Mes Septiembre

Han pasado dos increíbles meses desde que estoy en la Empresa Moon, cumplir mi sueño es más genial de lo que creí que podía ser. He hecho varios trabajos ya en el poco tiempo que llevo.

Incluso mi fama anda subiendo, diciendo algunos que puedo terminar destronando a Moonbyul, algo que me parece descabellado, aunque no me molestaría con tal de darle una lección de humildad.

Estos dos meses interactuar con ella ha sido muy trabajoso, por no decir un martirio. No hay forma que se me acerque y sea agradable, agradezco a Wheein por siempre estar dándole manotazos en la cabeza para regañarla.

Ahora estoy camino a hacer una sección de fotos, la cual será para una marca, si mal no recuerdo, PUMA, o era ADIDAS, bah, al final es lo mismo.

—Oh, hola Wheein— salude algo entusiasmada al verla, pero, ella parecía estar molesta.

—Hola, Yongsun— dijo con un tono enojado, supongo que respondió por educación, y siguió su camino, ¿qué le habrá sucedido? Creo que ya lo sé.

Veo a Moonbyul quien se había bajado del auto luego de Wheein, ella se ve preocupada, digamos que es la primera vez que la veo así, ¿habrán discutido?

Wheein termina de ingresar a la empresa cuando Moonbyul va a pasar por mi lado, supongo que me va a ignorar una vez más.

Me sorprendo debido a que antes de entrar también se me queda mirando, imaginé que me soltaría algún disparate por lo que inconscientemente me prepare, pero me sorprendió luego de eso.

—Bueno días, siento el choque— dijo y yo en shock —Permiso—, concluyó y fue tras Wheein.

¿Qué acababa de pasar? ¿cómo diablos puede ser tan bipolar? A veces, no, nunca la voy a entender, siempre o me da consejos que terminan como si ella me estuviera maldiciendo o simplemente me ignora, y hoy me ha dado los buenos días, incluso pidió permiso, qué diablos le sucedió.

(...)

Era mediodía y no había vuelto a ver a Moon Byul, por lo que escuche se tomó el día con Wheein, tal vez no había sido nada grave, o simplemente salieron para arreglar las cosas. Por mi parte hice mi sección, hoy saldría temprano por suerte.

LLAMADA

—Diga.

—Solar, ¿recuerdas lo de hoy?

—Irene, te has pasado toda la semana hablando de eso, ¿cómo voy a olvidarlo?

—Es que yo tengo una amiga despistada, claro que puedo pensar que lo olvidaste.

—Sí, sí, lo que digas.

—¿Cuándo sales?

—Dentro de unas horas.

—¿Saldrás temprano entonces?

—Sí, ¿falta por comprar algo?

—La verdad es que sí, te agradecería mucho que lo compraras.

—¿Qué?

—Lo enviare en un mensaje, son unas cuantas cosas en verdad.

—De acuerdo, te aviso cuando vaya en camino.

—Lo espero.

FIN DE LA LLAMADA