thirty four ──── visit of the dark

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─────────── CHAPTER THIRTY FOUR,

VISIT OF THE DARK  ───────────



Zadkiel y Sahily volaron a la ventana abierta, del ático, pasando por ese pequeño espacio donde apenas pudieron cruzar. Zadkiel luchó un poco, su gran cuerpo no entraba tan fácilmente.

──── Lindo ──── murmuró el áureo, viendo los posters en las paredes de diferentes bandas.

Sahily se sentó en el sillón, oyendo como Raisa le contaba sobre sus bandas favoritas. Ahora que la humana estaba más cómoda, podía decir que no había visto ningún indicio sobre sí era la criatura.

Incluso pasó un presentimiento sobre sí no sería una equivocación, pero los demonios estaban ahí, rondando.

──── Dame espacio ──── Zadkiel pidió, empujándola.

Sahily se apartó, dejando que el áureo se acomodará. Puso sus piernas encima y él pasó su brazo por los hombros de ella, acercándola.

──── Tengo otros sillones si quieres ──── Raisa ofreció.

Zadkiel negó, pasando sus dedos por el brazo de la áurea que estaba en silencio, disfrutando de su caricia.

──── Estoy bien aquí ──── murmuró, sonriéndole ──── ¿Ya vas a dormir?

──── Si, ya es muy noche ──── dijo la chica, tirándose a la cama. Miró a los dos áureos, moviendo los dedos de su pie ──── ¿Desde cuándo salen?

Sahily miró a Zadkiel, curiosa de saber lo mismo. Ninguno de los dos había puesto una fecha, ni siquiera habían oficializado esa relación, solo se juntaron como si fuera lo más normal.

──── Bueno, no tenemos un día ──── murmuró la áurea, rascando su barbilla ──── ¿Es necesario?

Raisa rio, escondiendo su rostro entre sus manos sin poder creer que esos seres no les importaba mucho las relaciones.

──── Ya puedo entender por qué congenian bien ──── ellas les dijo con una sonrisa.

──── Podríamos hacer hoy nuestro día ──── Zadkiel comentó. Se removió en el sofá, sacando su celular ──── Voy a agendarlo. Espera, que sea mañana, no me gustan los trece.

──── Los dos sabemos que no lo recordaremos ──── mencionó la áurea, apoyando su cabeza en el respaldar del sillón ──── Te conozco desde hace sesenta años y nunca me has felicitado en mi cumpleaños.

Zadkiel abrió su boca, impresionado por lo que acababa de decir ──── ¡Claro que lo he hecho! ──── se defendió, negando ──── Incluso te di regalos.

──── Sí, una semana más tarde ──── le recordó, rodando sus ojos grises ──── Las fechas no son muy importantes.

──── Esperen, alto ──── detuvo Raisa, agitando sus manos para llamar su atención ──── ¿Cuántos años tienen? ──── preguntó, intentando sacar cuentas.

──── Ciento treinta y siete y Zadkiel tiene noventa y siete años ──── respondió Sahily con naturalidad, señalándose a sí misma. Sus cejas se fruncieron, dándose cuenta de un detalle ──── Eres menor que yo ──── murmuró al áureo, dejando a la chica con la boca abierta de sorpresa ──── ¿No es ilegal o algo así?

──── No es como si tuviera veinte ──── él se burló, rodando los ojos ──── Además, soy muy maduro para mi edad.

Ella bufo, cruzando sus piernas ──── Es algo muy difícil de aceptar ──── susurró, sabiendo lo infantil que podía ser.

──── ¿Yo podré pasar de los cien años? ──── cuestionó Raisa, observándolos con sus ojos llenos de sorpresa ──── ¿No me volveré anciana?

Sahily ladeó su rostro, pensando sobre cómo sería el cambio en ella. Raisa pertenecía a ambos seres por lo que podría tener una gran ventaja en mantener su juventud por más tiempo.

──── El tiempo pasa más lento para los áureos ──── ella informó, ladeando su rostro ──── Te volverás anciana pero no como los humanos.

──── Eso sí es bastante información ──── musitó la chica, dejándose caer en la cama ──── ¿Pueden apagar la luz? Acabo de darme cuenta que seré joven.

Zadkiel solo rio, extendiendo su mano para apagarlo. La ventana era lo único que le proporcionaba un poco de luz así que se quedaron en silencio. El áureo se acomodó, dejando que Sahily se apoyara en su pecho.

Él pasó sus dedos por la espalda de ella, sintiendo cómo poco a poco el sueño estaba ganándolo. No se había acostumbrado como el resto de áureos a permanecer despierto por tanto tiempo.

Cerró los ojos, dejándose llevar por las respiraciones de la áurea. Sahily supo que se había dormido cuándo las caricias habían terminado, incluso Raisa, ya que un suave suspiro salió de sus labios.

Ella siguió viendo la luna, preguntándose sí Ava también lo hacía. Solo esperaba que su amiga recapacitara, incluso oró en silencio para que fuera perdonada. Todos tenían sus errores incluso los áureos, pero reconocerlos los hacía merecedores de una oportunidad más.

Una voz femenina le causó curiosidad, lo suficiente para levantarse. Se puso los zapatos, sin querer sentir el frío del suelo.

──── ¿A dónde vas? ──── Zadkiel murmuró adormilado, aún con sus ojos cerrados.

──── Sigue durmiendo ──── susurró la áurea, utilizando su voz suave ──── Estás muy cansado.

Él asintió, volviendo a acomodarse. No quería interrupciones por sí era algo malo que no debería de estar ahí. Sahily apenas abrió la puerta, encontrándose con una mujer que supuso que sería la tía de Raisa.

──── La pensión sigue sin llegar y no sé qué demonios hacer ──── dijo con los dientes apretados. Sostenía un celular mientras cargaba a un niño pequeño, balaceándolo de un lado a otro ──── ¡Por supuesto que podría irme! El problema es Raisa, nadie se encargará de ella ──── comentó, apoyándose en la pared ──── Estoy cansada, ¿podrías hablar con ella? Es hora de que busque su familia biológica.

La mujer se separó de la pared, maldiciendo. Recordó que la habitación de la chica estaba cerca, probablemente dormía, pero no quería más problemas.

Siguió hablando mientras bajaba la escalera, quejándose sobre ser la madre sustituta. Sahily volvió a cerrar, frunciendo sus cejas.

Parecía que toda la familia sabía sobre el paradero de Raisa a excepción de ella misma y la única que verdaderamente se preocupaba era su abuela, ahora no tenía a nadie.

No había nadie que pudiera dejar en ese mundo y comenzar una nueva vida en Áureos.



La primera en despertar al día siguiente fue Sahily por los rayos del sol que pasaban por la ventana. Miró a Raisa por sí algo había sucedido, pero todo seguía igual.

──── Zadkiel, despierta ──── susurró, moviendo con suavidad al áureo.

Un bostezo salió de él, estirando sus musculosos brazos. Le dio una suave sonrisa a Sahily, inclinándose para depositarle un beso.

──── Buenos días, cariño ──── murmuró.

Ella le devolvió la sonrisa, quitándose la cobija que agarró sin permiso de la chica. Arregló su cabello, viendo que apenas eran las seis, el tiempo suficiente para que sus hermanos llegaran.

──── Hay que bajar. Ezer vendrá a hacer el cambio ──── le recordó la áurea.

Él asintió, dejando arreglado la sábana. Ambos brincaron por la ventana, cayendo con suavidad sobre sus pies.

No fue molestia para ninguno saltar desde esa altura, acostumbrados a peores situaciones. Esperaron en el callejón hasta que Ezer llegó junto a Ithiel, ambos dejando una gran diferencia de espacio con su hermana.

Desde el inicio de esa misión, los tres se fueron separando, peleando por las decisiones de Ezer de dejar a Sahily fuera cuándo sabía que ella no le gustaba ser dejada de lado.

Su lugar siempre había sido en la batalla, cargando su espada y terminar con la maldad, no siendo una niñera de la criatura.

A pesar de todo, Sahily no iba a torcer su brazo cuándo no había sido completamente su culpa.

──── Raisa sigue durmiendo ──── Zadkiel dijo con su tono habitual de aburrimiento ──── Su familia sigue adentro, tengan cuidado con la tía que se despierta a esta hora.

──── Bien, ya pueden irse ──── asintió Ezer, dándole las llaves de la camioneta.

Zadkiel las agarró, moviendo su cabeza a Sahily para que caminara delante. Ella mantuvo su barbilla arriba, sin dejarse intimidar por sus hermanos.

No había demostrado debilidad y ese no iba a ser el momento.

El áureo fue el encargado de manejar a la casa en silencio, sabiendo la molesta situación que estaba ocurriendo entre los áureos.

Parqueo la camioneta enfrente de la casa, cerrando todas las puertas. Sahily sacó las llaves, abriendo la puerta con un solo empujón.

──── Iré a bañarme ──── avisó, quitándose la chaqueta ──── No puedo seguir perdiendo clases.

Él sonrió, abrazándola por detrás ──── ¿Temes volverte una áurea mala?

──── No lo haré ──── negó con una sonrisa en sus labios ──── Ve olvidando esa idea.

──── Solo digo... hay otras cosas que podríamos hacer ──── ofreció, pasando sus dedos por los brazos de ella en una suave caricia ──── Ayer Raisa arruinó mi plan.

──── Y hoy también, me toca vigilarla ──── le recordó, alejándose de su agarre antes que fuera demasiado tarde ──── Tal vez mañana quiera volverme mala ──── susurró, empujándolo suavemente ──── Ve a bañarte, te esperaré abajo.

Zadkiel solo asintió con una sonrisa en su rostro. No bajó su mirada cuándo la áurea camino a su habitación, queriendo grabar ese momento en su memoria para siempre.



Sahily se reunió con Raisa en la última clase, arreglando su cabello. Zadkiel lo desordenó en un intento de convencerla en quedarse junto a él.

Esos días había descubierto una faceta distinta al áureo y no podía negar que le encantaba.

──── ¿Qué te sucedió? ──── preguntó la chica, subiendo una ceja con curiosidad ──── ¿Zadkiel?

Ella abrió su boca, intentando buscar una excusa. Solo asintió, sabiendo que no podría mentir al respecto.

──── Tengo los boletos ──── mencionó la áurea ──── Supongo que iremos a ver a ese Tommy...

──── Tom ──── corrigió Raisa con una sonrisa.

──── Si, Tom Holland ──── replicó ──── Así que tengo cubierto el cine, ¿harás algo más?

──── De hecho, sí ──── confesó, cruzándose de brazos ──── Quiero llevarle un pastel, algo pequeño para que no se sienta incómoda.

──── Yo puedo ayudarte ──── dijo una tercera voz.

Raisa saltó en su lugar, agarrando el brazo de Sahily con miedo al creer que se trataba de alguien más como un demonio. Nirelle frunció sus cejas, pensando si sentirse ofendida por esa reacción.

──── No la asustes ──── reprochó Sahily con los dientes apretados.

Nirelle rodó los ojos ──── Sé hacer pasteles. Además, que soy una buena compañía y si me agradas, seremos aliadas en Áureos.

──── Raisa ya me tiene a mí ──── defendió la áurea de cabello rubio ──── No puede pedir mejor aliado.

──── ¿En serio? ──── musitó la chica con una gran sonrisa.

──── Por supuesto. Aunque no creo que lo necesites, ya eres importante en Áureos ──── informó, enfocando su mirada en el pasillo ──── Todos querrán estar contigo.

Raisa se separó, bufando ──── Lo haces sonar como si fuera una clase de ser poderoso que puede vencer a todos ──── dijo con sarcasmo.

──── Prácticamente lo eres ──── Nirelle le confirmó, frunciendo sus cejas ──── ¿No te han dicho de dónde provienes?

La chica abrió varias veces su boca, sin saber muy bien que responder.

──── Lo hicieron, pero no sé, todavía no llegó a ser esa criatura que ustedes creen ──── replicó, rascándose su cuello con incomodidad.

──── Pronto lo serás, la mezcla de la sangre...

──── Espera, detente ──── Raisa se interpuso, agitando sus manos para callarla ──── No quiero saber nada de eso. Quiero vivir mi vida humana por el tiempo que me queda, ¿sí?

Nirelle se encogió de hombros, sin ponerle tanto interés ──── Bien. ¿Quieres que te ayude con el pastel o seguiré insistiendo hasta que me digas que sí?

──── Puedes ayudarme. Tendré que comprar los ingredientes hoy.

──── ¿Por qué? ──── preguntó la áurea ──── ¿Su cumpleaños es mañana?

Raisa negó, juntándose más a Sahily ──── No, solo quiero probarlo, sin ofender ──── musitó en voz baja.

Los ojos azulados de Nirelle la observaron unos segundos, lo suficiente para que Raisa se sintiera intimidada.

──── Está bien. No quiero estar en casa está tarde, me aburro ──── le contó, alzando su barbilla ──── Supongo que me entretendrás por un rato.

