Capítulo 16: Si tengo que fingir ser normal.

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

❝ Touch me someone, I'm too young to feel so numb, numb, numb, numb 

Nada más abrir la puerta de casa, un jarrón se estrelló a mi lado, rompiéndose en mil pedazos. Aguanté la respiración por unos instantes hasta que me di cuenta de lo que ocurría; mi madre estaba enfadada.

Sus gritos contrastaban con el silencio de la calle.

Inspiré profundamente y me dirigí directamente a mi habitación. Si ni siquiera tenía ganas para comer, menos aún para que me gritara.

Dejé mi mochila y agarré una bolsa de tela en donde metí un par de libros y folios, me puse mis auriculares y después de asegurarme de que tenía todo lo necesario, bajé al salón, listo para el interrogatorio de mi madre si es que no me abría la cabeza antes con los jarrones supervivientes.

Sin embargo, aunque estaba preparado para los gritos, no hubo nada más que silencio. Tragué saliva y antes de arrepentirme, salí corriendo hacia la calle con la intención de refugiarme en cualquier lugar que no estuviera lleno de tensión o chillidos.

Paseé con la música a todo volumen sin tener un rumbo fijo y, para cuando quise identificar las calles en las que me encontraba, estaba delante de mi cafetería favorita, como si mi propio cuerpo me hubiera guiado ahí.

Suspiré y entré, recordando que la última vez que había estado allí había sido junto a Airy, Niss y los demás en un momento muy incómodo. La cafetería estaba tan llena como siempre.

Pedí el mismo batido de todas las veces y mientras esperaba a que me lo entregaran, analicé todo el establecimiento sin fijarme en las personas, solo en si había sitios libres para poder sentarme para estudiar. Sin embargo, no había, así que me quedé en la barra y me senté en un taburete.

Por más incómodo que fuera, era mejor opción que estar en mi casa en ese momento. Saqué mis apuntes e intenté estudiar, pero no me pude concentrar, así que subí el volumen de la música mientras dejaba que mi mano se deslizara por la hoja, sin control.

En tan solo unos minutos, había llenado la hoja de palabras y dibujos sin sentido. Leí un poco por encima y me di cuenta de que podría usar varios versos para la canción que estaba componiendo con Niss, por lo que le tomé una foto para enviársela y preguntarle qué tal le parecía, pero en el último momento, me arrepentí. No me atreví a molestarlo porque igual estaba ocupado.

Ya le daría la lata mañana, en clase. Además, no tenía prisa, había tiempo suficiente para componerla.

Sentí un dedo acariciando repentinamente mi nuca, lo que me espantó, haciéndome dar la vuelta con una cara de completo horror, encontrándome con la sonrisa de oreja a oreja de Niss.

—Niss —susurré, quitándome los auriculares.

—Hola, Sunshine. —Se balanceó de un pie a otro.

—¿Por qué estás tan sudado? —cuestioné.

—Vengo del entrenamiento de fútbol —replicó, como si fuese obvio.

—¿Tú no ibas a dejar el fútbol? —inquirí.

—Sí, y lo he hecho. —Se encogió de hombros—. Pero me han pedido que me quede hasta el partido final de la Selección.

—¿No quedan varios?

—Sí, pero no juego —sonrió con inocencia—, solo ayudo con las tácticas.

—¿Y no podrías no entrenar?

—¿No sería muy triste tener a un capitán que no juega? Además, yo lo que necesito es tiempo, no me voy a morir por entrenar un poco más.

—Si tú estás bien con eso... —susurré.

Me apetecía besarlo, aunque, ¿cuándo no? Lo único que me impedía hacerlo ahora a diferencia de cuando estábamos a solas era que la cafetería estaba llena de gente.

No quería que corrieran rumores. No quería arruinar la reputación de Niss.

—Sí... ¿y tú qué haces aquí, estrellita?

No me apetecía mucho hablar, así que ignoré su pregunta.

—¿Estrellita? ¿En serio, Niss?

—No se me ocurren más apodos, ¿vale? —se quejó—. Estoy investigando más, pero entre que no te gusta Sunshine ni galletita ni nada, tengo que improvisar.

—Reitero, tengo nombre. —Alcé una ceja.

—Lo sé, pero me gusta ponerte apodos. —Hizo un puchero.

Auch, mi corazón. Iba a morir de ternura.

—Acércate —le ordené. Me miró algo sorprendido y parpadeó un par de veces, pero acabó obedeciendo—. Ahora agáchate un poco.

—¿Qué vas a hacer, estrellita? —Volvió a hacerme caso.

Por mi parte, aproveché para revolver su cabello y a apretar sus mejillas.

No me cuestionó, pero si alzó una ceja y me miró con diversión.

—Quería hacer eso desde hacía tiempo —expliqué.

—Y no te has quedado con las ganas —rió, peinándose. Asentí en respuesta—. Igualmente, no me has contestado, Mya, ¿por qué estás aquí?

Tragué saliva sin saber qué responder, pero decidí no mentir y contarle todo.

—Mi madre sigue enfadada, no sé si conmigo o con el mundo entero. Tampoco quería quedarme para descubrirlo.

Agité mi mano derecha para restarle importancia, aunque ni siquiera pude convencerme a mí mismo.

—Ay, Mya, si quieres quedarte en mi casa hoy, sabes que puedes, ¿no?

—No voy a hacer eso, Niss...

—Airy también se queda.

—No me vas a convencer con eso.

—Andaaa... —insistió y dejó a un lado su bolsa de deporte.

—¿Tú qué haces aquí? —pregunté yo esta vez.

—Venía con el equipo para pasar la tarde —contestó—. Puedo avisar yo a tía Nelly.

—Oh, ¿y dónde están? —Le di un sorbo a mi bebida—. No quiero molestar a tía Audrey.

—Fuera, se han encontrado con las animadoras. —Se encogió de hombros—. A mamá le encanta que vayas a casa, por no hablar de Logan y bueno, Hass odia el mundo.

—¿No deberías ir con ellos? —Le ofrecí el vaso para que lo probara, lo aceptó y bebió—. No sé...

—Te vi en la cafetería y quería saludarte primero. Y ya está decidido, te voy a secuestrar, no tienes opción a negarte. —Me tomó por la cintura.

—Niss, en público no —respondí automáticamente, dándole un empujón.

Pareció sorprendido y se apartó.

Me sonrojé, pero esta vez era por la vergüenza.

—Lo siento —se disculpó.

—N-no es por ti, Niss —titubeé.

—No te preocupes, lo entiendo. —Esbozó una sonrisa triste y se alejó dos pasos de mí.

—N-no quiero que se burlen de ti, solo es eso —balbuceé.

—¿Por qué se burlarían de mí? —Frunció el ceño.

—Ya sabes... Austin y tus amigos no nos verían con buenos ojos. —Agaché la cabeza—. No quiero que estos rumores circulen.

—Por Dios, Mya, que le den a Austin. Me importa una mierda lo que digan de mí. A mí me gustas tú y punto, ¿por qué tendría que opinar el resto?

Lo miré sin saber qué responder, tampoco se me dio la oportunidad porque Airy apareció de la nada, pasando su brazo por los hombros de Niss.

—Hola, hola, enano —saludó mi hermano.

—Mido cinco centímetros menos que tú —declaré.

—Por eso, pitufín, mides menos que yo.

Rodé los ojos y me giré, ignorándolo.

—Disfrutad vuestra estancia —dije sin muchas ganas.

—Qué antipático, pequeño Mya —bufó Airy—. ¿Qué haces aquí?

—Mamá casi me rompe un jarrón en la cabeza —solté sin pensar. Me cubrí la boca cuando me di cuenta de lo que había dicho—. Digo, ¿qué?

Reí nerviosamente y me enfrenté a sus miradas de sorpresa y horror.

Airy se abalanzó sobre mí y comenzó a revisar mi cabeza.

—Joder, mamá —gruñó.

—No me ha tocado, Airy, tranquilo, ¿sí? —Intenté apartarlo, pero no lo conseguí.

