Mis reglas, Mis condiciones.

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Jimin

Me dio una lista…

Una lista que debo cumplir al pie de la letra porque de lo contrario cumplirá con llevarse a Momo de la casa, lo peor es que se que tiene bajo su poder algunas empresas de Señor Kim, no quiero causar un conflicto de esto con el Jefe.

Ahora estaba sentado en mi escritorio viendo la lista que el hijo de puta de Jeon Jungkook  me dio.

1-      Despertarlo a las siete de la mañana todos los días personalmente.

2-      Al momento de que el celular que el me dio suene debo atender el llamado.

3-      No debo de decirle señor Jeon, solo Mi señor.

4-      Si me da una orden debo obedecer sin replicar.

5-      Si no quiero que juegue con las mucamas de la casa, debo de atenderlo de manera personal.

6-      No puedo estar con nadie más que no se a él.

Tome el papel entre mis manos y lo arrugue con rabia lanzándolo hacia la pared, solo son dos semanas, puedo con esto, es por la familia, es por Momo, es por Jackson.

Se aburrirá de mi estoy seguro, lo que le causa curiosidad es que lo desafió. En cuanto me vuelva mas tranquilo eso terminara, se cansara y pasara a su siguiente objetivo.

Solo dos semanas

Fui a la cocina, para tomar que  comer y calmarme un poco, toda esta situación es demasiado extraña y que este fuera de mi control es aun peor.

—¿Y esa cara?

—Mal día.

Me senté en la barra de la cocina, Jackson me sirvió un plato de lasaña enorme.

—Esto me hacia falta, tu lasaña es la mejor.

—La prepare pensando en ti, se que estas jodido con todos los cambios que tuviste que hacer, tenia tiempo que no te veía armado.

—Ya no se necesitaba, pero por lo que investigue con este sujeto debemos de estar el doble de alertas por si entran a la casa.

Tome un bocado enorme de lasaña y cuando lo metí a mi boca el sabor me hizo llegar al cielo, que se deshaga en mi boca es lo máximo, el tomate fresco se puede sentir, y el queso Mozzarella es un delicioso.

—Mmm Jackson esto es delicioso —di otro bocado mas y sonó el teléfono que el imbécil me había dado.

Tome una servilleta para limpiarme los labios.

—¿Diga?

—¿Diga? Así no es Minnie.

—Dígame mi señor —casi escupo la palabra.

—Así me gusta mas, tráeme la comida a mi habitación no me apetece bajar.

—Enseguida.

Colgué y di otro bocado mas de la lasaña, para quitar el sabor a bilis de mi boca, le pedí a Jackson que me prepara la comida para llevársela a el señor Jeon.

Subí a la habitación de mi torturador con la bandeja de comida, toque con la punta del pie, cuando me abrió me observo de manera tranquila, deje la bandeja en la mesita de su habitación.

—¿Necesita algo mas?

—Si, quítate la camisa.

—¿Disculpa?

—No me gusta repetir las cosas, has lo que te digo.

Tomo una silla y la puso enfrente de la mesita, yo desabroche el arnés con las armas y las arroje a la cama, como me gustaría tomar una y dejarle un agujero en la pierna en este momento. Pero no lograría ponerme nervioso, mientras el se sentaba en la silla yo que quitaba la camisa ante su mirada, se mordió los labios al ver mi torso desnudo, sus ojos viajaron hasta donde llegaba mi cinturón.

—Quiero que te sientes encima, tus piernas a los lados y guardes silencio, no dirás ni una sola palabra hasta que te lo ordene.

Solo dos semanas Minnie, solo dos semanas.

Apreté un poco la mandíbula, pero hice lo que me dijo, me acomode encima de el, sus manos fueron hacia mi trasero, para jalarme mas y ponerme justo encima de su entrepierna, sentí su nariz deslizarse por mi cuello.

—Tu aroma es divino.

Paso su manos por mi cintura hasta su plato de comida, tomo un bocado y me lo acerco a la boca.

—Abre.

—Ya comí gracias.

Sentí un golpe fuerte en mi trasero, dejo su mano ahí apretando donde había golpeado, hice una mueca por el dolor.

—No puedes hablar, y debes obedecer, abre la boca Minnie.

Apreté los puños evitando darle un golpe en este momento. Abrí la boca y metió el bocado de lasaña, comencé a masticar un poco, me miraba mientras lo hacia, dejo el tenedor en la mesa para después sujetarme por el cuello y acercarme a sus labios.

