forty six ──── the loss of the human

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─────────── CHAPTER FORTY SIX,

THE LOSS OF THE HUMAN ───────────



Sin tener un auto a su disposición, los áureos supieron que su viaje iba a ser más difícil. Zadkiel estaba dispuesto a robar uno, pero Ithiel se rehusó.

Hacer cosas malas atraería problemas a sus vidas y en ese momento, necesitaban todo el bien para poder sacar a Ezer y Raisa de aquel calabozo.

Sin tener un plan en mente, los áureos caminaron por la orilla, pensando en la posibilidad de tomar algún bus o transporte cuándo una camioneta se parqueó al lado de Sahily.

La áurea observó a la mujer anciana que les sonreía e hizo lo mismo. Ella era lo que necesitaban en ese momento.

──── ¿Están perdidos? ──── preguntó la mujer, bajando la ventanilla ──── ¿Puedo ayudarlos en algo?

──── Si, tal vez nos podría ayudar con unas direcciones ──── Sahily respondió, haciendo uso de su don. De inmediato la mirada de la mujer cambió, sintiendo esa tranquilidad ──── Necesitamos llegar al pueblo Clover, ¿sabe dónde se encuentra?

──── Oh, están muy lejos ──── negó la mujer ──── Puedo acercarlos si quieren. Pronto el día acabará, será mejor si se apuran.

Sahily miró el cielo. La mañana pasó tan rápido que no se había dado cuenta que las nubes ya estaban oscureciendo, la noche se avecinaba y ellos no tenían ni un techo.

──── Dile que nos deje quedarnos en su casa ──── le susurró Zadkiel, compartiendo la misma preocupación.

──── Aún no. Necesito una conexión más fuerte ──── negó. Miró a la mujer, sonriéndole ──── Sería grandioso si nos ayuda. Le promete que no la molestaremos.

──── ¡Para nada! ──── la mujer comentó, abriéndola la puerta ──── Siéntate aquí, el resto puede ir atrás.

Sahily lo hizo, dándole una mirada rápida a Zadkiel para que no se preocupara. La mujer habló en todo el camino, dejando que los áureos apenas pudieran decir unas cuantas palabras.

La emoción en ella era evidente, como si fuera la primera vez que alguien tomó su ayuda. Sahily dejó que lo hiciera, queriendo establecer una buena relación para poder hacer uso de su don.

Llegaron a una granja, la gran casa de color azul estaba rodeada por una gran cerca para protegerla de los diferentes animales que tenían alrededor.

La mujer parqueó a un lado, apagando la camioneta ──── Vamos, entren un rato ──── ofreció, sonriéndoles ──── Por cierto, soy Tessa.

Sahily también bajo, curiosa de la forma en que vivía esa mujer. Los animales se mantenían alejados, comiendo o resguardándose en sus casas de maderas.

──── ¿Vives sola? ──── Zadkiel cuestionó, apartando el cabello oscuro de sus ojos.

Tessa asintió ──── Lo hago. Mi esposo murió y mis hijos tienen su vida en la ciudad ──── contó, sonriéndole ──── Pero estoy feliz con mi granja, el negocio sigue avanzando.

──── ¿Granja? ──── murmuró Nirelle, frunciendo sus cejas ──── Ella cría animales y los mata, ¿no?

Ithiel agitó su cabeza, negando ──── No todas las granjas hacen eso. Otros sólo toman los beneficios de estos animales como la leche.

──── No se queden ahí, anoche hice pastel ──── dijo, insistiéndole en que entrarán.

Zadkiel fue el primero en aceptar la invitación, preparado por si algo ocurría. Todas sus defensas desaparecieron al notar la calidez dentro de ese lugar, tan parecido al hogar que todos deseaban.

Sahily se acercó a las fotos, observando los rostros de niños y niñas que sonreían a la cámara.

──── ¿Son sus nietos? ──── ella cuestionó.

Tessa se acercó, quitándose la chaqueta ──── Si, son los más pequeños. Son tan encantadores, pero solo vienen a visitarme en vacaciones.

──── ¿Puede prestarme el baño? ──── Nirelle preguntó, tratando de sonar amable ──── Por favor.

──── Claro, cariño. En el segundo piso, la primera puerta a la derecha ──── dijo, señalando la escalera ──── Iré a partir el pastel. Siéntanse como en casa.

Ithiel se acercó a la pareja, cruzándose de brazos ──── ¿Es así de amable o está fingiendo? ──── cuestionó, desconfiando de la mujer.

Zadkiel ladeó su rostro, pensando lo mismo. Los humanos podían ser muy predecibles pero aquella mujer no lo era.

──── Es amable ──── confirmó Sahily, perdiendo toda expresión ──── Está sola en una gran casa, rodeada de vegetación. No la culparía por querer recoger personas de la calle para convertirlas en la familia que no la quiere.

Los dos áureos se quedaron callados, sorprendidos de que ella estuviera defendiéndola. Sahily solo rodó sus ojos, dirigiéndose a la cocina donde se acercó a la mujer.

──── ¿Le molesta si estoy aquí? ──── preguntó, apoyándose en el mostrador.

Tessa negó, secando sus manos en una toalla ──── Para nada, me gusta la compañía.

La áurea miró a su alrededor, notando como la pintura estaba cayéndose y como un tubo goteaba al estar viejo.

──── ¿Desde cuándo vive aquí? ──── cuestionó, posando su mirada en la anciana.

──── Es la casa de mis padres. La heredé al ser la menor, de igual forma mis hermanos no la querían ──── comentó, sacando el pastel de la refrigeradora ──── Me encargue del negocio y ahora estoy buscando inversionista.

──── ¿Por qué? ¿Quiere mudarse?

Tessa negó, enfocándose en la mesa ──── No, solo...me siento sola así que me gusta invertir dinero y que la gente pretenda estar interesado en mí ──── confesó, bajando su voz ──── No sé por qué estoy contándote esto, lo lamento.

──── No se preocupe, me gusta oír a las personas ──── ella interrumpió, acercándose ──── ¿Qué le gustaría saber de nosotros?

──── El chico de cabello oscuro es tu novio, ¿no? ──── Tessa comentó, soltando una suave carcajada ──── No ha dejado de mirar la cocina, parece que quiere acercarse.

Sahily apenas giró su cabeza, observando al áureo que trató de pretender hablar con Nirelle.

──── No es muy comunicativo, seguro está pensando como escaparse ──── ella bromeó.

──── Vamos, no dejemos que se abrume tanto ──── pidió Tessa, extendiéndole una bandeja con los platos ──── Llevare fresco, lo hago especialmente con mi cosecha.

La áurea asintió, dirigiéndose a la sala. Agarró su propio plato, sentándose al lado de Zadkiel que estaba mirándola.

──── ¿La convenciste para que nos dejará quedarnos? ──── cuestionó, dejando una mínima distancia entre los dos ──── Ya está anocheciendo.

──── Lo hará por sí sola ──── le murmuró, comiendo un trozo de pastel ──── Solo tienes que hablar un poco más, piensa que saldrás corriendo.

Él rio, arrugando las esquinas de sus ojos oscuros ──── No iba a correr, solo esconderme ──── bromeó, cruzándose de brazos ──── Por las dudas, deberías de hacer tu truco.

Sahily rodó los ojos, disfrutando de la suavidad del pastel. El chocolate era la mejor parte, haciendo que los áureos sintieran el subidón de energía.

──── Oh, esto es muy bueno ──── Ithiel confesó, lamiendo una gota de chocolate que cayó en su dedo ──── ¿Cómo lo hizo?

──── Es la receta de mis padres. Todo fue preparado con productos naturales, eso lo hace todavía mejor ──── contó Tessa con sus mejillas sonrojadas por el cumplido.

