Capítulo 18: Si tan solo...

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❝ But I'm weak, and what's wrong with that? Boy, oh boy I love it when I fall for that ❞

No tenía hambre.

Apenas pude comer dos o tres bocados de la pasta que había cocinado tía Audrey, a pesar de que estaba muy buena. Sin embargo, tuve la fortuna de poder escudarme con un supuesto dolor de barriga y solo bebí sopa, lo que al menos los dejó más tranquilos.

Era mejor a que no comiera nada.

Quitando eso de lado, solo me apetecía dormir y, si era posible, no despertar jamás.

No me quedaban fuerzas para enfrentar lo que quedaba del día, a pesar de que solo fueran un par de horas más. Todo había sido demasiado intenso y veía la posibilidad de que pasaran cosas aún peores.

No estaba preparado para ello.

—La verdad es que no esperábamos tantos invitados hoy, así que no hemos preparado suficientes habitaciones —comentó tía Audrey—. Si no os importa, podemos repartiros en las habitaciones que hay disponibles.

—Lo que queráis les parecerá bien —indicó Hass.

—Pues, Hass, supongo que dormirás con Zack —dijo su madre. Hass respondió con un leve asentimiento de cabeza—. Entonces, quedan dos habitaciones, sin contar la de Niss y la de Logan.

—Elián con Tyler, Ben con Thiago, Airy con Logan y Mya con Niss —repartió Hass sin siquiera preguntar—. ¿Alguna queja? Seguramente no, así que se queda de esta forma.

—¿Mya con Niss? ¿No estaría más cómodo con Airy? Logan y Niss podrían dormir juntos y Mya con Airy —sugirió tía Audrey.

—Nah, no les importa. Además, Logan odia dormir con Niss y viceversa, ya lo sabes.

—¡No es mi culpa que Niss ocupe tanto espacio personal! —El pequeño infló sus mejillas, enfadado.

—¡Eso no es verdad! —rebatió el mayor.

Vi a su madre suspirar con una sonrisa en la cara.

—Como he dicho, Mya con Niss y Airy con Logan. —El pelinegro se encogió de hombros.

—Sí, que así se quede.

El resto de la cena siguió con normalidad. Todos charlando de sus cosas mientras yo jugueteaba con la poca comida que quedaba en mi plato. Después de lo que pareció una eternidad, por fin decidí levantarme para dejarlo.

A pesar de la mirada de reclamo en el rostro de mi hermano y de los padres de Niss, no dijeron nada y me dejaron en paz.

Lavé mi plato y me encerré en la habitación de Niss. No me quedaban fuerzas, pero saqué algunas para al menos ducharme, no sin antes mirarme por un largo rato en el espejo, dejando que mi cabeza formulara decenas de críticas hacia mí mismo.

Por una vez, no me quedaban las suficientes energías como para deprimirme y llorar. Mi cuerpo se movió automáticamente bajo el chorro de agua caliente, dejando que quemase mi piel, esta quedó roja y sensible, pero realmente no dolía tanto.

Al salir del baño, esperando que a Niss no le importara, le robé una camiseta y una sudadera holgada. Tomé la ropa interior del cajón que me había mostrado en mi estancia durante la ventisca.

Me tumbé en la cama y me cubrí con las sábanas, sin siquiera apagar las luces, porque sabía que acabaría entrando en pánico estando solo y a oscuras.

Sorprendentemente, no estaba ni enfadado ni molesto. No sentía nada en ese instante y, aunque estuviera acostumbrado, no me gustaba ese sentimiento, esa sensación de ser menos humano que el resto del mundo.

Cerré los ojos cuando escuché la puerta abrirse. Seguramente era Niss y no me apetecía hablar con él, no porque fuéramos a discutir o algo. Simplemente, quería algo de espacio para mí mismo.

Él se movió por toda la habitación por unos largos segundos para después entrar al baño, pude intuir esto último debido al suave portazo que provenía de esa dirección en concreto.

Para cuando me quise dar cuenta, ya estaba casi dormido entre los brazos de Niss. No tenía noción del tiempo, pero parecían haber pasado horas porque todo estaba a oscuras y él estaba dormido. La única fuente de luz era la Luna y ni siquiera iluminaba tanto, pero sí lo suficiente para observarlo.

Su cabello estaba despeinado y tenía una expresión serena, con la boca ligeramente abierta. No aguanté la tentación de deslizar mi pulgar sobre su labio inferior. Eso no lo despertó, o eso pensé, hasta que abrió los ojos y me miró en silencio durante unos segundos.

—¿Te he despertado? —pregunté.

—Sí —bostezó.

—Lo siento.

—No pasa nada.

Y volvimos a quedar en silencio.

—¿Estás bien? —balbuceé para poder rellenar el ambiente con algo, cualquier ruido.

—Sí, ¿por?

—No sé, solo preguntaba.

—¿Y tú?

—¿Yo qué?

—¿Estás enfadado?

—¿Por qué lo estaría? —Fruncí el ceño, aunque no me viera.

—Parecías estarlo antes, cuando lo de... Tyler —murmuró.

—Yo... Solo estaba cansado, no molesto —suspiré.

—¿Seguro?

—Sí, ¿por qué me enfadaría? No tiene sentido.

—Porque no te lo conté. —Hizo un puchero.

—No seas tonto, no es tu culpa gustarle a alguien —bufé.

Me apretó con fuerza contra él y hundió su nariz en mi pelo.

—No soportaría que te enfadases conmigo por algo tan estúpido —reveló.

—Niss, no estoy enfadado.

—Lo sé —susurró—, pero si algún día lo estás, prefiero que me lo digas a que te lo aguantes, ¿sí?

Apreté los labios durante unos segundos, sin saber qué responder, pero finalmente conseguí que saliera un bajo "sí" de mi boca.

Ninguno de los dos supo qué más decir, así que nos quedamos en silencio, escuchando nuestras respiraciones coordinarse.

—Esto es una estupidez —resoplé, encendiendo la luz y empujando ligeramente a Niss para subirme encima de él—. No estoy molesto contigo, sino conmigo mismo, y ni siquiera tengo una razón. No sé cómo explicarme sin sentirme como un completo gilipollas temperamental que no es consciente de sus propios sentimientos porque es un inestable de mierda.

Me sorprendí a mí mismo con todo lo que había soltado, porque era la primera vez que externalizaba parte de los pensamientos que me quemaban por dentro.

Niss abrió los ojos, igual de asombrado que yo.

—No eres un inestable de mierda —dijo.

Rodé los ojos mientras esbozaba una sonrisa sarcástica.

—Claro, porque es muy normal pasar de estar feliz a sentir que el mundo es una mierda en tan solo unos segundos —gruñí.

Niss se sentó y rodeó mi cintura con sus brazos, para después apoyar su cabeza sobre mi pecho.

—Qué te puedo decir, Sunshine, a veces pasa.

—A mí me pasa demasiadas veces. —Arrugué la nariz—. Mi vida es una mierda.

—La vida en general es un chiste malo y nosotros las víctimas. —Se encogió de hombros.

—Cuánta positividad desprendes, ¿no? —Acaricié su cabello.

—Es que estoy triste. —Se separó e hizo un puchero.

—¿Por qué?

—Porque pensaba que estabas enfadado conmigo.

—Pero no lo estoy —repliqué.

—Ya.

Toqué su mejilla llamando su atención y rocé nuestros labios.

—Lo siento, no quería darte a entender que estaba molesto contigo. No sabía cómo explicar cómo me sentía.

—No necesito que me expliques cómo te sientes al momento, pero estaría bien si me dijeras que necesitas tiempo, espacio, lo que sea, pero dime algo, por favor.

—Perdón —mascullé, sintiéndome culpable.

Busqué la mirada de Niss cuando ambos nos callamos. No teníamos nada más que decir. En el ambiente por fin se respiraba el sosiego que tanto había estado buscando las últimas horas.

Cerré los ojos, sintiendo la mano izquierda de Niss deslizarse por mi espalda hasta llegar a mi nuca. Disfruté del rastro de calidez que dejaban sus caricias sobre mi piel. Con sus dedos comenzó a dibujar círculos; primero en mis clavículas, después mi cuello y finalmente, mis mejillas.

Realmente, no era necesario que ninguno hablase, porque podíamos entendernos en el silencio de su habitación y, quizá podía sonar como una tontería, pero sentía que ese silencio cargaba con todas las palabras que no habíamos dicho y que no necesitaban ser dichas.

En un movimiento impulsivo, deshice la distancia que había entre nuestros labios y lo besé. Fue un beso lento y tierno, sin rencores.

Aunque para Niss podía ser otro más de los muchos que nos habíamos dado, para mí significó el principio de una promesa que no iba a romper; no ocultarle más secretos a Niss.

No quería que la falta de comunicación entre nosotros fuera el desencadenante de alguna discusión capaz de destrozar lo que teníamos y por más estúpido que sonara, para mí fue muy importante.

Era totalmente consciente de que la comunicación era la base de una relación y estaba dispuesto a cumplir con ello.

Quería ser una mejor persona, capaz de hacer feliz a Niss, sin arrastrarlo hasta el abismo en donde me encontraba yo, e incluso estaba la posibilidad de que pudiera estar junto a él y liberarme de ese vacío que me encadenaba.

Sabía que iba a ser un camino largo, pero teníamos tiempo.

En algún momento de la madrugada, acabé durmiéndome, otra vez en los brazos de Niss, pero de poco sirvió porque más tarde, sonó la alarma, avisándonos de la entrada de un nuevo día de clase.

—¿Qué tal habéis dormido, chicos? —preguntó tía Audrey al vernos entrar a la cocina, en busca del desayuno.

—Bien —contesté apoyándome sobre la encima.

—Me alegro, Mya, ¿qué quieres para desayunar?

—Cualquier cosa está bien —repliqué.

Entonces, con una sonrisa de oreja a oreja, dejó frente a mí unas tostadas con tomate y jamón. Musité un bajo "gracias" antes de comenzar a comer.

Tenía algo de hambre, después de todo, no había comido casi nada el día anterior.

—Mamá, ¿dónde está Airy? —preguntó Niss, peinándose con los dedos—. No lo he encontrado en la habitación de Logan.

—Pues él ha despertado antes que vosotros para ir a su casa y recoger su mochila, eso me ha dicho —respondió dejando otro plato delante de Niss.

—¿Antes que nosotros? Apenas son las siete. —El teñido frunció el ceño.

—Bueno, es un chico madrugador. —Se encogió de hombros ella.

—Increíble. —Le dio un mordisco a su tostada.

Los dos nos quedamos en completo silencio mientras comíamos. Lo único que se escuchaba era cómo tía Audrey cocinaba, aunque, momentos más tarde, esa calma desapareció cuando Logan despertó y comenzó a chillar, lo que a su vez hizo que el resto se levantara.

—Te voy a acabar denunciando por contaminación acústica, Logan —gruñó Hass, entrando a la cocina junto al pequeño.

—Soy tu hermano, no harías eso. —Le sacó la lengua y se sentó a mi lado—. Buenos días, Mya —sonrió con inocencia.

Le sonreí de vuelta y terminé lo que quedaba de mi desayuno y dejé mi plato en el fregadero.

—Joder, qué vivo te ves, Mya —comentó Hass, sarcásticamente.

Le saqué el dedo del medio en respuesta y bostecé, haciendo que todos los presentes bostezaran igual.

—¡Buenos días! —canturreó Airy, irrumpiendo repentinamente en la cocina y lanzándome mi mochila a la cara.

Apenas la pude coger sin que se cayera.

—Buenos días —respondieron todos al unísono, algunos más animados que otros.

En mi caso, yo desconecté después de eso y para cuando reconecté, Airy, Niss y yo ya estábamos delante del instituto.

—Pasad un buen día —dije, despidiéndome con un ademán y sin dejarles contestar.

Me encontré a mis mejores amigos abrazados delante de las taquillas, obviamente coqueteando entre ellos. No pude evitar hacer la misma mueca de asco que hacía siempre delante de ellos al llegar a su lado.

—Arruinas el ambiente —se quejó Arley.

—Perdón por querer agarrar mis libros sin tener que presenciar tu hermoso ritual de apareamiento —sonreí con inocencia.

—¿No ha salido bien con Niss? —cuestionó Nix.

—¿De qué hablas? —Fingí no saber. Una técnica poco práctica y con cero probabilidades de funcionar, pero que iba a intentar aun así.

—De cuando nos dijiste que os habíais besado. —Se separó de su novio y se cruzó de brazos.

—No sé cuándo has escuchado eso, pero estás un poco sorda, ¿no? —Abrí mi taquilla y saqué los libros que necesitaba para las siguientes tres horas.

—Entonces, ¿tengo que fingir que no veo que llevas una sudadera over-sized obviamente de Niss porque tiene su nombre estampado en la espalda? —Alzó una ceja.

—Vaya, no me había dado cuenta de que llevaba el nombre de Niss. ¿No es la del equipo de fútbol? —inquirió Arley.

—No sé de qué habláis, deberíais ir al oculista, os vendría bien. —Me rasqué la nuca.

—Oh, vamos, Mya, somos mejores amigos, debes compartir el chisme con nosotros. —Nix frunció el ceño.

—¿Qué chisme? —tosí falsamente.

—¿Me estás diciendo que has estado en casa de Niss todas las navidades y no habéis hecho nada? —cuestionó.

—Como todos los años. —Me encogí de hombros.

—A este punto, ya no sé si sentirme ofendida por lo mal que mientes o por que no hayas pensado en hacer nada —declaró.