—Voy a besarte.

Sus ojos me miraron dilatándose y antes de que sus labios me besaran gruñi por instinto, en verdad quiero arrancarle más bolas.

—Que te resistas tanto solo hace esto más divertido Jimin.

—Que jodido tiene que estar para que disfrute de algo que es obligado.

Pero el beso no llego, solo una sonrisa cínica, que me hizo hervir la sangre.

—Pídemelo Minnie, pide que te bese.

¿Eso es una orden?

—No, el que desea besarme es usted, yo solo estoy obedeciendo lo que me pidió.

Sujeto ahora mi cabello, y jalo mi cabeza hacia atrás exponiendo mi cuello para que le diera una mordida, que saco una especie de gemido de mi garganta.

—Pídeme que te bese Minnie.

Hice mi mano para atrás tratando de que soltara mi cabello, pero esto solo lo hizo enfadar mas, volvió azotarme el trasero, pero esta vez no dolió tanto como lo pensaba, junto su rostro con el mío, su nariz rosaba la mía y su aliento se mezclo con el mío, ambos estábamos molestos, en este juego suyo de control.

No me intimida que su mirada furiosa se pose en la mía, puedo sentir que esta situación le excita.

—Pídame que lo bese, mi señor.

Soltó mi cabello y ambas manos se fueron a mi rostro, besándome sin el juego que el deseaba, su beso fue brusco, sus labios delgados estaban calientes, su lengua estaba dominando a la mía, nos separamos un momento para tomar aire, pero después continuo besándome, mi cadera se movió, mis instintos me estaban traicionando.

Se separo de mi nuevamente, tomo salsa de tomate y la colocó en mis pezones, primero delineó mis pectorales con la punta de la lengua, hasta que bajo a lamer mis pezones en un acto descarado y sensual, es una mierda que sea tan sensible, pero no escuchará un gemido de mi parte de nuev.

Sus dientes rosaban mis pezones, mientras sus manos seguían moviendo mis caderas sobre de él, me empecé a humedecer, trate de evitarlo pero la estimulación es demasiada y aunque el me cause furia sabe lo que esta haciendo.

—No estas cumpliendo de todo tu función Minnie, me estas desafiando aun demasiado, no te follare ahora, no te lo mereces —mordió mi barbilla —tu boca solo debe abrirse para dos cosas, una es para gemir mi nombre y la otra es para que la pongas sobre mi miembro.

Me levanto de sobre de él, y me dio una servilleta.

—Límpiate y cámbiate, espero que la próxima vez seas mas obediente.

No espere a mas, solo me limpie y cambie rápidamente.

Bastardo mal nacido.

Cuando baje las escaleras toda mi rabia estaba acumulada, necesitaba golpear algo o alguien.

En eso entro el joven Kim acompañado de Minho.

—Hola Minnie buenas tardes.

—Buenas tardes joven Kim —mire a Minho quitándose la chaqueta del uniforme —Minho ¿Puedes venir a mi oficina?

—Si jefe.

Camine hacia mi oficina, sentía que Minho me seguía, aún podía sentir mi corazón agitado por las emociones de hace un momento.

Cuando Minho entro a mi oficina cerré con seguro, y me lance a besarlo, el al principio se sorprendió pero pronto continuo con el beso, fui quitando la hebilla de su pantalón, pero me detuvo las manos y puso su frente en la mía.

—Dijimos que ya no haríamos esto Minnie —cerro los ojos respirando de manera agitada.

—Tienes razón —me separé —perdóname es que ha  sido un día pesado…

Apenas iba a continuar hablando cuando volvió  me tomo del rostro y volvió a besarme.

—Una vez más no nos hará mal.

—Solo una vez más.

Termine de quitar la hebilla del pantalón a la par el bajaba el zipper del mío, me giro para ponerme contra el escritorio bajo mi ropa interior y escuché como caía su pantalón al piso, sentí que se alineó un poco y entro.

—¿Por qué estas tan húmedo?

—No interesa solo follame.

Cuando empezó a bombear sentía ese hormigueo delicioso del sexo, no era la primera vez que me metía con Minho, nos usábamos para descargar el estrés y cuando teníamos el celo, pero él está saliendo con alguien, aún no es nada oficial pero quiere intentarlo.

Casi quería sentirme culpable hasta que se sujeto de mis caderas iniciando el movimiento más rápido.