──── Zadkiel es buen cocinero, deberías de probar sus platillos ──── Sahily ofreció, aprovechando la oportunidad. Fijó su mirada en ella, bajando su voz ──── Deberías de invitarnos a quedarnos, por esta noche.

Tessa no separó su mirada, sintiéndose embriagada por esa voz. Su corazón se tranquilizó y estuvo a punto de dejarse caer al sillón si no fuera porque una de sus invitadas puso el vaso en la mesa, llamando su atención.

──── Quédense por esta noche. Tengo dos habitaciones disponibles ──── ella sugirió, dejando su plato ──── No dejaré que se pierdan en este pueblo. Será muy difícil tomar un autobús a estas horas.

──── Será un placer ──── asintió la áurea rubia, apoyando su espalda en el sillón.

Zadkiel sonrió, satisfecha de que Sahily siguiera teniendo su don. Siempre le había gustado observar como lo hacía, solo necesitando unas sencillas palabras para que las personas cayeran, sin cuestionar.

Tessa los llevó al segundo piso, mostrándole las habitaciones. Los áureos le dieron las buenas noches, dejando que se fuera.

──── Bien, Nirelle debería de dormir con Sahily y tú...

──── Oh, no, espera ──── Zadkiel detuvo a Ithiel, negando ──── Yo dormiré con Sahily, ustedes pueden tomar la otra habitación. Si te sientes intimidado, puedes dormir en el sofá.

Sahily no esperó ninguna respuesta cuándo empujó a Zadkiel en una de las habitaciones, cerrando la puerta en los rostros estupefactos de los dos áureos.

──── ¿Ella acaba de encerrarse con Zadkiel? ──── Nirelle cuestionó con sorpresa.

──── Si, lo hizo ──── susurró Ithiel, frunciendo sus cejas ──── Si quieres, puedo ir a dormir al...

──── No dejaré que hagas eso ──── interrumpió la áurea, negando ──── Estoy segura que sobreviviremos una noche juntos.

Nirelle entró a la habitación, mirando la cama en medio. Era lo suficiente grande para los dos así que no dejaría que Ithiel se fuera.

Dejó las armas a un lado, verificando que la ventana estuviera cerrada. No quería problemas con los demonios robándose lo único que tenían para defenderse.

Se acostó en la cama, sintiendo sus músculos relajarse. Nunca había estado tan ansiosa hasta en ese momento, sin tener idea de lo que podría suceder.

Ithiel se acostó a su lado, enfocándose en el techo. Puso su brazo detrás de su cabeza, intentando encontrar una postura que lo relajara.

De repente, la risa de Nirelle rompió el silencio incómodo haciendo que Ithiel se uniera.

──── Esto es muy... tenso ──── ella dijo, limpiando las lágrimas que se escaparon ──── ¿Cómo Zadkiel y Sahily pueden hacerlo?

──── Están acostumbrados. Esta es nuestra primera noche juntos, ¿no? ──── mencionó el áureo, girándose para verla de frente.

Ella imitó su posición, mirándolo. Dejó que sus dedos acariciaran la suave piel de Ithiel, marcando cada uno de sus lunares y las cicatrices que eran difícil de observar.

Nunca había tenido tanta libertad de tocarlo hasta ese momento. Sus ojos azules recorrieron todo su rostro, absorbiendo cada segundo que pudo.

──── ¿Puedo besarte? ──── Ithiel preguntó en voz baja, tragando saliva con nervios.

Nirelle se acercó, dispuesta a juntar sus labios en un suave beso. Cerró sus ojos, disfrutando de la sensación que recorrió todo su cuerpo, encendiendo ese fuego en su interior.

La mano del áureo recorrió toda su cintura hasta posarse en su mejilla con delicadeza. Él se separó, respirando fuertemente con una sonrisa en su rostro.

Definitivamente, Nirelle estaba enamorada de Ithiel. Cada segundo separado, era una tortura así que no podía perderlo, no de nuevo.



Sahily fue la primera en despertarse. Al estar en un lugar desconocido, solo durmió unas cuantas horas y estaba segura que Zadkiel estuvo despierto, más por los suaves ronquidos que el áureo soltaba.

Agarró una chaqueta, saliendo de la habitación. Por alguna razón, estaba helando en ese pasillo así que decidió bajar.

Miró a Tessa a través de la ventana en una de las casas de madera donde las gallinas salían corriendo. Supo que estaba tomando los huevos cuándo los depositó en la canasta.

La áurea abrió la puerta, entrecerrando sus ojos ante el sol ──── Buenos días ──── dijo, sonriéndole.

Tessa le devolvió la sonrisa, contagiándose del humor que portaba. Entre todos sus invitados, ella era su favorita, le daba una calma como su familia.

──── Estoy haciendo el desayuno, espero que les guste el tocino con huevo ──── comentó la mujer, acercándose ──── ¿Han dormido bien?

──── Tanto como se pudo ──── respondió, tratando de evitar hablar sobre su noche ──── ¿Cómo durmió usted?

La mujer movió su mano, restándole importancia ──── Muy bien, nada que preocuparse. Vamos adentro, encendí el aire acondicionado para que se sintieran más cómodos.

──── Oh, gracias. Ha sido bastante amable con nosotros.

Las dos entraron de nuevo, Tessa se dirigió a la cocina donde ya tenía todo preparado. La áurea se apoyó en la encimera, cruzando sus piernas

──── Me gusta ayudar a las personas. Mi familia casi no viene así que me siento sola ──── confesó, encogiéndose de hombros ──── Además, ustedes necesitaban mi ayuda, ¿no?

Sahily asintió. Tessa fue la persona indicada para ayudarlos o sino todos estarían en la calle, siendo objetivos de los demonios.

Un par de pasos llamó su atención. La anciana solo sonrió a Zadkiel, volviendo a terminar el desayuno mientras Sahily solo lo observaba, pareciéndole tierno como el áureo camino directo a ella, intentando contener el cansancio de su rostro.

──── ¿Dormiste bien? ──── ella preguntó, acariciando la mejilla del áureo.

Zadkiel asintió, apoyando su frente en el hombro de ella. Un suspiro brotó de sus labios, estaba cansado pero su mente seguía activa, creando todas las posibilidades y las formas en que podrían terminar esa misión.

Ya no estaba seguro si fue una buena idea ayudar a Ithiel y Nirelle, no después de presenciar cómo su áurea estaba siendo atacada.

Fue como revivir su propia pesadilla, una que lo atormentaba cada noche.

El sonido de un vaso quebrándose hizo que se enderezara, frunciendo sus cejas al notar como la mujer solo se quedó parada, sin hacer algún movimiento.

──── Tessa, ¿estás bien? ──── Sahily cuestionó.

Iba a dar un paso adelante cuándo el áureo agarró su brazo, reteniéndola a su lado. La anciana dio un paso atrás, mostrándole la flecha que resaltaba de su pecho.

Sahily no pudo ocultar su asombro, sintiendo como Zadkiel la empujó al suelo cuándo varias flechas se estrellaron en la casa. Destruyeron todo, quebrando los vasos y platos, incluso las fotos que cayeron al suelo.

La áurea se arrastró por el suelo, acercándose a la mujer que la observaba con miedo. La sangre brotaba de sus labios y de vez en cuando, su cuerpo se movía.

──── Lo lamento tanto ──── murmuró Sahily, agarrando su mano ──── Tessa, perdónanos por haberte involucrado.

──── Mis hijos...──── balbuceó la mujer, tosiendo ferozmente ──── Ellos... no lo sabrán...

Sahily no pudo seguir oyéndola cuándo su alrededor cambio, tornándose más lento. Un escalofrío recorrió toda su espalda, haciendo que levantara su mirada al cielo y cerró sus ojos, esperando que le dijera que tenía que hacer.

──── Ya es hora ──── susurró aquella voz, tan baja que apenas podía ser oída.

Sahily volvió a la realidad, dejando salir el aire contenido. Colocó su mano en el pecho de aquella mujer, sintiendo como su alma enloqueció bajo su toque.

──── Tessa, te llevaré a un hermoso lugar ──── habló la áurea, sonriéndole ──── ¿Te gustaría acompañarme a visitar a tu esposo?

Una lágrima rodó por la mejilla de la mujer, sintiéndose en paz que no se arrepintió de haber tomado la decisión de ayudar a aquellos cuatros seres que estaban perdidos.

──── ¿Me lo merezco? ──── musitó, apretando los dedos de la áurea.

──── Él te recompensará por habernos ayudado. Muchas gracias por tu servicio ──── Sahily dijo, sacando su alma.

Un último suspiro brotó de los labios de aquella mujer. Su mano dejó de apretar, cayendo a un lado sin ninguna fuerza mientras su alma se dirigía al cielo, siendo vigilado por Sahily.

──── ¡Tenemos que irnos! ──── Ithiel gritó, tratando de escapar de las flechas que seguían llegando ──── ¡Sahily, apúrate!

Un par de manos agarraron a la áurea, levantándola del suelo. Las flechas pasaban por centímetros de su cuerpo mientras corría detrás de Nirelle.

La puerta principal no era su mejor opción así que subieron al segundo piso. Zadkiel rompió la ventana con un solo golpe, quitó los vidrios con cuidado de no herirse.

──── Vamos, tendrás que saltar ──── él indicó a Nirelle ──── La camioneta está en la parte trasera.

La áurea asintió, brincando sin miedo. Sus piernas apenas se flexionaron cuándo volvió a correr, directo a la camioneta.

Ithiel fue el siguiente, quedándose abajo para vigilar. Sacó su espalda en caso de que lo necesitará, no podrían pelear contra tantos, pero mataría a cualquiera que se acerque.

Sahily fue la siguiente, saltando los metros de distancia y siguió a Nirelle. Su mirada recorrió cada centímetro de esa granja hasta encontrar a los demonios.

Estaban lo suficiente lejos de la casa así que no tenían intenciones de entrar, solo sacarlos para matarlos. Uno de los demonios hizo contacto visual con ella y sonrió con diversión, mostrándole que no le importaba quién estuviera dentro.

──── No lo hagas ──── Zadkiel negó, agarrando el brazo de la áurea ──── No tenemos tiempo para perseguirlos.

Sahily quiso protestar, pero no lo hizo. No estaban preparados, no había armas ni armaduras para su protección y no quería perder a ninguno de los áureos a pesar de todo.

Ella siguió corriendo detrás del áureo. Ninguno llevaba sus bolsos así que no tenían nada de ropa, solo las que llevaban puestas y las armas.

Zadkiel abrió la puerta de la camioneta, indicando que entrara mientras Ithiel tomó posesión del asiento conductor, arrancando cuándo notó como los demonios estaban acercándose.

──── ¡Agárrense! ──── avisó.

Sahily se agarró del asiento con una mano y con la otra agarró los dedos de Zadkiel. Miró al áureo con preocupación, por esa vez, no estaban seguros sí podrían salir.

Los demonios bajaron la colina, creando un gran caos de oscuridad que dejó la tierra muerta, manchada con todo el mal que cargaban en su interior.

En segundos, la camioneta se vio envuelta en esa abrumadora oscuridad. Los demonios golpearon las ventanas y puertas, intentando entrar mientras Ithiel seguía manejando.

Solo fueron unos minutos que estuvieron rodeados de esa oscuridad cuándo pudieron salir. La camioneta estaba llena de golpes y abolladuras, incluso las ventanas tenían grandes aberturas.

──── ¿Todos están bien? ──── Zadkiel cuestionó, pudiendo respirar con calma.

Sahily también soltó un suspiro, apretando los dedos del áureo. Estuvieron cerca de ser atrapados por los demonios, no podían seguir exponiéndose de esa forma.

