CAPÍTULO I

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  27 de agosto de 2026

00:42 am


Devolvió el golpe a su agresor con todas sus fuerzas sintiendo el intenso sabor a hierro de su propia sangre luego de haber recibido segundos atrás un puñetazo en la boca que le rompió el labio. Su mejilla izquierda ardía mientras se hinchaba a cada segundo que transcurría provocando que no pudiera calmar sus impulsos de bestia, su respiración se agitaba sintiéndose frenético. Sus agresores cambiaron sus expresiones faciales y fue consciente de que sus orejas y cola de león se habían mostrado, sintió con su lengua sus colmillos afilados deseosos de atacar a sus presas.

Chanyeol mordió su propio brazo para calmarse, no quería terminar provocando un horrible y espantoso accidente aun cuando era en defensa propia, sabía que la gente siempre lo vería como el culpable solo por el hecho de ser un híbrido. Antes de volver a ser golpeado huyó de la habitación del edificio, corrió con todas sus fuerzas deslizándose por las escaleras en busca de la salida de emergencia mientras trataba de calmar su respiración agitada que le impedía ocultar sus rasgos bestiales.

Una vez fuera y sin detener su rápida velocidad volvía la vista hacia atrás regularmente asegurándose de que nadie lo perseguía, no sabía a qué sitio dirigirse, o en dónde debería pedir auxilio, el cansancio se acumulaba y el dolor de su cuerpo herido aumentaba. Sintió un rayo de esperanza al ver las luces encendidas de lo que parecía ser la entrada a un complejo departamental, con la poca fuerza que aún le quedaba arrastró los pies notando como se mareaba con cada paso, sin poder evitar rugir por el dolor llamó la atención de una de las personas que vivían en dicho sitio saliendo deprisa de su departamento al verlo ensangrentado.

El híbrido observó la delgada silueta del hombre dirigiéndose hacia él hasta que pudo apreciar su rostro, quedó hipnotizado por esos hermosos ojos, las tiernas facciones enmarcadas por los cabellos rojizos, los labios rosados y la belleza inefable del ser le hicieron creer que era un ángel que había bajado del cielo para llevarlo a una mejor vida, pudo percibir un dulce aroma de duraznos en el ángel que lo sostenía entre sus brazos.

- Byun Baekhyun. –Murmuró el híbrido leyendo el nombre del gafete que tenía colgado del chaleco antes de perder la consciencia.

Al escuchar su nombre en boca del hombre que se desvanecía en sus brazos su primer pensamiento fue creer que lo conocía, intentó recordar de dónde ¿Era un estudiante en la universidad donde trabajaba? Sintió su gafete en su pecho, pero por el estado de ese hombre, descartó que lo hubiera leído y que fuera un completo desconocido. Intentó despertarlo y no reaccionaba, el temor lo invadió de pronto creyendo que quizá había muerto, se obligó a calmarse y revisó su pulso, su alma regresó a su cuerpo una vez que lo encontró, así que con dificultad lo llevó a su departamento.

El pelirrojo soltó un suspiro de alivio cuando dejó al inconsciente hibrido en la entrada de su casa, yendo en busca del botiquín médico y tomando una toalla antes de volver hasta el chico; primero se encargó de las heridas del rostro limpiando con la toalla humedecida la sangre seca, miraba de reojo como las orejas de león que sobresalían del largo cabello castaño se movían de manera involuntaria ante el dolor cuando limpiaba una zona demasiado hinchada o dolorosa aun en ese estado de inconsciencia, no era la primera vez para Baekhyun el estar frente a un híbrido pero tenía demasiada curiosidad por el chico frente a él, había algo que le hacía querer saber en dónde lo conoció, quién era...

- ¿Te habrán golpeado por ser guapo? –Murmuró desinfectando las heridas en sus labios. - ¿O será que le quitaste la pareja a alguien? –Cuestionó ofendido, pensando en si el castaño sería capaz de hacer algo así, después de un tiempo concluyó que no.

