Capítulo 1: Terminamos

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CAPÍTULO 1: TERMINAMOS

Era una hermosa tarde de noviembre cuando YoonGi y JunMyeon terminaron, misma en la que el primero estuvo tan ocupado con proyectos que no tuvo tiempo de procesar lo que acababa de ocurrir al cien por ciento. Sí, su noviazgo había finalizado después de todos sus esfuerzos, pero ya le había rogado lo suficiente para que se quedara a su lado, necesitaba continuar y pasar de página o eso no lo llevaría a ninguna parte; sufrir por esa clase de "amor" no era justo. Quizá era más bien el orgullo que sentía durante esos momentos el que le decía: "no lo dejes ir tan fácil, tú sabes con quién volverá apenas esto acabe. No sufriste en vano para que se acabe tan rápido"; pero ese mismo sentimiento se había transformado en una profunda pereza durante todo ese semestre, ya que nada era igual. Hasta hablar con él le parecía un poco abrumador y se centraba en ser más cercano con sus compañeros, como tuvo que haber hecho desde el inicio de la preparatoria; así que, para cuando la idea de que todo llegaba a su fin se presentó aquel día, solo le dio la razón. Tenía miles de justificaciones detrás de su decisión y para esa fecha sabía que tarde o temprano tendría que finalizar ese capítulo de su vida. ¿Fue bueno mientras duró? Sí, pero hubieron más cosas malas que acabaron sepultando cada cosa buena que hubo entre ellos.

A decir verdad, su atención en esas fechas solo estaba en sus calificaciones: era tan perfeccionista que quería sacar diez en todo. A veces se preguntaba por qué lo hacía si hasta su madre le decía que no se presionara tanto, pero siempre quería ser el mejor.

Así fue cómo acabó de ensayar la coreografía con una sensación amarga en la boca cuando cayó en cuenta de que la canción que iban a usar de base para su proyecto hablaba exactamente de eso: una relación que parecía un sube y baja. Sacudió el poco sudor de su rostro y desconectó su teléfono para poder distraerse un poco antes de continuar con su ensayo. Estuvo un rato en Facebook y charló por WhatsApp con sus amigos de Internet que conoció gracias al role play, pero poco a poco acabó procesando lo que acababa de pasar y necesitaba charlar un poco con alguien.

Decidió contactar con YongSun (Solar para la gente cercana), una chica que conoció en la secundaria y que estaba al tanto de todo lo que pasaba en su noviazgo porque formaba parte del mismo grupo social que su ex y él. De hecho, se hicieron muy buenos amigos gracias a eso, era como su psicóloga personal y siempre acudía a ella cuando había un problema con Jun.

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—¿Y quiénes irán? —Con la mirada fija en el celular, su mamá preguntó. Era una mujer de cabello teñido con un oscuro tono de café, pecas y una mirada poco expresiva cuando algo no le generaba tanta confianza. Su único hijo no le daba tanta confianza ese día.

—Bueno, será en casa de Jackson, así que estarán él, su hermano, EunHa, HyeJin, WheeIn, Jung...

—¿Quién es Jung? —Oh, es cierto que ella no sabía que ahora se refería a HoSeok por su apellido. Era una manía que había tomado por alguna razón por culpa de sus compañeros, ya que a veces se llamaban por sus apellidos; era divertido e imponente.

—HoSeok —le recordó con una sonrisa burlona. ¿Cómo no recordaba el apellido de su mejor amigo durante toda la vida...? Bueno, apenas retomaban poco a poco su amistad de nuevo, aunque no era justificación.

—¿Y solo irán ellos...? —No la culpaba por desconfiar. Le había mentido tantas veces para poder verse con Jun a escondidas que comprendía muy bien su actitud. Quizá lo más prudente era contarle que todo había terminado, pero su orgullo no se lo permitía; sin mencionar que no estaba tan consciente de ese noviazgo, solo se hacía ideas (las peores, a lo mejor).

—Sí.

—Mm... —Por primera vez alzó la vista de su celular y lo miró unos segundos, entrecerrando sus ojos hacia él—. Lo pensaré. Te diré mañana, ¿ok?

—Está bien.