Un golpe en la ventana hizo que los áureos se pusieran en alerta. Una flecha atravesó la ventana, rozando la mejilla de Sahily hasta incrustarse en el asiento de Ithiel.

Ninguno de los áureos habló, quedándose congelados hasta que Nirelle se levantó, verificando que estuviera bien.

──── Estoy bien, solo atravesó mi oreja ──── Ithiel la calmó, agarrando el volante con fuerza ──── Sanaré, no te preocupes.

──── Maldición ──── Zadkiel dijo, viendo como la mejilla de Sahily estaba sangrando ──── No creo que vayas a necesitar suturas.

La áurea pasó sus dedos por la sangre, intentando retenerla ──── Está bien ──── musitó, intentando calmarlo ──── Ni siquiera duele.

──── Acabamos de hacer que una humana muera ──── Nirelle habló, interrumpiendo el momento ──── Ella murió, ¿no?

Ithiel la miró, entrelazando sus dedos ──── Tessa está en un lugar mejor. Nos dio un techo y alimento, será recompensada por eso.

──── Tendremos cuidado, sin involucrar humanos ──── Zadkiel aseguró, apoyando su cabeza en el asiento ──── No merecen estar en medio de esta guerra.

──── Es lo mejor ──── murmuró la áurea a su lado.

Sahily dejó caer su cabeza en el hombro del áureo, necesitando un descanso. Por un momento pensó que lo perdería y solo necesito de esos minutos para aceptar que no quería volver a estar en misiones.

Quería vivir feliz junto a Zadkiel, sin miedo a perderlo por los demonios.

Cerró sus ojos, recordando a la mujer. Tessa, la anciana que le dio un lugar para descansar fue tan buena con ellos que esperaba que reciba lo que dio.

Su familia quedaría muy devastada cuándo supieran lo ocurrido. Habría preguntas que no tendrían ni una respuesta que los humanos podrían ofrecer tal como aquella pareja que estuvo en el momento incorrecto.

Sahily sabía que era una injusticia, no poder darle una explicación. Cómo aquella niña que quedó sin padres que seguía buscando una respuesta o simplemente ya se dio por vencida.

Aún recordaba su nombre, Sakura Campbell. Se dio la oportunidad para investigarla, la culpa seguía ahí, esperando que donde sea que se encuentre, hubiera encontrado una paz y no siguiera esperando que sus padres volvieran.



El día transcurrió más rápido de lo pensado. Ithiel seguía manejando, esperando llegar a Clover antes de la medianoche.

Tenían que sacarlos o Raisa iba a morir. Aunque su relación con ella era casi inexistente, no dejaría que la asesinaran por sus errores.

Por el espejo retrovisor, dio una mirada rápida a la pareja. No pudo evitar apretar sus dedos en el volante, sin gustarle como estaban de cerca.

Simplemente no le gustaba que ambos se necesitarán de esa forma, era tan... diferente a su relación con Nirelle que tenía preguntas de que si algún día llegaría a tener esa misma confianza.

En ese momento, Zadkiel estaba profundamente dormido. Su cabeza estaba encima del hombro de Sahily que también estaba durmiendo.

──── Deja de vigilarlos ──── Nirelle le reprochó con una sonrisa en sus labios ──── Vas a terminar chocando.

Él chasqueó su lengua, frunciendo sus cejas ──── No puedo. No me gusta la forma en que Zadkiel la mira o le habla. No la conoce lo suficiente para tener esa cercanía ──── mencionó con fastidio.

──── Si la conoce. Ellos se tomaron su tiempo en conocerse, solo que tú nunca lo supiste ──── replicó ella, mirándolo ──── Puedes confiar en que estarán bien.

──── No lo sé ──── negó ──── Míralos, son tan diferentes. No están hechos para estar juntos.

Nirelle hizo lo pedido, mirándolos. A pesar de estar dormidos, Zadkiel seguía protegiendo a Sahily, su cuerpo inclinado era solo una protección en caso de algún problema.

