02.

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En el momento en el que su presencia se notificó en la sala, todos comenzaron a agitar sus cubiertos y a ar golpes, provocando un estrepitoso ruido. Algo a lo que jamás me acostumbraría de este sitio era a lo ruidosos y escandalosos que podían llegar a ser. Tres palabras fueron suficientes para que volviera el silencio:

— Iniciados, de pie — ordenó Eric —.Como ya se les dijo, y como saben, funcionamos a base de un sistema. En este estamos divididos en cinco grupos, las facciones. Ustedes eligieron la facción defensora, la protectora de la ciudad. Aquí miramos la valentía como algo normal. Esperamos poder decir en un futuro, con orgullo, que son oficiales miembros de osadía — .Hizo una pequeña pausa, a la cual pensé que le procedería la división entre trasladaos y nacidos en osadía. No podía estar más equivocada —.Eso si pasan el corte, claro.

Tragué saliva y me enderecé. No sabía de que hablaba, nadie me había informado sobre ningún corte. Traté de disimular mi confusión, pero me era difícil cuando la mirada en su rostro me indicaba que no podía ser algo bueno.

— ¿El corte? — preguntó una de las iniciadas.

— Tenemos un sistema de puntuación. Mientras más arriba, mejor lo estás haciendo, mientras más abajo, peor —.Se escucharon varios murmullos, pero estos cesaron en cuanto Eric continuó hablando — .Ahora bien, si estás en los números rojos, es decir, por debajo del corte, significa que no pasas a la próxima fase. Y al no poder volver con sus facciones, formarán parte de los abandonados.

Los murmullos se convirtieron en quejas de protestas, y los ceños fruncidos en rostros horrorizados. El mío debía entrar en esa lista ya que en ningún momento había oído hablar de esa iniciativa. Aunque a mí no me iba a pasar nada, no podía evitar pensar en mis estudiantes. Casi como un auto reflejo, busqué a Cuatro con la mirada entre la gente. Al encontrarlo vi que sus ojos ya estaban puestos sobre mí, pero se apresuró a girar la cabeza en cuanto se encontraron con los míos.

Oh, no.

Comencé a moverme hacia él, pasando a duras penas por el gentío, pero tuve que detenerme al escuchar el último anuncio de Eric.

— Los principiantes a su sala, van a conocer a sus respectivos entrenadores. Los nacidos aquí, ya saben que hacer.

Miré de nuevo hacia la posición en la que estaba Cuatro, pero me encontré con un hueco vacío. Comencé a caminar con velocidad. Aunque fuéramos al mismo sitio, quería atraparle por el camino.

—Lo sabías, ¿Verdad? — le dije una vez lo alcancé, mi tono sonó más acusatorio de lo que había previsto.

No recibí ninguna respuesta de su parte, ninguna mirada o una negación con la cabeza. Me estaba ignorando. Que él no tuviese nada que decirme no significaba que yo tampoco.

— No me puedo creer que no me lo hayas dicho, Tobias. Que ya no estemos juntos no significa que ocultarme estos temas tan importantes esté bien — suspiré ante su falta de respuesta.

Lo adelante sin mirar atrás tras decir eso. Por el rabillo el ojo pue ver que hacía el ademán de también acelerar, pero no lo hizo, simplemente me dejó pasarle por delante.

Cuando llegué ante los iniciados, muchos se callaron, pero solo se logró un silencio absoluto cuando Cuatro apareció tras mía. Tenía que admitir que aquello me dio coraje, aún más después de la no-conversación anterior.

-Me llamo Cuatro, ella es Ares, y seremos sus instructores durante la iniciación - pronunció él, con un tono de voz alto y severo -.Bien, ninguno tiene necesidad de indagar en nuestras vidas privadas, pero si que les diré algo: ambos superamos con creces la iniciación hace dos años, lo que significa que nos haremos cargo de los iniciados el tiempo que queramos. Que suerte tienen.

Odiaba saber el motivo por el cuál iniciaba la presentación él usando esas palabras exactas. Odiaba que ambos lo supiéramos como individuos pero no pudiéramos compartirlo más adelante en el día, ya no más.

—Me llamo Amar y soy vuestro instructor durante la iniciación. Yo me crie aquí y superé con creces la iniciación hace tres años, lo quesignifica que me haré cargo de los recién llegados durante el tiempo que quiera. Qué suerte tenéis.

Quise sonreír ante su última frase, pero me detuve a mi misma al ver los rostros vacíos del resto de mis compañeros.

»Casi toda la formación física de los nacidos en Osadía se hace porseparado de la de los que se trasladan, de modo que los osados nopartan por la mitad a los de fuera a las primeras de cambio... —Losnacidos en Osadía, que estaban al otro lado del semicírculo, nos miraron con creces—. Pero este año vamos a probar algo distinto. Los líderesosados y yo queremos ver si conocer vuestros miedos antes delentrenamiento os prepara mejor para el resto de la iniciación, así queantes incluso de que vayáis al comedor para la cena, vamos aconocernos mejor a nosotros mismos.

Las cosas habían cambiado desde que nosotros fuimos iniciados, claro. Ahora íbamos por partes, y con el nuevo sistema supuse que los miedos sería de lo último, pero no podía estar segura.

—¿Cuatro? ¿Cómo el número? — preguntó una chica trasladada desde verdad.

—Sí, como el número.

—¿Qué pasa, que uno, dos y tres estaban ya cogidos? — se burló.

Era una broma que yo le había llegado a hacer en su momento, lo admitía, pero teniendo en cuenta en la posición que se encontraba ella, no veía muy conveniente que hablara con tanta confianza, y menos aquí.

—¿Cuál es tu nombre?

—Christina.

—Muy bien, Christina — comenzó a avanzar él, con paso lento y firme —. Lo primero que debes aprender si quieres sobrevivir aquí, es a mantener la boca cerrada.

El semblante de la chica cambió de inmediato, no quedaba rastro de la burla anterior.

—Síganme — indiqué, tratando de tranquilizar la atmosfera y de cambiar de tema rápidamente.

Aunque, apenas me giré, una voz impertinente se escuchó en la sala.

—Perdón, pero, ¿la niña esta también va a ser nuestra instructora? — se oyeron unas risas de fondo —,¿Cómo era su nombre, Ares? ¿Segura?

Ma quedé paralizada al ver al chico de vestimentas grises quien hablaba. Cuatro debió de darse cuenta, porque contestó por mí:

—¿Tú donde estabas hace diez segundos? — resopló, llevándose una mano a la frente con incredibilidad.

—Lo sé, lo sé, es que juraría que es la hermana de...

—Jurar no te va a servir de nada aquí—le interrumpí —El pasado de cada uno es historia ya. Si yo fuera ustedes, estaría más preocupado por pasar la línea de corte.

Esta vez nadie protestó, el miedo era un factor fuerte, yo lo sabía. Se limitaron a seguirnos hasta las habitaciones. Les mostramos el resto del complejo, y después les pedimos que se cambiaran y se deshicieran de sus viejas prendas.

La pulsación se me aceleró al acercarme al fuego. Jugueteé con mi vestimenta gris entre mis dedos por una última vez y, finalmente, la arrojé a las llamas. Observé como se desintegraba poco a poco, hasta que no quedó nada de ellas, y me sentí liberada. Nunca más se me asociaría con ese color.

Miré a Tobias, o Cuatro, quien venía detrás mío, y le sonreí, compartiendo con él ese sentimiento. No sabía mucho de él, no solía relacionarse con los demás, al menos en abnegación. Habían rumores, claro, y aunque no quería precipitarme a creerlos, todo me llevaba a hacerlo.

A la hora del almuerzo, acompañé a los iniciados hacia el comedor, pero yo no me quedé. No albergaba fuerza dentro de mi para soportar una reunión como la del día anterior después de lo ocurrido.

Me escapé hacia mi habitación y, en cuanto cerré la puerta las lágrimas comenzaron a vestir mi rostro a gran velocidad. Volví a pensar en él, y en como iba a tener que entrenarle durante semanas. Todas las situaciones de posibles desastres fueron pasando con gran detalle por mi mente, al punto en el que me comenzó a costar respirar.

Apreté los puños con fuerza a la vez que cerré los ojos, y traté de concentrarme en inspirar y expirar. No sé cuanto tiempo pasó hasta que la respiración se ralentizó, pero a mi me parecieron horas. Ni siquiera sabía en que momento había acabado de cuclillas apoyada contra la pared.

Me dirigí al cuarto de baño mientras deshacía la coleta, la cual llevaba tirándome del pelo todo este tiempo. Me quité la ropa y, antes de entrar a la ducha, me eché un rápido vistazo en el espejo. Lucía horrible. Tenía las ojeras oscuras y marcadas, con lo cual, los recientes ojos rojos e hinchados no ayudaron demasiado. El cabello estaba alborotado y con una forma extraña, señal de que acababa de quitar la coleta. Incluso se podían apreciar las lágrimas secas que había fallado en contener.

Finalmente entré al plato de ducha, y ajusté el agua para que saliera lo más caliente posible. En ocasiones llegaba a quemar, pero no me importaba, ya que, para mí, esa era la única forma de deshacerme de toda la presión.

No obstante, el agua no servía para nada más que no fuera llevarse la suciedad y dañarme, puesto que mi mente seguía alborotada, casi sin ser capaz de distinguir la realidad de la pesadilla.

Que estuviera aquí y fuera uno de mis iniciados era un hecho, uno con el que tendría que aprender a lidiar aunque me matara el deber hacerlo.

Aunque, que fuera un iniciado no significaba que tuviera que convertirse en un miembro de osadía, no según el nuevo decreto. No si yo estaba presente para impedirlo.

Me envolví con una toalla y salí de nuevo a mi habitación. Una vez ahí, me senté en la cama, y dejé a mis pensamientos perderse dentro de mi mente mientras observaba a la oscura pared que tenía delante.

Tras unos minutos, volví a la realidad. Saqué mi pijama de la cómoda y me vestí con lentitud. En el instante en el que terminé de subirme los pantalones, alguien tocó a la puerta.

Bufé y me pasé los dedos por el pelo, sin ánimos para poder interactuar con otro ser humano y sin fuerzas para fingir lo contrario.

Cuando abrí la puerta me encontré, para mi sorpresa, con alguien quien llevaba ya mucho tiempo sin llamar a esta. Debió de adivinar lo que pasaba por mi mente, ya que me había quedado petrificada observándole con estupefacción. Tomó él el turno de palabra:

—¿Puedo pasar?


No pienso poner otra excusa que no sea que cuando he tenido tiempo de escribir, no he tenido ganas. Tengo el próximo cap a medias pero no se cuando actualizaré por eso mismo. Espero que les haya gustado este, gracias por leer  🫶🏻

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