Capitulo 1|La mudanza

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Capítulo 1: La mudanza

La fría llovizna sacudía los dorados cabellos de Helena; cada paso que daba el cielo parecía romperse ante ella, el frió escocia su blanquecina piel ocasionando que su pequeño cuerpo temblara, corrió apresuradamente hacia un pequeño callejón con la esperanza de encontrar un refugio y se deslizo por la mohosa pared no sin antes percatarse de que alguien se encontraba del otro lado.

Aquellos eran los ojos más hermosos que había visto, no por su color si no por el aura que emanaban, porque aun luciendo tan derrotados tenían una chispa de fuerza en ellos. Lagrimas caían por las mejillas de aquel solitario chico, un sentimiento dentro de ella la hizo querer acercarse; pero cuando lo hizo cayo en cuenta que él se había marchado.

(...........)

Incertidumbre era lo único que sentía aquella fría mañana, ni siquiera el dulce aroma de los panqueques que su madre preparaba lograba apartar los pensamientos que rondaban en su cabeza.

Camino por su cuarto sintiendo el frio del suelo, cada paso que daba le provocaba un nuevo escalofrío. Se apresuró a ponerse el uniforme para deshacerse del frio mañanero, un pitido llamo su atención por lo que fue a asomarse a la ventana, al otro lado de la calle pudo ver un camión de mudanzas que yacía estacionado.

¡Helena! −el grito de su madre la saco de su ensoñación.

Salió de su cuarto aun sintiendo la pesadez de la mañana, el aroma que había percibido antes se hacía más fuerte; su madre se hallaba preparando como todas las mañanas el desayuno.

−Hija, apresúrate se te hace tarde para la escuela−menciono mientras colocaba la mesa.

Helena solo asintió y se dedicó a acabarse los panqueques, pero aún recordaba el camión de mudanzas que había visto en la mañana, le resultó extraño la llegada de nuevos inquilinos a la gran casa de enfrente sobretodo en esas fechas ya que solían elevar el precio; Cuando hubo terminado se levantó para darle un sonoro beso en la mejilla a su madre como modo de despedida.

El camino a la escuela fue como todos los días nada parecía llamar su atención salvo las alegres decoraciones de navidad que se alzaban ante sus ojos; Helena amaba la navidad esa época en donde todas las familias se reunían y olvidaban todos los problemas que los aturdían.

Al llegar a la escuela camino por los estrechos pasillos evitando chocar con los demás alumnos su salón no estaba muy lejos por lo que en unos minutos se encontró frente a él, giro la perilla pero esta se encontraba cerrada suspiro con frustración tenía que esperar en el frio hasta que lo abrieran.

Buscó una banca vacía para poder escuchar música tranquilamente, así pasaron varios minutos sumergida en su mente que no noto cuando alguien le arrebato los audífonos.

-Hola, ¿Qué haces aquí? -se alivió al ver que solo era Hannah quien giraba divertida sus audífonos.

-Nada es solo que el salón está cerrado

Hannah miro detrás de su hombro comprobando que este se encontraba totalmente cerrado.

-Para tu buena suerte te encontraste conmigo-se apuntó a si misma con dramatismo.

-Claro la roba audífonos-el rostro indignado de Hannah le causo gracia eso siempre pasaba cuando jugaban a la guerra de insultos.

Hannah le entrego sus audífonos aun manteniendo la clara actuación de indignación

El chirrido de la puerta provoco que voltearan, el prefecto había abierto por fin el salón, entraron y se sentaron en sus respectivos lugares, Hannah empezó a hablar sobre una nueva serie que había visto y que había amado, Helena solo asentía impresionada de cuantos capítulos había logrado ver.

La llegada de Leah, Emma, Rebekah y Hunter interrumpió la dramatización de Hannah de una escena de acción en la serie, todos se colocaron en sus asientos riendo por lo bajo.

-Helena, no sabía que tienes nuevos vecinos –Emma vivía cerca así que supuso que los había visto en su recorrido.

-Se acaban de mudar hoy aun no los he visto-admitió

-Claro lo suponía, pero escuche que vienen del extranjero-eso aumento un poco su curiosidad.

La maestra llego al cabo de unos minutos y empezó a hablar sobre la festividad que se celebraría próximamente, dos clases se reunirían en un pueblo cercano durante 3 días, todos se encontraban emocionados, aunque la maestra omitió decir cual sería la otra clase que los acompañaría.

- ¿Quién creen que sea la otra clase? -la voz de Leah sorprendió a todos

-Me parece que son de otra escuela-Hunter lucia confiado como con todo lo que hacía o decía-lo escuche de una maestra en el pasillo por si no me creen-emitió un ligero bostezo para luego acurrucarse en el banco.

La mera curiosidad la carcomía ¿Quiénes serian ellos?

Las clases terminaron el bullicio al salir cubría sus oídos,el monto de personas apenas y dejaba ver la salida; cuando por fin pudieron salir se dirigieron a la parada del autobús era el último día de clases.

El camino de regreso a casa ocurrió en un santiamén cuando hubo llegado a la entrada le sorprendió ver la pequeña reja abierta, escucho la voz de su madre quien se encontraba sentada en la sala de estar, pero no estaba sola; una pareja conversaba animadamente con ella, detrás de ellos en un sillón apartado noto la presencia de un chico.

Sus ojos se encontraron por un momento, pero para ella le parecieron una eternidad el chico se giró un poco incomodado por el nada disimulado escrutinio de Helena, la voz de su madre la hizo desviar la mirada.

-Querida, no te escuche ven déjame presentarte-su madre tiro de ella dejándola enfrente de los invitados-ella es mi hija Helena-los ojos atentos del chico se posaron en ella.

-Hola querida-la mujer saludo con amabilidad-Luke querido que no tienes modales-llamo suavemente al chico

El susodicho se levantó con pasos decididos hasta quedar frente a frente, el suave viento despojo el suave olor de su colonia, parte de su cabello se despeinaba pegándosele en su frente.

-Hola helena-su ronca voz resonó en sus oídos como una melodía que no quería que acabase.

Su mirada era hipnótica cualquiera podría perderse en esos ojos oceánicos, y él estaba seguro de eso. La voz de su madre logro romper el hechizo en el que se encontraba.

Al parecer la familia que se encontraba ahí eran los nuevos inquilinos de la casa de enfrente se habían mudado a Canadá por negocios, pero decidieron regresar una temporada.

-Dime Sofía ¿tu hija va bien en la escuela? - Su madre volteo apresuradamente para contestar.

–Claro de hecho este fin de semana harán una expedición no muy lejos de aquí-una sonrisa surcaba su rostro eso solo significaba que tenía una horrible idea.

-De hecho, porque no acompaña Luke a Helena creo que menciono que puede llevar un acompañante-su madre la miro con ojos soñadores

¡Maldición!

La mirada de su madre era una advertencia sabía que no podía desobedecerla eso y la golpiza que le esperaba si lo hacía.

-O eso sería fabuloso, ¿Helena cariño estás de acuerdo? -el anhelo en la pobre mujer era tan grande que no tuvo más remedio que aceptar.

Luke solo permanecía con una mirada indiferente como si lo más divertido fuera observar el candelabro que colgaba del techo; incluso perdido en sus pensamientos lucia enigmático.

El anochecer se hizo presente advirtiendo la partida de los recién llegados, acordaron la hora en que se encontrarían para abordar el autobús para el viaje del fin de semana arreglando los itinerarios de cada uno.

(...........)

El incesante sonido de celular la despertó en mitad de su séptimo sueño se estiro con pereza para poder alcanzar su móvil, la brillante luz la cegaba aun así pudo distinguir el nombre en la pantalla.

-Leah, ¿Qué sucede? -su voz pareció más bien un susurro

_ ¿Qué haces todavía dormida Helena? -soltó con reproche-Se supone que nos reuniríamos en el café a las 2.

Se levantó para abrir las persianas permitiendo entra la luz matinal, por un momento se le había olvidado la reunión que acordaron hacer antes del viaje, pero con todo lo sucedido ayer su cerebro no daba para más.

-Estaré en un segundo tengo que contarles algo-los nervios surgieron no sabía cómo reaccionarían ante el nuevo "acompañante".

-Está bien Helena pero te quiero ahí en 20 minutos.

Debía apurarse si quería llegar a tiempo salió rápidamente para tomar el autobús que la llevaría al café donde se reunirían miro su reloj comprobando que todavía le quedaban algunos minutos de sobra.

Entro en el pequeño local donde era habitual conversar después de clases; los adornos navideños inundaban el sitio logrando un ambiente acogedor, se dirigió a la mesa junto a la ventana donde se encontraban todos.

-Que pasa Helena que es lo que tienes para decirnos-cuestiono Hannah con intriga.

-Bueno recuerdan que llegaron nuevos inquilinos a la casa de enfrente-las miradas de todos se posaron en ella-pues mi madre tuvo la grandiosa idea de que el hijo de los vecinos nos acompañara al viaje.

- ¡Que! -todos se miraron sorprendidos

- ¿Al menos es lindo? -la pregunta de Leah la hizo recordarlo nunca había visto a alguien así no desde ese día en aquel callejón.

El sonido de la pequeña campana de la puerta los distrajo debía ser una maldita coincidencia, pero él se encontraba ahí, adverso a todo su alrededor su mirada choco con la de ella por unos segundos para después caminar hacia donde estaba.

-Helena-le entrego un pequeño sobre-mi madre me pidió que te diera esto-su voz sonó seca.

Helena no tuvo tiempo de responder cuando el ya se había marchado, volteo para comprobar que sus amigos se encontraban igual de confundidos que ella, abrió apresuradamente la carta encontrando una invitación a la casa de este.

- ¿Quién era él? -Rebekah pregunto con una pizca de curiosidad-No me digas que es el-se llevó asombrada las manos a la boca.

-Es Luke

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