—¿Y por qué no me has llamado, Mya? —me reprochó.

—No es para tanto, ni siquiera iba dirigido a mí.

—Me importa una mierda, ¿qué habría pasado si te hubiera dado? —cuestionó, alarmado.

—Una llamadita al hospital, unos puntos y una nueva anécdota a la lista —bromeé.

—¿Qué cojones, Mya? —reclamó Niss esta vez.

—Mamá a veces se pone intensa —aclaré.

—Mi madre a veces también, pero ella no me lanza jarrones —rebatió—. Antes era broma, pero ahora te quedas en mi casa.

—¿Ibas a volver a casa solo? —Airy arrugó la nariz.

—Eira también está en casa, creo... —repliqué.

—Eira está con sus amigas, haciendo un trabajo —contestó—. Mya, sabes que no es buena idea quedarte a solas con mamá y mucho menos cuando eres tú —recalcó lo último.

—Ya sé que no me soporta —murmuré.

—No es que no te soporte, simplemente la sacas más de quicio —suspiró—. Te vienes conmigo a casa de Niss.

—¿Con el permiso de quién? —Fruncí el ceño.

—Con el mío.

—Mamá me va a matar —dije.

—No. Si soy lo suficientemente mayor para trabajar, también para darte permiso. Que se joda.

—Si te escuchara...

—Esto se queda entre nosotros. —Me tomó por los hombros—. Y quiero que sepas que todo lo que diga mamá sobre ti es mentira. Eres perfecto como eres, Mya, y mira que no te soporto porque eres mi hermano.

—Lo dices como si yo te soportara más —bromeé sin ganas.

—Cabrón —rió.

Entonces, su equipo llegó junto a las animadoras, por lo que todos se sentaron en una mesa que había quedado libre.

A pesar de que me invitaron a estar junto a ellos, pasé. No conocía a la mitad y ni siquiera tenía la suficiente confianza para hablar, ni que decir de comer delante de ellos.

Al final, me quedé hasta que la cafetería cerró, al igual que la mayoría de ellos, aunque yo salí antes y los esperé en la puerta mientras me balanceaba de un lado a otro.

Sabía que la reacción de horror de Airy y Niss era normal. No era precisamente común que tu madre te tirase cosas potencialmente mortales cuando estaba enfadada. Lo sabía, pero había sido criado así.

Quizá, era por eso que Airy y yo solíamos ser bastante frívolos con temas así.

Me costaba entender por qué otros se alarmaban tanto por ello, mientras que al mismo tiempo, podía entenderlo. Era raro, pero era más fácil fingir emociones humanas que explicar que mi madre estaba algo loca y que me había vuelto loco a mí también.

Me preguntaba qué pasaría si Niss descubriera esta parte de mí. ¿Le seguiría gustando alguien con tan poca humanidad?

No tenía intención de averiguarlo. 

Si era necesario, seguiría fingiendo ser una persona normal.

---

Vale, es increíble cómo el capítulo va de mal en peor JAJDJSJ. Peeero tiene su sentido, lo juro (o eso creo).

No es muy largo, pero es trabajo humilde. Es increíble lo mucho que me ha costado escribir 1700 palabras y eso que normalmente lo hacía enseguida KAJSK. Cómo se nota el poco tiempo libre :((.

En fin, mi intención es que el próximo capítulo sea máááás largo, no sé cuánto, pero tengo la esperanza de que sean 3000 palabras si no me muero antes.

Y kajdkw, sé que no he estado muy activa, pero tengo mis razones; los estudios me han consumido bastante y he estado actualizando STDQN.

Que por cierto, es increíble que esté más cerca del final de STDQN que de ACDI y eso que este último lo empecé antes JAJAJA.

Espero que os haya gustado el capítulo, no olvidéis que votando y comentando me apoyáis y motivais un montón <3

¿Qué pensáis que pasará próximamente? Os leo ✨

En fin, besitos nocturnos porque, sorprendentemente, no estoy escribiendo esto de madrugada.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro