seven ──── the chosen

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─────────── CHAPTER SEVEN,

THE CHOSEN ───────────



Trabajar como adiestradora en Áureos, no fue totalmente la primera opción de Sahily, pero con el paso del tiempo empezó a tenerle un cariño inusual a ese trabajo más por tener que tratar con los menores áureos.

Podían tratar de alterar sus nervios o hacer que piense cientos de formas de calmarlos, pero esa sensación─ aunque no quisiera aceptarlo─ era lo que más le gustaba, era volver a sentirse pequeña con sus risas infantiles y la curiosidad que abarcaban.

Aunque a ella le encanta tener que comportarse de manera infantil, también les enseñaba a defenderse y recordándoles el por qué fueron creados.

Las armas de madera eran perfectas para los menores, menos dolorosas que las reales y harían el suficiente trabajo para que la próxima se defiendan y trataran de evitar los moretones que se aparecerían en sus cuerpos.

Todos los áureos pasaron por ese método y era el que más le gustaba. Aún recordaba cómo aprendió a defenderse de los mayores y esas armas de madera pasaron a ser de su dominio, utilizándolas como profesional.

Claro que todavía recordaba como Ithiel fue el peor de los dos en defensa, sus brazos y piernas larguchas lo hacían ser más lento hasta que aprendió a tomarlas como una ventaja y ganar, pero Sahily nunca dejó de recordárselo más por apenarlo y tener el placer de poder sobresalir en una cosa antes que lo hiciera su hermano.

Aunque no lo aceptará, por dentro, sabía lo difícil que era tener un gemelo.

Los áureos mayores tenían sus propias armas que eran concebidas por el Salón Sacrum uno de los pocos lugares que estaba prohibido entrar sin permiso del líder Izan. Una de las razones era por la presencia que se llegaba a sentir como si estuvieras en el mismo cielo y enfrente al Señor, ese sentimiento era lo mejor que se podía tener.

En ese lugar, solo llegaban a entrar los que estaban listos y terminaron su educación, algunos más antes que otros al ser necesitados como la mayoría de la familia principal sin excepción.

Las armas que Áureos daba a sus habitantes era única, cada uno llevaba su propia escritura para distinguirlas. Eran pocos los que sabían de qué estaban hechas y dentro de ese porcentaje se encontraban los gemelos.

No era un secreto que ellos buscaron la respuesta y llegaron a sorprenderse.

Los áureos que se encargaban de ese trabajo eran los más grandes de Áureos al ser necesaria la fuerza para golpear el acero y utilizar las maquinarias para llevar los componentes.

Las armas de Sahily eran importantes para ellas, tanto que las protegía en su propia habitación. Con el tiempo, había podido ir recolectando varias piezas, desde espadas hasta cadenas que resistían los más fuertes golpes, pero su preferida siempre serían las pequeñas dagas que eran más livianas y podía lanzarlas en medio de grandes peleas.

──── ¿Sahily?

Alzó su cabeza, quitando los pensamientos para enfocarse en el áureo que la llamó.

──── Adentro ──── contestó, llevando las últimas espadas a su lugar.

Ezer entró al lugar, recorriendo con su mirada los estantes llenos de armas y tragó saliva, nunca pensó que encontraría a su pequeña hermana en un lugar así.

Sahily de inmediato frunció el ceño al notar el aspecto desastroso de Ezer, desde la distancia pudo sentir los nervios que salían de su cuerpo y no necesitó observar sus alas para saber que se movían involuntariamente.

Él se acercó con lentitud, tomando su tiempo e intentando mirar cualquier cosa que no fuera a la áurea que ahora estaba llena de curiosidad.

──── ¿Estás bien? ──── ella preguntó, más confusa que antes.

Él asintió con rapidez ──── Todo va genial ──── dijo con una resplandeciente sonrisa que era poco vista.

──── Está bien ──── murmuró, apartándose de los estantes ──── ¿Cómo va la misión?

──── Ya elegí a los áureos que me acompañaran ──── contó, aun asintiendo con su cabeza ──── El líder Izan me dio la aprobación, aunque estaba bastante desconcertado, pero expliqué que cada uno tiene su papel.

──── Eso es asombroso ──── Sahily sonrió, cruzando sus delgados brazos ──── Entiendo que tu misión es difícil, pero la cumplirás, como todas las misiones que has hecho.

──── Si, solo tengo demasiada incertidumbre sobre lo que sucederá ──── él confesó, soltando aire ──── No es como las otras que sé cuándo volveré o que me enfrentaré.

──── No pienses demasiado en eso ──── Sahily negó, apretando sus labios en una línea ──── Solo te perturbaras más de lo necesario y sobre cuándo regresas, no te preocupes, puede ayudarte a mantener tu habitación arreglada y lo más importante, tal como está. Mamá va a querer remodelarla en la primera oportunidad que tenga ──── bromeó, alejando el cabello de su rostro.

──── Gracias, pero no es necesario ──── Ezer negó, dejando salir una leve sonrisa ──── Vas a cansarte demasiado.

──── No es problema. Le hago la cama todos los días a Ithiel siempre que cumpla con parte del trato ──── mencionó, alzando sus cejas ──── Una más no hará peso.

──── Eres muy buena ──── susurró.

Ezer la miró por unos segundos y quitó el sudor que empezó a recorrer por su frente. Se acercó al estante de espadas, recostándose en ella y tomando aire.

──── Entonces ──── ella habló titubeante ──── ¿Quiénes son los áureos?

El brazo de Ezer se movió involuntariamente haciendo que varias espadas cayeran al suelo, otras llegando hasta las botas de Sahily.

──── Las acabo de reunir ──── ella susurró, apretando sus labios en un intento de permanecer tranquila.

──── Lo lamento, yo...

Sahily lo ignoró, agachándose para recogerlas nuevamente. Dio vistazos a Ezer sin creer lo que hizo, nunca había sido tan torpe y menos tan nervioso como en ese momento.

──── ¿Qué sucede? ──── preguntó, frunciendo sus cejas claras.

──── Lo lamento ──── Ezer balbuceó, señalando el desastre que hizo ──── Yo... si quieres... perdón.

──── Habla claro, no te entiendo ──── negó.

──── Uno de los áureos que irá a la misión, prácticamente llevará a otra persona ──── soltó rápidamente sin darse tiempo a respirar ──── Un paquete.

Sahily se levantó, dejando olvidado las armas tiradas en el suelo para enfocarse en su hermano, confundida por lo que dijo. Limpió sus manos en la falda antes de cruzarse de brazos, intimidándolo más.

──── Un paquete ──── ella repitió ──── Mejor dime tus pecados antes que te consuman, Ezer, no entiendo ──── pidió con voz más calmada.

Ese gesto hizo que Ezer moviera sus alas más rápido, pensando en que si realmente las palabras saldrían de su boca y más en cómo su hermana parecía estar confundida. Parte de él esperaba que lo dedujera por sí sola y así solo pedir disculpas hasta que su voz se fuera.

Pero estaba sucediendo exactamente lo contrario y tenía miedo, demasiado que eso empeoraba su ansiedad.

──── Lo que quiero decir es...──── empezó, dando pasos titubeantes a la puerta ──── Ithiel se ofreció para ayudarme con la misión y después quiso ser parte del equipo. No pude negarme, pero después hubo un problema. Él no iría solo así que te integramos en el grupo, iremos los tres como siempre lo hacemos ──── asintió, intentando dar una sonrisa para tranquilizarla.

Toda expresión del rostro de Sahily de inmediato desapareció, sus labios apretándose tan fuerte que empezaron a blanquearse y sus duros ojos fueron lo peor que transmitió todo lo que trataba de no hacer.

──── Ithiel irá a la misión dónde bajará con los humanos ──── ella recitó, enmarcando cada palabra ──── Y claro, tiene que arrastrar a su pequeña hermana la cual no le agradan esos seres. Así es ¿no?



En Áureos era normal que los habitantes volaran por encima de las casas, algunos para evitar la fatiga de estar caminando y otros al sentirse más cómodo pero lo poco común era ver a los áureos volando tan rápido que el aire los movía como si se trataran de una simple hoja.

Las miradas curiosas no se hicieron esperar, tratando de identificar a los dos áureos que estaban haciendo tanto desastre.

Cuando Ithiel sintió la corriente e hizo que los papeles de su mano salieran suspendidos supo de quienes se trataban. Soltó un suspiro, pensando en todas las posibilidades de cómo terminaría.

Ava tuvo el mismo pensamiento, uniendo la mirada con Ithiel unos segundos, supo que tenían que perseguirlos.

──── Vamos, Sahily, deja el drama ──── él susurró, quitándose la chaqueta y dejando que sus alas doradas se expandieran.

Esperó el momento indicado para alzar vuelo. Intentó ser lo más veloz, pero Sahily siempre había tenido esa habilidad a su favor, la velocidad era su mejor amiga y siempre pero siempre iría delante de todos.

Ahí fue cuando un tercer áureo se unió a su intento de proteger a Ezer, abrió su boca impresionado por su velocidad. Sus largas alas doradas eran veloces, tanto que estaba justo detrás de Sahily, si extendiera sus manos podría rozarle los pies, pero como sabía, Sahily necesitó un solo movimiento de alas para crear un remolino y mandar a la áurea directo al suelo al no poder controlar sus alas. Ithiel dejó de perseguirla para evitar la catástrofe.

──── ¿Qué fue eso? ──── exclamó Nirelle, siendo sostenida por Ithiel de ambos brazos.

──── Experiencia ──── musitó, alzándola para que volviera a volar ──── Y enojo, demasiado para ella.

Sabía que, en algún punto, Ezer no podría aguantar el ritmo y Sahily solo estaba jugando. Si hubiera querido, ya lo tendría entre sus brazos, solo estaba provocando una reacción de miedo.

──── ¡Sahily! ──── gritó, teniéndola a unos metros de diferencia ──── ¡Por favor, solo hablemos!

Su hermana lanzó una mirada que perfectamente describió el enojo que tenía. Sus ojos grises estaban más claros y sus mejillas sonrojadas, pero no de esfuerzo.

──── ¡Cuidado!

El grito de Ava lo alertó de la gran roca que estaba enfrente de él. Apenas pudo escapar antes de chocar, pero su brazo rozó, sintiendo el dolor comenzar a extenderse.

Sahily escapó con facilidad haciendo que Ezer gruñera, pensando en cómo podría deshacerse de esa áurea. Su respuesta fue de inmediato cuando vio a otro áureo acercarse, uno que estaba seguro que jamás lo había visto y por eso tomó de sorpresa a su hermana.

La áurea fue agarrada por el extraño áureo que no pudo identificar. Las alas de Sahily quedaron rígidas a su lado, haciendo que ambos fueran cayendo al arco libre.

Las alas del áureo se envolvieron en ambos cuerpos, tomando el peor golpe cuando se estrellaron contra el suelo, creando un sonido como si hubiera una demolición.

El gran entrenamiento de Sahily hizo que la áurea no perdiera tiempo en recomponerse, alejando todo rastro de polvo para enfocarse en el áureo que puso sus manos encima de ella y, sobre todo, que pudo llegar a la misma velocidad.

El rostro de la áurea se descompuso al mirar a Zadkiel, también quitaba las piedras que quedaron en su camisa oscura y sacudió sus alas, revisando que todo estuviera bien.

Fue una gran sorpresa verlo enfrente de ella, considerando que no le gustaba salir de Monte Fosco. Aun así, no hizo que su mal humor descendiera.

──── Nunca vuelvas a tocarme sin mi permiso o veras la muerte ──── ella amenazó, entrecerrando sus ojos.

Pasó por su lado, rompiendo todo contacto al notar la diversión en sus ojos oscuros. Una parte de Zadkiel le agradaba ver a Sahily enojada, simplemente por el hecho de que seguía viéndose bien y si, ella daba cierto temor.

Ithiel y Ezer descendieron segundos más tarde. Ambos se mantuvieron quietos, viendo la ferocidad en la mirada de su hermana como si fueran unas presas a punto de ser atrapadas.

Ava y Nirelle, para sorpresa de Sahily, se interpusieron en su camino. La última áurea tenía un golpe en su rostro que supuso que fue ocasionado cuando quiso alcanzarla y tuvo que hacer uso de uno de sus sencillos trucos para que el aire lo golpeara con fuerza.

Sahily las ignoró, sabiendo que su posición no tardaría mucho tiempo y más cuando se trataba de un asunto más familiar.

──── ¡Ustedes están locos! ──── les gritó, teniendo una considerable distancia ──── ¡Deberían de buscarse un cerebro! ¡Les dije cientos de veces que no iré dónde esos seres, son irracionales y oscuros!

──── Sahily, creo que...──── Ava no terminó de hablar cuando la áurea volvió a encararlos.

──── No iré a ese mundo, Ezer ──── sentenció, negando repetidamente ──── Me niego totalmente a tener un contacto con esa especie. Ithiel tampoco irá y no hay discusión sobre esta decisión.

──── Pero es nuestro hermano ──── susurró Ithiel, transmitiéndole sus sentimientos.

La mezcla entre tranquilidad y cariño golpeó a Sahily, teniendo que respirar por la manera en que su hermano estaba jugando.

──── Por esa razón, sé que Ezer sobrevivirá sin nosotros por unas semanas ──── habló, apretando sus manos a los costados ──── No bajaré de los cielos.

──── Sahily ──── la voz grave de Zadkiel la hizo recordar que tenían a más áureos, cubriéndola de hacer una tontería ──── Los tres siempre van a misiones juntos. No puedes dejarlo en esta que es muy importante.

Ella le dio una mirada por encima de su hombro, conectando sus ojos con aquellos que no le mentían. Supo que decía la verdad, pero simplemente pensar en bajar, le causó tantos problemas internos que no podía aceptarlo.

¿Cómo sobrevivirá entre tanta maldad? ¿Entre humanos que pasaban dañándose a sí mismo? ¿Entre aquellos que proclaman salvar lo que ellos mismos estaban deteriorando?

──── Acepto misiones que son ejecutadas en el cielo, montañas o lugares cercanos ──── le recordó ──── El mundo humano no me agrada. Deberían de respetar mi decisión, así como yo respeto las de ustedes.

El silencio se hizo presente entre los áureos, asombrados de la capacidad para hablar de Sahily. Ava fue la única que se acercó, tomando las blanquecinas manos de su amiga.

──── Tranquila ──── le pidió en voz baja ──── Yo también iré a la misión junto con Ezer. De hecho, todos los que estamos aquí, ya hemos aceptado para bajar al mundo, solo falta la última áurea y esa eres tú.

Su mirada fue a caer por instinto a Nirelle, parada con su espalda recta y con una mueca en su rostro que mostró su latente mal humor. Sahily se sorprendió de que haya aceptado, incluso de que Ezer se lo pidiera ya que nunca tuvo relaciones con ellos.

Su ceño se frunció al recordar el otro áureo que estaba con ellos, aquel que la derribó con facilidad. Se giró, balanceándose sobre sus puntillas con agilidad para enfocarse en Zadkiel.

──── ¿Tú irás a la misión? ──── le preguntó, manteniendo su voz neutra.

──── Si, iré ──── aceptó, sabiendo que siempre habían sido honestos ──── Ezer me preguntó si podía acompañarlo. Esta criatura tiene una parte oscura y solo un demonio puede combatirla así que fue la opción más acertada.

──── ¿Qué pasará con tu madre? ──── interrogó, arqueando una de sus cejas con desafío ──── Odette no podrá quedarse a solas, mucho menos ahora que vuela.

──── Ellas estarán bien. Deje a alguien más a cargo por un tiempo ──── informó, encogiéndose de hombros ──── Además, entre los dos, veo está misión más como unas vacaciones ──── musitó, curveando sus labios en una sonrisa.

Sahily no apartó su mirada por unos segundos, leyendo la mueca que Zadkiel adquirió.

──── ¿Qué sucede? ──── él preguntó, frunciendo sus oscuras cejas.