—Ay, pitufín, deberías aprender a mentir mejor —interrumpió la voz de Airy.

Lo miré mal en respuesta.

—Reitero, no sé de qué habláis.

Niss, a su lado, rió por lo bajo pero asintió con una falsa expresión de seriedad, dándome la razón.

—Bueno, chicos, entonces todos vamos a fingir que no sabemos nada, ¿vale? —se burló mi hermano.

—Mucho tiempo libre debéis tener para estar aquí, ¿no? —resoplé.

—Bueno, aún quedan quince minutos para que empiecen las clases y me aburría. —Mi hermano se encogió de hombros.

Miré a Niss, esperando una respuesta por su parte también.

—Yo solo estaba siguiéndolo.

—Pero, ¿os habéis comido la boca o no? —Arley entrecerró los ojos.

A este punto, ya era estúpido negarlo, pero tampoco iba a afirmarlo con tanta facilidad.

—¿Tú qué piensas?

—Que sí.

—Pues eso —murmuré.

Mis mejores amigos abrieron mucho la boca, sorprendidos.

—¿Quién fue el que dio el primer paso? —Nix sonrió socarronamente.

—Adivina.

—Te he preguntado por algo, Mya. —Hizo un puchero.

—Depende de qué consideres "dar el primer paso".

—Mostrar las ganas que teníais ambos para besaros. —Nos señaló a los dos.

Tosí varias veces, avergonzado.

—Fue Mya —contestó Niss por mí, balanceándose de una lado a otro, feliz.

Arley y Nix se rieron como si de un chiste se tratase, pero al ver nuestras expresiones de seriedad, pararon de golpe.

—¿Es en serio? ¿Nuestro pequeño Mya fue el primero? ¿Él? ¿El mismo al que le avergonzaba decir que eras guapo?

Miré alertado a mi mejor amigo, este al darse cuenta, silbó disimuladamente.

Suspiré.

—Qué adorable, Sunshine. —Niss se acercó para dejarme un beso en la mejilla.

Lo dejé hacerlo sin apartarme porque no había gente en los pasillos y la poca que había estaba demasiado ocupada en sus propios asuntos.

—Aww, cómo crecen. —Nix fingió limpiarse una lágrima con su dedo índice—. Primero es un beso, después serán novios y finalmente se casarán.

—De hecho, ya estamos saliendo —sonrió Niss.

Yo aparté la mirada, algo sonrojado, pero no lo negué.

¿Podía decir que éramos novios? Era tan raro siquiera pensar en ello.

—Vale, Mya, lo del beso lo puedo permitir, ¿pero no contarme lo de vuestro noviazgo? Estoy pensando que esta amistad es unilateral —lloriqueó Nix falsamente.

—Fíjate tú, yo me enteré ayer y soy su hermano mayor —agregó Airy.

—No estaba preparado hasta ayer, ¿vale?

Mis mejores amigos lo comprendieron y cuando notaron que no estaba para la labor de bromear, se enseriaron y me felicitaron. Después cambiaron de tema, dándose cuenta de que no quería que nuestras charlas del día se centrasen precisamente en mí y en Niss.

Cuando tocó el timbre, cada uno se dirigió a su clase.

Aunque había descansado lo suficiente, sentía que algo me estaba carcomiendo por dentro, pero no sabía qué era, lo que me preocupaba aún más.

Sin embargo, dejé ese pensamiento en el aire, asociándolo como una tontería más y esperando que el día fuera tranquilo, a pesar de que estuvo drenándome.

Tenía en cuenta que, muchas veces, mi intuición fallaba, pero si tan solo le hubiera hecho caso en ese momento, quizá podríamos habernos ahorrado todos los problemas posteriores.

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KAJDKAJEK yo actualizando seguido? Sorprendente, I know, pero me estoy poniendo al día con las actualizaciones.

No sé si podré lograrlo, pero mi intención es terminar ACDI en junio o principios de julio y como muy tarde, finales de julio para poder comenzar con FMG.

La verdad es que me siento muy motivada e inspirada para ello y espero conseguirlo, pero no me voy a poner demasiadas esperanzas que después me estreso KAJSKA.

Y bueno, ¿qué es lo que habrá pasado para que Mya se arrepienta de no haber seguido sus instintos? Yo veo una posible ruptura 😻 y mi futura automorición porque me voy a poner triste (como si no supiera qué va a pasar JAJDJSJ).

Espero que hayáis disfrutado de los momentos románticos entre Niss y Mya porque JAJAJA... 😶.

En fin, besitos de media noche <3.

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