YoonGi respondió sin insistir, pues sabía que había conseguido el permiso. Había hablado sin titubear en cada pregunta, además de que su mamá siempre lo dejaba ir a cualquier lado siempre y cuando HoSeok estuviera presente, pues confiaba mucho en él (si supiera que la madre de este lo apoyó aún más con su relación que ella, se llevaría una gran sorpresa).

Al día siguiente bastó con decir que su amigo pasaría por él y que había terminado una parte del proyecto que sería para el lunes para que la mujer le diera luz verde. Así pues, arreglado con lo mejor que tenía, salió a divertirse a la pequeña reunión en compañía del chico con sonrisa de corazón. Había cambiado mucho desde el último año de secundaria: adelgazó, utilizó ropa que le acentuaba a la perfección y construyó una personalidad más fuerte de la que comúnmente mostraba; le apenaba decirlo, pero haberse dado ese tiempo en su amistad por poner a Jun antes le había traído muchas cosas buenas a su amigo, mientras que él solo tuvo malas experiencias. Ojo por ojo, parecía que decía el destino.

—Estoy algo nervioso —le confesó el joven de cabello rojizo, deteniéndose en un semáforo—. No suelo juntarme con casi nadie de ahí porque no están en mi salón, a excepción de WheeIn porque hablamos en la hora de taller —él formaba parte del grupo de música, mientras que YoonGi en el de teatro (ingenuamente pensó que le ayudaría a la hora de escribir historias o guiones)—; además, Jackson... No sé. No he hablado mucho con él desde la secundaria, ¡e incluso ahí no hablábamos tanto! —YoonGi rio, apoyando su brazo en la ventana.

Varios se conocían desde la primaria o el jardín de niños, como era el caso de ellos dos. Sí, más de una década de amistad estuvo a punto de perderse por un hombre que no valía la pena.

—No te preocupes —intentó actuar natural, pese a estar igual algo inquieto. No le gustaban mucho las reuniones porque bebían y fumaban, creía que era algo asqueroso (y estúpido debido a que su ex hacía la primera y le llamaba siempre que estaba ebrio). Ese día iría con la mente abierta para nuevas experiencias, ¡era su primera salida soltero después de un año y dos meses!—. En el peor de los casos podemos irnos a charlar a otra parte del patio.

Notó la mirada de reojo que le echó su compañero y alzó los hombros, restándole importancia para centrarse solo en la banda sonora que llevaban: canciones de gran valor para los dos porque marcaron gran parte de su primaria. Los nervios se disiparon gracias a ello, pues no tardaron en cantar cada una hasta que llegaron frente a la gran casa de la familia Wang.

Uno a uno, los pocos invitados comenzaron a llegar. Pidieron comida a domicilio, la tía Wang (como solían llamar a las mamás de sus amigos en muestra de confianza) preparó un delicioso espagueti, iniciaron poniendo música de todo tipo y a grabar vídeos para sus perfiles de Instagram o WhatsApp donde presumían abiertamente del agradable ambiente.

—Hubiéramos invitado a NaYeon —se lamentó EunHa tras haber bebido un poco de vodka con jugo que muy amablemente su tía les había preparado, según ella era mejor beber con gente de confianza y en la seguridad de una casa que estar en un bar o con personas desconocidas en general. Siempre los vigilaba para que no hicieran tonterías—. ¡Hay que juntarnos de nuevo pronto!

—Ustedes saben que yo siempre digo que sí —Jackson respondió. Solía prestar la casa para fiestas o pequeñas reuniones cuando le daban permiso, pues era el que tenía el patio más cómodo para charlar al aire libre: una mesa de picnic, un asador, un trampolín, piscina y unos columpios algo oxidados pero que aún cumplían con su función.

—¿Quieres tomar algo YoonGi? Jugaremos yo nunca, nunca —WheeIn dijo desde el refrigerador donde guardaban diferentes tipos de cervezas y bebidas sin tanto alcohol. El castaño frunció los labios, indeciso, pues nunca antes había consumido algo así y no quería perder la cordura, como en las películas. Todos tenían algo y, en realidad, le llamaban la atención algunas botellas.

—No sé si haya algo con poco alcohol... —Susurró con algo de pena lo suficientemente alto para que Jackson lo oyera y saltara de su sitio para comparar en voz alta los porcentajes que tenían cada una hasta hallar la que menos tenía. Min no sabía de marcas, pero tenía un bonito símbolo verde que anunciaba el sabor que la acompañaba: manzana—. Gracias —sonrió. Si no le gustaba planeaba dejarla a un lado o dársela a alguien más y, de todos modos, casi nunca bebía.