Sostuvo una bolsa repleta de hielos envuelta en un paño sobre la mejilla hinchada del hombre preocupado por la tonalidad verdosa de la piel, se disculpó, aunque este no pudiera oírlo antes de revisar todo el cuerpo del chico en busca de heridas que tratar, por fortuna no tenía más que hematomas y una mordida en el brazo que curó para enseguida vendarlo.

Un pensamiento llegó a la mente del dueño del departamento cuando sintió sueño; no podía dejar a un desconocido en su entrada mientras él se iba a la cama, pero tampoco podría arrastrarlo más, era algo imposible por lo que optó por tomarse una enorme taza de café cargado alejando sus ganas de dormir. Dejó únicamente la luz encendida del pasillo donde se dispuso a ordenar desde su teléfono las citas de sus próximos pacientes y haciendo su lista de compras para el mes.

Aun manteniendo su mente ocupada, divagaba dando vueltas a lo que estaba ocurriendo, incluso llegó a pensar en que se había quedado dormido en su consultorio y todo era parte de un sueño, su imaginación dentro del sueño era realmente algo grande. Supo que todo era real al escuchar voces que se colaban de la calle, quienes sean que estuvieran afuera sostenían linternas ya que iluminaban ligeramente las cortinas de su sala, se preguntó si aquellos sujetos eran quienes habían golpeado al híbrido león y lo estarían buscando.

Perdido en sus pensamientos no se percató del momento en que el joven herido había recuperado la consciencia hasta que lo escuchó quejarse del dolor mientras trataba de levantarse con torpeza.

- ¡Cuidado! – Exclamó el pelirrojo acercándose para sujetarlo del brazo, la rapidez con la que se acercó a él para ayudarlo fue la misma al soltarlo, levantado las manos y echando el cuerpo ligeramente hacia tras cuando le rugió mostrando sus colmillos. –No voy a hacerte daño ¿Esta bien?

La mirada penetrante del hibrido hizo que los músculos de su cuerpo se tensaran de miedo, incluso sus labios rosados temblaban tratando que mantener su sonrisa tranquilizadora, quería hacerle saber que era alguien en quien confiar, pero al león parecía no importarle, solo se dedicaba a lamer las heridas que tenía en sus nudillos causando curiosidad en Baekhyun, quedando por un par de segundos embobado al ver su lengua pasando por sus dedos una y otra vez.

- ¿Quieres que llame a un doctor o prefieres ir al hospital? Tengo un auto y puedo llevarte enseguida –trató de decir sin que la voz le temblara demasiado, pero fracasando en el intento. Lo vio fruncir el ceño manteniendo fija su mirada en sus labios y añadió – o cuando tu prefieras...

-Si tiemblas y hablas de esa forma no puedo entenderte.

Sintió que toda la sangre se iba a sus mejillas, se dijo a sí mismo que el recuerdo de quedar como un tonto nervioso de palabras confusas ante este chico lo avergonzaría toda la vida, pero no era solo eso, era la voz, esa voz grave le pareció demasiado seductora, si la habitación hubiera estado más iluminada se percibirá el tono rojizo en su rostro, por fortuna no era así y solo podía preguntarse si esa era su voz normal o era a causa de las heridas o el recién despertar.

Llevó su mano al rostro intentando cubrir el sonrojo y aclarándose la voz repitió la misma frase, se llevó una sorpresa cuando el chico frente a él tomó su brazo, bajándolo y descubriendo su rostro.

-Necesito mirar tus labios para saber lo que dices.

-Lo siento... -Musitó el pelirrojo desviando la mirada, dándose cuenta de que el sujeto herido era sordo. - ¿Quieres que te lleve a tu hogar? Creo que los sujetos que te lastimaron ya no están cerca.

-No.

- ¿No? –Repitió arqueando la ceja confundido creyendo haber escuchado mal. –¿Quieres que llame a un familiar para que venga por ti?

-No tengo a donde ir. –Musitó preocupado. –En cuanto salga de aquí no seré libre, creo que es algo de lo que puedes darte cuenta.

Baekhyun deslizó sus dedos por su cabello alborotándolo, era cierto, cualquier persona que se encontrara con un hibrido pensaría en capturarlo y venderlo en algún sitio. Era un hecho bastante preocupante que al gobierno no le interesaba establecer leyes para protegerlos.

El pelirrojo le devolvió la mirada soltando un suspiro. –Te dejaré quedarte esta noche, pero al menos necesito que me digas quién eres y por qué te lastimaron así. 

El castaño frente a él bajó la mirada al mismo tiempo que sus esponjadas orejas lo hicieron luciendo adorable. Sólo la expresión en su rostro demostraba aflicción al contar lo que le había sucedido.

31 de diciembre de 2025


En Francia la vida para la gente híbrida era exageradamente complicada, teniendo que vivir ocultos o manteniendo en secreto su condición de "mitad bestia" como la mayoría los denomina, por ello la familia de Chanyeol se mantenía apartada de la sociedad usando de pretexto que siendo coreanos les costaba adaptarse a la diferencia cultural, alejando las sospechas de que se trataba de un linaje de leones.

Chanyeol era el único que visitaba la ciudad con frecuencia, siempre le habían desagradado los hospitales y en ese momento el fuerte olor a químicos mezclado con caramelo lo hacía sentir un tanto mareado, el reflejo de las luces navideñas del árbol en el suelo y el silencio formado en la sala de espera del hospital le causaban miedo de algún modo.

Preocupado alejó sus largos cabellos castaños que cubrían su vista, mantuvo su mirada fija en una de las pantallas que anunciaba el número de cita en turno, mordió su rojizo labio inferior impaciente sintiendo una opresión en su estómago al ver qué el mismo número que contenía la hoja en su mano derecha aparecía en la pantalla. Caminó deprisa al consultorio asignado, tocó la puerta antes de abrir, se detuvo un segundo adaptándose al cambio de luces de la habitación antes de entrar.

-Adelante joven Park ¿Está vez no viene su madre con usted? –Cuestionó la voz pacifica del doctor detrás de la enorme pantalla de su computador. - ¿Joven Park?

-Lo siento, no lo escuché bien ¿podría repetir lo que dijo?

-Claro. -Habló el doctor Oh esta vez dejando ver su rostro de apariencia cansada, demostrando que no había conciliado el sueño en varios días. - ¿Esta vez no vino nadie contigo? Debí de suponerlo, falta poco para año nuevo.

Chanyeol negó con la cabeza a la pregunta abrazando la mochila amarilla que llevaba consigo, aquella que lo acompañaba todos los días a la universidad y que solía llevar cada vez que visitaba el hospital. Fijó su atención en lo que su doctor le decía, obedeciendo se sentó sobre la camilla dejando sus pertenencias en la silla para sujetar los audífonos y el control que le había sido entregado.

-Vamos a realizar la misma prueba de la última vez. –Dijo observándolo con una sonrisa. - A través de los audífonos los sonidos se escucharán en diversas intensidades, debes apretar el botón cuando escuches, si dejas de oír no es necesario que lo presiones. -Indicó esperando el momento en el que el castaño se colocó los audífonos mientras sostenía el pequeño control entre sus manos.

La prueba comenzó enseguida mientras el doctor no dejaba de analizar la pantalla de su computador, mirando a Chanyeol preocupado al notar que dejó de presionar el botón a la mitad del tiempo de su última revisión. Tomó un par de pañuelos de su escritorio acercándose a su paciente que no paraba de sollozar, el tratamiento no estaba dando resultado, su salud empeoraba rápidamente.

Chanyeol solo podía pensar en su madre, los recuerdos que tenía con ella y lo mucho que la necesitaba en ese instante, solo deseaba que ella estuviera abrazándolo para sentir que todo estaba bien, que todo estaría bien... pero al sentir la mano helada del doctor sobre su espalda despertó de su ensoñación, la realidad no era un sueño donde se recupera o donde pudiera albergar un poco de esperanza.

-Es necesario que tus padres te acompañen en la siguiente sesión que será dentro de tres días. –El doctor se dio cuenta de que no estaba comprendiendo lo que decía por lo que optó por escribirlo en su nota medica como una observación. –Joven Park, debe acudir a los programas que le enseñaran a leer los labios y el lenguaje de señas.