La chica asintió, sintiéndose más tranquila ──── Sahily, ¿quieres ir? ──── le preguntó con una media sonrisa.

Ella negó sin pensarlo ──── Tengo planes está tarde ──── comentó.

──── Por favor ──── le pidió, creando un puchero con sus labios ──── Necesito una segunda opinión.

──── Invita a Lexie y no le digas que es para ella.

──── Lo sabrá. Ella es inteligente, aunque habla demasiado ──── murmuró. Juntó sus manos, rogándole de nuevo ──── Por favor, te compraré los dulces que quieras.

Sahily rodó los ojos, comprendiendo que la chica no se daría por vencida, tal como lo hacía Ava cuándo quería que la ayudará con sus tareas.

──── Bien ──── aceptó, dejando salir un suspiro ──── Tendré que cancelar mis planes.

──── Estoy segura que lo entenderán ──── Raisa dijo con una gran sonrisa en sus labios ──── ¿Nos vamos? La clase de filosofía no es importante.

──── Suena bien ──── aceptó Nirelle, abrochándose los botones de su chaqueta ──── Le diré a Ezer que llegaremos después.

Sahily sacó su celular, tecleando rápidamente un mensaje a Zadkiel sobre sus planes con Raisa y Nirelle. A los segundos, recibió una llamada y se excusó, yendo a un lugar más privado.

──── Si es tan malo, puedo hacerte compañía ──── él ronroneo.

Ella sonrío, sabiendo que Zadkiel debía estar con una gran sonrisa en su rostro.

──── Puede ser que te invite si estás dispuesto a ensuciarte las manos ──── propuso, apoyándose en la pared.

──── ¿Eso incluye probar todo lo que hagan? ──── cuestionó con diversión.

──── Eso no será posible, para eso iré yo ──── informó ──── ¿Puedes salvarme dentro de dos horas? No quiero estar mucho tiempo ahí.

──── Solo lo haré si está noche duermes conmigo ──── le dijo Zadkiel ──── En mi habitación, sin irte a medianoche.

Ella rodó los ojos, aún con una sonrisa ──── Eso es obvio. Deja la ventana abierta para que entre.

──── ¿No debería ser al revés?

──── Me gusta invertir los papeles ──── ella comentó ──── Dos horas, máximo tres, pero nada más.

──── Ahí estaré ──── prometió.



Sahily puso las bolsas de compra encima de la mesa, tomando una de las sillas para descansar. Raisa estuvo caminando alrededor del supermercado, comprando todo lo que le parecía interesante a excepción de los ingredientes del pastel por lo que tuvieron que volver.

──── ¿Dónde está tu familia? ──── Nirelle cuestionó.

──── Trabajo. Mis primos mayores estudian y los menores están en el preescolar ──── informó, sacando los ingredientes.

──── ¿Harán algo más? ──── preguntó la áurea, sentándose encima de la mesa ──── ¿Una fiesta?

──── Solo una película de su actor favorito ──── respondió Sahily, cruzándose de piernas ──── El pastel y supongo que ellas dos beberán y tendré que ser la que va a cuidarlas.

──── Por supuesto. No me emborracharé, la última vez la pasé muy mal, aunque no lo recuerdo ──── contó, apretando sus labios.

──── Para eso necesitarás tener la casa vacía ──── le recordó Sahily desde su asiento.

──── ¡Maldición! ──── Raisa habló, apoyando sus manos en la mesa ──── No tendré la casa a solas.

──── Supongo que las bebidas quedaron descartadas ──── musitó Nirelle, encogiéndose de hombros ──── ¿Tienes guantes de cocina?

Raisa miró a las dos áureas, entrecerrando sus ojos con una idea que Sahily captó al inicio. Ella solo se acomodó en la silla, esperando.

──── ¿Puedo hacerlo en su casa? ──── pidió la chica, tratando de verse tierna ──── Prometo comportarme.

──── Puedes hacerlo solo si aceptas otros tres invitados más ──── Nirelle le dijo, asintiendo ──── La casa es suficiente grande para todos.

──── Genial, no quisiera estar con mi tía, ha estado muy... poca hogareña ──── musitó ──── ¿Comenzamos?

Nirelle asintió, comenzando a hacer la mezcla para el pastel mientras Sahily iba leyéndoles las instrucciones y probando las frutas, disfrutando de las diferentes texturas.

──── ¿Y dónde está Lexie? ──── interrogó la áurea, dando vueltas con la silla ──── Siempre andan juntas.

──── Le mentí ──── dijo la chica, mezclando la masa ──── Le dije que iría a visitar la tumba de mi abuela. ¿Eso me hace mala persona? ──── preguntó, deteniéndose.

Las dos áureas se miraron, peleando internamente por quién respondería. Sahily mordió una uva, dándole la señal a Nirelle para que respondiera.

──── Bueno, si lo pones de esa manera ──── susurró Nirelle, aparentando leer la receta.

El timbre silenció a las áureas, observando a Raisa que estaba frunciendo sus cejas.

──── No invite a nadie ──── negó la chica.

Sahily sacudió sus manos, levantándose antes que la chica diera un paso adelante. Solo necesito acercarse a la puerta para darse cuenta de que se trataban de demonios.

Probablemente no las habían sentido y pensaron que Raisa estaría sola. Una gran equivocación por parte de ellos.

Sahily sacó su espada, balaceándola entre sus dedos. Nirelle también pudo sentirlos así que hizo lo mismo, viendo su alrededor con urgencia.

Esa casa no resistiría una pelea y no podían arriesgarse a que lleguen a capturar a Raisa.

──── ¿Solo tu habitación tiene una puerta o ventana en lo más alto? ──── Sahily cuestionó.

──── Si, es prácticamente el sótano ──── respondió con nervios. La urgencia de salir corriendo estaba creándose y no le gustaba esa sensación.

──── Es mejor llevarla arriba ──── Nirelle sugirió, apagando la máquina ──── Podremos detenerlos si sellamos la puerta y ventana.

Sahily asintió, agarrando el brazo de Raisa. Subieron la escalera hasta la última habitación y comenzaron a crear un fuerte con los muebles.

No serían tan buenos, pero les brindaría segundos de ventajas.

El movimiento de las sombras llamó la atención de Sahily, dándose cuenta que harían uso de su don para traspasar todas las paredes.

Iban a hacerlo lo más difícil posible.

La áurea sacó su celular, marcando el número de Zadkiel. Sabía que él vendría de inmediato a ayudarlas.

──── Necesito que busques a mis hermanos y vengas ──── ella le pidió cuándo contestó ──── Tenemos visitas inesperadas.

Oyó como el áureo se levantó, agarrando las armas ──── Iré de inmediato. Trata de acorralarlos hasta que llegue.

──── Voy a tratar ──── prometió en voz baja.

El sonido de la ventana quebrándose hizo que Raisa soltara un grito y Sahily dejará caer el celular para cubrirla. Los cristales apenas la tocaron, pero el miedo que impusieron en la chica haría que no piense de la manera correcta.

──── Ve hacia atrás ──── Nirelle dijo, sacando otro cuchillo de su cintura ──── Protégete con la mesa y no salgas a menos que nosotras digamos.

Raisa asintió, sin poder pronunciar ni una palabra. Sahily observó cómo los demonios no iban a atreverse a subir tan arriba, sólo estaban llamando la atención.

──── Quédate aquí ──── le dijo a Nirelle, frunciendo sus cejas ──── Están en la cocina. No van a subir.

──── No, las dos atacaremos juntas. Raisa tiene que venir con nosotras ──── replicó, negando ──── Es mejor tenerla cerca que lejos.

──── No sé si sea buena idea. Raisa, quédate aquí ──── asintió la áurea ──── Busca un lugar donde esconderte y no salgas, ¿entendido?

Las dos áureas volvieron a bajar, encontrándose con varios demonios. Sahily les sonrió, ladeando su rostro para que observaran que no les temía.

Ella fue la primera en atacar, dejando sus alas libres para utilizarlas como escudo. Golpeó a varios hombres y mujeres, lanzándolos por la ventana cuándo trataban de llegar a la chica.

Tenían que ganar tiempo, un segundo podría cambiar todo.

──── ¡Sahily!

La áurea se giró, deteniendo la espada de un demonio que iba para ella. Con un movimiento de manos, hizo que la enterrara en una mujer, matándola y después a sí misma.

Miró como Raisa se le acercaba, temblando mientras señalaba la habitación.

──── Están adentro ──── murmuró, aguantando las lágrimas que estaban en sus ojos ──── Yo... yo no pude.

──── Tranquila, respira ──── le pidió.

Sahily agarró el brazo de Raisa, llevándola al mostrador de la cocina. Hizo que se metiera por debajo, escondiéndola de los demonios.

──── Quédate aquí ──── dijo la áurea, señalándola con dureza ──── En serio, no te muevas ni hagas ni un sonido.

Raisa no tuvo tiempo de responder cuándo Sahily apenas escapó del filo de la espada. La áurea golpeó al hombre repetidas veces, descargando todo su enojo antes de matarlo.

La chica miró a las dos áureas por un hoyo de la mesa, viendo como peleaban. Se sorprendió al notar la facilidad con la que acababan a todos esos seres que eran iguales a ellos.

Sahily saltó por encima de una mesa, deslizándose por la superficie y derribó a varios demonios, matándolos con la gran espada. No paró ni un momento, no dudaba en atravesar el filo en sus pechos, pero lo que más le sorprendió, fue la determinación en sus ojos grises.

La chica no pudo evitar sorprenderse por cómo eran. Tenía un concepto diferente de aquellas dos áureas, pero en ese momento, solo sintió miedo, entendiendo lo fácil que podría ser para esos seres matarla si fueran los malos.

El sonido de varios platos y un golpe seco la asustó. Nirelle rodó por el suelo, protegiéndose de la mujer que estaba atacándola con un cuchillo.

Raisa se quedó congelada en su lugar, sin tener idea de qué hacer. Exponerse podría empeorarlos y no tenía idea de cuántos demonios había en su hogar.

Sus pensamientos se vieron interrumpidos cuándo Nirelle acabó con la mujer, golpeando su rostro repetidas veces contra la estufa.

La áurea se apuró en llegar a Sahily, ayudándole contra los demonios que la tenían acorralada. Hicieron uso de todos sus cuchillos, incluso los muebles para alejarlos lo más posible de la chica, pero esos seres oscuros solo siguieron llegando, divirtiéndose al notar lo solas que se encontraban.

──── ¿Cuándo llegarán los otros? ──── demandó Nirelle, sintiendo el molesto dolor en su cabeza ──── ¡Ya no puedo seguir más!

──── No falta mucho ──── le prometió la áurea rubia ──── Están aquí.

No necesito más palabras cuándo Zadkiel apareció a su lado. Sus ojos oscuros estaban ardiendo de enojo, sus labios apretados y su postura tan tensa que los demonios retrocedieron, sintiendo como ese ser emanaba la maldad por todo su cuerpo.

──── Eres un traidor ──── lo acusó una mujer, abriéndose paso entre el grupo de demonios que siguió multiplicándose.

Él negó, sin dejar de observarlos ──── Se acaban de meter con la áurea equivocada. Supongo que tendré que enseñarles una valiosa lección.

La espada salió entre los dedos del áureo, tan lentos que sólo enfatizaba la tensión entre todos esos seres. Sahily dio un paso atrás, haciendo que Nirelle hiciera lo mismo para no interferir.

Sahily miró a Raisa por ese pequeño hoyo y frunció su ceño ──── Cierra los ojos.

La chica hizo lo pedido, solo oyó los gritos de los demonios y los golpes que Zadkiel propinó a cada uno que estaba en esa cocina. Sahily no pudo evitar el asombro que apareció en su rostro al ver como el áureo acabó con todos en unos minutos.

La áurea se acercó a la ventana, observando como sus hermanos estaban rodeados por el fuego sagrado, deteniéndolos.

──── No podremos salir, estamos atrapadas ──── le explicó a Nirelle, cruzándose de brazos ──── Y siguen llegando más.

──── Raisa tendrá que romperlo ──── indicó la áurea, sintiéndose adolorida por todos los golpes que recibió ──── El fuego sagrado solo se apagara por un demonio o un mestizo.

Sahily asintió, indicando que sacaría a Raisa de su escondite al mismo tiempo que Zadkiel terminó con todos los demonios. Sus manos estaban llenas de sangre oscura y unas gotas en su rostro.

Ella extendió su mano, limpiándolas. Los ojos oscuros del áureo seguían siendo salvajes y su pecho subía con rapidez, reponiéndose de toda esa pelea.

──── ¿Estás bien? ──── él cuestionó, pasando su pulgar por los labios de la áurea ──── Estás sangrando.

──── Estaré bien ──── le prometió, retrocediendo un paso ──── Hay que salir de aquí antes que sea demasiado tarde.




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