Jisoo.

Sábado. Desperté, no abrí los ojos, intentando dormir otra vez, me removí en la cama buscando una mejor posición. Me rendí, seguro ya habían dado las 9:00 am. Escuché la puerta abrirse y sentí un olor horrible. Alguien se sentó a un lado de mi en la cama, acomodó mi cabello despeinado con un tacto suave. Yeji.

—Hora de levantarse, Jisu, son casi las diez de la mañana, ayer no cenaste y tienes que comer bien, lo sabes —habló dulcemente, pasando sus dedos por mi rostro. Me hacía cosquillas.

—No molestes, Yeye —reí cuando paso sus dedos por mi entrecejo—. ¿Qué traes ahí? ¿No te dije que sacaras la basura?

Abrí los ojos, encontrándome con Yeji y su sonrisa divertida, traté de suspirar pero me vi interrumpida por ese olor otra vez.

—Es sopa de verduras tienes que comerla, el doctor dijo que era muy buena para ti y los bebés.

—Pero no quiero, huele feito —arrugué mi nariz, ella la golpeo levemente con su dedo índice.

—Está buena, te lo prometo. ¡Yo la hice!

Estiré una manita para que me ayudará a sentarme en la cama, la tomó y jaló de mi. Ya sentada, me puso en las piernas una bandeja con el plato de la sopa y un vaso grande de agua.

—Que considerada, agua —puse los ojos en blanco.

—No creo que sepa mejor con otra cosa, Jisu. Vamos, come, piensa en los niños —hizo un falso pero muy tierno puchero.

—Aaww, que bonita te ves —acaricié su mejilla—, aún así te odio.

Tomé la cuchara para comenzar a comer, di el primer bocado y no estaba tan mal, se veía y olía mal, pero el sabor era diferente. Yeji me sonrió, viendo como comía, al parecer estaba orgullosa.

—Eso es, ¡después podremos comer barritas de granola!

La miré con desagrado, ¿granola? ¿Por qué se emocionaría por la granola? ¿Qué esta mal con ella? Tan siquiera, ¿cómo es que es mi novia?

—¿No puedo tener helado de postre? —lloriqueé.

Me estaba esforzado por comer la sopa, al menos merecía un premio.

—No, tienes que alimentarte sa-

—Saludable por los bebés, si, mamá, ya lo sé —la
corté, rodando los ojos—. Eres el ser más horrible y malo. ¡Tus bebés también quieren helado! Habías jurado que serías una madre consentidora mientras que yo la estricta.

—Seré consentidora con ellos, contigo no, al menos no de ésta forma —se acercó a mis labios, besándome lentamente y alejándose de mi con un chasquido—. Ew, sabe a sopa.

Negué con cabeza, divertida.

—No me lo recuerdes.

—Termina de comer, voy a trabajar en unas cosas de la escuela —comentó—, la bruja horrible de la directora me dijo que le debo entregar unas cosas de la cocina, mamadas.

Parándose de la cama, me besó nuevamente y se fue por la puerta. Desconecté mi celular y lo prendí para ver que había nuevo. Abrí la aplicación de WhatsApp y tenía mensajes nuevos de Yuna. Raro.

Hussey:
¿Están en casa? Chaeryeong quiere salir contigo a ver cosas de bebés.
8:54 am.

Hussey:
Jisu contesta, Chaeryeong esta desesperada y no sé por qué.
9:11 am.

Hussey:
Choi Jisoo eres la peor amiga.
9:15 am.

Hussey:
Cuando termines de chupársela a Yeji, contesta.
9:34 am.

Me emocioné, yo también quería ver cosas de bebés, sólo he comprando un poco de ropa, pero nunca es suficiente, me hacen falta las cunas, biberones y mucho más. E ir con Chaeryeong estaba bien, ella podría ayudarme y yo a ella. Así que le contesté a Yuna.

Tú:
Ya terminé de chupársela a Yeji, ustedes digan a que hora vienen, yo también quiero.
10:09 am.

Hussey:
En media hora estamos ahí, antes tengo que comprarle algunas hamburguesas a Chaer.
10:10 am.

Tú:
10:10am, pide un deseo.
10:10 am.

Hussey:
No seas idiota, eso es con el 11:11.
10:12 am.

Reí, sólo trataba de ser divertida. Comí toda la sopa y acabe el agua, sabía mejor el agua que la sopa.

Me paré dispuesta a cambiarme de ropa, no sé qué ponerme, ya no me queda nada. Busqué en el armario unos de mis pantalón de embarazo, esos que tienen el elástico en la parte de arriba para que no me lastime, los detesto. Agarré una playera cualquiera de Yeji, las mías ya no me quedaban mucho, tomé en mis manos la bandeja y caminé a las escaleras.

En la sala de estar, estaba Yeji sentada
escribiendo en su portátil. Me senté a un lado de ella, después de haber llevado la bandeja a la cocina.

—¿Vas a salir? —preguntó viéndome de reojo.

—Sí, iré con Chaeryeong a ver cosas de los bebés —acaricié mi vientre, sintiendo como los bebés se movían.

Aveces se estiraban mucho y dolía, cuando les daba hipo era gracioso, mi panza hacía un movimiento extraño cada tiempo, Yeji me preguntaba si estaba bien o necesitaba algo, una vez, le habló al doctor ya que habían tardando bastante hipando, el doc dijo que era normal, que lo mejor era hablarles y tranquilizarlos, eso hicimos.

—Jisu, ¿has pensado nombres?

Me recosté en su hombro y tomé su gran mano entre las mías.

—La verdad no, ¿y tu? Tengo miedo de ponerles un nombre y no tengan cara para eso.

—¿Cara para eso? —río—. ¿Y eso cómo es?

—Sí, por ejemplo, que tal si le ponemos George y cuando nazca tendrá cara de Drew.

Yeji se soltó a reír, no se por qué le causaba gracia, yo estaba siendo seria, aún así la acompañé en su risa.

—¿Por qué no, hmm, Yeji? Es un nombre hermoso.

—Jamás, pobre bebé, pensará que lo odiamos. Además son niños, recuerda.

Ella río, solo estaba bromeando.

—¿Qué tal Ten? Es lindo y simple.

Asentí, sí, era lindo.

—Me agrada.

—¿Y el otro bebé? No se me ocurre nada, tal ves podríamos hacerle como a las nuevas mascotas, no ponerles nombre nunca y sólo decirle cosas como 'niño' o 'bebé'.

—No trataré a mi hijo como una mascota... Tal vez, uh, me gusta Taeyong o Taehyun.

—Podríamos ponerle esos a los dos bebés —opinó.

—Sí, pero sería muy complicado. Mejor sólo Taehyun y Ten, más fácil.

—Muy bien, pensé que esto sería más complicado.

Yeji y yo estuvimos besándonos un rato hasta que el timbre nos interrumpió, ella gruñó con molestia, le dije que abra la puerta y como buena novia lo hizo.

Chaeryeong entró con su panza de cuatro meses, seguida de una Yuna con ojeras bajo los ojos.

—¿Y a ti qué te paso? —preguntó Yeji, cerrando la puerta y viendo a la menor de todas.

—¿Lo dices por esto? —señalo las bolsas bajos sus ojos, Yeji asintió—. Chaeryeong me hizo ir a la farmacia por un bote de helado de fresa y galletas de avena a las 4 am, desde ahí no he vuelto a dormir.

Volteé a ver a Chaeryeong, sus mejillas estaban rojas y jugaba con el borde de su blusa.

—Bueno, vamos, Chaer.

Busqué las llaves de la casa y mi bolso, Yuna le dio las llaves del auto a la pelirroja y salimos.

...

Ya en la tienda, Lee veía ropita de color blanca, aún no sabía que sería su bebé, pero se veía muy entusiasmada.

—¿Tú que crees que sea? —pregunté, mientras tomaba entre mis manos un entero de Winnie Pooh, con la capucha y orejitas, era divino.

—No lo sé, Yuna quiere un niño, a mi me da igual, por mi está bien un niño.

Asentí comprendiendo. Quería otro así de Winnie Pooh, uno para cada bebé.

Fuimos a donde estaban las cunas, periqueras y demás. No quería que todo sea azul, tal vez verde, amarillo, no un color totalmente "masculino", lo mejor está en lo neutro.

Salí de ahí con seis bolsas que tenía diferente tipo de ropa, biberones, pañales y toallas para secar a los bebés.

Todo era muy tierno, era tan pequeñito y olía muy bien. Chaeryeong sólo tenía una bolsa algo grande, con gorritos de varios colores.

Fuimos a un restaurante dentro del mismo centro comercial, yo me estaba muriendo de hambre, igual mi amiga. Yeji me mando un mensaje diciendo que comiera una ensalada con algo de pollo, recordándome que era bueno para los bebés, le hice caso. Odiaba cuando tenía razón. Chaer pidió un poco de pescado empanizado.

Cuando terminamos de comer ya era algo tarde, nos dirigimos al coche de Yuna para ir a mi casa, mis pies me estaban matando.