──── No creo que esa sea la única razón ──── murmuró, dando un paso hacia adelante ──── No tan sencillo y poco prudente.

Zadkiel sonrió abiertamente, sorprendiendo al resto de los áureos por cómo su rostro cambió, incluso viéndose más tranquilo.

──── No puedo revelar más información ──── replicó con un atisbo de diversión ──── No sin un pago.

──── Por supuesto que quieres algo a cambio. No me sorprendes, Zadkiel ──── susurró, entrecerrando sus ojos con la misma diversión.

Sahily perdió todo rastro de felicidad al darse la vuelta para enfrentar al resto de los áureos.

Sus expresiones oscilaban de temerosos a inquietos, incluso la seriedad de Nirelle tenía una chispa de preocupación.

Sahily camino hacia adelante, mirando a sus hermanos cuando vio como Nirelle se interpuso. Solo necesitó fruncir sus cejas para hacerla titubear y alejarse, alzando su mentón con superioridad.

──── Hermana ──── Ezer susurró, encogiéndose en su lugar ──── Un poco de piedad.

La áurea agarró las orejas de sus hermanos, jalándolas con la suficiente fuerza para hacerlos chillar y brincar en su mismo lugar. Ithiel murmuraba una oración en voz baja, pidiendo no ser llevado a la vida eterna tan pronto por su propia hermana de sangre.

──── Se arrepentirán de involucrarme sin mi consentimiento ──── les dijo en voz baja, manteniendo su agarre ──── Desde ahora están en prueba. Decidiré si todavía seremos hermanos o no.

Ithiel alzó su cabeza, frunciendo sus cejas ──── ¡Somos gemelos!

──── ¿Qué acabas de decir? ──── preguntó con los dientes apretados.

──── Nada ──── musitó, bajando su mirada al suelo.

Sahily soltó su agarre, limpiando sus manos como si acabara de tocar algo sucio. Se giró, ignorando los quejidos provenientes de sus hermanos y la inútil risa disimulada de Ava.

Se acercó a Zadkiel, el único áureo que podía soportar tenerlo a su lado. Él la observó con sus resplandecientes ojos oscuros y recibió una mueca de molestia por parte de la áurea que le dio una sonrisa a su rostro.

──── Ya que Sahily aceptó la misión ──── habló Ezer, titubeando por la escena que acababan de hacer ──── Podemos ir con el líder Izan. Nos dará la información correspondiente y así crearemos los planes de ataques.

──── También los secundarios por si falla alguno ──── propuso Ithiel, guiñando uno de sus ojos con complicidad.

Con un asentimiento de Ezer, los áureos emprendieron vuelo para ir con el líder Izan.

Después de todo, no podían perder tiempo si la criatura era peligrosa tal como ellos lo vieron.

Sahily miró a Zadkiel, el áureo no parecía entender la señal que Ezer dio. Tenía su mirada puesta en ella, esperando que dijera que fueran o se quedaría ahí, junto a la áurea.

──── Parece que finalmente conoceré al líder ──── bromeó el áureo, cruzando sus brazos.

La áurea rio suavemente, dejó libres sus alas doradas para que fueran despertándose para el vuelo.

──── No es nada emocionante ──── replicó, encogiéndose de hombros con indiferencia ──── Solo es demasiada información y papeles. Debe ser por ese motivo que no me gusta salir en misiones.

──── Muy tarde. Acabas de aceptar una y en el mundo de los humanos ──── canturreó, alzando una de sus cejas.

──── Oh, ni me lo recuerdes o realmente voy a arrepentirme de haber aceptado.

Zadkiel río, acercándose ──── Pensé que ya lo estabas ──── murmuró, ladeando su rostro con curiosidad.

──── Ya veo lo que tratas de hacer ──── negó Sahily, empujándolo suavemente ──── No habrá otra pelea con mis hermanos. Sé que lo disfrutaste.

──── ¿Puedes culparme? Después de todo, sigo siendo un demonio.




me encanto escribir está parte donde Sahily se daría cuenta de lo sucedido y es que era inevitable, no quiero separar al trío

espero que sigan votando y comentando que les parece esta historia!



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