──── Yo creo que si están hechos para estar juntos. Eres el hermano de Sahily así que será difícil que veas lo mismo que otros ──── comentó, posando su mano en los hombros tensos del áureo.

──── No lo entiendes ──── musitó, apretando sus dientes.

Los dos áureos quedaron en silencio, sabiendo que seguirían discutiendo. Ithiel no podía aceptar la relación y en parte, a Sahily no le importaba, ya que no deseaba la aprobación de nadie.

Nirelle frunció sus cejas cuándo notó como las nubes empezaron a tornarse oscuras. Apenas podía verse por la pesada neblina que estaba cubriéndolos.

──── ¿Estás seguro que vamos por el camino correcta? ──── ella preguntó.

Ithiel asintió, extendiéndole el mapa ──── Si, la ruta noventa y nueve, ¿no? Creo que deberíamos de despertar a Zadkiel, esto no me parece algo bueno.

El áureo extendió su mano, intentando tocar la rodilla del áureo cuándo sintió un golpe, sorprendiéndolo. La mirada grisácea de su hermana le dio una clara advertencia, haciendo que retrocediera.

──── Zadkiel ──── ella lo llamó, agitándolo con suavidad ──── Creo que llegamos.

Zadkiel se levantó con rapidez, poniéndose recto en el asiento ──── No estaba dormido ──── negó, apenas abriendo sus ojos.

Nirelle bufo con diversión ──── Estabas babeando sobre el hombro de Sahily ──── le dijo, negando su cabeza ──── Hay demasiada densidad en este lugar, no creo que podamos seguir en la camioneta.

Zadkiel observó su alrededor, dándose cuenta de que estaban rodeados de la oscuridad que pocos demonios portaban. Este don los ayudaba a permanecer escondidos o ahuyentar a los que no estaba invitado a seguir.

──── Hay que caminar, ¿no? ──── Sahily musitó, también dándose cuenta de lo sucedido ──── La camioneta podrá golpear una roca y no tendremos cómo regresar.

──── Si, prepárense ──── asintió el áureo, agarrando las armas ──── No creo que el camino sea tan largo. Aproximadamente unos cinco minutos.

Sahily fue la primera en salir, asombrándose del aire pesado. Tuvo que respirar varias veces, acostumbrándose.

──── Esto apesta ──── musitó, acercándose a Zadkiel ──── Cualquier humano huiría de este lugar.

Él sonrió, extendiéndole una daga ──── Es el objetivo, mi áurea ──── susurró. Colocó un mechón rubio detrás de su oreja, tomándose su tiempo ──── No hagas nada que ocasione un problema. Seré lo más rápido posible para que estemos a salvo.

──── Lo sé. No te atormentes, volveremos a nuestras vidas, tal como lo planeamos ──── ella dijo, acortando la distancia. Pasó sus brazos por el cuello de Zadkiel ──── Tú no hagas nada tonto. Iré caminando y ustedes vuelen, serán cinco minutos extras.

Zadkiel asintió, juntando sus frentes ──── Maldición, no tengo idea de por qué acepté está misión ──── confesó, apretando sus manos en puño ──── Si te sucede algo, voy a matar a todos los demonios dentro de esa mansión.

Ella subió su cabeza, juntando sus labios en un suave beso. Tomó su tiempo en poder recordar cada detalle hasta la forma en que las manos del áureo recorrieron su cuerpo.

Zadkiel se separó, mirándola como si fuera la criatura más hermosa del mundo. Pasó sus dedos por la mejilla fría de Sahily, necesitando la tranquilidad que solo ella poseía.

──── Vuelve a mí, Zadkiel, te estaré esperando ──── ella le pidió, separándose.

Agarró la daga, guardándola en su cintura. Dio una última mirada a los áureos antes de seguir su camino, sumergiéndose en la oscuridad.




si han leído entre las criaturas entenderán la gran referencia que puse aquí ♥



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