—Minnie — gruño mientras me atraía más hacia el en cada embestida.

El teléfono que Jimin me dio, comenzó a sonar, pero no me importaba estaba demasiado ocupado sintiendo el placer que Minho me proporcionaba, mas cuando se inclino hacia enfrente para con su mano masturbar  mi miembro sensible.

—Anda dame lo que busco se que no vas a durar mucho, puedo sentir como me aprietas cada vez mas.

Su voz gruesa y excitada estaba haciéndome llegar muy rápido, es excelente en el sexo rápido sabe como moverse y que puntos tocar para lograr nuestro objetivo.

—Minho así mas…

Entre jadeos y apretando los puños logre correrme, el siguió embistiendo hasta que también llego al orgasmo, nos acomodamos la ropa en silencio, hasta que ese maldito teléfono volvió a sonar.

—¿Quién es?

—El imbécil de Jungkook, esta siendo un grano en el trasero.

Me tomo el rostro entre sus manos y me dio un beso algo dulce.

—¿Es la ultima vez? —le sonreí algo nervioso.

—Es la ultima vez.

—No juegues así conmigo Minnie, trato de estar estable pero eres un huracán que viene y se lleva todo de mi.

—No es mi intención lastimarte lo sabes.

—Lo se, siempre has sido sincero por eso me cuesta mas trabajo.

El celular empezó a sonar de nuevo.

—Contesta antes de que esa cosa explote.

Minho se fue hacia la puerta mientras yo tomaba el aparato con mi mano, cuando conteste Minho abrió la puerta mostrándome a Jungkook parado tras de ella, con el teléfono en la mano el cual colgó en cuanto nos vio.

Minho se aclaro la garganta un poco.

—Permiso señor Jeon.

—Espero que lo hubieras disfrutado, porque es la ultima vez que le pones una mano encima.

—Con todo el respeto que usted se merece, él es libre de decidir lo que hace y no es de su propiedad.

—Puedes que tengas razón, pero la humedad que acabas de disfrutar, la provoque yo, y meterse con un Omega exitado por otro no es propio de los alfas, solo eres el remplazo.

Minho se acerco de manera desafiante a el señor Jeon, tuve que meterme entre los dos y alejarlo.

—Minho, ve hacer el rondín, yo me encargo de esto.

Paso de largo aun mirando de manera asesina al señor Jeon, en cuanto el salió de nuestro campo de visión, sentí como este hombre me tomaba por la muñeca arrastrándonos a su cuarto nuevamente, en cuanto llegamos cerro la puerta.

—¿Crees que estoy jugando Jimin?

—Solo soy su diversión momentánea eso lo tengo claro.

—¿En verdad crees que esto es así? — se froto el puente de la nariz —creo que necesitas saber que si rompes una de las reglas habrá consecuencias, y acabas de romper dos con esto.

Escuche que tocaron la puerta.

—Pasa.

Escuche que entraron.

—¿Me mando llamar señor Jeon?

Me gire y mire a Momo con un rostro lleno de duda.

—¡No la metas en esto!

—Tu lo hiciste Minnie, yo no —se acerco a ella —a partir de mañana te iras a trabajar a mi casa, ya no trabajas mas para los Kim, también puedes negarte pero de ser así te iras a la calle, Namjoon esta de acuerdo con ello.

—Pero yo.. —me observo con los ojos vidriosos —Minnie por favor, me he portado bien —empezó a llorar.

—¡Bien! —apreté los puños —Usted gana, pero déjela tranquila.

—Pídelo de rodillas.

Suspire y me arrodille, puse mis manos en mis muslos y agache la mirada, esta humillación no se la voy a perdonar nunca.

—Perdóneme Mi señor, mi desobediencia no tiene disculpas, pero no le haga esto a Momo, no la meta por favor.

—Sal de la habitación Momo — ella se quedo asustada mirando la situación —¡Ahora!

Momo obedeció sin dejar de mirarme.

—Esta noche dormirás en mi habitación ,quiero que busques lencería bonita, te quiero aquí a las diez en punto, veremos si logras convéncerme de que te perdone.

Se puso en cuclillas para mirarme levantando mi mentón, quería matarlo en este instante.

—Entre mejor te portes será mas beneficioso para los dos, esa mirada tuya solo me indica que seguirás haciéndome difícil, no me provoques mas.


Sabían que tenemos grupito de WhatsApp dónde discutimos los capítulos?

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