Con la típica música de jóvenes, las suposiciones del chico habían sido ciertas: hasta el momento solo bebió dos veces y, en realidad, no había sido su sabor favorito. Ni siquiera le gustaba la soda de manzana, ¿cómo le gustaría eso? No aplicó la lógica.

Distraído al mirar el interior de su botella, escuchó cómo HyeJin le llamaba tras sorprenderse porque no tomó ni un sorbo con la confesión anterior.

—¿Nunca le pasaste fotos a JunMyeon, ya sabes... Atrevidas? —Preguntó. Ella era una de las amigas más abierta de mente que tenía, la típica que lo apoyaba en cada uno de los debates y que tenía una vida mucho más entretenida que las del resto.

—No —mintió, fingiendo desinterés. No iba a beber en eso, pues era vergonzoso y le había incomodado un poco la mención de su ex. No tenía planeado decírselo a casi nadie por el momento—. No eran necesarias.

—Me niego a creer que no haya pasado nada interesante durante todo ese tiempo —WheeIn admitió, pero no insistió al notar que su amigo no hablaría más al respecto y decidió continuar con el juego junto al resto, ajenos a la mirada seria y ahora algo apagada de Min. El pecho le había dolido un poco y sus ojos se cristalizaron detrás de las risas falsas que daba para actuar. ¿Dos simples tragos habían bastado para ponerlo mal por su ex? Ese tipo no valía la pena.

—Ya vengo —dijo al suspirar, levantándose y caminando hacia el gran trampolín que tenía su amigo. Quería tomar el aire y relajarse un poco solo, pero no contó con que Jung decidió seguirlo en silencio hasta donde estaba para sentarse junto a él. Al parecer, alguien sí había visto su inconformidad.

Le miró fijamente en silencio unos segundos antes de girar hacia el frente. Tarde o temprano se enteraría, ¿no? Pese a que no eran los mejores amigos de antes lo conocía de toda la vida y confiaba mucho en él. Sabía que siempre estaría para oírlo, aún si repetía una y otra vez la misma anécdota solo porque quería que se desahogara.

—Terminamos —murmuró, rascando la punta de su nariz por los nervios—. Terminó conmigo ayer mientras ensayaba.

—¿Y cómo te sientes al respecto?

—Decidimos ser amigos, así que creo que bien. Siempre dijimos que nuestra amistad era primero que la relación —HoSeok le dirigió una clara mirada de incredulidad en donde le preguntaba sin pronunciar una palabra si en verdad confiaba en él, como para hacer caso en eso. Yoon sonrió, triste—. No tengo tiempo para llorar y tampoco quiero hacerlo más por él. Ya estoy cansado.

—Por eso te pusiste mal frente al resto —afirmó para sí mismo, asintiendo—. Ya hablamos de esto después de que le pediste un tiempo cuando hizo el comentario del autismo —en pocas palabras, se había burlado dos veces de la gente autista, primero diciendo que le daba cringe un compañero suyo y luego justificando que las personas usaban eso para coquetear y generar lástima. Se lo tomó muy mal debido a que su primo pequeño formaba parte de esa comunidad; sin mencionar que, en general, era asquerosa la forma de la cual se expresó de esa gente—. Estoy de acuerdo en que la cagó en muchas cosas. Estoy contigo.

—Gracias por apoyarme —sonrió el de piel pálida y aunque quiso abrazarlo no lo hizo. No eran mucho de muestras de afecto y le daba algo de pena hacerlo con él—. Creo que lo mejor será volver antes de que se hagan ideas raras.

—Supongo que casi nadie sabe.

—Solo Solar y tú.

—Bien —aseguro con una sonrisa y sin hacer más preguntas. Su amigo al fin estaba continuando con su vida con normalidad.

El comienzo supongo que fue divertido,
Solo fueron los altibajos en sí.
Antes de que lo supiera,
Tú y yo nos cansamos del otro
Dentro de este agotamiento emocional inútil.

Un repetitivo juego de balancín,
A este punto, solo me enfermo de esto.
Un repetitivo juego de balancín,
Ambos nos cansamos, y ahora somos miserables.

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