CAPITULO 32 🦋

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Ni las quince horas de vuelo borraron la sonrisa de mi rostro. Jamás habia viajado tan lejos, y no hubiera imaginado que el lugar sería espectacular. No paraba de observar cada rincón, el aeropuerto de Madrid merecía la atención total, estába maravillada, todo era tan hermoso.

Los rostros tan diferentes, el revuelo y bullicio de las personas, hacían latir mi corazón con fuerza. Tome la mano de Yoongi firmemente, mientras admiramos el espectáculo frente a nuestros ojos. Éramos como un par de niños recién llegados a una jugueteria. Tomamos las maletas y emprendimos nuestro viaje hasta el hotel.

Después de una buena siesta, tenía una sorpresa preparada para él. Había arreglado todo para una cena especial, tenía tanto que agradecerle, que decidí darle una hermosa velada.

—¿Yoongi puedes ponerte esto?—salí del closet de la habitación con una camisa de seda negra y un par de pantalones a juego que se le veían de muerte.

—Mmm claro, pero, crei que la cena sería por room service. —se levantó de la cama y camino hacia mi—. Veo que tienes planes.

Quitó la ropa de mis manos, para dejarla sobre una silla. Tomo mis manos para pasarlas detrás de su cuello, y deslizó las suyas por mi espalda, hasta llegar a mi cintura. Comenzó a balancearse de un lado a otro mientras tarareaba una canción.

Estaba perdida en su mirada, segui el ritmo de sus pasos. Bailando una canción que salía grave de su garganta, sujeto una de mis manos, para darme un giro sobre mis talones, y volvió a pegarme a su cuerpo.

—Sabes que dicen que no te debes fiar de un hombre que baila bien —sonrió e hizo más fuerte su agarre a mi cintura.

Hundió su rostro en mi cuello, pude sentir su tibio aliento cuando de sus labios escapó un suspiro, que erizo mi piel de pies a cabeza, haciendome jadear. Mi espíritu sucumbió ante el deseo que se encendía en mi cuerpo, no podía seguirlo negando.

Mi necesitado corazón encontró refugio en él, mi cuerpo respondía a su tacto. Sentí de nuevo el deseo de ser besada, sentí ganas de ser acraricidada. Cerré los ojos y me deje llevar por la vorágine de mi cuerpo

—Yoongi —su nombre salió en un corto suspiro, enrede los dedos en su cabellera.

—Shh... Solo bailemos Ava —siguio deslizando sus pasos por la habitación. De pronto se detuvo, y nos miramos fijamente. Me guío hasta los pies de la cama, me senté en el borde y lo atraje hacia mi.

Me aferre a su cuerpo con todas mis fuerzas. Él lentamente me recostó sobre el suave y mullido edredón, deslizó su cuerpo sobre el mío, abrí las piernas para sentir el calor de su cuerpo.

Nuestras miradas fijas en el otro. Con ternura acaricie su rostro, sentirlo así de cerca parecía más un sueño que realidad, mordió su labio inferior.

—Yoongi —beso mi frente y se puso de pie.

—Ire a ducharme —tome su mano con fuerza hasta hacerlo caer sobre mi de nuevo.

—¿A que estamos jugando? —por segunda vez hundio su rostro en mi cuello, luego se levanto para verme a los ojos.

—Me gustas mucho Ava, pero siento que no es tiempo, debes sanar y lo que menos necesitas en estos momentos es una relación —abrí los ojos, el vuelco que me dió el corazón me hizo sonrojar. Yoongi se me había declarado, pero ¿al mismo tiempo me había rechazado?—. No quiero que sientas que me estoy aprovechando de ti.

La preocupación reflejada en su rostro me derretía. Se que debía decir algo, pero lo único que fui capaz de hacer fue abrazarlo. no pude abrir la boca. Por mi mente pasaban mil escenarios, en los cuales Yoongi es el protagonista de mi historia. Pero muy en el fondo no confío más en mi, me quedó claro que no soy la indicada para elegir pareja, dos errores son suficientes para mí.

Uno casi me cuesta la vida y el otro casi me arranca la vida de mi bebé, no puedo seguir haciéndonos ésto.

