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Yoongi no aceptaba la idea de que todo su mundo se viniera abajo, de que perdiera lo que mas quería en el mundo tan rápido que ni siquiera le pudo dar tiempo a Hoseok para explicarle que todo lo que hizo fue para protegerlo, claramente había lastimado a su pequeño bebé de la forma mas estúpida del mundo, y el hecho de que Hoseok lo mirara de esa forma lleno de miedo hizo que el corazón del pelinegro se estrujara con cada recuerdo. Yoongi había perdido a su pequeño bebé.

Los días habían pasado y el único que acompañaba a Yoongi y su dolor era el alcohol, alcohol y recuerdos de todo lo vivido. De las risas; besos, caricias, todo eso que hacia desgarrarle garganta con un grito frustrado, a Yoongi no le importaba nada ni nadie, solamente Hoseok, no importa ni siquiera si despertaba al siguiente día, sin él nada tenia sentido, pero ¿ como Hoseok llego a significar tanto en tan poco tiempo ? Fue por el simple hecho de que ese pequeño había estado ahí desde el principio y para Yoongi y el hecho de que el destino los reencontrara otra vez fue una gran sorpresa.

¿Como sucedió? fue cuando Yoongi aun era un joven inmaduro, se encontraba en medio de pelea tras pelea, de bar en bar, sobre todo buscando problemas donde no los hay, su cabello teñido de color menta y su cara llena de golpes y sangre eran normales en el Joven Yoongi de apenas 20 años, lleno de muchos prejuicios, después de que su padre lo hecho de su casa, de la muerte de su madre y desterrado del imperio Min, Yoongi se encontraba solo en la vida, solo y en los pasos del sexo alocado mucho alcohol y drogas lo hizo conocer personas que en un momento le tendieron la mano pero después lo dejaron caer mas y mas bajo.

"¡Carajo! ¡vamos idiota levántate y pelea !"

De nuevo se encontraban 4 sujetos del tamaño de un gorila peleando contra Yoongi y Yoongi apenas se podía levantar ya que los múltiples golpes en su cuerpo, solo reía como desquiciado, cuando los tipos se cansaban de golpearlo lo dejaban casi muerto en un callejón, con la lluvia lavando la sangre en su rostro, no le importaba ni un carajo la vida,

"estar despierto a las 5 y media de la mañana mientras mi cuerpo duele, tengo un ojo morado y sangre mi almohada "

Era la rutina diaria del peliverde (en ese entonces ) desayunaba alcohol y de vez en cuando cristal azul, tres años pasaron así, tres años perdido en la oscuridad, tres años en lo que por un milagro estaba vivo, un día cuando al fin pensó haber tocado fondo se encontraba en una banca situada en la para de autobuses, estaba lloviendo y se refugiaba en ese lugar, un cigarrillo en la un lado de la boca, mientras en la otra un labio sangrado, los nudillos pintados de carmín mientras su camiseta blanca estaba teñida igualmente de ese color, Yoongi daba calada tras calada de aquel cigarrillo. El Yoongi de 23 años que lo único que había cambiado era el color de su cabello a un rubio, miraba el techo de la parada de autobuses, pensando en como terminaría su miserable vida, en como poder desaparecer, no le importaba nada ni nadie, y él tampoco tenia nadie que se interesara en él, en nadie que le preguntara si estaba bien... todo era una mierda.

Los sollozos de alguien hicieron despertar a Yoongi de sus pensamientos, un mocoso de unos 15 años con un uniforme escolar, la cara empapada de lagrimas abrazaba su rodillas, por un momento Yoongi pensó que quizás otro niño tonto lo estaba molestando y lloraba por eso.

"Tu mocoso ... ¿ por que estas llorando ? "

Pregunto Yoongi de modo simple y el pequeño niño lo miro limpiando sus mejillas con las mangas de su uniforme.

"Reprobé matemáticas y mamá va a matarme "

Dijo entre sollozos el pequeño niño y Yoongi soltó una pequeña risita burlona.

"Día difícil ¿eh ? "

Soltó el rubio y el niño asintió mirando el suelo.

"Yo también tuve un día difícil"

El rubio suspiro dejando ir un poco de humo de la ultima calada y el pequeño lo vio fijamente, cuando Yoongi se percato de eso lo miro de reojo y sonrió.

"¿ Que? ¿ Te gusto ? "

Bromeo y eso solo hizo que las pequeñas mejillas húmedas del pequeño castaño se tiñeran de rojo.

"Señor ...¿ se encuentra bien ?"

Yoongi se sorprendió por la pequeña pregunta, ¿ cuanto tiempo había pasado desde que había escuchado por ultima vez esas palabras ? tal vez fue desde que su madre se las dijo por ultima vez, el día que su padre lo golpeo cuando supo que su verdadero sueño era escribir, ese día fue abofeteado por su padre hasta que la mano del señor Min quedo pulsando de dolor, Yoongi no supo que que contestar ante tal pegunta tanto que solo logro producir balbuceos.

"Espere un minuto ya regreso ¿ no le importa cuidar mi mochila un rato ? "

Después de decir eso el pequeño castaño tomo su bicicleta dejando su mochila y a un Yoongi muy confundido y se puso en marcha, luego de unos minutos había llegado con una bolsa blanca colgando en el brazo donde dentro se encontraban dos bebidas calientes y varios productos para curar las heridas del mayor.

" Sabe una cosa, creo que usted debería tener mas cuidado, si se golpea así puede ser peligroso, y una persona con la sonrisa tan bonita como la suya ... creo que no le lucen estos golpes, por cierto, me llamo Hoseok "

Sonrió Hoseok, esa sonrisa hizo que por un momento Yoongi dejara de respirar, era la sonrisa mas hermosa que había visto en su vida, después de eso sintió las pequeñas manos del pequeño limpiar sus heridas que cuidadosamente curo, le tendió la bebida caliente que había comprado pero el timbre de un teléfono había interrumpido aquella atmósfera agardable.

"¿ Si? ¿ Mamá ? oh si ya voy en camino, si, si ... lo siento "

Se apresuro a decir Hoseok guardando su teléfono después de colgar y tomando sus cosas para marcharse.

"Lo siento señor pero me tengo que ir, espero se mejore "

Sonrió nuevamente el castaño subiéndose a su bicicleta.

"Espera ¿como me dijiste que te llamabas ? "

Interrumpió de inmediato Yoongi antes de que el menor se pusiera en marcha.

"Jung Hoseok "

Sonrió nuevamente para despedirse, dijo un bye bye con su mano agitándola tiernamente y Yoongi lo imito sonriendo de verdad por primera vez en mucho tiempo.

Después de eso Yoongi regreso a lo que llamaba hogar, se tiño el cabello de un color oscuro y negocio con su padre para poder regresar al mundo de las finanzas, ¿ el motivo ? encontrar a Jung Hoseok en un futuro y poder agradecerle lo que hizo esa vez por él, agradecerle salvarlo de la oscuridad en la que estaba cayendo.

Así fue como pasaron los años y Yoongi se habia convertido en uno de los empresarios mas poderosos a tan corta edad, pero seguía buscando al joven de sonrisa encantadora, "Jung Hoseok" seguía intacto en sus recuerdos, que el destino los reencontrara en esa pagina fue suerte, un golpe de suerte que lleno a Yoongi de una felicidad incomparable, al fin podría decirle gracias a Hoseok, al fin podría devolverle su gratitud, al fin podría decirle que fue el motor que lo impulso ese día a seguir.

Pero ahora todo eso había quedado atrás, después de años y años buscando a Hoseok para darle todo el amor que se merecía, lo único que había logrado es lastimarlo , perderlo y hacerlo llorar, lo único que había cometido era hacer sufrir a la única persona que le importaba en este mundo.

El señor Min Yoongi, empresario multimillonario líder de uno de los bancos mas importantes del mundo, tiene todo lo que un hombre puede desear, autos, ropa de las mejores marcas, fama y mucha fortuna, pero no tenia lo único que lo hacia feliz, a su bebé.

Se encontraba en su oficina ya pasada la media noche mirando la vista desde el gran ventanal, la ciudad, la lluvia y el recuerdo en el reflejo de aquel cristal, un vaso de licor en su mano, mientras lloraba en silencio. De nuevo se encontraba solo, no importa cuantas personas lo deseen si el solo desea a Hoseok, si lo único que puede llenar ese vació es Hoseok.

—Todo lo hice por protegerte bebé .. pero si para eso tengo que alejarme ... lo haré —Susurraba el pelinegro mientras su alma se estrujaba.

La canción el la radio que sonaba en ese instante en la oficina de Yoongi decía una frase que le rompía el alma.

"haría cualquier cosa para conseguir que tu vuelvas a mi mundo "

—Todo lo que quiero eres tu Hoseok — Susurraba en aquella sombría oficina.

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