thirty eight ──── Ava's dream

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─────────── CHAPTER THIRTY EIGHT,

AVA'S DREAM ───────────



Sahily llegó a su hogar al mismo tiempo que Ezer. Ambos se miraron por unos segundos hasta que la áurea despegó su mirada, manteniendo su expresión neutra.

──── ¿Dónde está Raisa? ──── ella cuestionó, abriendo la puerta.

Ezer rascó su barbilla, nervioso ──── Se quedará con el líder Izan. Quiere mantener en control sus dones, incluso pedirá ayuda del Monte Fosco ──── comentó con rapidez.

──── Bien, será lo mejor para todos ──── asintió la áurea, dando un paso adelante.

──── Oye. Yo quería disculparme...

Sahily levantó su mano, callándolo al instante ──── No es necesario, tienes la razón. No soy tu hermana y no debería de actuar como si lo fuera ──── dijo, mirándolo fijamente ──── Supongo que la misión ayudó en descubrirlo.

Ella se giró, caminando directo al comedor donde encontró a sus padres junto a Ithiel. Su madre se levantó para abrazarla, dándole la sonrisa más grande que había visto en toda su vida.

──── Ithiel nos habló de la misión, pero queremos oírla de Ezer ──── pidió su padre, extendiéndole los dos platos llenos de comida.

Sahily tomó asiento, sin mirar a su hermano. No estaba lista para enfrentar a ninguno de los dos, se sentía traicionada y ese sentimiento solo le disgustaba.

──── Oh, no cambiaría mucho ──── mencionó Ezer con nervios ──── Solo apartaría los hechos donde Ithiel parece ser el héroe.

──── Entonces, es toda la historia ──── bromeó su padre, haciéndolos reír ──── ¿Hubo algún accidente? Imagino que no fue fácil estar abajo por tanto tiempo.

La áurea tomó un poco de su bebida, asintiendo ──── Los hubo. Los demonios se divirtieron con los accidentes, incluso murió una amiga cercana de Raisa.

──── Debo suponer que esa muerte hizo que sus dones se activaran, ¿no? ──── comentó la áurea mujer ──── ¿Qué ha mostrado?

──── Tiene los mismos que un demonio mayor. El campo de escudo y alimentarse de las esencias ──── Ithiel informó, cruzando sus brazos ──── Puede sanar, escucho la voz sobre las almas.

Los ojos de la áurea se abrieron en sorpresa ──── ¿En serio puede ser guiadora de almas? Eso es nuevo.

──── ¿Por qué? ──── preguntó Sahily, interesada por la reacción de su madre ──── La mayoría de áureos pueden oírla.

──── Es un don muy fuerte, hija, recuérdalo. El augur mencionó que, si ella lo tenía, podría mezclarlo con el don de demonios sobre invocar y podría revivir a los muertos por un tiempo ──── contó, emocionada al respecto ──── Eso sería un gran don.

──── Eso no es posible. Ningún áureo puede hacerlo ──── Ezer negó.

──── Pero la criatura no es cualquier áureo, viene de un ángel ──── le recordó su padre, sonriéndole ──── Y de un demonio lo cual puede generar que sea muy fuerte o demasiado débil.

──── ¿Para qué quieren a Raisa realmente? ──── Ithiel cuestionó con voz dura.

──── No estoy segura. Si quieres una respuesta concreta, tendrás que pedírsela a tu tío ──── habló la áurea, encogiéndose de hombros ──── ¿Por qué? ¿Les preocupa lo que puede suceder?

Sahily no respondió, en cambio, miró a Ithiel, compartiendo el mismo pensamiento. Desde un principio, la áurea supo que algo malo iba a suceder y con esa poca información, confirmó que estaba en lo cierto.

Ezer e Ithiel persiguieron a Sahily por el largo pasillo de la casa, haciendo preguntas con relación a la reunión con sus padres.

──── ¿Qué vamos hacer? ──── Ezer preguntó, llenándose de frustración por lo que podía suceder ──── Nosotros trajimos a Raisa.

──── ¿Qué propones? ¿Volverla a cuidar todo el tiempo? ──── cuestionó Ithiel, alzando una de sus cejas.

Sahily se detuvo, haciendo que ambos se chocaran contra ella al estar distraídos.

──── Si volverán a cuidarla, háganlo ustedes ──── habló con dureza ──── No volveré a meterme en problemas o situaciones en la que siempre salgo perjudicada.

Las cejas de Ezer se fruncieron, molesto por esa declaración ──── ¿Por qué? Tú también fuiste parte de la misión.

──── Pasé toda la misión cuidando de Raisa en el mundo, incluso fui herida varias veces hasta casi perder mi alma ──── les recordó, también frunciendo sus cejas ──── Es su turno de pelear por Raisa.

Sahily volvió a caminar, encerrándose directo a su habitación donde suspiro, recordándose a sí misma que hacía lo correcto.

Sus hermanos ignoraron su mal presentimiento y todo el tiempo en la misión la dejaron de lado, como si su hermandad no les importaba así que era su turno de negarse.

Decidida a seguir con su rutina en Áureos, Sahily se dio una larga ducha, quitando toda la molestia de sus hombros y se dirigió a su salón donde impartía sus clases como adiestradora.

Las armas seguían en su lugar, incluso tuvo que limpiar el polvo que se fue acumulado y abrió las ventanas, dejando que el sol entrara. Sus estudiantes pedirían que le cuente todo sobre su misión así que estaba segura que sería difícil terminar la clase que preparó.

La puerta del salón fue abierta, sorprendiéndose de encontrar al líder Izan junto a una nerviosa Raisa. Se acercó, sonriéndole a la humana.

──── Raisa asistirá a clases personalizadas para mejorar su condición así que ella será tu nueva estudiante. Hice espacio en tu horario para que solo te enfoques en ella ──── dijo el líder Izan ──── El manejo de espada es esencial para los áureos.

Sahily asintió una sola vez, aceptando ──── Será un placer enseñarle.

──── Comenzarán mañana, puedes ayudarla a familiarizarse con las espadas mientras vengo por ella ──── mencionó el áureo ──── Solo tengo una reunión corta. No tardaré para que puedan ir a descansar.

──── Está bien.

Las dos quedaron solas en el salón, esperando que el líder se fuera. Sahily giró a la chica, sonriéndole.

──── ¿Quieres probar las armas? ──── preguntó con alegría ──── Son muy divertidas.

Raisa asintió, queriendo familiarizarse con Áureos. Sahily le explicó las armas que utilizaban, dándoles las de madera para que no pudiera herirse a sí misma y enseñándole como clavarlas en puntos claves del cuerpo especialmente en el pecho para que los demonios no pudieran volver durante un largo tiempo.

Ambas se sentaron sobre la lona, tomando un poco de jugo que la áurea consiguió.

──── ¿Te sientes bien con el líder Izan? ──── Sahily cuestionó, extendiendo sus piernas.

La chica asintió, tragando el líquido ──── Sí, es amable. Me ofreció una habitación y va a crear un horario para que pueda entrenar como el resto.

──── No será sencillo, pero podrás adaptarte. Áureos no es muy diferente, solo que tienen entrenamiento un poco... duro ──── murmuró, encogiéndose de hombros ──── Te enseñaré todo lo necesario.

──── ¡Oh, aquí están! ──── Ava cruzó la puerta, sonriéndoles a las dos áureas. Se sentó a su lado, agarrando la botella de jugo de su amiga ──── ¿Cómo va el entrenamiento?

──── Ya pateé el trasero de Sahily ──── bromeó Raisa con una media sonrisa.

──── Tienes tanta suerte de no ir al instituto, aunque hubiera sido bueno tener a una amiga ──── Ava suspiró ──── Sahily se graduó y con Nirelle nunca me lleve bien.

──── Pude notarlo ──── musitó, bajando su mirada ──── No era tan amigable.

Las dos áureas se levantaron al mirar al líder Izan entrar. Raisa también lo hizo, tomando su tiempo para hacerlo.

──── ¿Ya pudiste familiarizarte? ──── preguntó a la chica con amabilidad ──── Hable con Ithiel y Ezer para tus clases de vuelos y Zadkiel te ayudará con tus dones oscuros. ¿Aceptas?

──── Sí, me gustaría ──── asintió.

El áureo miró a Ava, inclinando su cabeza ──── Felicidades por graduarte. Ya estás lista para hacer misiones.

Las cejas de la mencionada se fruncieron, confundida por sus palabras.

──── No lo entiendo ──── negó en voz baja.

──── ¿No te lo han comunicado? Por la misión has cumplido con tu último requisito. Ya puedes integrarte a cualquier trabajo que sea de tu agrado ──── le dijo.

──── ¿Cómo ser guardiana de los humanos en el mundo? ──── cuestionó, interesada por saber sus opciones.

──── Para bajar al mundo, necesitas la aprobación de al menos un defensor ──── informó, ladeando su rostro ──── Si estás interesada, en el tablero informático podrás leer los requisitos.

Ava suspiró, intentando ocultar la desilusión de su rostro ──── Iré a ver todas mis opciones ──── murmuró, dándole una media sonrisa.

Sahily fue la única que notó su expresión apagada. Después de bajar al mundo, Ava no volvería a ser la misma.

──── Te llevaré con Zadkiel ──── Sahily habló, queriendo salir de esa situación ──── Debe estar esperándote y no es un áureo muy paciente.

──── Por supuesto. Ava, ¿quieres ir con nosotras? ──── propuso Raisa.

La áurea negó, cruzando sus brazos ──── Debo de volver a casa. Mis padres se emocionarán cuando sepa que pude graduarme.

──── Te veo luego ──── susurró Sahily, dándole una fugaz sonrisa.



Era la primera vez que Raisa observaba Monte Fosco y solo pudo abrir su boca en impresión. Si Áureos era hermoso, ese lugar lo era más incluso cuando el sol no daba tanto, dándole un ambiente misterioso que solo encendió su curiosidad.

──── Monte Fosco es reservado para los áureos como Zadkiel, también conocidos como mestizos ──── informó la áurea de cabello rubio ──── Nadie puede entrar sin permiso.

La figura de Zadkiel fue fácil de encontrar. Sahily se acercó a él, depositando un suave beso en sus labios antes de separarse, dejándolo con una sonrisa.

──── Traje a Raisa ──── avisó la áurea ──── El líder Izan dijo que la entrenarías.

──── Así es. ¿Estás lista para dejar salir tu oscuridad? ──── preguntó Zadkiel, mostrándole una sonrisa que prometía diversión ──── Haremos alboroto en Áureos.

──── ¿Haré lo mismo que le hice a Sahily? ──── preguntó, comenzando a preocuparse sobre lo fácil que esos dones la dominaron ──── No quiero herir a nadie más.

──── Espero que no ──── negó el áureo, negando ──── Tendremos cuidado. Tendremos compañía extra por si lo llegamos a necesitar.

──── No podrás tomar su esencia ──── explicó Sahily, cruzándose de brazos ──── Estarás a salvo. Iré a visitar a Odette, aún no tengo estudiantes así que tengo tarde libre.

──── No me entusiasme o me quedaré ──── él susurró, creando una sonrisa perezosa.

Sahily solo rio, apartando el cabello oscuro del rostro de Zadkiel.

──── Te esperaré en tu casa. Tal vez doble tu ropa interior ──── bromeó.

──── Buen intento. Mi madre ya lo hizo ──── informó con orgullo.

La áurea solo rio, agitando su mano ──── Nos vemos. Trata bien a Raisa.

La mencionada sonrió, gustándole que siguiera cuidándola incluso en Áureos. Miró a Zadkiel, sus ojos oscuros estaban brillando mientras Sahily caminaba, no podía ocultar lo mucho que la amaba.

──── ¿Preparada para dejar tu oscuridad interna?

Raisa asintió, sintiendo su corazón latir con fuerza ──── Solo espero no hacer ningún daño.

──── No lo harás ──── prometió, moviendo su cabeza en indicación que lo siguiera ──── Por eso practicaremos. No todos saben cómo utilizarlos.

Raisa camino detrás de la imponente figura de Zadkiel, cubriéndola de los rostros desconocidos que comenzaron a aparecer. Cada uno de ellos, hombres o mujeres, tenían una dureza en su rostro que solo hizo que bajara su mirada, intimidada.

──── No lo hagas ──── Zadkiel dijo, su voz saliendo más amable ──── Los harás sentir más importante de lo que sus egos ya lo hacen. Enfréntalos, no bajes la mirada.

──── Es difícil ──── musitó, acercándose más ──── No quiero sonar mal, pero parece que no me quieren aquí.

Una sonrisa se deslizó en los labios del áureo, negando ──── Solo te ponen a prueba. Toma el ejemplo de Sahily, nunca bajo su barbilla y se los fue ganando.

──── Recuerdo que una vez me dijo que era la única áurea que podía venir ──── dijo, rascando su barbilla de forma nerviosa ──── ¿Cómo se los gano?

Él ladeó su cabeza, pensativo ──── No estoy muy seguro. Solo venía todos los días, visitaba a todos y se ganó el respeto. Ella se convirtió en la áurea preferida, si no la escondo, la llenarían de regalos y eso me pondría un poco celoso ──── bromeó.

Raisa ruo, sintiéndose mejor ──── Trataré de llevarme bien con todo. Después de todo, Áureos será mi nuevo hogar.

Después de unas horas, Zadkiel volvió a su casa, soltando un suspiro de cansancio cuando los ojos claros de Sahily se posaron en él y se llenaron de diversión.

Odette no pudo detener la risa que brotó de sus labios y Marie, a su lado solo dio una sonrisa. El aspecto de Zadkiel era lo peor, su ropa goteaba y su cabello, completamente mojado, ocultaba sus ojos de tan largo que estaba.

──── ¿Qué sucedió? ──── Sahily cuestionó, extendiéndole una toalla.

──── Raisa creó un escudo y pudo hacer que no entrara ──── informó el áureo, sacudiendo su cabello ──── Me tiró por la cascada y no tengo la mejor reacción.

──── ¿La humana pateó tu trasero? ──── Odette gritó con diversión.

La mirada de Zadkiel se oscureció, disgustándole esa palabra de patear como si hubiera ganado. Odette salió corriendo antes que el áureo la atrapará, escondiéndose detrás de Sahily, la única que no se atrevería a discutir.

──── Tú, mocosa, voy a coserte la boca ──── amenazó, bufando por como su hermana menor parecía divertirse.

──── Deberías de irte a bañar ──── Sahily propuso, ayudando a la pequeña áurea ──── Estás ensuciando.

Zadkiel rodó los ojos, sabiendo cómo era de protectora con Odette.

──── Prepararé la cena ──── propuso Marie, sonriendo con la situación ──── Odette me ayudará. Pueden disfrutar de su tiempo a solas.

El áureo asintió, agradeciéndole en silencio. Movió su cabeza a Sahily para que caminara directo a su habitación y lo hizo, abriendo la puerta. Era pequeño a comparación al suyo, pero más cómodo.

Se acostó en la suave cama, mirando como Zadkiel sacaba ropa limpia del armario.

──── Así que Raisa si pudo crear un escudo a voluntad propia ──── Sahily murmuró.

Él asintió, sentándose en el suelo cerca de la cama. Extendió su brazo, acariciando la suave mejilla de la áurea.

──── Lo hizo. Lo repetimos varias veces hasta que lo hizo y fue uno muy bueno, pero no lo soporta por tanto tiempo. Raisa tiene un don inigualable pero el miedo la debilita, demasiado ──── contó Zadkiel, encogiéndose de hombros ──── Se retiene tanto que no... será muy buena bajo presión.

──── Hay que encontrar una forma de que el miedo la impulse a seguir adelante ──── propuso la áurea ──── No hay que dejar que desperdicie sus dones, nos ayudaría en Áureos y en las misiones.

──── Será difícil encontrar un modo, Sahily. Solo uno mismo puede vencer su propio miedo ──── Zadkiel le recordó, entrelazando sus dedos ──── Ayudaremos en lo necesario.

Sahily asintió, dándole una suave sonrisa. Zadkiel seguía mojado, incluso su cabello goteaba, pero eso no lo impidió en notar que su áurea se encontraba apagada.

──── ¿Qué sucede? ──── él cuestionó, frunciendo sus cejas.

Los ojos claros de ella se posaron sobre el áureo, enseñándole la tristeza.

──── Ava no es feliz. Ella... se apagó ──── murmuró, apretando los dedos del áureo ──── Extraña a Goel, incluso cuándo no lo dice así que tomaré la decisión por ella.

──── Sé qué harás lo mejor ──── asintió Zadkiel, besándolos nudillos de la áurea ──── Pero hay más, ¿no?

Algo que le gustaba de Zadkiel era la forma en que confiaba en ella, sin necesidad de que iba a hacer y su sutileza de poder demostrarle que podía hablar, incluso cuando no compartían los mismos pensamientos.

Ella se sentó, cruzando sus piernas ──── Algo extraño pasó con mis padres. Dijeron que los dones de Raisa al ser de un ángel y un demonio son más fuertes, lo suficiente para poder traer un alma entre los muertos ──── contó, bajando su mirada con culpabilidad ──── Desde la primera vez que el líder Izan habló sobre la misión, tengo este presentimiento de que algo malo sucederá y poco a poco se va haciendo más grande.

──── ¿Qué tan malo es? ──── cuestionó con voz dura.

Ella alzó su mirada, mostrándole lo vulnerable que se encontraba ──── Lo suficiente para destruir a Áureos.



Sahily llegó pasado de medianoche a su casa, necesitando disfrutar del silencio que solo a esa hora podía tener.

Llegó a la sala, dejándose caer en la suave alfombra y estirando todo su cuerpo. Cerró sus ojos, pensando sobre todo lo que podría ocurrir en Áureos si Raisa no se preparaba lo suficiente para ayudarlos.

Una segunda figura se acostó a su lado, dejando unos centímetros de espacio para no incomodarla. Supo que se trataba de Ithiel sin necesidad de oírlo hablar.

──── Nirelle se graduó igual que Ava ──── él informó en voz baja ──── Ambas tienen la oportunidad de conseguir una buena posición en Áureos.

──── Ava no quiere hacer misiones ──── negó la áurea, manteniéndose en control ──── Ella quiere ser cuidadora del pueblo Kartalago. No va a pedírtelo, pero yo sí, sé su defensor y haz que acepten.

Las cejas del áureo se juntaron, confundido ante su petición.

──── ¿Estás segura de lo que me estás pidiendo? ──── preguntó, sin poder creerlo.

──── Lo hago. Ella no es feliz, quiere estar con Goel y no soy nadie para detenerla. Solo puedo ser su amiga y ayudarla a vivir unos años con el que cree que es su amor verdadero ──── musitó, apretando sus manos en puños para evitar ese remolino de emociones ──── Después regresará.

──── Tomará tiempo antes que vuelva ──── le recordó, agitando su cabeza ──── Casi una década y no podré hacer nada si llega a arrepentirse.

──── No lo hará. Ava encontró lo que deseaba en el mundo y aunque la perderé, prefiero que sea feliz antes que se encierre en misiones que podrían matarla.

Sahily apenas sintió la primera lágrima cuándo las demás salieron sin su permiso. Ava era la única áurea que había estado con ella todo ese tiempo y dejarla ir, sería el sacrificio más grande.

Sintió como los brazos de Ithiel la rodearon, llevándola directo a su pecho.

──── Está bien sentirse de esa forma ──── él susurró, depositando un suave beso en el cabello de su hermana ──── Todo mejorará.



La paciencia de Sahily estaba poniéndose a prueba por ese día. Ithiel había entrado para una reunión e iba a proponer a Ava como una de las áureas indicadas para el puesto de guardiana y solo debía de obtener el apoyo de los demás para que fuera aceptada.

Había oído cómo rechazaron a varios, negando y protestando, solo esperaba que pudieran encontrar algo positivo para que Ava fuera aceptada.

La puerta de la casa Gar se abrió, mostrando a su hermano. Se apuró en llegar, entrecerrando sus ojos ante el fuerte sol que daba justo en ellos.

──── ¿Qué sucedió? ──── cuestionó, ansiosa por saber el resultado.

Ithiel sacó el papel, entregándoselo ──── Aceptaron que bajara a Kartalago como cuidadora por medio siglo. Con la misión concluida de traer a Raisa, les pareció la mejor candidata.

La áurea sonrió, pasando sus pulgares por encima del aprobado para ser una guardiana o un ángel guardián como muchos humanos lo llamaban.

──── Gracias, por lo que hiciste ──── ella murmuró, dándole una sonrisa que desapareció en unos segundos ──── Tengo que ir a hablar con Ava.

──── Deberías, tiene que bajar de inmediato ──── le recordó, asintiendo ──── Ve con cuidado.

Sahily solo asintió, dándole la espalda. La relación con su hermano seguía siendo incómoda después de lo sucedido y ninguno de los dos había hablado al respecto, todavía seguía siendo algo sensible para la áurea.

La confianza que tenía sobre su hermano era tan grande y ciega que ahora se cuestionaba a sí misma que si algún día podría volver a tenerla.

Encontrar a Ava fue muy sencillo. Ambas siempre le habían gustado sentarse cerca de la fuente y sentir la brisa fresca que golpeaba directo a su rostro.

Sahily se sentó a su lado, extendiendo sus largas piernas y la observó.

──── ¿Extrañas a Goel? ──── ella cuestionó.

Ava asintió, mirando el cielo que se encontraba limpio, sin ninguna nube oscura a su alrededor.

──── Lo hago, pero estaremos bien ──── murmuró distraídamente.

La áurea de cabello rubio pudo notar como los ojos de Ava estaban apagados y eso le disgustó. Le extendió en papel en silencio, dejando que lo leyera y como si se tratará de un milagro, la expresión de Ava cambio.

──── Ithiel es tu nuevo defensor para que bajes a Kartalago y restaures el pueblo de la oscuridad. Haz cosas buenas, Ava, disfruta del tiempo para estar con Goel, pero sana a los demás.

──── ¡Gracias! ──── chilló la áurea, abrazándola ──── No sabes lo feliz que estoy. Pensé que nunca volvería a bajar.

Sahily solo pudo crear una pequeña sonrisa, reteniendo todas sus emociones. No podía dejar que Ava se volviera a apagar, no merecía esa vida en Áureos

──── Deberías de despedirte de tu familia ──── le sugirió, dando un paso atrás ──── Ve, el trabajo inicia desde ahora.

Ava asintió con emoción, sonriendo ante el papel que tenía inscrito su nombre.

──── ¡Iré de inmediato! Estarán tan emocionados ──── contó, volando unos centímetros ──── En serio, gracias por lo que hicieron.

──── ¡Oye, Ava! ──── gritó Sahily, deteniéndola antes que se fuera ──── Solo hazme un favor. No vuelvas, algo malo sucederá en Áureos y no quiero que estés aquí.

Las cejas de Ava se fruncieron, confundida ──── ¿Una guerra?

──── No estoy segura ──── negó ──── Solo hazlo. Yo cuidaré de tu familia.

Ava asintió, confiando en que lo haría. Vio por última vez a su amiga, sabiendo que la extrañaría, pero podrían volver a reunirse otra vez, en unos años más adelante.

Sahily observó a Ava irse, nunca pensó que perdería a la áurea más cercana, pero por lo menos, tenía a alguien más que podría ayudarla.

Extendió sus alas, volando a la gran roca cerca del Monte Fosco que era su lugar de encuentro con Zadkiel. El áureo ya estaba ahí, esperándola.

Zadkiel solo necesitó mirar los ojos grises de Sahily para saber que no estaba bien así que extendió sus brazos, dejando que ella se recargara en su cuerpo.

──── Ava será la nueva guardiana de Kartalago ──── ella le contó, apoyando su cabeza en el hombro del áureo ──── Ithiel es su defensor, pero sé que lo hará bien. Es lo que más desea.

──── No pensé que la dejarías ir ──── él susurró, depositando un suave beso en su mejilla ──── Lo lamento.