—Además tienes asuntos pendientes y no quiero interferir en ellos, sabes lo que debes hacer ¿cierto? —asenti aún aferrada a su cuerpo, me sentía tan vulnerable e indefensa, levanté la mirada y me encontré con sus hermosos orbes oscuros—. Si vas a estar conmigo, debes estar segura, porque yo no quiero ser algo pasajero en tu vida.

—Pero yo quiero intentarlo —se levanto apoyando sus brazos sobre el colchón, me miraba incrédulo pero feliz.

—Ava —mande a la mierda todos los pensamientos que inundaban mi mente.

No tenía nada que perder, y si podíamos ser felices lo haría. No importaba si es un día, una semana, un mes, el tiempo que pueda disfrutar al lado de él, lo haría. Rodé  cuello, acorte la distancia entre los dos, roce sus labios con los míos, eran tan suaves, su piel tan blanca, sus oscuros ojos, su dulce sonrisa, su embriagante aroma.

Mi piel lo aclama, mi cuerpo necesita su calor, necesito sus caricias, quiero todos sus besos, haré míos sus suspiros y quiero ser el centro de sus pensamientos.

Seremos el uno del otro, me entregaré a el como si no hubiera mañana. Nam hizo su vida, yo haré lo mismo, buscaré la felicidad por mi cuenta.

Min finalmente acabo con los milímetros que nos separaban. Respire su aliento y saboree sus labios, cálidos, dulces, suaves. Probé su lengua y mi cordura acabo por salir disparada de mi, me entregué a la grata sensación de su cuerpo sobre el mío.

Los dos caímos extasiados en el deseo de poseernos el uno al otro, eso era todo lo que necesitábamos. Quite su playera, deslice las manos con dulzura y paciencia sobre la piel de su pecho y su espalda, mientras nos besábamos con pasión desmedida. El puro sabor de su saliva embriagaba mis sentidos, no podía parar, quería llegar al límite.

—Ava no podemos hacer esto.

—Si que podemos, te necesito —lo tumbe hacia el colchón, retire mi ropa y subi sobre el, pero me tomo por los hombros.

—Ava ¿De verdad quieres hacerlo? ¿Estás completamente segura? —comencé a besar su cuello, descendí por su pecho, me detuve en su ombligo, jale su pantalón deportivo, pero detuvo mi mano.

—Min por favor, matas el momento... Estoy segura.

—Pero no quiero lastimarte y mucho menos quiero que te sientas presionada... —lleve las manos sus mejillas, para acariciarlas.

—¿Por qué vas a lastimarme? Yoongi estoy lista para esto, ¿Tu no? —se encogió de hombros.

—No crei que estarías lista, y jamás imaginé que pasaría, y mucho menos pensé que sería hoy —nos quedamos mirando por unos segundos—. ¿de verdad quieres hacerlo? —asenti, lo que lo hizo reír—. ¿Usaste el viaje de pretexto para acostarte conmigo?

—Si lo pones así, se escucha mal.

Nos recostamos sobre la cama, quite su ropa, despacio, bajo su mirada expectante. Recorrí con besos su piel, y lo escuche decir mi nombre en un suspiro. Suavemente acaricie sus tonificada piernas, apretó fuertemente con sus manos el edredron cuando sintió mi lengua sobre su glande.
Temblo bajo mis caricias, lo que aceleró mis latidos. Necesitaba hacerlo, y demostrarle lo importante es para mí. Sin más demora introduje su miembro en mi boca.

—¡Ah! que bien se siente... Que maravilla  —sonreí por el comentario, y continúe follando su palpitante miembro.

Comencé a masturbarlo con una mano sin dejar de mover mi boca. Escucharlo gemir, era mi detonante, aumente la velocidad y no pare hasta sentirlo vibrar. Tomo mi cabello y controló los movimientos.

Levanté la vista y pude ver su rostro anhelante, con los ojos llenos de lujuria y deseo.

—Te ves preciosa chupándomela —acelere aún más mis movimientos, quería escucharlo llegar, quería sentirlo mío—. Ava, Ava, hermosa ya, ya no...

Comenzó a mover sus caderas, acelerando su respiración. Me resultaba delirante el sonido que inundaba la habitación, Min a punto de desfallecer y mi boca follandolo sin descanso.

La explosión en mi boca fue el triunfo merecido. Había hecho mio a Yoongi, era una delicia verlo sobre la cama, con los ojos cerrados, la respiración agitada y sus manos aferradas a mi cabello, trague su esencia, y me recosté sobre su  pecho.

—Mío —el me abrazo con fuerza y me beso en la frente.

—Es mi turno —dejo un pico en mis labios, me tomo en sus brazos y me llevo hasta el sofá.

Frente al ventanal, me recosto boca abajo en el respaldo, dejando a su entera disposición mi feminidad.

—Que vista tan perfecta —azotó mi trasero para después dejar besos húmedos sobre el lugar, me apretujo la piel a su antojo.
Se inco detrás de mi, me abrió las piernas, y me acarició los muslos. De manera suave, comenzó a deslizar lentamente la lengua, sobre mi húmedo sexo. Para este punto, mi mente ya estaba viajando alto, sobre las nubes, pero mi vista, seguía siendo La Gran Vía.

Me senti perdida entre los movimientos de su lengua, cuando arremetia contra mi clítoris, me mordí los labios cuando los gritos intentaron salir de mi garganta.

Las luces de la calle, y las sensaciones de mi cuerpo, me hicieron caer en un de trance. Me había llevado a tocar las puertas del paraíso, mientras me aferraba con fuerza al respaldo del sofá. Me adentraba cada vez mas en los brazos de la perdición.

El orgasmo llegó a mi tan violento, que las fuerzas me abandonaron. Desfalleci de placer sobre el sofá. Senti los labios de Yoongi besarme con desespero la espalda. Seguía exitado, y cegado por el deseo, se corrió de nuevo entre mis nalgas. El tibio líquido me escurrió hasta las piernas. Aún temblando, tome sus brazos y los enrolle sobre mi cintura.

—Te dije que no me harías daño. —Se puso de pie para abrazarme y llevarme directo a la regadera.

—Tomemos un baño, y luego veremos qué pasa. —Sonrei aferrada a su cuello, me esperaba una buena noche al lado de un hombre insaciable.

🦋🦋🦋

Dos días después.
6:00 AM.

—¡Vamos Min! ¡Levanta tu perezoso trasero! —quite el edredón y dejé descubierto el perfecto y desnudo cuerpo de Yoongi. Mordí mi labio al recordar, las veces que me ha hecho suya en esta habitación, que ahora es complice de la perversidad que guarda dentro, tome su ropa y comencé a vestirlo— Vamos siéntate, apúrate.

—Ava si no hubiéramos hecho el amor anoche, tendría energía ¿cómo es que puedes estar de pie? —lo bese en los labios con entusiasmo, le coloque la playera, y una gorra, todo en color negro—. No puedo creer que vaya a salir contigo a las 6 de la mañana a caminar por el frío bosque, pero en fin, salgamos de aquí antes de que me arrepienta.

🦋🦋🦋

Llegó por nosotros el guía turístico que contraté. Nos llevaría a realizar senderismo, era algo que siempre había querido intentar. Iremos a: "La cascada del purgatorio". Que por lo que pude investigar, es un lugar hermoso, y por supuesto que quiero recorrerlo con Yoongi.

Después de un par de horas, varios descansos y muchos reclamos de Min. Llegamos al punto más alto del lugar. Tome su mano y coloque la pequeña cajita de cartón negro con un delicado lazo dorado.

—Oye Ava creo que es muy apresurado pedirme matrimonio pero, está bien acepto —golpe su pecho y chaquee la lengua.

—En tus sueños, si te quieres casar conmigo, serás tu el que lo pida, y despues de que lo hagas unas 20 veces te diré que si.

—Interesante —tome su mano y me senté a su lado, estábamos en un pequeño acantilado, teníamos una hermosa vista de todo el lugar, abrió la cajita y me miro sonrojado—. No debiste, pero gracias, me gustan mucho —tomo las arracadas y se las coloco.

—Sabes Min, nunca había sentido este tipo de conexión con alguien —nos miramos a los ojos, pude sentir el calor de su cuerpo junto al mío—. De corazón, te agradezco todo lo que has hecho por mí.

—No me agradezcas.

Nos quedamos en silencio, disfrutando de la maravillosa vista y la inmejorable compañia. No hace falta que el me diga que me quiere, o que le gusta estar conmigo. No necesito que me diga al oído lo que deseo escuchar, está implícito en todo lo que hace.

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