Chanyeol asintió leyendo lo que decía la nota, divagando en pensamientos que lo atormentaban sintiendo su mundo derrumbarse, no quería perder la audición, quería escuchar por siempre la risa de su madre y la maravillosa voz de su hermana mayor que al estudiar música llenaba con su canto todo los rincones de su hogar. No supo en qué momento llegó a la puerta de su departamento, absorto en sus pensamientos todo el camino, ingresó buscando a su madre y la encontró en la cocina horneando aquellos panecillos de arándano que solían gustarle cuando era niño 

-Estoy en casa. –Musitó o eso fue lo que pensó ya que su madre se sobresaltó y se giró a verlo. Solo podía mirarla y tratar de descifrar lo que decía, asintiendo a lo que sea que haya dicho sin poder evitar contener sus lágrimas, su aspecto híbrido león se reveló cómo cada que se asustaba o cuando reprimía por bastante tiempo sus emociones.

Sintió las caricias de su madre sobre su cabeza, la voz de su madre convertida en un susurro en su oído lo tranquilizaba, como bebé ante una canción de cuna, deseaba detener el tiempo, regresarlo a cuando sus problemas de audición no existían. Lo que se suponía sería una noche feliz en familia, no lo fue en absoluto ya que no paró de llorar en la oscuridad de su habitación.

20 de agosto de 2026


Su audición había ido en decadencia tal y como su doctor había diagnosticado hasta el punto donde la perdió por completo. Sin embargo, su progreso en las clases era buena pues podía leer los labios de la gente que lo rodeaba con exactitud, incluso aprendió a entender lo que sus padres y hermana decían cuando hablaban en coreano. Chanyeol pensó que su vida no había cambiado demasiado, lo pensó hasta el día en que un compañero de la universidad lo encontró tomando clases para sordos en el hospital y divulgara este hecho provocando dificultades para relacionarse con los demás.

Le incomodaba como los chicos cubrían sus bocas con su mano cuando él estaba cerca para que no pudiera leer sus labios y el hecho de que las chicas se le acercaran alagando su atractivo para luego invitarlo a salir usando lenguaje de señas cada vez que terminaba alguna de sus clases, era tanto el acoso de las chicas que lo creían presa fácil por tener discapacidad auditiva que no podía estar solo en la universidad ni un minuto.

Llegó un momento en el que el castaño ya no deseaba continuar asistiendo a la universidad inventando excusas para dejar de acudir, cuando se sentía así, tan solo, tan aislado su hermana se sentaba a su lado a jugar videojuegos hasta altas horas de la noche y ese simple hecho lo reconfortaba.

En una de esas tantas ocasiones de desvelo se encontró con un anunció en su computador; estaban reclutando a híbridos sin límite de edad que desearan convertirse en modelos para una prestigiosa marca de ropa. Le extrañó encontrarse con ese tipo de anuncios en un sitio de juegos online, pero lo descarto de inmediato y ganándole la curiosidad ingresó al sitio, leyó despacio cada requisito sorprendiéndose de cumplir todos ellos, le gustaba el hecho de que incluso les otorgarían un sitio donde alojarse y comida, por si fuera poco, la sordera estaba dentro de las discapacidades aceptadas.

Hizo una mueca al leer la última línea del anuncio pues en dado caso de resultar seleccionado para el trabajo debía trasladarse a Corea del sur, pensó en que no tenía nada que perder así que esa misma noche llenó todos los formularios que pedían y terminó por enviar algunas fotografías suyas antes de irse a dormir.

Al despertar encendió el computador emocionado de tener un nuevo correo en respuesta a su solicitud, para su fortuna había sido seleccionado y lo único que tenía que hacer era confirmar la hora en la que saldría su vuelo a Corea la semana siguiente, no lo alertó la pronta respuesta, ni el haber pasado todos las etapas que mencionaba la solicitud en un solo día, estaba feliz de tener un cambio tan positivo en su vida.

Convencer a sus padres resultó bastante complicado, no querían dejar ir a su único hijo varón a un país donde ya no tenían familiares y del cual, al permanecer tantas generaciones fuera desconocían   el pensamiento de la sociedad ante personas híbridas, luego de llegar a un acuerdo con sus padres donde él se encargaría de pagar su boleto de avión, Chanyeol gastó sus ahorros para cubrir todos lo necesario para su viaje e incluso las compras de último minuto mientras esperaba en el aeropuerto.

27 de agosto de 2026

11:16 pm

Le hacía ilusión pensar cómo su vida estaba por cambiar, su felicidad se reflejaba en una sonrisa que no podía ocultar, tan pronto como bajó del avión se dio cuenta de que la vida en Corea parecía ir muy deprisa incluso a altas horas de la noche, costándole trabajo el simple hecho de conseguir un taxi que no tuviera que compartir para llevarlo a la dirección que ponían en el correo electrónico.

Su felicidad se esfumó al darse cuenta que el lugar indicado era un viejo edificio en ruinas, dudó en si dar la vuelta y volver al aeropuerto, pero un hombre bien vestido lo recibió rápidamente sin darle el tiempo suficiente de pensar, presentándose como uno de los socios de la marca y llevándolo dentro. La habitación era estrecha, no tardó en aparecer otro socio que le tendió unos documentos a firmar para comenzar oficialmente su trabajo de modelaje 

A Chanyeol todo le parecía muy sospechoso y el hecho de que los hombres frente a él hablaran tan rápido lo tenía confundido, no podía saber con certeza lo que decían, optó por decir que necesitaba tiempo para pensar en si aceptaría el trabajo o no.    

-Usted ha aceptado desde el momento en que envió su solicitud y bueno le tenemos una mejor propuesta ¿Qué le parece si en vez de eso trabaja en nuestro club nocturno?

- ¿Perdón? –Cuestionó el castaño.

-Si acepta estaría ganando el triple que cualquiera de nuestros trabajadores, además tendría exclusividad por el privilegio de ser nuestro primer león, podría llegar a tener un show privado y nuestros clientes más exclusivos serían suyos.

Abrumado y confundido ante lo que ocurría negándose a creer lo que sucedía se levantó de su asiento dirigiéndose hasta donde se encontraba su maleta para tomarla, pero ambos sujetos lo detuvieron intentaron inyectarle algo ¿droga? ¿Un tranquilizante? No sabía que era y no quería saberlo así que forcejeo y liberándose del agarre comenzó la pelea.

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01:58 am


El castaño, que había mantenido la mirada fija en el suelo durante el relato al fin alzó su rostro y lo miró analizando las expresiones en la cara de Baekhyun.

-Ellos tienen mis pertenencias incluyendo mi pasaporte. – concluyó.

-Puedes quedarte el tiempo necesario hasta que podamos buscar una solución con tus documentos. –Formó una pequeña sonrisa extendiendo su mano. –Me llamo Byun Baekhyun, como podrás haber notado antes en mi gafete.

-Soy Chanyeol, Park Chanyeol. –Corrigió estrechando la mano ajena.

-Encantado de conocerte joven Park, te mostrare cual será tu habitación mientras estés aquí –Anunció mostrándole el camino, a lo que se dio cuenta de que el hibrido era mucho más alto que el de lo que pudo imaginar sintiéndose de cierta manera intimidado, dejando eso de lado comenzó a indicarle cosas básicas sobre su hogar, dónde estaba cada cosa, cuando se hacía una u otra actividad. –En un par de horas debo ir al trabajo ¿Quieres que te despierte?

El castaño asintió paseándose por la recamara curioso de lo que se encontraba a su alrededor, Baekhyun lo dejo solo y se dirigió a su habitación dispuesto a descansar, antes de dormir y sin importarle la hora llamó a su amigo del trabajo Kim Minseok quien no podía creer que dejara a un completo extraño quedarse en su casa. Advirtiéndole que no se dejara engañar tan fácil y tuviera cuidado si el chico comenzaba a tener comportamientos extraños.   








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Hola, el segundo capítulo será publicado el día de mañana a la misma hora. Gracias por leer. ♡

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