#7

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Fenrir.
—¿Qué es lo que te pasa?, ¡Estás loco!– exclamó el muchacho.

Oh, no, no, no. Quería que viniera conmigo a un paseo por el parque de atracciones y subirnos al carrusel.

—¡No me gusta, suéltame!– gritó, y estuvo a punto de sacarme de mis casillas.

Sonreí.

Y lo atraje hacía mi con un brusco movimiento.

—¡¿No te gusta el algodón de azúcar y las manzanas acarameladas!?– inquirí.

—¡No te conozco eres un completo desconocido!–siseó.

—Eso...–no pude terminar cuando su codo impacto en algún lugar de mis costillas.

Jadee, y me doblé sobre mis rodillas.

El chiquillo salió corriendo a quien sabe dónde, lejos de mi alcance.
Maldije por lo bajo tratando de tomar aire.

Así es, soy el loco de remate del sombrero de galera, ¡Me presentaré ante ese mocoso y lo someteré a un castigo atroz por su estupidez!. Insensato mocoso, tsk...

Al final cuando me incorporo, suelto el aire de mis pulmones y cada una de mis costillas crujen al igual que mi espina dorsal, una por una hasta llegar a la última. "CRAJ", hacen. Un sonido tenebroso. Me encuentro con un espejo y sonrió de forma que pueda ver el brillo en mis dientes. Me caen unos mechones sobre la frente y me arreglo el sombrero, que gracias al golpe del muchacho logró torcerse y arruinar su buena postura. Mi bastón descansa en el marco de la puerta abierta de la casucha, todo fue un mal plan. Debía haber pensado todo metódicamente, pero no me tomé el tiempo necesario.

Actúe sin nada propuesto, irrumpiendo en la casa del mocoso como quien se pasea por la suya. No tendría que haber sido tan amable, debía haberle lanzado un conjuro. Un maldito conjuro. Para que dejara de patalear o chillar como un loco. Pero aquí el loco soy yo. Salgo por la puerta, y sin querer piso algo pegajoso que se adhiere a la suela de mi zapato.

Reviso bien y le hecho un vistazo, un hongo venenoso a juzgar por el color. Lo arranco y me lo guardo en el bolsillo del saco.

—Lindo jardín...–digo para mí mismo.

Olfateo el aire y doy con un aroma a jazmines y a rosas, desagradable para mí gusto. Abro el portón de un manotazo y me interno a la calle. ¿A dónde habrá ido?, me pregunto.

No estoy para juegos, entonces camino a toda velocidad por cada calle y rincón de la ciudad.

—¿Qué tal señor?–me saluda una anciana con un carrito.

Inclino la cabeza a modo de saludo y sin querer la pecho, pero por un pelo. Que suerte que tengo hoy, nada parece querer salir como quiero.

—Por casualidad, ¿no ah visto a un chico de pelo blanco correr por ahí?– le pregunto.

Su mirada vacila, parece ver hacía la nada. Se acomoda las gafas y se aclara la garganta, al parecer.

—Ummm, salió disparado calle abajo a Primrose–, añade ceñuda, acto seguido me mira y se dispone a irse por dónde vino, en dirección contraria.

Camino a paso rápido y maldigo para mis adentros. "Mocoso maldito".
Recorro los callejones de Primrose, hasta que atisbo a lo lejos de una estrecha calleja una túnica y un cabello albino. Me acerco sin hacer ruido y me oculto tras un basurero de lata. Apesta y tengo que hacer esfuerzos para no respirar. Las moscas molestan volando hacía todos lados, una se posa en el puente de mi nariz y la ahuyento de un manotazo.
Oigo ruidos de pasos pequeños, decido levantarme y al momento veo al muchacho hablar con alguien, o eso parece.

—Un martillo..ajam–oigo.

Su voz es suave y firme. Una puerta instantes después parece golpear sobre sus bisagras, y la persona con la que el mocoso hablaba parece pasarle llave a esta, entregándole algo directamente a las manos. El chico se acerca y me escondo preparado para la emboscada. Cuando veo su zapato pasar por delante de mi me abalanzo sobre él e instintivamente le tapo la boca con mi mano, impidiéndole cualquier acceso a pedir ayuda.

Le doy un golpe en el cuello logrando que se desmayase, y lo cargo al hombro como a un saco de papas. Mi coche estaba estacionado a unas calles de allí. Lo llevaría a mi edificio conmigo. Noto algo duro en su cintura, lo tanteo y doy con un frío metal. Así que un martillo eh,¿planeabas darme un martillazo?, algo ingenuo por tu parte mocoso, no sería tan fácil arremeter contra mi.

[-----•∆]

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro