CAPITULO 4 🦋

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Sábado.
3:25 pm.

Estamos terminando de decorar la segunda boda del día. Emma cumplió su promesa y regreso el jueves, así que, pudimos preparar todo.

Hoy la jornada comenzo, a las tres de la madrugada, pero valió la pena, todo quedó de ensueño, y esto sin duda, debe atraer más clientes, ¡estamos más que felices!

Por otra parte Jimin no me ha llamado, ni enviado mensajes, después que regresamos a la florería, solo me dedico media sonrisa y aceleró su bonito auto.

Siento un poco de vacio en el pecho. En el fondo se que lo arruine, cualquier cosa que pudo pasar, la heche a perder. Pero ya no vale arrepentirse, nunca lo he hecho.

Estoy tan metida en mis pensamientos, que no me he detenido a observar lo que hicimos. Veo a mi amiga, y está maravillada, tiene las manos en su frente, es como si no diera crédito a lo que ven sus ojos.

- ¡Wow Ava! esto parece sacado de un cuento de hadas.

Emma y yo estamos en medio del gran salón. Es en este momento, que miro detenidamente el lugar, lleno de nuestros arreglos, extravagantes y hermosos.

Para esta decoración, la novia, eligio las orquídeas blancas.
En la boda de la mañana, eran rosas blancas.
El punto es sobresaltar la pureza de la celebración, y sin sonar pretenciosa, Emma y yo somos en este momento, las mejores de la ciudad.

- Lo se Emma, ¿te imaginas la cara de la novia cuando vea todo? -tomo sus manos mientras contemplamos nuestra bella creación. Por un segundo me imagino, como sería el día de mi boda, vestirme de blanco, y caminar por el centro del salón, tomada de la mano con el amor de mi vida.
Sacudo mi cabeza, basta Ava. Mi subconsciente me golpea la frente, las bodas son una mentira, nadie puede amarte hasta la muerte.

-Bien, hora de irnos.

Tomamos los sobrantes de flores, materiales y comenzamos, a limpiar el salón, terminamos Alrededor de las cinco de la tarde.

Emma se irá a casa conmigo, nos prepararemos para ir a la fiesta.
Sigo cavilando si debo llamar a Jimin, para invitarlo, pero me parece una falta de respeto, invitarlo 3 horas antes.
Así que desisto, además no es como si fuera a aceptar, guardo el celular en mi bolso.

... ... ... ... ...

Me doy un baño, me maquillo, me pongo el conjunto de lenceria de encaje negro y mi precioso vestido negro de seda. Que llega a medio muslo, se ciñe a la perfección a mi esbelta figura. Me miro al espejo, mientras pienso que zapatos usar, me decido por unos stilettos negros.

- ¡Ava, vámonos! -estoy terminando de poner mis zapatos, siento un poco de remordimiento. Llevar puesta la ropa que Jimin pago, hace que me sienta con cargo de conciencia. Miro mi celular y sigue igual, ni un solo mensaje- ¡Entraré y te sacare a rastras, como estes!

Los gritos de mi amiga, están agotando mi paciencia, salgo a toda prisa de mi habitación y está parada junto a la puerta.

- ¡Emma estoy a punto de arrojarte un zapato! -la veo con su sonrisa burlona, flotando en su bello rostro.

- No dirás lo mismo, cuando te presente al amigo de Hoseok -la miro entrecerrando los ojos, su amante en turno, por lo que se,es un verdadero bombón- ¡Ay Ava! te espera una gran noche, está vez, no podrás rechazarlo.

Me da un par de nalgadas, me toma del brazo y salimos del departamento. Guiña un ojo, y la miro con enfado.

- Si no me gusta, ni en mil años, me lo tiro, estate conciente de eso.
Me mira enarcando una ceja.

- Oh Ava, yo solo espero que mañana, seas capaz de levantarte y caminar por tu cuenta.

Chasqueo la lengua, que no esté tan segura. Lo único que está en mi mente es Jimin, maldito, ¿por qué no me has llamado?

- Eso ya lo veremos.

Llegamos a la fiesta. Nunca había estado en esa casa.
Conozco el vecindario, a un par de cuadras, compartí un par de noches con un chico llamado Felix.
No lo he vuelto a ver, como todos mis amantes. Y desde el lunes, pasa hasta con los que no me acuesto, maldita sea.

La casa es bastante grande y lujosa, verla tan entusiasmada, me da alegría, pero, también me deja un sabor amargo.
Si ella se enamora, jugarán con su vida y su corazón, pero no puedo impedirlo. Llevan saliendo más de diez días, que para mí es un récord.
Lo mejor que puedo hacer, es estar para ella, cuando venga destrozada, por qué este niñato rico, solo la uso como una muñeca.

Emma conoce a la perfección la casa, me guía por un pasillo, lejos del bullicio de la gente, que, atiborra la terraza, la piscina y la cocina.
Llegamos a una pequeña sala, dónde están sentados, alrededor de una mesa de poker 5 hombres.

Uno de ellos al verla, se pone de pie. Es alto, delgado pero musculoso, de facciones tan finas y perfectas, labios gruesos y profundos ojos cafes.

Le hace una seña para que vaya hacia el. Me quedo ahí parada en la puerta, no sé, si salir y regresar a la terraza o, entrar a sentarme en uno de los bancos altos, que están frente al bar, que está al fondo del pequeño salon.

- Disculpa, que mala educación, Ava, ¿cierto?, pasa puedes servirte lo que gustes del bar -me señala la barra a su espalda-, soy Hoseok .

Extiende la mano, la estrecho y y veo en sus labios, una hermosa y cálida sonrisa.

-Mucho gusto, Ava Muller.

Mientras lo saludo, siento un toque eléctrico en mi nuca. Vuelvo la mirada a un lado, y ahí está, mirandome fijamente, desde su silla. Tiene un mazo de cartas en la mano, y en el rostro una ligera expresión de sorpresa.

"El chico de la cafeteria", pense, y mi corazón se acelera. Sus hermosos ojos avellana, me escudriñan el rostro y el cabello, siento como un pequeño rubor sube lentamente a mi cara.

- El es NamJoon, saluda no seas descortés -veo que esboza hermosa sonrisa, se le forman oyuelos en las mejillas, a los lados de sus gruesos labios-, por fin conoces a Ava.

Se pone de pie y estrecha mi mano. Siento un cosquilleo, recorrerme desde la nuca, hasta los talones, pasando peligrosamente por mi entrepierna. El agarre es firme y cálido, me mira directamente a los ojos.

- Que placer coincidir finalmente Ava -su gruesa y aterciopelada voz, hace flaquear mis piernas por un segundo. Es como una caricia en los oídos, y escucharlo decir mi nombre, hace que se remueva hasta la médula de los huesos.

- El gusto es mío NamJoon -muerdo mi labio inferior, Dios este hombre es una obra de arte.

- ¿Ya te sientes mejor? -la pregunta me deja un poco desubicada, Emma se pone de pie, y comienza a hablar antes de que pueda decir algo.

- Si, aquello fue solo una leve indigestión, ¿Verdad Ava? -la veo y asiento, no tengo idea de lo que les dijo, cuando rechace salir con ellos- Bien, ve a servirte algo para beber.

Asentí, solté a Nam, y Me encamine a la barra. En una pequeña copa, servi un poco de coñac. Tome asiento y saque el celular. Estaba pensando en enviarle un mensaje a Jimin, pero, ¿que le diría? perdón por no creer que alguien se puede enamorar tan fácil, o perdón por diferir de tus estúpidas creencias.

- ¿Puedo acompañarte? -la voz de NamJoon hizo que me sobresaltara, guarde el celular, gire un poco a mi derecha y lo ví acomodándose a mi lado, yo asiento, y le dedico una sonrisa.

Lleva un traje negro, que parece hecho a medida. Camisa gris, sin abotonar totalmente, dejando ver un poco de la bronceada piel de su pecho. En la mano izquierda luce un Rolex, y lleva gemelos de oro.

Definitivamente, en la cafetería se veía mas sencillo, pero hoy, su presencia impone. Tiene pinta de jefe mafioso, me pone un poco nerviosa, el pensar, que aquel día quería pedirle su número.

Pero en este momento, no soy capaz de articular, una sola oración lógica. Sus profundos ojos y su bella sonrisa me tienen hipnotizada.

- Dime Ava, ¿como te va en la florería?

- Va de maravilla, gracias por preguntar -mi vientre se retuerce, Dios esos labios-, de hecho si seguimos como hasta ahora, me vere en la necesidad de contratar una o dos trabajadoras.

Él asiente y toma un mechón, que se poso sobre mi ojo derecho, y lo coloca detrás de mi oreja.

- Me da mucho gusto que te vaya bien -me mira unos segundos, pasa su mano sobre su frente, acaso está ¿nervioso?-. Sabes te había visto hace unos días en una cafetería, eres inconfundible, tus hermosos ojos verdes y tus rizos naranjas rebeldes llamaron mi atención ese día -¡oh, oh! siento como el rubor se apodera de mi pálido rostro, de nuevo, ¿será que me pillo observándolo? él acaricia el dorso de mi mano, sin quitarme la vista de encima -, jamás hubiera imaginado que precisamente tu, eras la amiga de Emma... y jamás hubiera cruzado mi mente, que ella era la chica con la que Hoseok salía.

- El mundo es pequeño y el destino muy grande Nam.

- Solo espero que la suerte, me siga acompañando esta noche -debe estar de broma, el no necesita suerte, necesita tiempo, para las mujeres que se le echan encima-, Ava, ¿vamos a cenar?

Se levanta, abotona su fino saco y me extiende una mano, la tomo, y sin decir nada, salimos del pequeño salon. Atravesamos el pasillo, el lujoso comedor, la extravagante sala, y salimos de la casa, por la puerta principal.

En el porche, está estacionado, un flamante Mercedes Benz clase C blanco.
NamJoon abre la puerta y me ayuda a subir, ya que el auto es muy bajo, mi vestido muy corto. Dejo caer mi cuerpo en el asiento, y acomodo las piernas.

- Bien Ava, ¿quieres ir a algún restaurante en especial a cenar? -me pregunta mientras enciende el auto.

- Sorprendeme -le sonrio de manera coqueta, al tiempo, subo el tirante de mi vestido que resbaló por mi hombro oportunamente-, la compañía es la que hará la cena deliciosa.

- En eso estamos de acuerdo Ava, la compañía es inmejorable -me mira y reclamé sus labios, el auto suelta un suave ronroneo cuando pisa el acelerador.

Me encuentro perdida en el perfil, del sexy conductor. Sus gruesos labios, su pose erguida de jefe orgulloso, el inmenso brillo de sus ojos avellana, todo en el capta mi atención- Me está poniendo nervioso tu mirada, Ava me siento intimidado por ti.

se detiene en una luz roja, y me mira a los ojos, completamente ruborizado. Su encantadora sonrisa y sus hermosos oyuelos en sus mejillas, hacen que pierda el sentido. Luego de unos segundos la luz cambia a verde y arranca el auto.

- ¿Como es eso posible NamJoon? -le cuestiono en tanto, pretendo que acomodo un poco la solapa de su saco, pero aprovecho para deslizar la mano por su firme pecho- No deberías sentirte así, al contrario, quiero que te sientas relajado.

Deslizo la mano por su brazo, hasta llegar al dorso de la mano. Dónde trazo un pequeño circulo, para después, retirarla y posarla sobre mi muslo. Veo como suspira pesado, le gusto, igual o incluso más, de lo que el me gusta. Será una grandiosa noche, que con un poco de suerte podrían ser dos.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro