Samantha POV

Han pasado dos semanas desde que Mohamed me azotó en el patio para darme una lección delante de sus hombres, las heridas ya casi no se ven, Halime que es el nombre de la mujer que me acompaña las veinticuatro horas, me ha puesto una medicina que ella misma hizo, no me ha permitido ningún intento de suicidio más siempre que me ve mirando en dirección al mar, me recuerda que alguien me está buscando; sinceramente lo pongo en duda ya que yo ya no tengo a nadie en este mundo.

- ¿En qué piensas Samantha? – Halime llama mi atención por mi silencio.

-En nada Halime-

-Las personas que se suicidan nunca logran el descanso eterno, niña. Si quieres encontrarte con él en la otra vida-

- ¿Qué pretendes que haga, Halime? ¿Qué lo reciba con los brazos abiertos y le de los hijos que quiere? Déjame informarte que con lo que me ha hecho lo más probable sea que nunca le dé hijos y lo anhelo porque ya le seré inservible y me matará-

Me levanto del balcón para dirigirme a la cama y tomar las pastillas para el dolor que me hacen dormir; últimamente las tomo cuando quiero escapar de la realidad, sin embargo, un fuerte mareo me hace tambalear, la mujer me ayuda a mantenerme en pie; es el segundo mareo en esta semana y mis nauseas matutinas son de todos los días.

-Voy a dormir Halime. Has lo mismo últimamente no descansas-

-Trataré de hacerlo Sam-

Duermo apaciblemente durante unas horas y me despierto bajo la atenta mirada de esta mujer que poco a poco se esta metiendo en mi corazón. Ella me ha cuidado desde que caí en las manos de ese demonio.

- ¿Pasa algo? - Le pregunto por la forma en que me mira.

-Te miraba dormir. Últimamente no tienes pesadillas- Comenta la mujer.

-Será porque mi mente últimamente está en blanco-

-Ve al baño y orina encima de esto, por favor- Me suplica. Lo tomo y lo miro ni idea de lo que es.

- ¿Qué es? - Pregunto curiosa.

-Cuando lo tenga de regreso lo sabrás. Ahora ve y has lo que te digo- Me levanta y luego me empuja para que camine hacia el baño. Hago lo que me pide, luego regreso después de lavar mis manos.

-Toma- Le entrego lo que me dio, ella lo recibe con demasiada ansiedad, tres minutos después en el espacio que estaba en blanco aparece una línea rosa.

-Bien, ¿Qué veremos ahí? – Pregunto curiosa.

-Sólo quiero confirmar algo que he notado desde que llegaste y tu ni te das cuenta. Porque tienes tu mente ocupada en morir- No sé a que se refiere, aun así, me quedo para esperar que es lo que espera confirmar.

-Es un hecho- Dice con una sonrisa.

- ¿Qué es un hecho? - Pregunto con curiosidad.

-Que estas embarazada-

<<Estas embarazada>>

<<Estas embarazada >>

<<Estas embarazada>>

Esas dos palabras se repiten en mi mente, mi corazón palpita a mil por hora, las lágrimas escurren por mis mejillas, la idea del suicidio crece a una velocidad astronómica, me levanto rápidamente para dirigirme a la ventana y huir para que los guardias me disparen, sé que Mohamed no está para detenerlos.

- ¿Qué haces? - Pregunta temerosa Halime. No respondo.

- ¡Escúchame! - Me toma de las manos.

-No tendré el hijo de ese bastardo- Le respondo enojada.

- ¿Quien dijo que es de él? - Me increpa.

-Tu que crees, es más que evidente. Me ha violado en repetidas ocasiones- Le respondo exacerbada.

-Te diré algo y lo haré una sola vez. Mohamed ha tenido muchas chicas jóvenes como tú, incluyendo a mi única hija. Ninguna pudo darle hijos, las chicas fueron traídas de diferentes lugares, así que llegue a una conclusión...-

- ¿Qué conclusión? – Pregunté

-Que Mohamed es estéril. Y en nuestra cultura eso es inaceptable. Él ha desechado a todas culpándolas a ellas y no a si mismo. Es por ello por lo que considero, que al llegar tu aquí ya estabas embarazada. Piénsalo- Lo medito sus palabras tienen sentido y si de verdad este bebe es de Sarek. Tendría que ver como escapo de aquí.

-Si fuese cierto, tendré que arreglármelas para escapar. No quiero ese hombre crie a mi hijo-

-Tienes que calmarte. Ya pensaremos en algo-

-Tiene que ser pronto, cuando mi vientre se empiece a notar el me tendrá más vigilada-

-Lo haremos. Hoy descansa- Y por hoy le concedo eso.

Dos días después Mohamed regresa con invitados. Mientras miro por la ventana pensando en un plan para escapar de este infernal lugar, el muy maldito entra como una tormenta.

- ¡Apártate de la ventana! - Me ordena, sin ocasionar nada en mí. Pero recuerdo que estoy embarazada y el conocer ese hecho me obliga a obedecer. Ya no puedo tentar a la suerte. Por lo que me aparto.

-Bien, me alegra que empieces a aceptar que me perteneces- Profiere. No obstante, su presencia me revuelve el estomago y todo lo que he comido por la mañana lo tiro a sus pies.

-Pero que mierda- Exclama enojado.

-Me asqueas- Expreso lo que me ocasiona. Ya debería estar acostumbrado, no es la primera vez que sucede.

-Acostúmbrate a mi presencia- Me ordena.

-Eso nunca pasará. Porque en mí siempre encontrarás odio. Eres un animal que sólo vive y respira para sí mismo, incapaz de sentir algo. Sólo eres ser vacío-

- ¿Qué esperas? ¿Qué te ame? – Se ríe de forma sarcástica.

-Tu- Lo señalo con el dedo. – Jamás sentirás amor por nada ni por nadie- Me acuesto en la cama dándole la espalda. Al fin logre darle un golpe que nunca se esperó.

-Bailaras para mis invitados, esta noche, lo quieras o no, el poste sigue en el patio no me obligues a azotarte de nuevo-

- Dime algo que no sepa- Sonrió con desgana.

- Las mujeres como tu no entienden a los hombres como yo-

-Yo crecí sin un padre y cuando empezaba a hacerme a la idea de tener uno, Dimitri me lo quitó. Así que no lo sé y conociéndote a ti me hace odiarlos-

-Deberías estar agradecida por tenerte con vida-

-Esto no es vida. Es un infierno- Lo oigo exhalar frustrado, de verdad cree que debo agradecerle, está loco.

Por la noche me arreglo como si estuviese en el The Paradise. Me extraño la petición de Mohamed, no permite que sus hombres me miren salvo el día del castigo y ahora lo hace con visitantes, deben ser importantes para él. Atravieso por pasillos la parte baja hasta llegar a la parte trasera de un pequeño escenario con un tubo y un telón. Me quito la bata que traía puesta para quedar vestida con ropa de una bailarina de Las mil y una Noches.

Le hago señas al tipo encargado de la música cerca de mí, el telón se abre y la musican comienza a sonar y yo empiezo con la rutina, sin mirar a los espectadores; una tras otras hago mis rutinas, hasta que me siento cansada, luego de seis piezas. El telón se cierra y los presentes aplauden sin parar. Me pongo la bata disponiéndome a regresar a mi habitación, en mi estado no debo esforzarme de esta manera. Pero Mohamed tiene otros planes.

-Aquí estas...- Las nauseas se hacen presentes y él lo nota. Lo que lo hace retroceder.

-Quiero que estes a mi lado, mientras estoy con mis nuevos socios-

-Pues estoy cansada. No había ensayado en algunos meses, mi cuerpo esta adolorido-

-Vendrás lo quieras o no. Y hay de ti si te vomitas- Tendré que soportarlo por mi bebe o me castigara de nuevo. Le obedezco bajo protesta, tratando de mantener las náuseas a raya.

Mi sorpresa llega cuando veo a uno de los hombres de mi padre, pero el gesto que me hace me da esperanzas.

Mohamed POV

Creí que comprando a esta mujer me cobraría las pérdidas que me ocasionó su padre, más no ha sido así tomarla a la fuerza ha sido fácil, pero no era eso lo que deseaba de esta mujer quería obligarla a que me amara y así vengarme de su padre, más ahora que sé que aún vive, más ha sido imposible, me odia tanto que su cuerpo reacciona a mi presencia con nauseas, doblegarla será imposible, ella tiene el temple de su padre.

La veo dormir, más su sueño no es apacible, llora y se agita llamando a su padre y a ese tal Sarek, hasta donde sé es uno de los bastardos de Dimitri, porque lo llama tanto en sus pesadillas. Cuando la tomé por primera vez supe que no era pura. Puede ser que se haya entregado a este hombre, puede que lo ame y es por ello por lo que lo llama, lo extraña; Samantha cree que ellos están muertos por eso ha tratado de quitarse la vida para encontrarse con él.

No, no voy a permitir que se quite la vida y al lo voy a matar, luego traeré su cabeza arrojándola a sus pies para que él abandone sus sueños. A su padre lo hare ver como ella me complace y como traerá a mi descendencia.

La veo dormir, ella es hermosa, menuda, sus caderas son adecuadas para cargar niños en su vientre, tiene un piel suave y limpia. Lamento esas marcas en su espalda, pero tenía que dar un ejemplo si no lo hacía mis hombres no me respetarían.

Hoy tengo que viajar para entregar un cargamento de armas a Dimitri, dejaré más s vigilándola, según me han dicho ha estado algo enferma y eso me preocupa si no esta sana no podrá tener hijos. Sé que la vieja Halime la a adoptado y la cuidará como a su hija eso me da tranquilidad. Le acaricio su rostro y me voy en silencio.

-Salim, ¿Esta todo listo para el viaje? –

-Si, Mohamed. ¿No traerás a la mujer? –

-No, no vendrá con nosotros- Sigo dando órdenes para irnos.

-Insisto deberías venderla, ya van dos meses y no la preñas, debe ser como las otras- Me advierte Salim.

-No lo creo, esta mujer es diferente, tiene carácter, no como las otras que eran sumisas-

-Se ha querido suicidar, no te respeta-

-Lo hará como las demás. Tengo planes para que eso suceda-

Varias horas de viaje llegamos a la propiedad de Dimitri, todo esta muy silencioso, no hay centinelas por ninguna parte. Las rejas están forzadas, me parece que algo va mal.

-Salim, envía a tres hombres a inspeccionar. Algo sucede-

-Ustedes tres vallan a ver que pasa- Los hombres se marchan cumpliendo mis órdenes. A los minutos regresan sin nada.

-Señor, no hay nadie vivo, hay cadáveres descompuestos por todas partes y el señor Dimitri no esta entre ellos- Informa uno de los hombres.

-Jason debe haberlo atacado- Profiere Salim.

- Vámonos antes que a esos hombres les dé por regresar- Ordeno.

- ¿Qué hacemos con el cargamento? No podemos permitir que nos agarren con estas armas, Mohamed-

-Lo sé, pero conozco a alguien que si le puede interesar. ¡Vamos, salgamos de aquí! Salim llévanos a la propiedad que está cerca de aquí- Nos dirigimos a una propiedad que esta a unos diez kilómetros al sur de aquí.

En el resguardo de mi propiedad le pido a Salim que llame a mi socio, sé que las armas que hemos traído le agradaran y también podrá ponerme al tanto de lo ocurrido en la propiedad de Dimitri.

Al día siguiente recibo a Antony Fulton, sé que hizo negocios con Dimitri y Jason en algún momento, pero esa sociedad fue cancelada hace un par de años y no en buenos términos, por lo que no me siento amenazado.

-Fulton, bienvenido –

-Gracias, es un honor haber recibido tu invitación, Mohamed-

-Ven, comamos primero- Ya casi terminando la comida, estoy impaciente por saber de Dimitri y que les ha dicho.

Después de la comida me cuenta como corrió el rumor de la Caída de Dimitri en las manos de Malcolm. Lo más probable es que Jason sepa ya que tengo a su hija, lo extraño es que no haya tratado de contactarme para reclamar a su hija y eso me preocupa de cierta manera, por que no quiero que me tomen desprevenido.

-A los negocios Mohamed- Le muestro el cargamento que tenemos, el cual le satisface comprándolo. A él le interesa cierto tipo de armas que poseo. Por lo que lo invito a la isla conde las tengo almacenadas. Fulton acepta la propuesta y acordamos que me visitaría una semana más tarde.

Mis espías logran obtener información de Jason, al parecer le ha puesto precio a mi cabeza y que me esta buscando. Me rio por eso, nunca me encontrará

Regresamos antes de lo acordado, le dije a Salim que lo hacíamos para no tener que lidiar con Malcolm, parece que se lo creyó ya que no protestó; sin embargo, no es esa la razón, es la mujer que esta en cerrada en una de mis habitaciones, la veo mirar por la ventana, tal vez cavilando como quitarse la vida.

-Apártate de esa ventana- Le ordeno. Extrañamente lo hace sin decir nada, pero al querer acercarme, empieza a vomitar. Esto es asqueroso. Tengo el impulso de golpearla, pero no lo hago, me desprecia es más que evidente. Simla sigo golpeando será peor, nunca lograré lo que quiero con ella. Hablo con ella obteniendo pocas respuestas, se acuesta en la cama para no mirarme.

Dos semanas después Fulton llega para cerrar el trato de ventas de las armas pactadas, para cerrar el trato le ordeno a mi bailarina que nos deleité por la noche claro esta le di un traje que no muestra su cuerpo, ese es sólo mío y ella no defrauda, la había visto en el The Paradise, un poco lenta, pero magnifica. Se retira y los visitantes quedan satisfechos. El socio de Fulton mira de más a mi bailarina y eso me molesta.

- ¿Algo que decir? - le digo al hombre y a Fulton.

-Si- Contesta el hombre.

- ¿Hay problemas con la mercancía? - Indago.

-No, con la mercancía no- Dice Fulton.

- ¿Entonces? -

-Es la bailarina. A Chandler le interesa tu Scheherezade. La vio en el The Paradise, quiso comprarla, pero Iván se negó a ponerle un precio-

-No esta en venta, ella será la que me dé los hijos que quiero-

-Te ofrezco dos millones de dólares Mohamed y sé que es más de lo que le pagaste a Dimitri- Profiere el tal Chandler. Lo valoro por unos segundos.

-No, no esta en venta y es mejor que se marchen mañana. Mi hospitalidad se ha terminado- Los dejo solos y me retiro a mi habitación.

Ella es mía sólo mía.