──── Es lo correcto. Ella era infeliz y aunque me cueste decirlo, ese humano la hace feliz ──── dijo, cerrando sus ojos ──── Dejaré que tome su propio camino.

──── Solo dolerá por unos días ──── Zadkiel prometió, acariciando su cabello rubio ──── Después todo volverá a estar bien.

Ella lo miró, sonriéndole ──── Lo sé. ¿Cómo fue el entrenamiento con Raisa?

La expresión del áureo cambio, torciendo sus labios ──── Complicado. Sigo sin estar seguro si podrá llegar a ser la criatura que se esperaba ──── confesó, apoyando su mentón encima de la cabeza de Sahily ──── Hazme la pregunta en una semana y te seré más sincero.

──── Ya lo eres ──── le recordó, sonriendo ──── Supongo que estás siendo amable con ella.

──── Por supuesto ──── asintió, tratando de no ofenderse ──── Solo por estos días. Tú tampoco serás tan buena.

Ella rodó los ojos, entrelazando sus dedos ──── Solo no tengo favoritismo, nada más. Si seré amable hasta que Raisa tenga más confianza y pueda tratarla como los otros áureos, más honesta.

──── Entonces, si eres muy honesta, supongo que podemos hablar sobre nuestra relación, ¿no? ──── propuso Zadkiel, ladeando su rostro.

──── ¿Qué quieres saber? ──── preguntó, siendo cuidadosa con sus palabras.

──── ¿Cuándo lo haremos oficial ante los áureos? ──── cuestionó, pasando sus dedos por el brazo de la áurea ──── Decirles que estamos juntos.

──── Sabes que no estamos en el mejor momento. Los áureos apenas están aceptándolos y no quiero interferir en eso ──── ella explicó, dando una profunda sonrisa.

Zadkiel apretó sus labios, tratando de mantener su apariencia tranquila.

──── No quiero esperar por mucho tiempo ──── confesó el áureo en voz baja ──── ¿Te avergüenza estar con un mestizo del Monte Fosco?

Con esas palabras, Sahily se levantó, frunciendo sus cejas con molestia.

──── ¡Claro que no! ──── replicó ──── Sólo sé que no estamos en el mejor momento. El asunto de aceptación entre áureos, incluso con Raisa, es demasiado para Áureos. Quiero que todo se calme.

Zadkiel frunció sus labios, bajando su mirada ──── Quiero que estemos juntos, Sahily, sin tener que estar escondidos aquí ──── musitó, observándola ──── Supongo que estoy acostumbrándome a estas emociones.

──── No será fácil, Zadkiel, no quiero que Monte Fosco siga siendo apartado y está noticia, sé que no les gustará del todo ──── murmuró, apretando sus manos en molestia ──── Lo haremos poco a poco, solo confía en mí, ¿sí?

Él asintió, pasando sus dedos por la mejilla blanquecina de la áurea.

──── Bien, esperaré ──── aceptó, dejándose caer al suelo ──── Aquí me quedaré, solo y esperándote.

Sahily rio ante su dramatismo. Se acostó a su lado, pasando sus dedos por el cabello oscuro de Zadkiel, se encontraba liso y demasiado largo que cubría sus ojos negros

──── Estaré aquí todos los días ──── le prometió, sonriéndole ──── Ni siquiera me extrañaras.

──── Mi madre está feliz de que estemos juntos ──── él contó, pasando sus dedos por el brazo de la áurea ──── Odette no sabe que sucede, pero le gusta tenerte en casa.

──── A mí también me gusta ──── dijo, inclinándose para depositar un suave beso en sus labios ──── ¿Estás durmiendo bien y comiendo?

Zadkiel rio, arrugando sus ojos ──── Siempre estás preocupándote por mí, ¿no? Estoy bien, solo sigue viniendo a mí.

──── Me gusta cómo suena eso ──── susurró, poniendo su cabeza encima del pecho del áureo ──── Tú solo tienes que esperarme y vendré a este mismo lugar.




es que dejar ir al ser más puro y preciado que tienes en tu vida, es lo más doloroso pero todo tiene su razón :c



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