a hablar!

Se acercó a paso lento y me abrazó.

—Que sepas que te quiero mucho.

—Lo sé, me lo has repetido como tropecientas veces.

—Y aun así, nunca serán suficientes.

Me besó y nos tumbamos en esa posición en su cama. Acabamos por dormirnos sin siquiera darnos cuenta.

A la mañana siguiente, me desperté por los quejidos de Niss. Al levantarme, me lo encontré tosiendo y en el suelo.

—¿Niss? —Me acerqué, preocupado.

—Mya. —Volvió a toser.

—¿Qué ha pasado? ¿Te encuentras bien?

—Sí, ¿por?

—Estás en el suelo y tosiendo —repliqué.

—El culpable de que esté en el suelo, ahora mismo se encuentra en mi cama —dijo con un tono burlesco.

Me sonrojé.

—¿Ha sido mi culpa?

—Qué va, solo me has dado unas cuantas patadas que me han mandado al suelo, pero todo bien —rió mientras se levantaba.

—¿Estás bien? —Hice un puchero, algo inquieto.

—Sí, solo me duele el culo, pero meh, se me pasará. —Se encogió de hombros.

—¿Seguro?

—Sí, pero si me quieres revisar, no tengo problema...

—¡Niss! —Esta vez lo pateé suavemente en una de sus piernas.

Él solo comenzó a carcajearse y se fue al baño, no sin antes decir:

—La propuesta sigue en pie.

Acabé por seguirlo, totalmente rojo, y sin intenciones de hacerle caso. Me acerqué a él por detrás y lo abracé. Debido a la diferencia de altura, mis brazos apenas sobrepasaban su cintura.

—¿No estás muy cariñoso últimamente? —bromeó.

—Encima te quejarás —bufé.

—No, no, yo jamás me quejaré. —Se giró para corresponder mi abrazo.

Niss se encontraba afinando su nueva guitarra mientras yo estaba tumbado en su cama, mirando al techo de su habitación como si fuera la cosa más interesante del mundo. Él, en cambio, estaba sentado en el suelo, apoyado sobre el colchón.

—Cántame algo —solté.

—No tengo ninguna canción nueva —replicó.

—Podemos componer una nueva —sonreí con inocencia, aunque no me viera.

—No me tientes, Mya.

—Te tiento, te tiento. —Me giré y apoyé mi cabeza sobre mis brazos, los cuales crucé para usarlos como almohada—. Porfi —supliqué.

Niss se colocó una mano en el pecho mientras susurraba palabras ininteligibles.

—Puedo componer la melodía y tú la letra —propuso.

—Pero eso es aburrido.

—Entonces nada.

—Niss —rogué.

—Mya, para, o me va a dar un jodido ataque al corazón —ordenó mientras se ponía la mano a la altura del pecho de nuevo.

—Es a propósito. —Le saqué la lengua.

Él me miró mal y se subió a la cama, encima de mí después de dejar la guitarra a un lado con delicadeza. Me volteé, sorprendido.

—¿Tú no le tenías miedo a las cosquillas?

—Nissiro Walsh, ni te atre... —Levantó ligeramente mi camiseta para introducir sus manos y comenzar a hacerme cosquillas—. Cabrón —mascullé entre risas mientras intentaba escapar de sus garras.

—¿Decías algo? —preguntó socarronamente.

—Como te distraigas, te voy a arrancar ese pelo teñido tuyo, rojo feo encima —amenacé entre carcajadas y lágrimas.

—¿Qué has dicho? ¿Que quieres más? Yo sin problemas.

—¡Niss!

—Pararé cuando te disculpes.

—¿Por qué me disculparía? —gruñí, consiguiendo por fin agarrar una almohada y estampársela en la cara, aunque eso no lo detuvo para seguir haciéndome cosquillas.

—Entonces, ¿por qué pararía yo?

—¡No me repliques! —Se quedó callado—. Tú, Nissiro, para.

—O si no, ¿qué?

—¡O se lo digo a tu mamá!

—Oh, qué miedo, Mya. —Rodó los ojos.

—Eres un idiota, suéltame.

A este punto, ya estaba llorando de la risa y sufriendo bastante. Mi respiración estaba agitada y me costaba inspirar aire. Normalmente, Niss se habría detenido muchísimo antes de que esto pasara.

—¿Y qué gano yo a cambio? —bromeó.

—¿Mi amor?

—Me sirve —susurró contra mis labios y parando las cosquillas.

El cabrón me había hecho sufrir para después besarme como si nada. Se iba a enterar.

En un rápido movimiento, cambié nuestras posiciones para que él acabara abajo, sobre el colchón y yo a horcajadas, encima de él.

—Te odio tanto ahora mismo —siseé.

—No te lo crees ni tú —se burló para después tomarme por la nuca y besarme de nuevo—. Cuando quieras, podemos componer esa canción juntos.

—Ya no quiero nada tuyo. —Hice un puchero.

—Pero yo lo quiero todo de ti —rió—. ¿Ves cómo nos complementamos?

Yo era débil ante Niss, y si él me hacía esto, yo no podía resistir más ante sus encantos.

—Compongamos esa jodida canción.

Y volví a besarlo.

---

Normalmente, las canciones que pongo al principio, sigo la letra al pie de la letra (valga la redundancia), pero esta vez la acorté un poco porque quería que saliera gran parte, pero al mismo tiempo había otras que podía quitar, así que si veis que no se parece a la original, es por eso.

En fin, yo quisiese un Niss para la vida. Si de por sí me gustaba, imagínate ahora que regala libros... Y ENCIMA MARCADOS Y SUBRAYADOS EN PARTES DONDE SE ACUERDA DE MYA. Yo quisiera, Mya, yo quisiera. (Lo de la tapa dura y versión ilustrada es mentira, pero ojalá).

Niss y Mya son mi 'I wish'.

En fin, ¡esta vez no estoy publicando a media mañana! Pero igualmente, besitos de media mañana jeje. (Lo escribí a las casi 7am, ayudadme).

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro